Hablar de Noche de miedo (1985) es no sólo hablar de la que probablemente sea mi película favorita de vampiros, sino también de una cinta que constituye una bisagra en el cine de chupasangres y que se mantiene bastante vigente a pesar de haber sido estrenada hace más de veinte años (su estética ineludiblemente ochentera es lo único que podría alejar a almas sensibles). A partes iguales comedia y película de terror, cuenta la historia de Charlie Brewster, un adolescente promedio que descubre una noche, tras fisgonear por la ventana, que su nuevo vecino es un vampiro. Por este motivo recluta la ayuda del caza-vampiros Peter Vincent, presentador del programa noctámbulo Noche de miedo, para que le ayude a matarlo. La cosa se complica, sin embargo, porque su vecino, Jerry Dandrige, sabe que el muchacho está al tanto de su secreto, y no le va a dejar escapar tan fácilmente.
El antecedente más claro de esta película sería, quizás, El baile de los vampiros (1967) de Roman Polanski, pero esta cinta de Tom Holland va mucho más allá al atreverse a aquello que Polanski no hizo: parodiar el mito del vampiro sin dejar por ello de intentar legitimarlo en el mundo moderno, revirtiendo para ello lo que se venía haciendo en las películas del género. A lo largo de la hora y media de la película vemos numerosas referencias al tópico cinematográfico de vampiros, pero están tan bien integradas a la trama que en ningún momento la cinta se "detiene" para hacer un guiño al público. El contenido metaficcional está presente incluso desde la primera escena, en la que escuchamos diálogos típicos de una historia de terror y un largo traveling nos indica, al final, que dichas frases salían de una tele en la que se proyectaba una cutre película de vampiros. Este discurso sobre el cine de terror y su irrupción en la realidad es una de las cosas que hacen grande a esta película y la convierten en uno de los mayores ejemplos del cine de terror mirándose a sí mismo, todo esto una década antes de Wes Craven.
Pero el motivo por el cual es importante Noche de miedo es que con ella se rompe el arquetipo de vampiro que había imperado durante décadas gracias a la Hammer. La imagen del aristócrata decadente de largos colmillos hacía tiempo se había estancado convirtiéndose incluso en un elemento casposo que la mayoría de las veces sólo causaba risa (no hay más que ver las películas de la Hammer realizadas en los setenta para darse cuenta). Si menciono al estudio británico como principal blanco de la ruptura que esta película representa no es casualidad: no en balde el "cazador de vampiros" de Noche de miedo se llama Peter Vicent (evidente guiño a Peter Cushing, el Van Helsing de la Hammer), un actor de terror en decadencia que sobrevive presentado en la tele de madrugada películas casposas en las que una vez participó, y a quien Charlie considera el único ser en el mundo con los conocimientos necesarios para despachar a la criatura a las tinieblas de donde ha salido. Mirad por donde: el cazador ha quedado obsoleto y se ha convertido en una pieza de entretenimiento barato, mientras el vampiro ha evolucionado hasta esconderse perfectamente entre sus presas.
Porque Jerry Dandrige es, problemente, uno de los primeros vampiros modernos del cine de terror. Es cierto que ya se habían realizado películas de vampiros ambientadas en la modernidad, entre las cuales destacan Martin (1976) de George Romero y Salem's Lot (1979) de Tobe Hooper, pero la diferencia radica en que el vampiro de Romero era más bien metafórico, una excusa argumental para hablar de un tema específico como era el de la búsqueda de la identidad durante la adolescencia, mientras que Salem's Lot, a pesar de estar situada en la época actual, muestra a su vampiro como un monstruo anacrónico, un adefesio completamente externo a este mundo que desciende sobre una comunidad como si fuera una plaga. Todo esto es muy diferente al de la película que hoy nos ocupa, en la que la criatura se camufla en la ciudad como lo haría, por ejemplo, un asesino en serie: Jerry Dandrige no sólo existe dentro de la sociedad, sino que incluso es un hombre encantador, un tío que no desentona en una discoteca y que hasta hace una visita formal a la madre del protagonista.
