martes, diciembre 31, 2013

Brevísimo ránking de horror del 2013

Un año más, el blog se convierte en una plataforma para la que probablemente sea la entrada más egocéntrica de todo el año. Tras una votación más voluminosa que años anteriores llega finalmente el podio con lo que en Horas de oscuridad consideramos lo más destacable (que hayamos visto) estrenado durante el 2013. Sé que ninguno de vosotros querrá que esta introducción se alargue más de lo necesario, y que seguramente ya en vuestras cabezas se habrán ya hecho vuestras respectivas listas de aquello que merece llamar la atención de los seguidores del género de horror, así que vamos a lo importante. 

POSICIÓN No. 3

Tras pasar un tiempo siendo sistemáticamente ignorado a la hora de hacer esta lista, el género de falso documental/metraje hallado vuelve con V/H/S/2 (reseña aquí), magnífica secuela de la no tan destacable V/H/S, que en lo particular se convirtió para nosotros en una de las sorpresas del año al resucitar no sólo esta variante tan peculiar y rentable de cine de terror sino también el no menos singular subgénero de las películas de antología. Lo repetimos una vez más: incluso si no os gustó la original, echad un vistazo a esta segunda parte porque tiene algunos de los momentos más memorables que hemos visto en este año que se acaba.

POSICIÓN No. 2

Una de las primeras que vinos este año, American Mary (reseña aquí) merece un lugar especial aunque sea por el hecho de ser la menos comercial de las tres. Eso y por tener a Katharine Isabelle, habitual del género y que tiene aquí el que probablemente sea su mejor trabajo hasta la fecha. Una fantástica película que sigue la estela de The Human Centipede al mostrarnos un horror cuyos mayores excesos están en nuestra mente, pero que remiten de forma inequívoca al miedo a la deformidad y la (auto)mutilación. Es también una gran historia de poderío femenino contada de forma inteligente y sin un ápice de condescendencia para su moralmente ambigua protagonista. Personalmente me ha encantado y la recomiendo una vez más sin lugar a duda.

POSICIÓN No. 1

Estaba más que cantado. En realidad, si nos atenemos a lo que ha sido este blog desde que se estrenó (y vimos) The Conjuring (reseña aquí), no podía ser otra la película que ocupara el primer lugar en esta tríada de cintas de terror de 2013 que todos deberían ver. James Wan lo ha vuelto a hacer, superando todas mis reticencias iniciales y trayéndonos no sólo una gran película sino también un referente a seguir en el tema de casas embrujadas e historias de fantasmas que alcanza perfectamente el nivel de renombrados clásicos de décadas pasadas. Desde los títulos de crédito iniciales demuestra ser una película que no se anda con tonterías, horror de verdad sin un atisbo de autoironía ni meta-discurso. Imprescindible en verdad.


Estas han sido las más destacables para mí del año que se acaba. Ahora, ha llegado la hora de revelar aquella que ha resultado ganadora en nuestra encuesta anual, aquella seleccionada por los lectores de Horas de oscuridad como lo mejor del año. El resultado, creo, no sorprenderá a nadie.

MENCIÓN ESPECIAL

No suele ocurrir, pero en este caso el público lector y yo hemos sido de la misma opinión, y The Conjuring ha ganado la encuesta con un muy cómodo 29% de los votos registrados, marcando una distancia considerable ya desde el principio de la votación. En segundo lugar tenemos el remake de Evil Dead (19%), seguido de la antología de metraje hallado V/H/S/2 (8%), Insidious 2 (7%), Guerra mundial Z (6%) y un empate técnico entre American Mary y Mamá con un 5% de los votos. Milagrosamente, no hubo ninguna película que no recibiera al menos una votación.


Y ahora, finalmente, llega la hora de despedirnos. Como el año pasado, y al anterior, y el otro, os deseamos una muy feliz entrada en el calendario nuevo, y ya sabéis que aquí os esperaremos con las mismas ganas.


lunes, diciembre 30, 2013

Reseña: La maldición de Chucky (2013)

Tras casi una década de ausencia llega La maldición de Chucky (2013), sexta película de la saga y la primera en estrenarse directamente en formato doméstico. Vuelve también como director Don Mancini, creador del personaje y el único cineasta hasta la fecha en dirigir más de una entrada de la saga. Debo comenzar diciendo que no tenía ninguna esperanza de que esto saliera bien, mucho menos después de ver el trailer. Al final ha resultado sin embargo ser una de las más gratas sorpresas que me he llevado este año; no sólo la he disfrutado mucho sino que incluso me atrevería a decir que es una de las mejores entregas de la saga y una continuación muy digna en la que se nota que Mancini sabía perfectamente qué quería hacer con ella.

De entrada el argumento era una de las cosas que más curiosidad me daba, y tal como se había comentado en su momento Mancini se decide por una situación minimalista en la que el muñeco poseído por el asesino Charles Lee Ray acosa a una familia dentro de los confines de una casa en medio de una noche oscura y tormentosa, el perfecto escenario de terror que parece decirnos que por fin la saga intenta hacer no simplemente una continuación sino también una vuelta a los orígenes; esto se nota sobre todo en la voluntad por parte de la película de limitar sus referencias sólo a la Child's Play (1988) original, aunque no por eso deja de haber guiños (algunos de ellos excelentes) a otras entregas. Esto puede causar un poco de confusión en cuanto a la cronología de la saga, pero honestamente dudo que este sea un detalle que importe a muchos. La película también hace borrón y cuenta nueva al dejar un poco de lado de comedia y concentrarse más en un tono de auténtica película de terror. No lo hace del todo (Chucky nunca ha sido ni podrá ser enteramente "serio") pero por primera vez el muñeco se siente como una auténtica amenaza, algo logrado no sólo gracias a la ambientación en una tenebrosa casa como único escenario sino también por la acertada decisión de enfrentar a Chucky a una chica en una silla de ruedas.

Este minimalismo de su escenario, la escasa cantidad de personajes y el gradual misterio del inicio que dosifica las apariciones sobrenaturales del muñeco (al menos al inicio) son lo que más me ha convencido de la película. Y lo mejor de todo es que Mancini parece haber anticipado todas las dudas que los seguidores de la saga hayan podido tener, y lejos de evitarlas ha decidido enfrentarlas con valentía y sobre todo con un ingenio muy peculiar. En mi caso eran dos mis mayores preguntas: el nuevo aspecto de Chucky y la ubicación temporal de la película en la cronología de la saga. Sin entrar a revelar nada, sólo puedo decir que el nuevo aspecto del muñeco tiene justificación, y la continuidad temporal es lo suficientemente ambigua para que esta película pueda ser vista a la vez como continuación y reboot siniestro de una saga más dada al humor.

Como siempre, por supuesto, el auténtico gozo es ver a Brad Dourif haciendo de la voz de Chucky y revelando más detalles sobre su personaje a 25 años de la película original, por lo que nuevamente vemos a Charles Lee Ray antes de meter su alma en el cuerpo del muñeco. El discurso sobre los miedos infantiles presente en las primeras películas de la saga se ha dejado un poco de lado, pero la socarronería de Chucky está intacta y la vulnerabilidad de los personajes es mucho más creíble que en entregas anteriores. Evidentemente no estamos hablando de una película para todos los paladares y dudo mucho que esta sea la entrega que convenza a los detractores de este muñeco, pero honestamente me parece que recupera muchas de sus virtudes perdidas con el tiempo y demuestra (a diferencia de lo que yo creía) que sí existe vida después de la autoparodia. Y es que lo que me ha gustado más ha sido comprobar que pese a todos mis miedos iniciales, Chucky ha vuelto y sigue siendo el mismo. Recomendable sin duda, y para los seguidores del muñeco diabólico imprescindible. 

domingo, diciembre 22, 2013

Reseña: Book of Blood (2009)

Me causa una gran alegría ver que de unos años para acá ha habido un interés creciente en llevar al cine la obra narrativa de Clive Barker, quien salvo contadas excepciones había sido el único que se había preocupado llevar estas historias a buen término. Una de las que personalmente más me llamaban la atención es Book of Blood (2009), adaptación del cuento homónimo con el que abrían los famosos Libros de sangre de este autor, una de esas piezas inmejorables a las que nunca me canso de mencionar.

Ha sido una gran sorpresa ver que los responsables de esta película se hayan mantenido tan apegados al relato original, no tanto en cuanto a la anécdota, que resulta mucho más elaborada de lo que el cuento era (no olvidemos que el relato original funciona sobre todo como prólogo a la antología misma) sino en la temática y la estética de Clive Barker y la forma en cómo ambas son llevadas a la pantalla. El argumento es muy sencillo, en apariencia poco más que una historia típica de casas embrujadas e investigadores paranormales que se topan con más de lo que pueden manejar, pero los seguidores de la obra de Barker encontrarán aquí muchas de sus constantes y marcas habituales; sexualidad retorcida, mundos paralelos y un marcado fetichismo por las mutilaciones y el sufrimiento físico. En serio me ha parecido que esta película podría perfectamente estar ambientada en el mismo universo de cintas como Hellraiser (1987), Lord of Illusions (1995) o The Midnight Meat Train (2008).

