martes, abril 26, 2005

Reseña: Cursed (2005)

Que bajo ha caído Wes Craven. Poco queda ya de ese gran director de género que nos brindara auténticos clásicos como La última casa a la izquierda (1972), Las colinas tienen ojos (1976) o la excelente primera parte de la saga de Freddy Krueger. De un tiempo para acá, le ha dado por alejarse del auténtico mando, a menudo prestando su nombre a películas mediocres cuando mucho, casi siempre en calidad de productor ejecutivo. El único momento decente que tuvo fue su alianza con el (para entonces) novato guionista Kevin Williamson, y esto también resultó terrible; juntos hicieron Scream (1996), una película que ciertamente no estuvo del todo mal, pero que fue directamente responsable por esa ola incontenible de bodrios que conformaron el teen-horror de finales de los 90, y cuyo único propósito, aparte de sacar pasta a base de conceder algunos brinquitos a la generación MTV, fue el de dar trabajo a la mayor parte de los actores jóvenes del canal WB. Varios de estos chorizos, como I know what you did last summer (1997) y la aún más ofensiva Leyenda Urbana (1998), ambas calificadas como auténticas agresiones a mi hígado con premeditación y alevosía, estuvieron firmadas por el propio Williamson, quien así cogería confianza para terminar de desbancarnos a todos con su producto más terrorífico y espeluznante: la serie de televisión Dawson’s Creek.

Pues bien, los dos, Wes y Kevin, vuelven a unir fuerzas casi una década después de Scream. Lo hacen con otro producto que intenta revivir el éxito de sus anteriores esfuerzos, esta vez entrando de lleno en el plano de lo sobrenatural. Su bebé es un rollo de hombres-lobo titulado Cursed (me niego rotundamente a llamarla por su título español porque no parecen recordar que ya se usó para cierta película japonesa), con Christina Ricci de protagonista en lo que es, básicamente, una copia mala de Ginger Snaps (2000). Creo que en el fondo eso es lo que más me cabrea. Que una película sea mala, pase, pero que además de ser mala lo sea tratando de imitar a una buena es ya una inmoralidad, mucho más si encima se trata de pasar por cool, apelando al gusto adolescente-americano-promedio y metiendo un misterio barato de "¿quién es el asesino?", o en este caso "¿Quién es el licántropo?". Ridículo, francamente ridículo. En la historia, Elle y su hermano menor Jimmy son mordidos por un hombre-lobo en plena luna llena, y durante los siguientes días pasarán por todos los clichés posibles, desde comer carne cruda hasta desarrollar un inesperado atractivo sexual, todo aderezado con pobres intentos de humor que rayan en la caricatura. Es una lástima que el buen nombre de Rick Baker se vea mezclado en todo esto; su criatura parece un oso de peluche gigante.

En fin, hay tantas cosas malas que se podrían decir de esta película, que sería necesario un blog entero. Me parece lamentable que lo que pudo haber sido una interesante vía para explorar la psique adolescente y joven-adulto a través de las convenciones del terror (cosa que Ginger Snaps sí hace muy bien) se convierta en este enlatado de entretenimiento de palomitas y tarde de domingo con (esto es lo realmente malo) altas pretensiones. Olvidable, lamentable, para quemarla.

lunes, abril 25, 2005

Reseña: La novia de Chucky (1998)

Realizada diez años después de la Child's Play (1988) original, y siete tras su última secuela, nuestro muñeco favorito regresa completamente reinventado en La novia de Chucky (1998), una película que reviso hoy, tras nada menos que ocho años de haberla visto por primera vez. De todas las entregas de la saga, es increíble que sea esta la que haya envejecido con mayor dignidad, hasta el punto de que no siento ningún reparo en decir que me parece la mejor y más interesante de todas las películas que he visto hasta ahora del famoso muñeco asesino. La clave de por qué me parece la más grande de todas está en que por primera vez los responsables (con el guionista Don Mancini a la cabeza) parecen haberse finalmente decidido a tirar la casa por la ventana y explotar todo lo que se le puede sacar al personaje en una película valiente que rompe de forma radical con todo lo que antes había hecho la saga.

La forma de esta ruptura es obvia; La novia de Chucky decide tomar la saga en una nueva dirección al hacer de esta entrega una comedia de horror en la que Charles Lee Ray ya no intenta pasar su alma al cuerpo de un crío (ahorrándonos así más actores infantiles) sino que ahora realiza un viaje por carretera para recuperar un amuleto mágico que le permita abandonar el muñeco en el que está atrapado. El empleo de un elenco de jóvenes y la mirada irónica no sólo hacia la saga de Child's Play sino también a otras franquicias de terror (como nos dejan claro esos guiños en el almacén de la primera escena) evidencian que esta es una película que sigue los pasos del Scream (1996) de Wes Craven, pero aumentando las dosis de comedia sin por ello renunciar a la sangre y a la violencia desmedidas. Este delicado equilibrio es uno de los mayores logros de la película y algo que por primera vez la saga parece haber conseguido de forma exitosa.