Lo bueno de todo esto es que, incluso en sus momentos climáticos, la película sabe huir lo suficientemente bien de sus elementos de caspa en lo que a efectos especiales se refiere, especialmente durante la transformación de algunos personajes en monstruos, las cuales están bastante bien resueltas. La cinta, a pesar de sus innegables elementos cómicos, nunca olvida que es ante todo una película de terror, y eso es algo que en lo personal se agradece bastante.
Noche de miedo abrió un camino que más adelante recorrieron Jóvenes ocultos (1987), de Joel Schumacher, y Viajeros de la noche (1987), de Kathryn Bigelow, formando así una gran trilogía de vampiros ochenteros que ningún fanático del horror puede perderse.
Hay una cosa más que quiero mencionar y que no encontré cómo meter en la reseña, y es que un reciente visionado me hizo ver el sutil discurso homoerótico de algunas secuencias de "Noche de miedo". Esto se ve (o al menos me parece que se ve) en algunos momentos puntuales como la relación que mantienen Jerry Dandrige y su sirviente humano (a lo que hay que agregar el hecho de que son anticuarios, una profesión que en el imaginario estadounidense es incluída dentro de los estereotipos gay) y la posibilidad sugerida de la condición homosexual del personaje de Evil Ed (el amigo de Charlie).
ResponderEliminarEn cuanto a esto último hay una graciosa casualidad, ya que el actor que interpretaba a Evil Ed, Stephen Geoffreys, tuvo una fructífera carrera como actor de cine porno gay durante gran parte de los noventa.
Recuerdo esa pelicula, la vi unas cuantas veces en cine para noctambulos en venevision, si ma no recuerdo, o era cine para adultos?? jajajajaajajaajaa. la escena final es genial por cierto! y las voz macabra cuando le llamaba: CHARRRLIEE BREWSSSTEERRRR!!! era escalofriante! mucho humor con mucho terror...
ResponderEliminarSaludos... estare pendiente de tus reseñas.
Juas, pues esta no la he visto...
ResponderEliminarSaludos
Noche de miedo me resulta una película simpática, de esas que de pequeño veías con pánico, y que ahora te hacen sonreír durante su visionado por lo nostálgicas que son. Vamos, de esas series B para cines que ya no se hacen.
ResponderEliminarEs cierto que una de las bazas de la película es la inteligencia con la que juega con su presupuesto, bastante limitado, para ofrecer sus escenas de transformaciones. Recuerdo que en su día me asustaron, sin ser la mitad que aquella obra maestra en cuanto a efectos de maquillaje que es Un hombre lobo americano en Londres o también Aullidos, pero si muy efectivas y curradas.
De todos modos yo siempre la he visto más como comedia adolescente con elementos de terror que como película de terror propiamente dicho.
Que gran cartel, aunque engañe un poco...
Por cierto Hombre Lobo, ya rula por ahí el ripeo de "The Deaths of Ian Stone", la más interesante a priori de la cosehca "8 Films to die for".
ResponderEliminarSaludos
"Fright Night" es sin duda una muy buena película, de la época productiva de Tom Holland. Yo no la llamaría de mis favoritas, pero si es muy memorable. La que me decepcionó horriblemente es la pútrida secuela "Fright Night Part II", no la recomiendo para nada.
ResponderEliminarSaludos
Vamos a ver, a finales de los 70 y durante toda la decadada de los 80 estuvo de moda reinterpretar o actualizar el mito vampirico, algunas veces en clave de comedia... y asi surgieron productos primos hermanos de esta que hoy ocupa su blog, sr. Hombre Lobo, como "Amor al primer mordisco" (79) o "mordiscos peligrosos" (85), con un jovencisimo Jim Carrey.
ResponderEliminarEl mayor merito de "noche de miedo" con respecto a estas, por encima de su metalenguaje, es su autoconsciencia y su respeto por la serie B... pero, por lo demas, nada nuevo bajo el sol.