Estas ideas que baraja en todo momento son lo que me ha parecido el mayor atractivo que la película tiene. Su desarrollo, no obstante, es un poco genérico, en ocasiones dosificando demasiado el tema sobrenatural y con una estética que poco a poco he visto convertida en un cliché entre la mayoría de estas producciones de terror británicas. El clímax de la película es efectivo a nivel visual pero un tanto absurdo en cuanto a la resolución que se da a los personajes, quienes pasan a aceptar un nuevo orden de ideas más o menos porque sí, sin que haya ningún tipo de transición hacia ello. Me gusta, sin embargo, que la película deje abierto el tema de contar las historias de los muertos, lo que en cierto sentido parece augurar una saga en ciernes. No sé si esta fue la intención inicial, pero lo cierto es que su coherencia estética y temática con otras películas recientes basadas en la obra de este escritor me ayuda a imaginarme que en efecto es así.

No me hagáis mucho caso en cuanto a esto; me da la impresión de que la mayor parte de las virtudes de Book of Blood son las cosas a las que me recuerda y no tanto la película en sí, que puede resultar un tanto lenta y aburrida para muchos de los que visitan esta página, y ciertamente no es tan memorable como Candyman (1992), Hellraiser u otras de las películas basadas en la obra del vigoréxico británico, pero no ha estado nada mal y me parece que tiene suficientes atractivos para convertirse, como el relato original, en un buen abreboca para historias mucho mejores.

viernes, diciembre 20, 2013

Reseña: Noche de miedo 2 (2013)

Hace un par de años Craig Gillespie nos trajo Noche de miedo (2011), nueva versión de una de mis películas de terror favoritas, como bien saben todos los que se han pasado por aquí. Ahora, de la nada, sale esta segunda parte que pasó casi desapercibida. Esto último no es nada raro ya que se trata de una cinta bastante olvidable y genérica que sin embargo tiene un par de detalles interesantes a destacar, aunque quizás no sean suficientes para merecer un puesto de honor entre los chupasangres de los últimos años. Para empezar, una de las cosas más curiosas de esta película del venezolano Eduardo Rodríguez es que a pesar de tener un número 2 en el título, no se trata realmente de una secuela de la cinta de Gillespie, sino de otro remake de la Noche de miedo (1985) original de Tom Holland. El que haya sido hecha por otra productora parece indicar que se trata únicamente de un intento por parte de un estudio rival de rentabilizar la franquicia a través de los derechos de explotación, puesto que la verdad es que no tiene absolutamente nada que ver con la del 2011 y no la referencia en ningún momento.

Comenzaré por decir las cosas que me gustan de la película: en primer lugar, me agrada que hayan intentando innovar con respecto a la original en su decisión de darle un ambiente europeo en lugar de la estética de suburbio americano que funcionó en versiones anteriores. Esto lo logran no sólo rodando en locaciones reales de Rumanía sino también gracias a sus constantes referencias a la tradición vampírica camp de la Hammer Films y otros productos populares de décadas pasadas, lo que la empuja un poco más a los terrenos del horror y la aleja un tanto de la comedia. Me gusta mucho también la escogencia de Jamie Murray como una vampiresa milf que toma el testigo ahora como la villana principal, lo que también es un obvio guiño a la primera Noche de miedo 2 (1988). Finalmente, y en lo que probablemente sea el mayor acierto del guión, me gusta cómo han reinventado el personaje de Peter Vincent, quien una vez más es un presentador televisivo, pero ahora de esos patéticos realities paranormales que tanto abundan hoy en día. Es una lástima que nuevamente este personaje, que era parte esencial de la saga original, haya sido reducido a un casi insignificante papel secundario más destinado a ser el elemento cómico.

Entre las cosas que no me gustan está el que a pesar de que tiene escenas calcadas a la versión del 85, deja muy de lado el sentido del humor de esta y no es tan hábil a la hora de equilibrar los géneros de horror y comedia. Su manejo de la sexualidad (con subtexto lésbico incluído) es muy burdo incluso para los estándares de este tipo de producciones, y el clímax es un cúmulo de sinsentidos en el que las reglas vampíricas acerca de quién vive, quién muere y cómo son rotas constantemente. La película tampoco consigue aprovechar bien sus locaciones reales y su Bucarest podría ser perfectamente cualquier ciudad anónima, lo que revela que el auténtico motivo de su ambientación no es otro que aprovechar lo barato que resulta rodar en los países del Este. En definitiva, no es la peor película de vampiros que he visto, y agradezco que haya sido corta, pero es bastante prescindible y su genérico y ya muy visto desarrollo hace parecer mejores a todas las otras versiones de esta historia, incluyendo la última, que con todos sus defectos me pareció un trabajo mucho más interesante.

jueves, diciembre 19, 2013

In progress...

Continuamos este cierre de 2013 cogiendo prisas para ver si terminamos de reseñas aquellas que se nos quedaron en el tintero. Entretanto, no está de más recordaros que tenemos una encuesta para escoger vuestras favoritas de este año que se acaba. 

sábado, diciembre 14, 2013

Reseña: Carrie (2013)

Decir que el mundo no necesitaba otra versión de Carrie es quedarse cortos; no sólo porque la película original de Brian de Palma sigue teniendo vigencia y popularidad hoy en día, sino también porque Stephen King ha sido durante años lo suficientemente prolífico como para darnos muchas obras dignas que nunca han sido llevadas al cine. Pero por lo visto alguien debe haber pensado lo contrario, así que tras un par de retrasos nos llega finalmente esta nueva versión cuya principal diferencia parece ser que es la primera dirigida realmente a un público joven; es la única hasta la fecha en la que el papel principal es interpretado por una actriz adolescente (puesto que Sissy Spacek y Angela Bettis tenían 26 y 28 años, respectivamente, cuando hicieron sus películas).

El tiempo pasado desde entonces no ha animado a nadie a hacer grandes cambios. Salvo ciertos detalles pequeños destinados a ambientar la historia en nuestra época (principalmente el tema del cyber-bullying) esta nueva Carrie sigue la misma historia de las demás, centrándose en una joven que descubre sus poderes telequinéticos y los usa para vengarse de aquellos que la han martirizado. Algo que me sorprendió de esta nueva versión fue lo fiel que ha resultado ser al argumento de la novela, incluyendo varios elementos que por lo general habían sido dejados de lado, aunque sigue estando muy centrada en la trama del culebrón adolescente y el conflicto de Carrie con las chicas populares de su instituto. Sin embargo, ya acercándonos al tramo final, la película sí que hace hincapié en el argumento de la telequinesis, aunque lo hace de forma frívola, más cercana al género de superhéroes que a la historia de terror de King. En ese sentido no deja de ser curioso que uno de los chicos protagonistas sea el mismo de Chronicle (2012), película que tiene precisamente con Carrie muchos puntos en común.

Pero claro, la principal pregunta sigue siendo qué es lo que separa a esta versión de las anteriores. En realidad, muy poco. Hay quizás una mayor preocupación por el tema de los efectos especiales, que se consigue a costa de quitarle todo atisbo de seriedad al argumento. Aunque debo reconocer que hay cosas que me agradaron y que ciertamente no me esperaba, sobre todo en el tema de las actuaciones. Chloë Grace Moretz como Carrie no lo hace tan mal como creí que lo haría, aunque muy previsiblemente la mayor parte de su trabajo aquí está en fingir ser menos guapa de lo que es. Quién por el contrario resulta sorprendente es Julianne Moore en el papel de la madre, quizás la presencia más genuinamente perturbadora y la única figura de auténtico terror de la película, muy diferente a la interpretada por Piper Laurie pero a la vez completamente coherente con el universo de Stephen King. Es de agradecer también que la cinta haya recuperado el paralelismo entre el descubrimiento de los poderes de Carrie y el despertar de su sexualidad, algo que referencia tanto a la película de De Palma como a la novela original.