Por supuesto, gran parte del mérito está en las actuaciones, no sólo del siempre eficiente Brad Dourif sino también de Jennifer Tilly en el rol de Tiffany, la novia de Chucky. Tilly, una fantástica actriz con una presencia y un carisma innegables, es un acierto de casting fenomenal que vitaliza por completo la película, no sólo cuando aparece como humana sino también como la voz de la muñeca. Viéndola de nuevo me he dado cuenta de cómo clava el tono de su personaje como una psicópata de apariencia dura pero con ínfulas de sufrida ama de casa, y me repito a mi mismo que difícilmente me podría imaginar a otra en su lugar. La inclusión de este personaje es muy importante no sólo por el motivo evidente de la novedad sino porque por fin Chucky tiene un personaje con quien interactuar, lo que da pie a momentos de humor memorables, una complicidad entre los dos personajes a la hora de matar que los convierte en los auténticos protagonistas y que proporcionan un filón cómico que se explota a fondo, como la ya famosa escena de sexo entre muñecos o la también muy buena pelea doméstica.

Evidentemente estos dos personajes acaparan toda la atención hasta el punto en que no hay mucho qué mencionar acerca de los dos adolescentes humanos que juegan el funcional papel de protagonistas y que son bastante olvidables (por mucho que la chica sea una jovencísima Katherine Heigl). De todas formas estos y la trama (que tiene grandes paralelismos dramáticos con La novia de Frankenstein (1935), semejanzas que la película misma se encarga de dejar claras) son lo de menos; lo importante aquí es ver a Chucky y Tiffany actuar y conseguir la que sin duda es la más divertida entrega de la saga. Por supuesto el final es lo que todos recuerdan debido no sólo a que dio pie a una secuela más sino también por superar todos los límites de la película en cuanto a lo grotesco y el mal gusto bien entendido. Podéis tenerlo por seguro: La novia de Chucky es el punto más alto de una saga que sólo ha podido ser dignificada a través de la parodia.

viernes, abril 22, 2005

Sin noticias de Demon Seed

Quisiera que alguien me dijera si sabe algo sobre el posible lanzamiento de esta película en DVD, porque yo, a decir verdad, no he escuchado nada. Aquellos que tengan la costumbre de, en ocasiones, quedarse viendo televisión hasta altas horas de la madrugada, quizás se habrán encontrado con Demon Seed (1977), la película que dirigiera el auteur inglés de Serie B Donald Cammell en 1977, basándose en una novela homómina de Dean R. Koontz. Esta pequeña pero indiscutible muestra de lo que realmente es cine de explotación aprovechó la fama y belleza de Julie Christie para contar la historia de un super-ordenador que un día se "obsesiona" con la esposa de su creador y dueño. El cerebro cibernético, que controla absolutamente toda la casa, decide matar al científico que le creó y "seducir" a la mujer en cuestión, incluso llegando a buscar la forma de perpetuarse en el útero de esta. Con semejante trama, es normal que les diga que hizo saltar escandalizados a un montón de puritanos anglosajones de ambos lados del Atlántico. Pues bien, créanme que he estado buscando esta película durante años y no he hallado ni rastro de ella. Hasta el sol de hoy mantengo una esperanza: hace poco acaba de ser editada en DVD una película similar que tampoco había visto la luz en Zona 1 por motivos parecidos. Se trata de El Ente (1983), otro ejemplo del género explotativo (aunque mucho me temo que sólo haya sido relanzado como truco publicitario ante el supuesto remake que se avecina). Si alguien tiene noticias, sabré agradecerlas.
Por cierto, Demon Seed fue parodiada de forma excelente en un episodio de Halloween de Los Simpson, en el que un super-ordenador (con la voz de Pierce Brosnan) se enamoraba de Marge y planeaba destruir a Homer. El episodio en realidad parodiaba también al HAL de 2001: Odisea del espacio (1968), pero demuestra que esta pequeña pieza de culto no está tan desamparada.

jueves, abril 21, 2005

Algunas películas que vienen

El panorama es, ante todo, incierto, porque se avecina una horda de películas de terror para este año y, para ser sincero, no todas las noticias son buenas. Ya en Estados Unidos se estrenó la nueva versión "actualizada" de The Amityville Horror (1979), a la que la página de crítica Rottentomatoes dejó por el suelo. Pero es que de todas formas, la creciente ola de remakes no se detiene allí: por ahí llegan las nuevas versiones de Hitcher (1986) y (lo juro) Las colinas tienen ojos (1976), aquella obra maestra de Wes Craven (cuando todavía tenía cosas interesantes que decir). Hollywood sigue depredando su propio pasado al contratar a Eli Roth, el director de la excelente Cabin Fever (2003) para dirigir la nueva versión de The Bad Seed (1956), y alguien por ahi está dirigiendo una nueva versión de La casa de cera (1953), cuya calidad se prevee por la contratación de "actrices de primera línea" como Paris Hilton. Incluso hay rumores escabrosos de que algún sacrílego de esos que tanto abundan podría estar preparando un refrito de Evil Dead (1981), pero me resisto a creerlo, quizás porque la idea me parece demasiado horripilante como para aceptarla.
Por no dejar, también se acercan las versiones americanas de títulos que ya han triunfado en Oriente. Hablo por supuesto de los inminentes remakes estadounidenses de Dark Water (2002), con la bellísima Jennifer Connely, Llamada perdida (2004) de Takashi Miike, The Eye (2002)e incluso 2 Hermanas (2004), una película de terror reciente para la cual consideran (alguien máteme, por Dios) a las gemelas Olsen.
Pero hay más: secuelas a granel. Si bien es cierto que comienzo a salivar pensando en La tierra de los muertos (2005), reconozco que tiemblo de terror (y no del bueno) al saber que por ahi vienen también Saw 2 (2005), Halloween 9 (que por lo menos significa el regreso como productor de John Carpenter) y House of the Dead 2: Dead Aim (esto último ya es demasiado, considerando que la primera es para quemarla). Parece que han engavetado el proyecto de Freddy vs Jason 2, espero que para siempre.
El panorama, en ocasiones, es desolador, pero como siempre he dicho: prefiero mil veces esta nueva moda que la que surgiera hace unos años con el teen-horror de la era post-Scream. Ustedes me dirán.
[Nota: acabo de enterarme, gracias a Noelio y a la Web, que el remake de Evil Dead ya es oficial. Me reservo mi opinión, pero pueden leer algo al respecto aquí: http://www.bloody-disgusting.com/index.php?Show=2868&Template=newsfull]

