A pesar de que probablemente no existe fanático del género de terror que no conozca al menos de nombre la película Carrie (1976), de Brian de Palma, no son muchos los que saben que existe una secuela de 1999, e incluso son menos aún los que saben que en el 2002 se estrenó una nueva versión hecha para la tele de esta primera novela de Stephen King. La supuesta necesidad de rehacer una adaptación que todavía está bastante vigente es algo que se me escapa, teniendo en cuenta sobre todo que King no carece de material ampliamente adaptable, pero alguien debió haber pensado lo contrario y decidido dar una segunda oportunidad a la historia de una chica de instituto que descubre sus poderes telequinéticos y los usa para lanzar su venganza contra aquellos que la han martirizado, ya sea sus crueles compañeros o su desquiciada y religiosa madre.
Se podría pensar asimismo que el mayor tiempo de metraje (132 minutos frente a los 98 de la versión de Brian de Palma) permitirían una mayor "fidelidad" al argumento original que presentaba la novela de King, aunque esto no es del todo cierto; hay de hecho una fuerte intención de referenciar la versión de 1976 evidenciada incluso en el material publicitario de la película y la carátula del DVD, que muestra una clara alusión a la técnica de "pantalla dividida" que constituye uno de los trucos estéticos más emblemáticos de la original. Con todo y eso, esta nueva versión incluye detalles argumentales de la novela ausentes en la versión de De Palma, concretamente la lluvia de piedras causada por Carrie siendo todavía una niña. Sin embargo, el resto de la película está hecha con la clara intención de mantener la mirada fija en la versión de los setenta como principal fuente de inspiración, algo ineludible puesto que incluso la visión de Carrie ensangrentada durante el baile de graduación es ya una imagen clásica del género de terror.
El formato televisivo, no obstante, pasa factura de la peor manera posible: aparte de una estética bastante plana y sin gracia y una mayor condescendencia ante el espinoso tema de la religión presente tanto en la novela como en la cinta original, el ritmo de la película se hace lento al intentar centrar gran parte de su metraje en el mundo diario de los jóvenes pero al mismo tiempo prescidiendo del humor que en ocasiones destilaba la original. Hay asimismo una pésima elección de casting a la hora de tomar el papel protagonista, puesto que Angela Bettis se ve demasiado mayor para su personaje, y aunque considero que es una actriz muy interesante que ha demostrado ya su valía como arquetipo de "patito feo", no pega como Carrie para nada.
En definitiva, el único motivo por el cual se me ocurriría que alguien pudiera querer echar un vistazo a Carrie (2002) sería por puro afán de completismo de las adaptaciones cinematográficas de la obra de Stephen King. Paradójicamente, es este público potencial el que se verá más afectado en el momento en que llega la que es probablemente la mayor licencia de guión (en cuanto a adaptación de la novela se refiere) que nos podemos imaginar, y es que el final de la película es un auténtico sacrilegio que pondrá a los seguidores de Stephen King en pie de guerra. No voy a decir aquí de qué se trata (aunque muchos lo podrán intuir ya) pero sí debo adelantar que dicha licencia tiene una explicación, ya que este telefilme era originalmente el piloto de una serie televisiva sobre Carrie que nunca llegó a realizarse. Del resto, la verdad es que no encuentro nada destacable en este intento televisivo completamente innecesario.
Vaya, ni siquiera sabía de la existencia de esta versión, aunque por lo que cuentas, creo que me quedo con la original ù_ú
ResponderEliminarLa idea es escoger a una actriz con una Belleza diferente yo opino que a Angela le quedaba perfecto para Carrie porque de nada sirve una chica hermosa a simple vista. Sissy Speacek no es la mas hermosa de todas con solo verla, la idea es una belleza oculta para que la pelicula tenga un buen toque y aunque la serie no se dio para mi la pelicula estubo bien
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