En realidad, el mayor problema que le veo a esta versión es que no intenta hacer nada interesante con su argumento y no aporta absolutamente nada que no haya sido ya hecho por la versión del 76, limitándose a reproducir su trama con desgana y escasa creatividad (resulta insólito ver, por ejemplo, a una adolescente en pleno 2013 haciendo una investigación en una biblioteca). La cinta intenta suplir todas estas carencias con la secuencia final de la masacre perpetrada por Carrie en el baile de graduación, un desborde de efectos especiales que emula a la cinta del 76 añadiendo un enfoque tan hiperdramatizado que se hace complemente risible y ridículo, con la protagonista haciendo muecas y gestos que banalizan completamente todo lo que ocurre y convierten la secuencia en algo lamentable, aparte de ese "susto final" que sale literalmente de la nada. Aunque suene como un cliché, echad un vistazo a la original o mejor aún leed la novela de Stephen King, que resulta mucho más interesante que esta plana y olvidable versión. En lo personal pienso que tiene que haber un motivo más para ver una nueva Carrie que simplemente complacer a un público que no le gusta ver "pelis antiguas". 

domingo, diciembre 08, 2013

Reseña: V/H/S/2 (2013)

Una de las sorpresas del año, V/H/S/2 (2013) llega para redimir no sólo la muy prescindible primera parte, sino también los formatos de antología y falso documental, que en los últimos años han llegado a producir auténticos despropósitos (sobre todo el último). Probablemente nadie tenía menos esperanzas que yo para esta película, pero he salido de ella gratamente impresionado. No sólo es mucho mejor que la primera entrega; es realmente una muy buena antología de horror en la que cada uno de los segmentos consigue sus propios picos de calidad y el aprovechamiento de su premisa de cámara-en-mano a niveles por lo menos curiosos.

Tanto es así, que incluso el segmento más débil (aquel marco argumental que se encarga de unir a todos los demás) intenta tener una historia que se cierra, cosa que no ocurría en la primera parte. La otra diferencia en que esta ocasión sus responsables parecen haber aprendido la lección del primer V/H/S (2012) y han decidido controlar un poco más el desarrollo de los diferentes relatos dándoles un poco más de coherencia sin renunciar a probar caminos nuevos; en esta segunda parte sólo hay cuatro historias, en las cuales el tiempo de metraje es más o menos el mismo pero el tema es completamente distinto, así como las motivaciones para que la cámara esté permanentemente encendida. El primer segmento en este sentido se rinde a una premisa un tanto sci-fi al mostrarnos un ojo artificial con cámara incorporada, pero incluso esta idea se presenta de forma razonablemente verosímil.

Es imposible, por supuesto, no comparar las historias entre sí, y en este sentido el público ha sido casi unánime en decretar el segmento dirigido por Gareth Evans y Timo Tjahjanto (conocidos por The Raid (2011) y Macabre (2009), respectivamente) como el mejor de los cuatro, y es algo con lo que es difícil estar en desacuerdo. De hecho, este segmento ambientado en Indonesia perfectamente habría podido ser adaptado a un largo y hubiese sido una de las mejores películas de terror de este año. Enhorabuena también a Gregg Hale y Eduardo Sánchez, que demuestran que todavía se puede sacar algo nuevo de lo zombi a estas alturas del calendario.

Y ya para finalizar, una de las mejores cosas que para mí tiene V/H/S/2 es que todas las historias dejan espacio a elementos cómicos y ninguna es cien por cien seria. Este detalle, que en otras manos quizás hubiera restado fuerza al conjunto final, está sin embargo muy bien llevado e incluso resalta la fuerza de algunas de las escenas más terroríficas, de las cuales sin duda alguna hay. Cuatro historias, cuatro tipos de horror distintos, pero todas con un gran potencial que la convierten fácilmente en una de las piezas más disfrutables de este año que se acaba. Incluso si os pasó como a mí y el primer V/H/S no os convenció para nada, echadle un vistazo a este que no os arrepentiréis.

viernes, diciembre 06, 2013

Reseña: La matanza de Texas 3D (2013)

La séptima entrega en la saga de La matanza de Texas es borrón y cuenta nueva, cosa que no debería sorprendernos ya que ese es el estado natural de prácticamente todas las encarnaciones que han salido después de la original de Tobe Hooper, salvo en un par de ocasiones en las que los responsables sí que se atrevieron a hacer una secuela. Esta vez, y exactamente una década tras el remake de la Platinum Dunes (al que visto lo visto me han entrado ganas de volver), llega La matanza de Texas 3D (2013), una continuación directa de la primera parte realizada casi cuatro décadas después, y que ignora por completo todas las demás entregas buscando ser la continuación definitiva de la original, ahora con el gimmick de las tres dimensiones incorporado.

Destacando primero lo bueno, la película tiene unos primeros quince minutos excelentes, que funcionan como un macabro epílogo de la original del 74 en el que los miembros sobrevivientes de la familia Sawyer se enfrentan a una turba furiosa. Esta secuencia sirve no sólo para cerrar el primer capítulo sino además para borrar de un plumazo todas las continuaciones que la película ha tenido, aunque se nota cierta reverencia hacia el camino andado previamente al incluir sendos cameos de Gunnar Hansen (el Leatherface original) y Bill Moseley, inolvidable por su participación en La matanza de Texas 2 (1986). Lástima que tras este espectacular inicio la película se desinfle sin remedio. No exagero; si bien no esperaba que este nuevo e innecesario reinicio fuese una buena película, nunca me imaginé que llegaría incluso a proyectar una luz positiva sobre el remake del 2003, que con sus carencias al menos tenía un estilo y estética propios.

La matanza de Texas 3D, por el contrario, se rinde a un formato de horror juvenil de toda la vida en el que no hay sorpresa alguna y al que fácilmente hubiésemos podido dar cualquier otro título. Una vez más se comete el error de intentar convertir la saga en un slasher convencional, esta vez poniendo a un Leatherface solitario que al prescindir de la familia de caníbales tira por la borda lo que probablemente es el elemento más reconocible de la saga. Se repite una vez más el mismo esquema de jóvenes citadinos en un ambiente rural hostil que deben enfrentarse a un terrible asesino enmascarado y van muriendo de uno en uno. Encima la película es parca en cuanto a violencia, y únicamente puedo destacar aquí a su guapísima protagonista, Alexandra Daddario, estrella juvenil en alza gracias a las películas de Percy Jackson que es una seria contendora a la más hermosa final girl en muchos años.

La edad de los protagonistas trae a colación algo que ya muchos han comentado y es la inconsistencia cronológica de la película, que insiste en ser una secuela ambientada en tiempos actuales (hay smartphones) pero que supuestamente ocurre unos veinte años después de la original. Este detalle, que parece una tontería pero llega incluso a distraer de la trama, no es más que otra muestra de desidia de una película que parece haber sido hecha a golpes y sin ningún interés por hacer algo interesante con una franquicia que merece un mejor tratamiento que el que ha tenido últimamente. Si bien esta vez al gigantón de la motosierra no le quitan la máscara, sí que lo despojan de todo su interés al hacer de él un asesino genérico que en poco se diferencia de tantas otras historias de matarifes anónimos que han pasado por aquí. Es una lástima que la película no haya conseguido estar a la altura de ese prólogo que consiguió, como mucho, hacerme querer ver de nuevo la original. No voy a recomendarla aquí por ser la respuesta obvia, así que para aquellos que quieran ver un mejor ejemplo de jóvenes perdidos en el hostil ambiente de la América profunda les invito a que echen un vistazo a La casa de cera (2005), una película que curiosamente toma muchos elementos de la saga de TCM y que sin duda está mucho mejor que esta insípida vuelta a los orígenes.

domingo, diciembre 01, 2013

Se acaba el año y hay que meterle prisa a esto

Llegamos al último mes del 2013, un año parco en actualizaciones pero fructífero en cuanto a actividades que nos han mantenido alejados de este blog por más del tiempo del que hubiésemos querido. De todas maneras, y como en otros momentos, siempre nos queda el espíritu decembrino como la última excusa para ponernos manos a la obra y haceros llegar a todos el que probablemente sea el más esperado post anual de Horas de oscuridad: la inevitable encuesta a los lectores acerca de las películas de terror que más han disfrutado este año. Como en otras ocasiones, os presento aquí quince alternativas de las cuales tenéis que escoger tres, y como siempre, aquella que resulte ganadora obtendrá una mención especial junto al más que inevitable podio en el que expondré aquellas que yo considero las más destacables de las que he visto.

Sí, evidentemente me estoy dejando muchas por fuera: algunas de ellas no las he visto y otras simplemente no considero (en lo personal) que reúnan un mínimo de calidad necesario para ser tomadas en cuenta. De todas formas, ya sabéis perfectamente que podéis sugerir incluso películas que no se encuentren en esta lista... siempre y cuando sean del 2013. Por mi parte, emplearé los siguientes días en apurar el resto de reseñas de este año que se me han quedado en el tintero, incluyendo las cinco películas que están aquí y que no han pasado por la página aún.