miércoles, abril 20, 2005

Reseña: Ted Bundy (2001)

El término "asesino en serie" comenzó a utilizarse en Estados Unidos a finales de los años 70, cuando la opinión pública fue sacudida por los crímenes de Ted Bundy, un hombre aparentemente normal, un joven y atractivo profesor universitario, de gran éxito entre las mujeres, que únicamente tenía la "peculiaridad" de haber asesinado un número enorme de ellas (algunos opinan que más de 200 entre 1974 y 1978). El caso de Bundy y su desquiciada afición homicida desató una locura en todo el país, provocando fuertes reacciones encontradas (frente a quienes lo veían como un monstruo, se dice que recibió cientos de cartas de mujeres enamoradas mientras estaba en la cárcel) que lo llevaron sin delación a la silla eléctrica. Como es de esperarse, su vida ha inspirado más de una película, de entre las cuales una de las famosas era The Deliberate Stranger (1986). Pero sin duda, la que mejor ha sabido captar la compleja y a la vez visceral locura de este personaje ha sido esta cinta del 2001, dirigida por Matthew Bright, e incluida en la trilogía que First Look Pictures dedicara a famosos asesinos americanos.

Lo que realmente hace especial a Ted Bundy (2001) es que sencillamente no se contiene ante nada. Bright no duda ni por un segundo en mostrarnos de manera brutal y siniestra al enfermo compulsivo que su personaje principal era, incluso desde la escena inicial de la película, en la que Ted hace muecas grotescas frente a un espejo de tres caras. Y lo más importante, la locura de Bundy es progresiva, desde sus inicios como un simple vouyerista hasta el momento en que finalmente atrapa a su primera víctima, llegando finalmente a ese estado de demencia en la que no puede controlarse, momentos en los que escapa de la cárcel para, ese mismo día, volver a matar. Especialmente perturbadora es una escena en la que Lee (su ingenua novia), queriendo complacer a su querido Ted, le dice que cumplirá su más grande fantasía erótica. Segundos después la vemos atada a los postes de la cama, con las piernas abiertas en tijera, mientras su novio le pide que se haga la muerta y que mantenga los ojos abiertos (!). Definitivamente es para no dormir.

Recuerdo que vi esta película por primera vez junto a mi antiguo compañero de piso, su novia y una amiga. Creo que la opinión de estos chicos sobre mi cambió radicalmente desde aquella noche.
Sin duda no es una película perfecta (se hace un poco larga y, a veces, tiene esa pinta típica de las películas "made-for-TV"), pero sin duda que se trata de algo que, al menos por curiosidad, hay que ver.


[Nota: First Look Pictures lanzó esta película junto con otra titulada "Dahmer" y otra llamada "Ed Gein", también dedicada a famosos asesinos en serie. Recientemente acaban de sacar una cuarta: "Starkweather". No he visto ninguna, pero prometo hacerlo pronto]

martes, abril 19, 2005

Reseña: American Psycho (2000)

De entre ese impresionante número de actores "jovenes, bellos y exitosos" de los últimos años, yo definitivamente me quedo con Christian Bale. No sé, hay sencillamente algo en la presencia de este actor que hace que, forzosamente, deba prestarle atención. Lo vi por primera vez (al igual que la mayoría) como el niño protagonista de El imperio del sol (1987), una de las películas menos exitosas de Steven Spielberg, y su excelente trabajo en ella fue seguido de una serie de films fácilmente olvidables (si excluímos buenas adaptaciones cinematográficas como Mujercitas y Henry V), pero en las que este actorazo siempre aportó su toque de esa nueva elegancia aglosajona que va a término medio entre el british y el all-american. Incluso otorgó cierta cantidad de dignidad a películas de género evidentemente mediocres, como Sueño de una noche de verano (1999), Equilibrium (2002) o Reign of Fire (2002). A ver que hace cuando este año se encasquete el traje de Batman.

