viernes, octubre 30, 2015
Reseña: Halloween 2 (2009)
jueves, octubre 29, 2015
Reseña: Tales of Halloween (2015)
miércoles, octubre 28, 2015
Reseña: Hellions (2015)
domingo, octubre 25, 2015
10 de hace 10: The Descent (2005)
Incluso si no has estado siguiendo este blog desde sus inicios, lo más probable es que conozcas The Descent (2005). Después de todo, fue esta película la que puso en el mapa al director británico Neil Marshall, componente de un nutrido grupo de jóvenes cineastas de terror que comenzaron a despuntar en la primera mitad de la década pasada. Marshall, cuyo estilo de terror parece estar impregnado de sus preferencias por la acción desenfrenada, ya muestra prácticamente todos sus puntos fuertes en este su segundo largometraje, uno que en su momento fue todo un éxito que cosechó numerosas alabanzas de gran parte de la crítica de terror mainstream de aquellos años. Yo también quedé muy impresionado en aquel entonces, tanto que la cinta coronó el ránking de lo mejor que había visto en el género ese año. Ahora, diez años después, surge de nuevo la pregunta: ¿qué tal le ha sentado esta década desde su estreno? Para resolver la duda he vuelto a ver la película después de algunos años sin hacerlo (tengo más de uno y dos visionados de ella, valga decir) y trataré de poner algunas reflexiones al respecto aquí.
En primer lugar, y para aquellos que no sepan de que va el tema, The Descent es la historia de un grupo de amigas aficionadas al deporte extremo que viajan hasta un remoto bosque en el norte de los Estados Unidos para hacer espeleología en una cueva hasta entonces inexplorada, hasta que un derrumbe las deja aisladas del exterior y perdidas en medio de aquel laberinto. Tan sólo esto ya sería suficiente para hacer de la película una buena muestra de terror, pero Marshall decide ir a por más al hacer que las protagonistas tengan que lidiar no sólo con la búsqueda de una salida sino también con unos terribles monstruos habitantes de la caverna que les harán la vida imposible.
Ha sido precisamente este detalle lo primero que se me ha venido a la mente a la hora de revisionar la cinta: toda la primera media hora, cuando las protagonistas se adentran en la misteriosa caverna y quedan finalmente atrapadas, es tan angustiosa y está hecha de forma tan efectiva que perfectamente podría haber sido toda la premisa y seguiríamos estando ante un trabajo bien hecho. En particular la escena en la que una de ellas se queda atascada en medio de un túnel que debe atravesar arrastrándose con rodillas y codos me causó una sensación considerable de claustrofobia, aunque esto puede que sea una apreciación subjetiva. Lo que sí está claro es que Marshall maneja muy bien todo este tramo, y aunque todas las escenas de cuevas están realizadas en un plató artificial construido en un estudio en Londres, la fotografía minimalista y cerrada con abundantes tinieblas e irregularidades sabe ocultarlo muy bien, al menos en esta primera parte.
Ha sido precisamente esa tendencia lo que moldeó la carrera de este director tanto antes como después de esta cinta. Tanto en The Descent como en su película anterior, la también muy recomendable Dog Soldiers (2002), el cine de Marshall es casi siempre asociado a esa manera despreocupada de afrontar el cine de acción y mezclarlo con otros géneros, y ha sido eso a lo que se ha dedicado después, mezclando este género con la ciencia-ficción apocalíptica en Doomsday (2008) y la épica histórica con Centurion (2010), donde termina de momento su carrera como director de cine en solitario. El que fuera una de las voces más prometedoras del horror a principio de siglo ha terminado siendo absorbido por la televisión en series como Black Sails, Game of Thrones, Hannibal o Constantine, con mayor o menor grado de éxito.
Así que diez años después, y cuando el género de terror parece haber tomado un camino completamente distinto, es interesante descubrir que The Descent continúa siendo un ejemplo muy sólido de terror visceral salpicado de acción, con unos monstruos muy bien hechos y una dirección de primera con Neil Marshall tras el volante. Por supuesto cuatro años después nos llegó una secuela con otro director y que, tal como comentaba por aquí, resultó ser un trabajo muy inferior. La buena, sin embargo, es esta, todavía una de mis películas de terror favoritas y una que combina elementos que siempre he disfrutado como el terror de subsuelo, el poderío femenino y un final muy hijodeputa que podéis ver siempre que no cometáis el error de poner la censurada versión americana (que por cierto, fue la que dio paso a una continuación). Esta película ha aguantado muy bien el paso del tiempo y supera el tribunal de su primera década con solvencia.
sábado, octubre 10, 2015
Reseña: Ava's Possessions (2015)
A partir de aquí se construye una muy interesante película que va no tanto sobre posesiones diabólicas y mucho en cambio sobre la situación de vulnerabilidad en la que queda alguien dañado por situaciones como los trastornos mentales o la toxicodependencia. Digo estas cosas no porque en la película se mencionen sino porque todos los aspectos del grupo de ayuda y las situaciones de abuso y peligro por las que pasa Ava son calcadas de este tipo de argumento. Claro, la película en el fondo sigue siendo una comedia, pero el trasfondo es mucho más siniestro de lo que originalmente parece aún con su estética indie y su constante sátira de la nada envidiable situación de su protagonista. Lo consigue, como decíamos arriba, mediante el aprovechamiento de una premisa con mucho potencial, algo que se nota en cómo da respuesta a numerosas interrogantes que surgen de este tipo de cine: en un mundo donde las posesiones diabólicas son reales, ¿quién se encarga de los daños ocasionados por los poseídos? También es muy divertida la forma en que cada personaje lidia con su situación, destacándose especialmente una jovencita del grupo de ayuda que añora la conexión especial que tenía con su demonio y que hará lo que sea para ser poseída de nuevo.
En fin, una comedia de terror muy divertida que no sólo conoce bien el subgénero que está parodiando sino que encima logra colarnos un trasfondo mucho más oscuro de lo que parece. El hecho de que incline la balanza tan fuertemente hacia la comedia probablemente impedirá que se convierta en un clásico, pero aquellos que sepan pasar esto por alto la disfrutarán mucho. Yo ciertamente lo hice.