Así que ya saben, tienen hasta el 30 de diciembre para votar. Podéis también compartir la encuesta con quien sea. La dejaremos también en la barra lateral hasta el día indicado.

miércoles, noviembre 20, 2013

Reseña: Somos lo que hay (2010)

Confieso que escuché hablar de Somos lo que hay (2010) únicamente por su remake americano que se ha estrenado este año. De lo contrario, muy probablemente no habría sabido de su existencia, lo que demuestra hasta cierto punto lo tremendamente aislado que estoy de las propuestas de cine de terror latinoamericano que nos han ido llegando. En esta ocasión ya sólo por el argumento me pareció atractiva: la historia de una familia de caníbales que habita en las barriadas de la capital mexicana y que se ven obligados a buscar la forma de continuar su macabro sustento cuando el patriarca muere de forma repentina en medio de la calle.

Esto que he comentado arriba es sólo la premisa inicial de una película que reconozco tiene grandes ideas, aunque la mayoría de ellas terminan siendo bastante alejadas del género que nos toca. De hecho, como película de terror encuentro que promete mucho más de lo que realmente da, y no serán pocos los que argumenten que no es en realidad una película de miedo sino más bien un drama social con uno que otro toque sangriento. A decir verdad, el director y guionista Jorge Michel Grau parece estar mucho más interesado en resaltar ciertos aspectos de la realidad socio-económica de los protagonistas y su mundo que su afición a la carne humana, detalle que está siempre relegado a un segundo plano y al que los personajes principales nunca se refieren de forma directa y explícita.

Tanto es así que el propio tema del canibalismo no es aprovechado en su faceta de impacto al espectador sino como simplemente otra manifestación del poder deshumanizante de la miseria y una puesta en evidencia del abismo entre clases de un país como México. En realidad, más que sobre la antropofagia es una película sobre la pobreza y el inframundo de las barriadas de D.F, una ciudad que se retrata oscura y decadente con sus policías corruptos, prostitutas vengadoras y bandas de niños ferales que le dan un ambiente casi post-apocalíptico. En medio de todo este caos y degradación, la presencia de una familia que mata para comerse a sus víctimas pasa a ser una simple rareza poco reseñable, como deja bien claro la primera escena en la que se muestra cómo pasa desapercibida la muerte del padre con una muy poco sutil carga de comentario sociológico.

Todas estas ideas están muy bien mostradas y son lo que probablemente llame más la atención de la película. El comentario social está plasmado de forma tan evidente que me pregunto hasta qué punto se habrá mantenido en el remake americano, aunque ya el trailer de este último augura una película muy distinta. El problema en este caso es que este discurso social predomina por encima de todo lo demás; la película se me hizo tremendamente aburrida y en ocasiones frustrante ya que deja abiertas muchas interrogantes acerca de la familia protagonista y está constantemente prometiendo cosas que nunca llegan. Como nota curiosa, eso sí, hay en esta cinta una evidente reverencia al fantástico mexicano con una clara alusión a Cronos (1993) de Guillermo del Toro, mediante la inclusión de un personaje de dicha película que vuelve a aparecer aquí, interpretado por el mismo actor y repitiendo prácticamente la misma escena, como para darnos a entender que ambas películas transcurren en el mismo universo. Un curioso y agradecido detalle para una película que es sin duda interesante, pero que puede terminar echando para atrás a más de un aficionado al terror de verdad.

domingo, noviembre 17, 2013

Reseña: Anatomie (2000)

Debido quizás a la presencia de su actriz protagonista, una Franka Potente en plena ascendencia, Anatomie (2000) fue una película muy exitosa en la historia del terror mainstream alemán. Otro elemento a su favor puede haber sido su cercanía temporal con Scream (1996) y todos sus productos derivados, de las que toma su estructura de thriller juvenil ambientado en un contexto universitario, con sus personajes arquetípicos y con la ventaja de mostrar una violencia un tanto más gráfica. Finalmente, hay que destacar a su favor el morbo por los cuerpos muertos diseccionados. Confieso que no la había visto, y aunque me acerqué a ella con las expectativas muy bajas ha terminado por sorprenderme y conseguir un par de momentos bastante memorables a pesar de su factura de producto en el fondo inofensivo.

De entrada una de las cosas más típicas que tiene es su recreación en el ambiente universitario, pero por fortuna este se encuentra reducido a apenas un puñado de personajes y en ningún momento se pierde de vista el que parece ser el eje central de la película: la mortal curiosidad de la protagonista por descubrir el verdadero motivo de la muerte de uno de los cadáveres de la morgue universitaria, un chico a quien ella llegó a conocer y al que una terrible casualidad ha puesto delante suyo en una clase de anatomía. De hecho la película no es más que un whodunit de manual en el que descubriremos al asesino entre los personajes que ya nos hemos encontrado previamente. Sin embargo, una de las cosas más curiosas que tiene, y que definitivamente la separan de otros trabajos similares tipo Scream es que aquí la revelación "sorpresa" acerca de la identidad del asesino no se deja para el final (como suele pasar por lo general) sino que ya es revelada desde más o menos la mitad de la película, con lo que al menos se ofrece algo de novedad al mostrarnos la historia desde el punto de vista del asesino y ahondar un poco en sus motivaciones más allá de la investigación de la protagonista.

Por desgracia la identidad de este asesino y las motivaciones de sus crímenes se sienten un poco tiradas por los pelos y vinculadas a un extraño subtexto de pseudo-cientificismo que echa mano del arquetipo de sectas y grupos herméticos que tantos clichés ha dado en el pasado. Decepciona un poco porque el tema está tratado desde una perspectiva un tanto risible. No puedo decir mucho más para no dar demasiados detalles, pero sí puedo adelantar que la manera como se muestra a estos personajes antagonistas parece un tanto ridícula y por momentos se asemeja a una parodia sin llegar completamente a serlo. Esto hace que se pasen de lado aspectos interesantes que la trama deja asomar, como la vinculación del argumento con el pasado nazi de Alemania y el conflicto que se palpa entre la generación que sirvió al Tercer Reich y sus hijos, quienes le recriminan su participación. Este tema, de una validez total en la Alemania actual, es algo por lo que la película pasa de puntillas y a lo que no termina dando ningún cierre.

Donde sí destaca por supuesto Anatomie es en su carga de violencia y en el efecto genuinamente perturbador del empleo artístico de cadáveres, algo que inevitablemente lleva a los trabajos del artista alemán Gunther von Hagens, quien no diseñó los cuerpos que se ven en la película pero que por supuesto sirvió como una de sus principales inspiraciones. Es una lástima que esta película no haya tenido una mayor proyección en otros países al otro lado del Atlántico durante el momento de su estreno, ya que hubiera sin duda aprovechado el tirón del horror juvenil de finales de los noventa. Hoy en día probablemente no pase de ser una simple curiosidad, pero en su momento llegó incluso a producir una secuela a la que me terminaré acercando tarde o temprano.

miércoles, noviembre 13, 2013

Reseña: Insidious 2 (2013)

Mi principal preocupación con Insidious 2 (2013) era su cercanía temporal con The Conjuring (2013), lo que podía llevar a una saturación de James Wan para este año y causar que esta secuela pasase desapercibida entre los estrenos de terror típicos de estas fechas. Por fortuna no fue así; esta segunda parte de la fabulosa Insidious (2010) ciertamente no está a la altura de la primera entrega, pero considerando lo alto del listón es una continuación muy digna que incluso se permite atar algunos cabos argumentales que su predecesora dejó sueltos.

Secuela en toda regla, Insidious 2 empieza exactamente donde la primera terminó. De hecho, casi podríamos decir que esta segunda parte no es sino un largo epílogo de hora y media de la anterior película, con la familia Lambert intentando recuperarse de su experiencia y escapando de su antigua casa para darse cuenta poco a poco que una presencia maligna les ha seguido. Se tocan los mismos puntos que se tocaban en la original en cuanto al fenómeno de la proyección astral, sólo que esta vez haciendo hincapié no en el niño comatoso de la primera parte sino en su padre, así como en el personaje de la anciana fantasmal que le acosaba durante su niñez. Algo que sorprende en esta ocasión es que la historia es mucho más concisa que en la primera entrega y sí que se siente como un tanto más convencional a la hora de rendirse al arquetipo tan manido de la maldición del presente vinculada a un crimen sin resolver del pasado, del cual por supuesto tendrán que encargarse los protagonistas.

De todas formas, y esto por fortuna es algo positivo, en esta película regresa ese estilo desmelenado de la primera parte con su curiosa estética que mezcla la sobria cámara fija del mundo real con las extravagancias visuales del "mundo de los muertos" al que nuestro personaje protagonista debe volver para enfrentar sus peores miedos. Wan incluso se permite momentos de locura adicionales, algunos de ellos muy típicos como la referencia al terror documental (en los personajes de Leigh Whannell y Angus Sampson, investigadores paranormales que aportan el lado cómico del argumento) pero también con otros realmente inusuales como un juego que hay con la continuidad temporal entre esta entrega y la primera, detalle que me ha gustado mucho.