Pero en fin, hablemos de esta película, de American Psycho (2000). Hace poco, en mi blog personal mencioné la novela en que está basada esta cinta, y me preguntaba si esta no me gustaría menos ahora que he leído el libro. La respuesta es un rotundo no, ya que ambos son muy diferentes. Sabiendo que era absolutamente imposible llevar la extrema y gráfica violencia del libro a la gran pantalla, su directora, Mary Harron, decidió dejar el gore y el sadismo de la novela de Bret Easton Ellis fuera de la pantalla, mostrándonos, en vez de eso, el soporífero y decadente mundo cotidiano de Patrick Bateman en todo su esplendor (sus amigos yuppies, su insoportable novia, el tedio de trabajar para amasar una fortuna que haga juego con aquella en la que nació) y sugiriéndonos su reinado de terror a través de pequeños pero efectivos momentos. Esto no quiere decir que falten escenas de sexo y violencia explícita, porque definitivamente están allí, pero son tratadas con la desesperación típica del excibicionismo que caracteriza al personaje: para Bateman, el sexo es autocontemplativo, y la violencia es una manera de control. Todo esto, al igual que el libro (y en eso se ha lucido la señora Harron) es abordado con un aire de irrealidad que raya en la pesadilla. El mejor ejemplo es este: una escena en la que Patrick persigue (desnudo y con zapatillas) a una mujer por el pasillo de su edificio para matarla con una motosierra es absolutamente irreal, casi onírica, sobre todo cuando observamos ese pasillo limpio, solitario y silencioso, y esa motosierra tan brillante que parece hecha de plata.

Christian Bale está clavado como Patrick Bateman, y sabe darle el toque perfecto al personaje a través de una cuidada presencia física y una serie de gestos (tanto corporales como de voz) que le hacen un ser completamente artificial, un auténtico monstruo enfundado en un traje de marca, listo para saltar en cualquier momento sobre cualquier habitante de ese mundo que es completamente suyo. Ignoro si esta película puede ser considerada de terror (aunque tiene elementos clásicos de una, incluyendo una imagen de Patrick haciendo abdominales mientras ve La matanza de Texas) pero sencillamente no podía dejar de hablar de ella. Creo que el mejor comentario lo hace la película misma, con mi frase favorita de Bateman: "¿Saben lo que decía Ed Gein, un asesino en serie de los años 50? Decía que cuando veía a una chica guapa por la calle, una parte de él quería decirle cosas bonitas, regalarle flores y llevarla a cenar... mientras que otra parte de él se preguntaba cómo se vería su cabeza pinchada en un palo".

Indiscutiblemente, lo ha dicho todo.

lunes, abril 18, 2005

Reseña: Session 9 (2001)

Confieso que no conocía al director Brad Anderson, hasta que a principios de este año vi su última película: El maquinista (2004). Resulta que este hombre no es extraño al género, ya que en el 2001 había dirigido esta otra pieza de culto: Session 9 (2001), que no había ido a ver (lo confieso) por mi escepticismo a la hora de contemplar a esos actores provenientes de la tele (en este caso David Carussso, el pelirrojo de NYPD Blue). Estaba en un gran error, porque Anderson había logrado algo que difícilmente se ve hoy en día: una historia de atmósfera pesada, en la que es más lo que se sugiere que lo que se ve, y en la que durante la hora y media (o un poco más) que dura, estás inmerso en una situación de angustia que difícilmente se borra. De primera, sin duda alguna.

Session 9, sin embargo, no es una película fácil, ya que Anderson no te lanza directamente en la historia así no más, sino que poco a poco la va desenvolviendo frente a tus ojos. Trata de un equipo de cinco hombres cuyo trabajo es retirar las placas de asbestos de un edificio abandonado, específicamente un manicomio (la película no fue filmada en un estudio, sino en un edificio real de las afueras de Boston, con lo que el realismo es increíble). Poco a poco, estos cinco hombres empiezan a reñir entre sí, a escuchar cosas, a lentamente perder la razón. Todo esto mientras uno de ellos escucha atentamente unas cintas de sesiones psiquiátricas que podrían revelar que en el hospital sucedieron cosas que nadie sabe. Y bueno, no digo más.

La historia no se cierra por completo en esta película. Muchas cosas quedan a la imaginación del espectador, pero la atmósfera que ha creado Anderson con esos pasadizos oscuros, derruídos y decandentes es tan efectiva, que hace que la auténtica estrella no sea ninguno de los actores protagonistas, sino el propio hospital, que poco a poco pareciera estar vivo, como una entidad siniestra dispuesta a aplastar a aquellos que han invadido su soledad. Como ya he dicho antes, es mucho más lo que se sugiere que lo que realmente se muestra, pero para todos aquellos que aman el terror psicológico (y mira que este término a veces es aplicado con demasiada libertad) esta es su película.

domingo, abril 17, 2005

Otro "zombi"

Aprovechando que hablábamos antes de zombis, quiero aprovechar para recordarles el inminente estreno este año de The Devil's Rejects (aún sin título, distribución o noticias aquí en España). Para los que no tienen ni idea, se trata de la segunda parte de La casa de los 1000 cadáveres, opera prima del rockero Rob Zombie. Ahora, si tampoco tienen ni idea de esta última, me parece muy grave. En todo caso, los tipos se han fajado haciendo una página web bastante buena para promocionar la película (sitio que, por cierto, incluye el trailer): http://www.thedevilsrejects.com. Cualquier información adicional, también pueden visitar el blog del propio Rob Zombie: http://lionsgatedirectors.com/zombie/index_flash.html. Por las fotos (como la que está arriba) y lo que he leído por ahi, Zombie ha logrado reunir de nuevo a todo el elenco de la original, aunque esta vez la película anda más por la nota de Natural Born Killers. En fin, como siempre digo, habrá que echarle un vistazo.