Me quedo de lejos con "Una pandilla alucinante/the monster squad" (87) de Dekker
Obviamente (y eso es una constante que creía haber dejado bastante evidencia) cada vez que aquí se afirma que algo es "lo primero de _____" debe entenderse en su sentido valorativo, no cronológico. El desbalance a favor de la comedia de las dos películas que menciona hace que "Noche de miedo" merezca este puesto.
ResponderEliminarNoche de miedo es "la primera puta película" en la que un vampiro baila en una discoteca. Punto pelota
ResponderEliminarEehhh... mira que me gusta "Noche de Miedo", pero sigo sin encontrarla ni el mas minimo punto de terror, en serio.
ResponderEliminarOsea, que para mi esta en el mismo saco que las anteriormente citadas (y en mi casa comparte estanteria junto a Teen Wolf, Gremlins y una larga retaila de peliculas ochenteras que, aun siendo de genero fantastico, son comedias vocacionales)
¿Qué decir? Un clásico. Puede que verdaderamente el vampiro protagonista sí sea el punto de partida de un nuevo modelo de vampiro que, desde mi punto de vista se ha hecho TAN popular que ha acabado por aburrir y ahora parece que todos suplicamos por una pequeña dosis de vampiro clásico de antaño. Pero en todo caso, la película es entrañable aunque como habéis comentado por aquí, poco terror y sí mucho film adolescente apropiado para la época (imagino).
ResponderEliminarR.
... y su remake ya esta en preproduccion...
ResponderEliminarDiox!!! Ya me imagino a Shia LaBeouf interpretando a Charlie :(
¡Dios mío, tengo que volver a verla! Guardo un estupendo recuerdo de ella, pero... ¿hasta qué punto es fiable la memoria de lo que uno vio cuando tenía 14 años?
ResponderEliminarUn saludo!
Como siempre tus reseñas son verdaderas apuestas de enfoqie en materia de terror. Lo has logrado una vez más y con una joya del género como la que descriobes. Saludos!
ResponderEliminarSin lugar a duda, un gran film sobre vampiros y uno de mis preferidos junto con The Lost Boys.
ResponderEliminarAun con sus puntos cómicos, estoy de acuerdo con Hombre lobo de que tiene momentos de terror y en ocasiones demasido inquietantes.
Cuando el amigo se convierte en lobo y este le clava la estaca y cae al primer piso, las escena que le siguen es acojonante, todo gracias a esa toma subjetiva que de forma sutil muestra como poco a poco el monstruo se va volviendo humano, claro, dicha escena no inquietaria tanto de no tener unos grandiosos FX especiales y de sonido.
Pero si hablamos de novedad en cuanto a la imagen vampiresca, acabo de ver en Cine "30 Dias de Noche" y aqui si que han renovado el género y demasiado bien, se las recomiendo, una pelicula que se quedará en tu memoria.
Por cierto, ya puse la reseña en mi blog.
Saludos.
Lo peor de los tics del cine ochentero presentes en esta mediocre muestra de comedia de terror, que no funciona ni como comedia, ni como película de terror, en mi opinión, es mediocre y aburrida, sin el más mínimo sentido de la calidad, una serie b popular en época y por suerte, olvidada en la actualidad. Soporífera.
ResponderEliminarSaludos!
Eso es debido a que Tom Holland siempre fue un director medicore XD
ResponderEliminarGrande, grande, grade... Divertida y entrañable...
ResponderEliminarEvil Ed en Porno Gay!!!! Eso es lo mas horripilante que he leido en este Blog, y fijense que es de cine de horror!!
ResponderEliminarDivertida, con un presuesto bien aprovechado... pero muuuuy sobrevalorada. Me quedo con Jovenes Ocultos, que no esconde su discurso filogay bajo un manto de normalidad ochentera.
ResponderEliminarhola tengo un blog de cine de terror, y me gustaria poner un link aqui, como puedo hacerlo.
ResponderEliminarhttp://terrorenelmstreet.blogspot.com
La vi una sola vez en mi vida hace ya muchísimos años cuando todavía era un crío y no recuerdo casi nada, próximamente le dare un digno visionado
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