Si os gustó la primera parte, dadle una oportunidad a Insidious 2. No llega a los niveles de la primera y muy probablemente sufra con las comparaciones con una obra mucho más redonda como The Conjuring, pero es una prueba más de cómo Wan y compañía conocen los referentes que manejan y aún así logran sacar adelante una historia propia que maneja la estética de horror de feria de una forma (para variar) eficiente. Esto último es lo que hace destacar algunas cosas de la película que quizás no sean del agrado de todo el mundo, tales como sus concesiones al humor, la grotesca caricatura de sus fantasmas (en algunos casos acompañados no sólo de maquillajes estrafalarios sino también de gloriosas sobreactuaciones) y sobre todo el marcado ángulo místico de la trama, detalle este que la hace sin duda más "fantástica" que la original. Esto probablemente explique el rechazo que parece haber despertado en algunos espectadores. En todo caso sigue siendo una excelente recomendación para este año que poco a poco se acaba.

domingo, noviembre 10, 2013

El regreso de Roger Corman... y una lista suicida

En estos tiempos en los que estamos desesperados por recuperar todo, era de extrañarse que no se hubiera hecho un mayor hincapié en el regreso de Roger Corman a la primera línea de batalla. A sus 87 años, y a casi cinco lustros de su despedida en Frankenstein desencadenado (1990) el incansable rey de la serie B se sienta de nuevo en la silla del director, y el proyecto elegido será un telefilme para la cadena americana Syfy: Sharktopus vs Mermantula (2014). 

Llegados a este punto hay informaciones contradictorias: por un lado, el enlace de donde he sacado la ya vieja noticia no menciona a Roger Corman como director sino únicamente como productor de este subproducto (de los cuales ya ha producido varios para SyFy, incluyendo la propia Sharktopus (2010), no olvidemos). Sin embargo, la propia web de IMDB de Corman sí que lo pone como director, así que no sé qué pensar.

Lo que sí está claro es que esta "noticia" me da a excusa perfecta para el post de hoy, y que no es otra que invitaros a todos a que sigáis esta lista de mi perfil de Letterboxd, en el que estaré lanzando breves comentarios sobre toda la filmografía como director de Roger Corman. Habrá que tener paciencia, puesto que estamos hablando de más de cincuenta títulos, pero el formato hiper-breve de Letterboxd se prestará maravilliosamente a ello. Para no agobiarnos, he decidido comenzar por las primeras veintidós, que fueron aquellas rodadas en los cincuenta. De más está decir que el hombre que encabeza estas líneas no se dedicó en exclusiva al género de terror, a pesar de que en su filmografía sí que podemos encontrar elementos comunes. 

Aquí en Horas de oscuridad ya hemos reseñado algunas de las joyas que Corman nos ha dejado, tanto en su faceta de director como de productor. Esperemos que podamos terminar con esta lista antes de que último trabajo llegue a la pantalla. Personalmente, nunca me han gustado esas producciones de Syfy o The Asylum porque soy de los que piensan que las mejores películas "malas" (estiro aquí el término) son aquellas que no saben que lo son. De todas formas, toda excusa es buena para volver a revisar la obra de alguien que nos ha hecho tan felices.

sábado, octubre 19, 2013

Reseña: El último exorcismo 2 (2013)

Aquellos que sigan este blog desde hace un tiempo sabrán lo mucho que terminamos recomendando El último exorcismo (2010), una película que no sólo resistió las inevitables comparaciones con El exorcista (1973) sino que también resultó ser uno de los pocos ejemplos de cine de metraje-hallado/falso-documental de los últimos años que encuentro destacable. Era raro que hasta ahora nadie se hubiese decidido a sacar una secuela. Pero ahora, en estos tiempos de desesperación en los que hay que rentabilizar cualquier cosa que tenga el menor grado de reconocimiento por parte del público, nos llega El último exorcismo 2 (2013), una continuación que (previsiblemente) está realizada por otro director, escrita por otro guionista, y que no guarda casi ninguna similitud con la primera parte.

Aparte del hecho de que en mi opinión debería haber una ley en contra de poner un número de secuela a un título que tenga la palabra "último/a", hay una cosa que quisiera destacar de esta segunda entrega y que muy probablemente ya todos sepan a estas alturas: El último exorcismo 2 abandona el formato de metraje hallado de la original y opta por la perspectiva tradicional en tercera persona, contando esta vez la historia de la misma chica poseída de la película anterior, que parece haber sobrevivido y escapado del culto satánico de la primera entrega para luego ir a parar a una casa de rehabilitación donde intenta superar su traumática experiencia antes de ser acosada de nuevo por aquella fuerza demoníaca que se había apoderado de ella.

Esto es básicamente todo lo que se puede contar del argumento, uno que está calcado no sólo de conocidas películas de jóvenes indefensas ante malignas presencias sino incluso de conocidos recientes ejemplos de terror sobrenatural ambientados en la familiaridad de un contexto urbano. En este sentido, la película no presenta ninguna sorpresa, rindiéndose a todos los clichés del denominado "cine de exorcismos", con la única diferencia, quizás, de ofrecer en esta ocasión la poco habitual perspectiva de la propia víctima que se debate entre la desconfianza de aquellos que la rodean y el acoso de un demonio que paradójicamente la considera alguien especial.

Por desgracia, el resultado no sólo es bastante conocido sino también tremendamente aburrido, con un empleo de lo sobrenatural muy parco y una sobriedad exagerada para una película que necesitaba precisamente un mayor grado de efectismo. Además, el intento de hacer de la protagonista Ashley Bell una jovencita vulnerable tipo Carrie falla debido a que no da el tipo físico necesario para ello. Aparte de eso, la obsesión de la película por demostrar (nuevamente) las contorsiones de las que es capaz la chica terminan siendo un tanto risibles y hacen caer la película en los terrenos de la parodia involuntaria. En verdad se me hizo difícil llegar hasta el final con El último exorcismo 2, lo que espero no termine haciendo sombra sobre la primera entrega, que junto con El exorcismo de Emily Rose (2005) se cuenta entre las poquísimas historias recomendables de posesiones diabólicas de este lado de William Friedkin. Esta de hoy, en cambio, se me hace imposible de recomendar.

domingo, octubre 13, 2013

Reseña: Red State (2011)

Probablemente ya conocida por la mayoría de quienes lean estas líneas, Red State (2011) fue en su momento la apuesta del director Kevin Smith por explorar géneros nuevos en su filmografía y al mismo tiempo regresar a aquellas producciones modestas e independientes que le hicieron famoso como cineasta tras una serie de tropiezos de taquilla y crítica en el cine comercial. Recuerdo que cuando la vi por primera vez no me convenció mucho, e incluso ahora a más de dos años de su estreno todavía encuentro sobre ella opiniones muy polarizadas, que la clasifican como una de las mejores películas de Kevin Smith o como una inmensa tomadura de pelo, dependiendo de quién escriba la reseña.

El rechazo hacia la película por parte del público probablemente tenga su raíz en el hecho de que el material publicitario de Red State intentó venderla como una película de terror más convencional y explícita de lo que terminó siendo. En vez de eso estamos ante un muy sobrio aunque en ocasiones grotesco drama de una congregación de fanáticos cristianos de un pequeño pueblo en la América profunda (en uno de esos "estados rojos", llamados así porque estas sociedades habitualmente conservadoras y rurales suelen ser habitual feudo del Partido Republicano, normalmente identificable con este color) que comete una serie de asesinatos inspirados por la escalofriante figura de su reverendo. El carácter consanguíneo de esta congregación y su declarado odio hacia los homosexuales les delatan como una muy poco disimulada puya hacia la Iglesia Bautista de Westboro, y el escaso efectismo estético (del que quizás el detalle más destacable sea la ausencia de una banda sonora atmosférica) hacen de esta una cinta destinada a despertar polémica con el siempre espinoso tema de la religión en la sociedad americana, un discurso que está por encima de unos componentes de terror que se limitan a la primera mitad del metraje.

Tras el tiempo que he pasado sin verla sigo sosteniendo que esa primera mitad, en la que asistimos a los ritos y la cotidianidad de la secta, es sumamente intensa y atrapa al espectador de forma inmediata. Esto se consigue no sólo gracias a la excelente recreación que consigue Smith sino también por la soberbia actuación de un inmenso Michael Parks como el reverendo líder de la secta, quien realmente se echa la película sobre los hombros. La segunda mitad del metraje, en la que estalla la confrontación entre los miembros de la iglesia y las fuerzas del orden, parece cambiar por completo el tono y cambiar el tema de la intolerancia religiosa por el del culto a las armas en los Estados Unidos, temas que Kevin Smith parece querer vincular a como de lugar pero que a mí por lo menos hizo que la película me interesara menos y perdiera gran parte del atractivo que había conseguido.