sábado, abril 16, 2005

Los muertos de Romero otra vez

Es imposible describir la alegría que siento de que, tras 20 años después de su última aparición, los muertos vivientes de George Romero vuelvan a tener su día. Se espera que para el verano de este año se estrene Land of the Dead (no me atrevo a "predecir" cual sería su título en español), la cuarta parte de su saga. Los detalles de la trama están bien resguardados, pero se sabe que tiene lugar varios años después de El día de los muertos (1985), cuando en el mundo no quedan ya más que tribus de supervivientes reclusos en fortalezas, y entre los zombis han empezado a surgir ejemplares que muestran algo de inteligencia. En cuanto a los actores, sé únicamente que está John Leguizamo, Asia Argento y algunos más que no conozco. En el apartado de efectos especiales, hay esperanzas de que incluya la menor cantida de CGI posible, ya que trabajan el mítico Tom Savini y el no-menos-mítico Greg Niccotero (que entre otras, tiene en su currículum Evil Dead 2). En fin, que no puedo esperar, así que tráiganla ya.

viernes, abril 15, 2005

Reseña: 28 días después (2002)

Cuando por primera vez oimos hablar de ella, se suponía que iba a ser la película de terror de la década o algo así. Está realmente muy lejos de serlo, pero si algo se le puede agradecer al director Danny Boyle es que su película 28 días después (28 Days Later) al menos tuvo el efecto "positivo" (hasta ahora) de revivir el sub-género de las películas de zombis, generando platillos tan suculentos como el remake de El amanecer de los muertos (sí, aunque no lo crean sí hay remakes buenos), la excelente Shaun of the Dead o la cuarta parte de la saga de George Romero dedicada a los muertos antropófagos: Land of the Dead, que se estrenará este año. Y lo más increíble de todo, es que esta película de Boyle ni siquiera es realmente sobre zombis (!)
De lo que trata 28 días después es sobre un virus que se desata en Londres y que atrapa a todo aquel que se contagia en una ola de furia desatada e incontrolable. Como la enfermedad se propaga a los pocos segundos del contacto con la sangre de un infectado, en 28 días ya todo el país está en ruinas, con apenas unos cuantos supervivientes que intentan abrirse paso a través de las ciudades desiertas y los campos por los que vagan los contaminados, persiguiendo una señal de radio que ofrece el remedio a la epidemia... ¿o no?
La película, dotada de un realismo casi de documental, es un buen intento (al menos técnico) de mostrar ese escenario apocalíptico que tanto se ha explotado en el cine. Hay incluso innegables guiños a la obra de Romero (imposible no hacerlo, dado que él es realmente la fuente de todos estos relatos) pero falla en darnos esa sensación de futilidad y de desgracia para la especie humana. No voy a revelar nada aquí, pero sin duda mi amigo Noel Gross tenía razón cuando dijo en su columna: "¡Gran película! ¡Terrible final!".
Aunque las imágenes de un Londres desolado son realmente escalofriantes, y el retrato de esa civilización que literalmente se ha ido a la mierda está muy bien logrado, algo sencillamente no termina de cuajar con 28 días después. Quizás sea el hecho de que para un director prestigioso como Danny Boyle todavía existen ciertos prejuicios a la hora de darnos ese final apocalíptico y desesperanzador que una película como esta necesita. Espero que no sea así. De todas formas, solamente por los filmes que ha originado, esta cinta se merece un sitio de privilegio.

jueves, abril 14, 2005

Reseña: Drácula, príncipe de las tinieblas (1966)

Hoy en día, si se les pregunta a muchas personas (quiero decir, personas amantes del género de terror) quien ha sido el mejor Drácula de todos los tiempos, la mayoría dirán, sin duda, el mismo nombre: Christopher Lee. Este gran hombre, a quien ruego a Dios las generaciones actuales no recuerden únicamente como el Saruman de El señor de los anillos (2001-2003) o el Count Dooku de Episodio II (2002), hizo casi veinte películas (se dice rápido) para la mítica productora británica Hammer Films, y en muchas vistió la famosa capa del conde, siendo sin duda el que mejor supo explotar toda la inmensa carga erótica que inspira este personaje. La primera que vi, y la que tengo más fresca en la memoria (quizás porque volví a verla recientemente) es Drácula, príncipe de las tinieblas (Dracula: Prince of Darkness, también conocida como Revenge of Dracula). Esta, una de las muchas secuelas de Horror of Dracula (1958) fue dirigida también por Terence Fisher. Lee esta vez no estuvo respaldado por su eterno archienemigo Peter Cushing (quien hizo varias veces el papel del doctor Van Helsing) pero al menos pudo acosar sexualmente a la bellísima Barbara Shelley (que no, no es la de la foto).

Siempre me parecerá curioso, cada vez que vea esta película, lo realmente siniestra que es. Utilizando el viejísimo argumento de la pareja de incautos que se aventura en un castillo abandonado a pasar la noche (a pesar de que les han advertido que no lo hagan), la película arranca de una manera insuperable y osada para la época: uno de los fieles sirvientes de Drácula mata a uno de los transeúntes y, tras colgarlo de cabeza sobre la tumba de su señor y cortarle el cuello, procede a rociar con su sangre las cenizas del conde, que por supuesto vuelve de la tumba a proseguir con su actividad favorita: succionar cuellos, especialmente los que pertenecen a apetitosas hembras mortales. Si a esto añadimos el hecho de que el largirucho y tétrico conde jamás pronuncia una sola palabra en toda la película (dicen que Christopher Lee quitó todas las líneas de su papel porque el diálogo le parecía ridículo) llegamos a la conclusión de que estamos ante una de esas pequeñas joyas de autocine.

Quizás no llegue al nivel de otras producciones de Hammer, especialmente dentro de los parámetros de Drácula, pero sin duda alguna que esta secuela no hace sino demostrarnos lo vital que ha sido Christopher Lee para el género. El conde y su enemigo Van Helsing se volverían a encontrar años después, y pocas serán las veces en que no los veamos ir uno contra el otro en esa eterna batalla entre el horror y la ciencia, entre la lujuria y la razón. A veces gana uno y a veces otro. Al menos, en Drácula, príncipe de las tinieblas, gana el género.

miércoles, abril 13, 2005

Reseña: Undead (2003)

Hay gente que dice que soy un incoherente y que las cosas que digo no tienen sentido. Se preguntan, por ejemplo, como puedo defender una película como Dagon y dejar por el suelo otras que, a primera vista, son al menos igual de malas. Pues bien, creo que hay que añadir una entrada más a esa lista de inconsistencia crítica, porque creo que Undead, cinta australiana que ya lleva un par de años rodando por ahí pero que no se estrenará en Estados Unidos hasta este verano, es muy mala. Y que conste que la vi con el mayor de los placeres, esperando encontrarme ante algo en la línea de Evil Dead o cosas por el estilo (sobre todo porque así es como me la vendían, y además porque fui engañado por su página web, que debo reconocer hace un muy buen trabajo publicitario). Es como siempre dicen: la mezcla entre terror y comedia es muy difícil, y con la excepción de Evil Dead 2 o la más reciente Shaun of the Dead (que en España recibe el creativo título de Zombie's Party) generalmente no es muy bien recibida. Algo similar pasa con esta película, que desde el principio parece un relanzamiento de la serie B típica de los 50, con zombis, invasiones extraterrestres, y una música que recuerda por breves momentos a las memorables obras de Ed Wood. Además, las películas de cadáveres ambulantes te lo ponen fácil porque solamente hay una historia, a partir de la cual te inventas lo demás: en un pueblo pequeño habitado por escoria rural (cuando mucho), ¿qué es lo peor que puede pasar? ¡Que los muertos caminen, coño! De una premisa así sale horror y comedia pero de los buenos, aunque en este caso se recurra a chistes fáciles que, en su mayoría, provienen del personaje que ven en el poster, del cual no voy a decir nada porque arruina la experiencia.

En fin, mi consejo inicial sería alejarse de esta película lo más posible, pero le doy alguna ventaja por ciertas imágenes, momentos realmente buenos (en su mayoría tomados de otras películas mucho mejores). Imagino que algunos pensarán que estoy equivocado, que es una mezcla de terror y comedia y no debe ser tomada en serio y bla bla bla. Pero yo les digo sencillamente que la clave para que una película de terror sea buena también como una cómica es la siguiente: que sepamos claramente que es intencionalmente graciosa. Los dos chicos que dirigieron Undead... ¿querían ellos que nos riéramos de determinadas situaciones o que las admiráramos? No estoy tan seguro.

martes, abril 12, 2005

Al fin viene Tales From the Crypt



Me gustaba más cuando la televisión por cable era pro-imperialista, cuando a HBO sencillamente no le daba la gana de hacer un canal exclusivamente para el público latinoamericano y nos encasquetaba su versión gringa en la que, de vez en cuando, se podía encontrar cosas de gran calidad que hoy, lamentablemente, no son más que un recuerdo. Sin duda alguna esta opinión puede variar, pero yo no dudo en que uno de esos ejemplos de auténticas maravillas era la ya difunta serie Tales from the Crypt, que definitivamente marcaría un hito en mi temprana y tardía adolescencia, y que se perdió para siempre con el cambio de idioma. Pues bien, parece que no todo está perdido, porque ahora, años después de su desaparición, los gamberros de HBO se pusieron las pilas y, tras ver que auténticas basuras estaban siendo tratadas con la mano de seda de la tecnología digital, han decidido darle luz verde al lanzamiento en DVD de la primera temporada de esta serie en la que, según las palabras de sus creadores, "las estrellas vienen a morir". Para los que no la conocen, les diré que se trata de una serie de historias de terror de media hora con tres elementos en común: gore, sexo y un final con twist. Los productores de esta serie también eran de lujo, y no ajenos al género: William Friedkin, Joel Silver, Richard Donner y Robert Zemeckis (este último dirigió tres episodios).