Curioso también el desenlace que Kevin Smith reserva para la película, uno que en un principio sorprende pero que al final termina formando parte de esa escasa espectacularidad de la que la cinta está dotada. Si quien lee estas líneas no se ha acercado todavía a Red State, le recomiendo que lo haga teniendo en cuenta que el componente de terror es muy poco y que este se ve sustituido por un subtexto de sátira social a una problemática muy americana con la que será difícil enlazar si se desconoce la realidad de ese país. Sin embargo, y aunque sigue sin entusiasmarme tanto como a otras personas, considero que es una película muy interesante que tiene la ventaja de ser distinta a casi todo lo que ha hecho Kevin Smith hasta la fecha, además que toda la primera mitad y su recreación del paletismo moderno y de la religión como foco de ignorancia consigue secuencias realmente inquietantes y dignas de ese terror que gira en torno a sectas y rechazo voluntario a la civilización. Sólo por eso ya vale la pena.

jueves, septiembre 26, 2013

Reseña: You're Next (2013)

Después de esta inesperada pausa que nos ha mantenido alejados del blog durante varias semanas, regresamos para ponernos al día con los estrenos que se nos quedaron pendientes de septiembre. El primero de ellos, y el más esperado sin duda aquí en esta bitácora, es You're Next (2013), lo más reciente del director Adam Wingard, responsable también de otro trabajo que tenemos pendiente por acá, A Horrible Way to Die (2010), que ya tocaremos en otro momento. Decimos lo más reciente sólo hasta cierto punto, ya que este slasher de invasión domiciliaria lleva rodando en festivales unos dos años, tiempo en el cual ha cosechado una gran cantidad de elogios que elevan aún más a Wingard en una lista de jóvenes directores actuales a los que hay que seguir la pista y entre los que se cuentan tipos como Adam Green, Joe Lynch o Ti West, quien por cierto tiene un pequeño papel como actor en la película de la que hablamos hoy.

El argumento es muy sencillo, y ya en el trailer se veía bastante bien: una familia que se reúne para pasar un fin de semana celebrando el aniversario de boda de sus padres y que de repente se ven invadidos por un grupo de psicópatas con máscaras de animales que comienzan a asesinarlos uno a uno de la forma más brutal posible. Sin embargo, lo que el trailer no dejaba entrever era el tono de la película, uno que jamás me hubiese esperado teniendo en cuenta lo sombrío del trabajo anterior de Wingard, y es que You're Next al final no es tan "seria" como aparenta. Si bien el avance hacía pensar en una película de invasiones cruel y solemne muy al estilo de Los extraños (2008), la película final está llena de momentos de humor muy finos que le dan un aire completamente distinto a lo que me esperaba. El humor está presente no sólo a través de las rencillas entre los diferentes miembros de la familia (una evidente tensión y rencor entre los hermanos que tendrá sus consecuencias durante el argumento) sino incluso durante el propio asalto a la casa y durante las propias escenas de muerte, las cuales son en ocasiones muy salvajes. A pesar de ello, eso sí, la película nunca llega a ser realmente una comedia.

Otro elemento novedoso y que no me esperaba a partir de los avances es que la película revierte el típico esquema de este tipo de producciones al hacer de su protagonista no una víctima que corre desesperada por los pasillos sino que se enfrenta a los asesinos con arrojo y resolución. No exagero si digo que desde ya Sharni Vinson se ha convertido en una de mis final girl favoritas. Hay sin embargo una explicación para el inusual comportamiento de este personaje, y aunque ya habíamos visto ejemplos similares en el pasado, no deja de ser interesante ver personajes femeninos alejados del estereotipo de víctima que se les suele atribuir en este tipo de historias.

Algunas reseñas que he leído por lo visto no han calzado muy bien el humor y la transgresión temática de You're Next, esperando sin duda un trabajo más típico. Dichas opiniones me desconciertan un poco y me hace creer que en ocasiones pareciera como si la gente odiara ser sorprendida, actitud preocupante en un género tan dado a la insensata repetición. A mí, en lo particular, me ha parecido uno de los slashers del año, una película muy intensa y divertida en la que los personajes están mejor tratados de lo que suelen estar, y sobre todo con un humor hecho desde el respeto y el conocimiento, lo que no quita que haya escenas realmente crueles y un regodeo en el carácter muchas veces lúdico y arbitrario de la violencia con la que los asesinos despachan a sus víctimas. Si todavía la tenéis en carteleras, echadle un vistazo antes de que sea demasiado tarde.

domingo, septiembre 01, 2013

Somos 500 o más

Estaba esperando un poco para poder confirmarlo (ya se sabe que estas cosas en ocasiones pueden fluctuar), pero creo que ya estamos a salvo y podemos aprovechar para celebrar el hecho de que hemos alcanzado los 500 "me gusta" en Facebook. No está mal teniendo en cuenta que las redes sociales se nos dan fatal y que nunca hemos sido capaces de moverlas como se debe. Pero en fin: ahí seguimos con las reseñas, que no podéis negar que hemos cogido carrera en las últimas semanas. 

Ah, y ya que estamos: nuestra cuenta de Facebook está aquí.

sábado, agosto 31, 2013

Reseña: Jugface (2013)

Otra de esas pequeñas sorpresas con las que me he topado en los últimos días, Jugface (2013) es una película que tenía conmigo todas las de ganar sólo por el tema que toca, que no es otro que esas historias de religiones extrañas ambientadas en el entorno rural de la América profunda. Este tema de entrada se ha tocado por lo general mejor en la literatura que en el cine, aunque todavía mucha gente sigue mencionando Los chicos del maíz (1984) como uno de sus ejemplos más evidentes. En la película de la que hablamos  hoy parte de un concepto similar, aunque lo modesto de su propuesta hace que por desgracia esté destinada a pasar desapercibida. 

Despertó mi curiosidad ya desde el principio gracias a unos fabulosos títulos de crédito con estética de arte ingenuo que cuentan sin palabras todo lo que necesitamos saber sobre la comunidad en la que se desarrolla la película; un pequeño pueblo atrasado y miserable que abandona la religión cristiana en favor de un extraño y sangriento culto a una misteriosa criatura que habita en una fosa en medio del bosque. Es importante señalar que a pesar de que la película no deja lugar a dudas en cuanto a la existencia real de esa presencia, nunca llegamos a ver realmente al monstruo. De todas formas, el énfasis no está puesto en la criatura o en el mundo de espíritus que habita el bosque, sino en lo que sucede en la comunidad cuando la chica protagonista se niega a ser la próxima víctima del sacrificio humano requerido por el culto, y de cómo esta decisión comienza a minar aquel ambiente.

La escogencia de esta protagonista es una de las mayores fortalezas de la cinta porque aborda la historia desde el punto de vista de la propia comunidad, a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de estos relatos que son contados desde la perspectiva de unos forasteros que llegan a él. Por el contrario en Jugface casi no vemos el mundo "civilizado" fuera de un par de escenas muy concretas, hasta el punto de que si no fuese por estas perfectamente podríamos creer que la película está ambientada en cualquier época. Pero lo mejor de todo es que la representación de estos paletos paganos está hecha de forma mucho más seria de lo habitual y se sostiene gracias a unas actuaciones muy buenas, no sólo de la protagonista Lauren Ashley Carter sino sobre todo de Sean Bridgers, excelente en su papel del alfarero medium. A ambos actores los hemos visto antes en The Woman (2011), haciendo personajes diametralmente opuestos. 

Si quien lee esto gusta de este tipo de historias probablemente disfrute Jugface tanto como yo. Aún así no es para todos los paladares; a pesar de que la película no se corta nada a la hora de mostrar imágenes y temas incómodos, en ocasiones no parece tener muy claro exactamente cuál es el tono que quiere dar, pasando del horror a la comedia de una forma que se siente un tanto radical. Muchos además pueden sentirse decepcionados de que la película únicamente pase de forma superficial por sus elementos sobrenaturales y que no muestre nunca al monstruo de la fosa a pesar de que se percibe como lo más importante del argumento. Eso y la resolución final del relato pueden echar para atrás a algunas personas. Yo sólo sé que la historia de esta película y la mitología que se intuye a través de ella me han parecido muy interesantes, y me han mantenido pensando en ella por mucho tiempo incluso después de haberla visto.

viernes, agosto 30, 2013

Reseña: Byzantium (2013)

Una de las más esperadas películas de este año por mi, por motivos evidentes, pero sobre todo por ser el regreso del director Neil Jordan al cine sobrenatural, con una temática que trae las inevitables comparaciones con Entrevista con el vampiro (1994), una película por la que siento una gran simpatía que comparte gran parte de la gente de mi edad (increíble darme cuenta de que se estrenó hace ya casi veinte años). Byzantium (2013) toca muchas de las claves de aquella cinta vampírica con Brad Pitt y Tom Cruise, así como varias de las constantes estéticas del cine de su director. Es una película hermosa que sin embargo está llamada a ser dejada a un lado por gran parte de los seguidores de un cine de terror más entregado a un imaginario monstruoso del que esta cinta carece. 