La primera temporada de Tales from the Crypt tenía solamente 6 episodios, por lo tanto el paquete tiene solamente 2 discos (uno de ellos es solamente de material adicional) y, según lo que he podido leer, estará disponible a partir del verano a un precio bastante asequible. En fin, que tengo que echarle un vistazo a como de lugar.

lunes, abril 11, 2005

Otras de Pinhead

Siempre soy el último en enterarse de estas cosas. Parece ser que están por salir dos nuevas secuelas de Hellraiser, con lo que hasta la fecha estaríamos hablando de la nada despreciable cantidad de OCHO películas (a partir de este número deja oficialmente de ser una saga para convertirse en una franquicia). De las seis que ya están en la calle, confieso que me falta una por ver: la sexta, titulada Hellseeker, y que supuestamente es una inspiración-rayando-en-plagio de Memento. Por supuesto, que nadie lo dude, la original de Clive Barker sigue siendo la mejor.
Las dos nuevas secuelas serán, como lo fueron las dos anteriores, películas que nunca pasarán por los cines, porque llegarán directamente a DVD. La primera, con el curioso título de Deader (más muerto) sale en julio de este año, y la otra, Hellworld, lo hará en septiembre. Por supuesto, ya Clive Barker no está, pero siempre nos quedará Doug Bradley (a quien mi primo Lino tuvo el privilegio de conocer en persona) en el papel de Pinhead, en gran parte porque no creo que haya NADIE que pueda sustituirlo. Habrá que ver que tal le va a estas dos nuevas películas. Lo digo porque se han visto casos (son raros, lo sé, pero existen) en que las secuelas que pasan directamente a video no me han resultado tan nefastas, como por ejemplo Tremors y Starship Troopers. Les comentaré luego, si las consigo.

[Nota: por cierto, les recomiendo el libro "Monstruos Sagrados" de Doug Bradley, en el que hace una revisión de todos los grandes actores que han interpretado a monstruos en la historia del cine, desde Lon Chaney hasta Robert Englund. Indispensable. Esto no hace sino revelarme algo que ya conocía: Doug Bradley sigue haciendo estas secuelas (algunas de ellas terribles) primero porque ama el personaje, y segundo porque así gana el dinero para dedicarse a su verdadera vocación: el teatro. ¡Que gran tipo!]

sábado, abril 09, 2005

Reseña: La matanza de Texas (1974)

Mi relación con La matanza de Texas (o el más específico The Texas Chainsaw Massacre) es difícil de explicar, principalmente porque la vi tarde, hará cosa de unos tres años, después de tener muchísimo tiempo escuchando hablar de ella. Podemos decir únicamente que se trata de la primera película de Tobe Hooper (también conocido por Poltergeist), que fue financiada en parte con las ganancias de Garganta profunda (la porno más famosa de todos los tiempos) y que hasta la fecha ha generado tres secuelas y un desastroso remake. Nada de esto le quita su valor; sigue siendo una de las más grandes películas de horror de todos los tiempos, principalmente gracias a su ferocidad y la suciedad con que se nos presenta.

Dicen los mismos autores que está inspirada parcialmente en los crímenes de Ed Gein, un asesino en serie americano de los años 50. Yo no sé si esto es cierto (francamente lo dudo) pero puedo lanzar la conclusión a la que llegué después de verla (y a sus innumerables imitaciones): no sé como es que todavía hay gente que hace auto-stop. La posibilidad de que termines en las manos de una familia de "white trash" caníbales (en la que el más pintoresco de los miembros es un gigante mongoloide que lleva una máscara hecha de piel humana y se divierte picando a los incautos visitantes con una motosierra) es demasiado inquietante para ser desechada.

Es una lástima que no exista ninguna copia restaurada debidamente. Es verdad que la película es una producción de bajo presupuesto de los 70, pero la imagen y el audio dejan bastante que desear en una era en que la tecnología ha permitido reparar cosas más antiguas. En fin, quizás alguien se apiade de nosotros algún día. Mención especial merece Gunnar Hansen, el corpulento actor (era realmente un actor) que interpreta a Leatherface, y que pasó por la tortura que significó aquel rodaje demencial, caluroso, visceral y asbolutamente repulsivo. Entretanto, la película seguirá siendo el mejor ejemplo de por qué NUNCA hay que parar sin razón en la carretera.

viernes, abril 08, 2005

Reseña: La Profecía (1976)

Hubo una época, especialmente durante los 60 y 70, en la que el género de terror no estaba tan desprestigiado, y en ocasiones, incluso grandes actores y directores se aventuraban a hacer películas de género con al menos una pizca de pretensión artística, cintas con atmósfera pero también con contenido. Los ejemplos van desde Rosemary's Baby (titulada en España La semilla del Diablo) de Roman Polanski, El exorcista de William Friedkin y, ya de refilón, El resplandor de Stanley Kubrick. Otra de estas películas es, sin duda alguna, La Profecía (The Omen), dirigida por Richard Donner, el mismo que hizo la película de Superman.

Para 1976, el Diablo estaba de moda, principalmente gracias a las dos primeras películas que he citado arriba. De esta podemos sacar una buena lección: nunca adoptes un niño sin saber de donde viene, porque podría ser el Anticristo. No importa si eres un asqueroso millonario americano viviendo en Londres, ni tampoco que tu criatura sea una monada de bucles negros. Nada de eso importará cuando su nana se ahorque frente a todos en una fiesta infantil, y ciertamente debiste haberlo pensado cuando todos los que te lo advertían empezaron a morir a tu alrededor, especialmente ese cura que terminó convertido en la versión humana de una brocheta.