Con esto lo que quiero decir es que, aún en mayor grado que en Entrevista con el Vampiro, en Byzantium no tenemos en realidad una película de terror, sino un drama protagonizado por seres sobrenaturales, en específico dos vampiras, madre e hija, que durante doscientos años han estado huyendo y escondiéndose de los de su propia especie, que les persiguen sin descanso por motivos que iremos descubriendo a lo largo del metraje. Ya de entrada tenemos aquí el mismo esquema de la cinta del 94 pero al revés; en vez de dos vampiros que buscan sus orígenes, en esta ocasión tenemos a dos criaturas inmortales que buscan refugio entre los humanos intentando confundirse entre ellos y reivindicando su libertad en contraposición a la hermética y elitista orden de su propia especie.

Como viene siendo habitual en las obras de Neil Jordan que tiran del fantástico, Byzantium tiene grandes aciertos estéticos que en esta ocasión van más allá de imágenes surrealistas; de hecho, una de las mayores fortalezas que tiene esta película está en la recreación que hace de los vampiros. Cuando decimos que es un drama nos referimos a que en esta ocasión los vampiros no son monstruos sino que son pintados como una suerte de terribles ángeles justicieros, comparación que no es gratuita ya que la película lo afirma en más de una ocasión. Jordan elude la representación ya establecida de estas criaturas al hacer de sus vampiros seres que pueden perfectamente vivir de día y a quienes ni siquiera les crecen los colmillos; sólo se mantienen su necesidad de beber sangre y su inmortalidad, con lo que son casi imposibles de distinguir de los mortales (uno de los personajes, de hecho, lo evidencia al decir que sólo con el pasar de los años puede demostrar lo que ella es). Esta representación un tanto menos terrorífica puede molestar a algunos, pero a mí me parece que está más que compensada por el misterio con el que Jordan dota a su particular visión del origen de la raza vampírica en una enigmática isla de la costa de Irlanda, creando una mitología fascinante de la que sólo vemos una parte muy pequeña. 

Por supuesto que gran parte del acierto estético de esta película está en la actuación de sus dos protagonistas femeninas. La campaña publicitaria ha tirado por el reclamo visual al destacar la presencia de una voluptuosa Gemma Arterton en el papel de la madre. Lo hace muy bien y me agrada verla finalmente en una película buena, pero este énfasis por desgracia quita la atención de la joven Saoirse Ronan, que borda su papel y representa la contraparte serena de la indomable Arterton. Sólo por verlas a las dos en pantalla ya merece la pena acercarse a esta película. Algunos que vayan a verla probablemente se sientan un poco decepcionados al esperar encontrar una película de vampiros y encontrarse más bien con un drama sobre la soledad y la renuncia al amor en medio de una historia contada con una gran cantidad de voz en off, pero desde aquí creo que es un trabajo muy recomendable que me ha reconciliado con una estética que por desgracia ha sido parodiada hasta el cansancio por romances sobrenaturales de segunda fila destinados al mercado adolescente. Echadle un vistazo porque vale la pena.

jueves, agosto 29, 2013

Reseña: Haunter (2013)

Aquí en este blog le teníamos perdida la pista a Vincenzo Natali, con lo que es toda una sorpresa ver que el director de Cube (1997) y Splice (2009) regresa a nuestra página con Haunter (2013), una película de fantasmas que da un peculiar giro al típico tema de casas embrujadas con crimen del pasado. Es también un regreso por parte de Natali a ponerse a cargo de una producción modesta con medios reducidos pero mucho más centrada a nivel de premisa, a diferencia de su más ambicioso trabajo de ciencia-ficción que llegamos a reseñar aquí. La presencia como protagonista de Abigail Preslin (a quien seguramente recordáis por su trabajo en Zombieland (2009), entre otros ejemplos) puede dar la idea errada de que estamos ante una cinta de corte juvenil, pero no es así del todo.

Sin entrar demasiado en detalles, la película es básicamente la historia que siempre hemos visto de una casa embrujada cuyo fantasma está relacionado con un crimen sin resolver del pasado. La diferencia en todo caso está en que en esta ocasión se nos cuenta todo desde una perspectiva poco común, sumergiendo al espectador en la situación anómala de hallarse en el mundo de los espíritus y ser el mundo de los vivos el que se siente como otro mundo al que de repente se tiene acceso. El resultado es sorprendentemente bueno y más inteligente de lo que en un principio parece, por mucho que algunas reseñas hayan intentado despachar la película como una supuesta versión de horror de The Lovely Bones (2009), con la que no tiene realmente nada que ver.

El motivo por el que me ha sorprendido ha sido el encontrarme con una película en extremo sencilla, alejada de los trabajos más recientes de Natali y trabajando con un único escenario aprovechado al máximo: esa casa de la que se nos muestra cada una de sus habitaciones en varias épocas, una superposición de planos temporales que van llevando la historia hacia delante con varios giros argumentales que vamos descubriendo junto a la protagonista a medida que esta va recuperando sus recuerdos perdidos. La manera cómo la película lo logra es muy interesante y en ocasiones llega a sorprender al espectador, cosa nada fácil hoy en día. Y todo esto, repito, con un planteamiento muy sencillo; de hecho, las mayores limitaciones de la película en cuanto a medios se notan sólo en los (por fortuna pocos) momentos en los que se rinde al uso de efectos especiales CGI, los cuales son bastante penosos, incluyendo unos títulos de crédito iniciales muy cutres. Tampoco ayuda el hecho de que el título que le han puesto a la película no sea lo que se dice muy atractivo.

Lamento de entrada lo críptica que pueda parecer esta reseña, pero Haunter es una de esas cintas a la que es mejor ir con poca preparación y sabiendo lo menos posible. Por este motivo se hace muy importante no ver el terrible trailer que le han hecho, lleno de spoilers que destripan todos y cada uno de los giros argumentales de la película. El principal de ellos (aquel que determina la perspectiva desde la que se narra la historia) es probablemente la menor de las sorpresas ya que se revela casi desde el principio y aún así puede intuirse con facilidad, pero aún así la película se guarda unas cuantas cartas bajo la manga que la hacen una interesante aportación al cine de terror de este año, uno que para variar no es un remake ni una adaptación de nada. Sólo por eso, ya creo que vale la pena darle una oportunidad. Una grata y recomendable sorpresa.

viernes, agosto 23, 2013

Estoy en el Fantasy Filmfest, no me paséis llamadas

El hecho de que haya podido reseñar Hatchet 3 (2013) es sólo un recordatorio de que estos días estoy metido de cabeza en el Berlin Fantasy Filmfest, para mí el evento del verano. Aunque por incompatibilidad de horarios este año sólo me las he podido inventar para ver ocho películas en todo el festival, de las cuales dos ni siquiera pertenecen al género de esta página. De todas formas, podéis estar pendientes porque a continuación vienen mis impresiones sobre Haunter (2013), lo nuevo de Vincenzo Natali, la esperadísima Byzantium (2013), la curiosa Jug-Face (2013), la nueva cinta de antología V/H/S 2 (2013) (titulada aquí S-VHS) y lo que viene siendo el plato fuerte y una de las más esperadas del año, You're Next (2013). Los siguientes días pintan muy bien.

jueves, agosto 22, 2013

Reseña: Hatchet 3 (2013)

Tenía pocas esperanzas en un principio para Hatchet 3 (2013), creyendo que se trataba de una continuación forzada simplemente por el hecho de que esta vez no está dirigida por Adam Green, quien "únicamente" trabaja aquí como guionista y productor. Sin embargo, estaba equivocado; esta tercera (y según sus creadores, última) parte de la saga del slasher Victor Crowley está lejos de ser una obra maestra pero tiene innegables aciertos que la convierten en una película muy divertida, en un sentido descerebrado pero al menos fiel a lo que han sido sus principios estéticos desde el estreno de la primera parte. 

La película empieza justo donde terminó Hatchet 2 (2010). Lo digo literalmente; el último plano de la segunda parte es el primero de esta tercera entrega, con Marybeth (una vez más interpretada por Danielle Harris) despedazando el cadáver de Victor Crowley y dando con sus huesos en la cárcel, hasta que es reclutada por una reportera que conoce la leyenda y asegura saber la forma de detener la maldición para siempre y poner al monstruo en su tumba de una vez por todas. Una nueva expedición por parte de la policía se salda por supuesto con la montaña de cadáveres que todos esperamos. Lo primero que llama la atención es la presencia en el elenco de antiguas caras conocidas del horror como Zach Galligan (a quien recordaréis como el protagonista de Gremlins (1984) y su secuela) y Caroline Williams (la protagonista de La matanza de Texas 2 (1986), y una final girl crepuscular). La presencia de Derek Mears se siente además como un evidente guiño a los fans de la saga de Viernes 13 al darnos la inevitable confrontación entre él y Kane Hodder, quien una vez más interpreta a Victor Crowley de manera sobresaliente incluso rozando los sesenta años.