Esta es una película de los 70, por lo tanto es natural que a algunos parezca un poco lenta, pero no por eso ha perdido ni un ápice de su efectividad. Hay dos cosas que contribuyen a su éxito: en primer lugar su efectiva mezcla entre terror gótico y misterio detectivesco (con el actorazo de Gregory Peck viajando a través de tres países en busca de la clave del origen de su hijo) y por otro, la excelente banda sonora de Jerry Goldsmith, que le valiera el Oscar. La película ciertamente no sería ni la mitad de lo inquietante que es sin esta música. Y puedo asegurar que nadie que haya visto esta película podrá negar que ve a los Rottweiler de otra manera, así como tampoco creo que nadie que no sea un perturbado puede llamar a su hijo "Damien".

Casi treinta años después, La Profecía sigue siendo una excelente opción. Espero que esta nueva ola de remakes no decida echar mano de ella. Entretanto, sigue siendo un clásico digno de revisar y re-revisar.

jueves, abril 07, 2005

Reseña: The Ring 2 (2005)

Lo primero que me pregunté a mí mismo cuando supe que estaba por estrenarse The Ring 2 fue si la película sería una historia independiente o un refrito de Ringu 2, su antecesora más directa. Existía, sin embargo, un atractivo: el anuncio de que Hideo Nakata, creador de la original japonesa, sería su director. A decir verdad, se nota. A pesar de que la película sigue su propia historia, sin tener nada que ver con su homónima nipona, sí tiene algunos puntos en común, y Nakata logra aportarle ciertos toques (interesantes a decir verdad) de su propia filmografía, incluyendo innegables guiños a Dark Water, su otra obra más conocida. Esto último es una auténtica putada, puesto que está por salir el remake de esta última película, dirigida por el brasileño Walter Salles y protagonizada por mi adorada Jennifer Connely.

Pero volviendo al tema, quiero dejar muy claro lo esencial: la tan esperada secuela "gringa" de The Ring no le llega a la original (es decir, a la original "gringa" de Gore Verbinsky) pero se defiende bastante bien. Sin duda que es necesario darle una oportunidad; la historia tarda unos 20 minutos en realmente ponerse en marcha, pero una vez que lo hace, los resultados son muy buenos. No voy a revelar aquí grandes detalles de la trama, pero basta decir que la película esta vez no gira alrededor de la famosa cinta de video (que es destruida por Rachel una vez que empiezan a repetirse las extrañas muertes) sino de la historia de la propia Samara Morgan y de sus no-tan-terrestres orígenes, detalle que ciertamente la faltó a la primera película y que constituía su principal diferencia en cuanto a la original japonesa. La historia de carácter mitológico de una Samara que ahora, cual un perverso Djinn, pretende regresar al mundo físico a través del hijo de Rachel, es apoyada por un extenso uso (a veces hasta abuso) de CGI y de la reaparición en el genero de una inquietante Sissy Spacek en un corto, pero vital, personaje.

Algo siempre me sorprenderá de esta saga: la capacidad que tiene para asustarte a pesar de que ya sabes exactamente que es lo que viene. Ciertamente salgo con balance positivo de toda la experiencia. Insisto, no es tan buena como la primera, pero allá donde la secuela japonesa falló (Ringu 2 me parece aburridísima), la gringada de The Ring 2 triunfa y se gana mi incondicional recomendación.

miércoles, abril 06, 2005

Finalmente la segunda

Alabado sea Dios. La MGM finalmente se ha decidido a editar toda la saga de The Amityville Horror en DVD para Zona 1. Lo hace por una razón más que evidente: el ya inevitable remake que se avecina de esta popular película de 1979. La original era con Margott Kidder, y puedo decirles sin temor a la exageración que es una auténtica mierda, para cualquier estándar. La nueva versión ya tiene un trailer, y está producida por Michael Bay, quien al parecer no aprendió la lección después de haber producido el espantoso refrito de The Texas Chainsaw Massacre.

Pero existe una razón por la cual me alegro de que los mercenarios de MGM hayan decidido meter la mano en el baúl de los recuerdos; de las cinco o seis películas de la saga, hay una que es destacable. Hablo de la segunda, titulada Amityville Horror II: the Possession. Se trata en realidad de una precuela que explora la historia supuestamente "verdadera" tras los hechos de la casa Amityville, en el que un perturbado joven conocido como Ronald Defeo asesinó mientras dormían a toda su familia, supuestamente influenciado por un espíritu maligno. La película retrata todos estos hechos con un ángulo bastante siniestro, y echando mano de un recurso que personalmente me parece genial: la "voz" de la casa susurra sus maldades a Ronald a través de los auriculares de su walkman, explotando sus inseguridades típicas de adolescente y sugiriendo que toda su familia está en su contra. Muerte, violencia, incesto, hay de todo en esta película. Sugiero que si tienen la oportunidad le echen un vistazo. Si la consigo, quizás le haga una reseña. Hasta entonces.