Lo que sí es cierto es que esta es una de esas películas en las que todo el presupuesto parece haberse ido por el lado de los efectos especiales; los decorados son nefastos (una vez más se nota que es el mismo trozo de pantano reconfigurado para cada toma) y los uniformes de los polis están al nivel de una película de The Asylum, pero nada de eso importa: Hatchet 3, al igual que sus antecesoras, reniega por completo del CGI y se decanta por los efectos sangrientos de toda la vida, y de esos precisamente no faltan; la película desborda sangre y violencia en cada minuto de metraje, pero aunque su regodeo en la brutalidad es serio, comete el acierto de volver al espíritu de la original e inclinarse más por la comedia (a diferencia de la segunda entrega que parecía intentar ser algo más seria). Es una comedia, sin embargo, hecha desde el respeto, llena de chistes en las interacciones entre los personajes, pero que se pone seria una vez que los ataques de Victor Crowley ocurren. La presencia del monstruo de Kane Hodder, una vez más, es un gran acierto y el alma de la película. A decir verdad son él y sus masacres los auténticos protagonistas porque incluso la final girl Danielle Harris está relegada a un papel secundario y no hace casi nada hasta llegar el desenlace.

Lo más polémico de Hatchet 3 es sin duda el final. Sin revelar realmente nada, puedo decir que llamar a este final "abrupto" es quedarse corto, tanto que sentó bastante mal en el público durante la sesión en la que vi la película. Dicho final se siente en gran parte como una broma a costa del espectador al jugar con las expectativas que solemos tener en cuanto a cómo termina un slasher, pero es tan radical que me hace pensar que Adam Green y compañía no son completamente sinceros cuando afirman que esta es la parte final de la saga. Entretanto, yo recomiendo esta película a aquellos que les haya gustado la primera parte y a los seguidores de aquellos slasher divertidos y con una energía especial. Definitivamente no es para aquellos que esperen ver una película de terror seria, pero en el estado de ánimo correcto se hace muy entrañable.

miércoles, agosto 21, 2013

Reseña: Vanishing on 7th Street (2011)

Brad Anderson, uno de los directores más prometedores del género de horror durante la pasada década, volvió a la carga hace un par de años con Vanishing on 7th Street (2011), una historia apocalíptica de corte intimista en la que un pequeño grupo de personajes se esconde en un bar durante el ataque de una misteriosa oscuridad viviente que poco a poco se va tragando la ciudad de Detroit, haciendo desaparecer a sus habitantes. No la vi en su momento (a decir verdad, nunca se llegó a estrenar donde vivo) y la he recuperado finalmente tras preguntarme qué había sido de Anderson en los últimos años. El resultado está muy dentro de su línea, una película en la que la atmósfera prima sobre todo lo demás y en la que los gustos estéticos de su director parecen primar sobre un argumento bastante visto que no ofrece demasiadas sorpresas.

Uno de los puntos a destacar es que la película está inspirada en la misteriosa desaparición de la colonia perdida de Roanoke, influencia que la cinta admite abiertamente y a la cual se hace referencia en más de una ocasión. Hay también momentos que remiten a otras famosas historias de cine apocalíptico como La noche del cometa (1984) o la más reciente Pulse (2001), pero su mayor inspiración está sin duda en su tratamiento alegórico de numerosos pasajes bíblicos que la película hace muy evidentes, con lo que la historia, si bien nunca es explicada en detalle, tiene unas connotaciones místicas muy obvias que dejan claro el ángulo puramente sobrenatural de la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas. De todas formas el argumento importa muy poco aquí; a pesar de que la historia está muy vista y que no es nada original, algo que se le da muy bien a Brad Anderson son las atmósferas, y esta no es la excepción. Increíbles imágenes de soledad y un uso muy eficaz del silencio y la penumbra (sobre todo en la secuencia del cine o el clímax de la iglesia) son el alma de la película y muestran cómo el director hace un intento loable por volver a rescatar el ambiente de terror de Session 9 (2001), su primera y hasta la fecha más destacable película.

En realidad debo reconocer que esta película ha terminado por gustarme más de lo que esperaba. Aparte de que la ambientación está muy lograda, me gusta el tono intimista reducido a muy pocos personajes y el ambiente cada vez más reducido de la película, alejado de las proporciones épicas que normalmente tienen este tipo de historias. También me gusta el hecho de que con todo y las obvias referencias bíblicas, la mayor parte de los misterios se dejan sin resolver y los personajes son simplemente piezas menores en medio de una catástrofe que les supera y de la que ellos sólo intentan huir. Los defectos de la cinta muy probablemente vengan de la mano de algunos efectos especiales digitales que en ocasiones rompen la ilusión de la película cuando los actores no reaccionan de forma creíble ante hechos que presencian como la caída de un avión cercano, que apenas causa sorpresa en el protagonista por el motivo evidente de que no la está "viendo" en realidad.

No se puede decir mucho más. Si queréis acercaros a una historia apocalíptica interesante con una atmósfera muy lograda esta película de Brad Anderson es para vosotros. Sus giros narrativos, su manejo de elementos trillados del cine de horror y su pesimismo existencialista no impresionarán a nadie, lo confieso, pero con todo y eso es lo suficientemente interesante para echarle un vistazo, y guarda en su interior algún que otro momento sorprendente en cuanto al destino de sus personajes principales. No esperéis, eso sí, mucho más; está claro que Anderson tiene trabajos mejores.

martes, agosto 20, 2013

Reseña: Detention (2011)

A pesar de que se ha publicitado como una comedia de horror, la verdad es que Detention (2011) es una película inclasificable. Se trata de una cinta muy inteligente que parece escudarse detrás de un envoltorio de puro entretenimiento y una reivindicación total del cine adolescente. A pesar de que su radicalismo formal ha encontrado opiniones muy polarizadas, sostengo que estamos ante una obra maestra que mejora con cada visionado y de la cual hay literalmente miles de detalles que apreciar, independientemente de la edad que se tenga. De hecho, a pesar de que presenta un elenco y formas típicas del cine adolescente, el director Joseph Khan (veterano realizador de videoclips que incluso se tira puyas a su anterior película Torque (2004) y a su propia carrera) tira de un bagaje cultural que difícilmente puede ser apreciado por lo que sería el aparente público de una cinta como esta.

Superficialmente Detention presenta el típico triángulo amoroso de las películas de instituto, uno que en este caso se ve interrumpido por la presencia de un misterioso asesino disfrazado del slasher Cinderhella, argumento que por sí solo es un remedo evidente de Scream (1996) y que delata la reiterada fascinación de esta película con los años noventa. Pero eso es sólo el principio; a partir de allí la trama se descalabra en un aparente caos argumental que incluye viajes en el tiempo, mutaciones genéticas y hasta una delirante subtrama de cambio de cuerpo que en lo personal considero uno de los mejores detalles de la película. Todo está contado además en un estilo frenético, con una edición vertiginosa que hace que la película vaya a un ritmo muy acelerado, con escenas muy cortas que lanzan referencias a diestra y siniestra y que reflejan de forma maravillosa no sólo la fragmentada y corta capacidad de atención que normalmente se atribuye a los jóvenes sino también el surrealismo narrativo de varios de los subgéneros del cine adolescente. La ya citada Scream y Donnie Darko (2001) probablemente sean los referentes más obvios, y la estética tomada de otros medios como las redes sociales y la mensajería instantánea, así como el constante rompimiento de la cuarta pared remiten a otras películas recientes como Scott Pilgrim vs the World (2010) y John Dies at the End (2013), a las que en mi opinión no tiene nada que envidiar.

Y lo mejor de todo esto es que a pesar de la introducción constante de nuevos elementos en la trama y el cambio de tono que la película presenta cada pocos minutos, estamos ante una cinta muy cuidadosa con los detalles, llena de escenas memorables (atención a la corta pero gloriosa secuencia de los torrents) y con un elenco muy apropiado. Definitivamente no es una película para todo el mundo; su propuesta de reivindicación de la adolescencia actual puede resultar muy radical para algunos, y a otros les pasará como a mi y la película les hará sentirse viejos y desfasados. Esto probablemente haya sido la causa de que la película no haya podido triunfar en la taquilla a pesar de que para el momento de su muy postergado estreno uno de sus actores principales, Josh Hutcherson, se había hecho famoso gracias a su papel en la película de Los juegos del hambre (2012). De todas formas, desde aquí la recomendamos con toda la firmeza posible y no sólo la defendemos como un nuevo clásico de las comedias de terror, sino que también nos preguntamos cómo alguien podrá hacer una película de adolescentes después de haber visto esta joya.