lunes, febrero 26, 2007

Viendo los Oscar me doy cuenta de una cosa...


Lo que están viendo arriba son los pósters de las dos únicas películas de terror que han sido nominadas a la máxima categoría en toda la historia de los premios Oscar. Al menos, son las que yo considero que pertenecen al género (porque aunque de miedo, no considero Tiburón una película de terror). De más está decir que las dos, en su momento, perdieron contra El golpe (1973) y American Beauty (1999) respectivamente.
También está de más decir que ninguna de estas dos películas ha sido reseñada hasta ahora en este blog, un error que estoy dispuesto a enmendar muy pronto.

domingo, febrero 25, 2007

Tres tristes trailers 5

"Tío Julio, dame pasta para hacer una peli, ¿sí?" Los abandonados (2007) es no solamente la nueva apuesta de terror de la productora Filmax. Es también el primer largometraje de Nacho Cerdá (y ya pueden crucificarme entre todos, ya que no tenía ni idea de quien era este hombre, a pesar de ser un cortometrajista bastante conocido en este país). Rodada en inglés, y con una estética muy similar a otros productos de Filmax como El segundo nombre (2002), El maquinista (2004) y Frágiles (2005), la historia va (al parecer) de una mujer que viaja hasta un pueblo perdido en las estepas rusas en busca de una herencia, encontrándose en medio de una historia de fantasmas, tanto reales como metafóricos. La verdad es que tengo muchas ganas de verla, no sólo por ver qué nos ha cocinado el tío Julio está vez, sino porque esta película fue la favorita del público en el pasado festival del Horrorfest 2006, un certamen que (para variar) no está dominado por elitistas críticos de cine. La tendremos por aquí el 20 de abril.

El número 23 (2007) no es realmente una película de terror tanto como una rayada mental de antrología, pero es que no aguantaba las ganas de hablar de ella. Es también, sin embargo, es otra prueba de que Joel Schumacher es un tipo del que no se sabe que esperar. Un día destroza a Batman en un festival de fluorescencias homoeróticas y al día siguiente realiza una película minimalista y contundente como Phone Booth (2002), sin olvidar por supuesto sus clásicos como Jóvenes ocultos (1987) o Un día de furia (1993). En todo caso, merece la pena ser vista por varias razones: una es la inclusión de Jim Carrey demostrando el actorazo que es en la que probablemente sea su película más oscura hasta la fecha, por encima incluso de la terriblemente infravalorada The Cable Guy (1996). El avance, elaborado como si realmente fuera una peli de terror, no hace más que atraerme cual canto de sirena. Y además, que sale Virginia Madsen. En España se estrena (no podía ser de otra forma) el 23 de marzo.

Y bueno, ya a estas alturas todos habrán escuchado hablar de la que promete ser una de las comedias de terror del año, el sleeper canadiense Fido (2006), que por fin será estrenada en Estados Unidos en junio de este año, si bien en España todavía no tenemos noticias de ella. La trama es una interesante vuelta de tuerca al final de Shaun of the Dead (2004), en el que los zombis eran domesticados y obligados a realizar los trabajos más pesados en beneficio de sus amos "vivos". Por cierto, esperemos que esta cinta no tenga en este país el destino que tuvo aquella mítica película de Shaun, que pasó sin pena ni gloria por un par de salas, duró en cartelera prácticamente lo que dura un suspiro y para colmo recibió una de las peores traducciones de título de la historia. Crucemos los dedos.

viernes, febrero 23, 2007

Reseña: La semilla de Chucky (2004)

Tras una pausa de casi seis años el muñeco diabólico regresó con La semilla de Chucky (2004), una película cuyo argumento ya había sido anticipado en el final de la entrega anterior. En esta quinta entrega tenemos como director a Don Mancini, guionista de la saga y creador del Chucky original, que por primera vez toma las riendas del proyecto y decide hacer una película a su manera, intentando muy sabiamente seguir en la senda de la entrega anterior. Si esta conseguía un delicado equilibrio entre la comedia y el horror, esta quinta parte está totalmente entregada a su lado cómico, hasta un punto en que, tal como leí en una reseña que por desgracia no he podido encontrar de nuevo, la película no debe ser considerada en realidad como la quinta entrega de Child's Play (1988) sino como la segunda parte de La novia de Chucky (1998).

Esto quiere decir que nuevamente el lado de terror de la historia es algo marginal frente a los problemas domésticos de Chucky y Tiffany, que ahora deben enfrentarse al hecho de que tienen un hijo, un grotesco muñeco viviente con una severa crisis de identidad que tras escaparse del ventrílocuo que lo mantenía prisionero viaja a Hollywood y resucita los cadáveres de sus padres, que estaban convenientemente siendo utilizados para rodar una película de terror inspirada en los asesinatos de la pareja de muñecos. La película incluso lleva esta componente metanarrativo al extremo al incluir también a Jennifer Tilly haciendo de sí misma y los problemas que debe encarar no sólo en cuanto a su declinante carrera sino en cuanto al hecho de que ahora Tiffany sueña con transferir su alma al cuerpo de su actriz favorita.

Al final eso es lo grandioso que tiene esta película: la forma en cómo el argumento se teje como una comedia de enredos cuya comicidad se da en varios niveles simultáneos, como la lucha entre Tiffany y Chucky por criar a su hijo/hija y la parodia nada sutil de Hollywood y sus retorcidos personajes, incluyendo un rastrero fotógrafo interpretado por John Waters (confeso admirador de la saga) cuya presencia por sí sola debería dejar claro cuál es el tono verdadero de este grotesco cuento de terror. Pero como siempre, esta es una confirmación más de que estamos ante una cinta de serie B elevada de categoría gracias a las actuaciones: Brad Dourif como Chucky y Billy Boyd como Glen/Glenda, un personaje diametralmente opuesto y que resulta grotesco y patético pero curiosamente entrañable en su crisis de identidad, la cual en el fondo es un guiño a la homosexualidad del propio Mancini. Pero sin duda, la mejor actuación recae sobre los hombros de Jennifer Tilly, no sólo como la voz de Tiffany sino como esa maravillosa parodia que hace de sí misma y la manera cómo se burla de sus propios lugares comunes y su decadencia como actriz. Tilly es el alma de la película, algo que se hace evidente a lo largo de todo el metraje.

Vista ahora, casi una década después de su estreno (y más de seis años después de la reseña original), La semilla de Chucky no ha perdido nada de su vigencia. Sigue siendo una gran comedia de terror con un componente grotesco muy divertido y una salida paródica muy eficiente a una saga que nunca fue realmente tan terrorífica. Todavía sigo prefiriendo La novia de Chucky ya que esta conseguía un equilibrio mucho mejor entre la comedia y el terror sin necesidad de decantarse por completo por la comedia como hace esta, pero sigue siendo una película muy buena y recomendable como una de las mejores entregas de la saga.

lunes, febrero 19, 2007

Reseña: The Screwfly Solution (2006)

Después de haber rodado el episodio más sonado de la primera temporada de Masters of Horror, era normal que para esta segunda tanda todos los ojos estuviesen puestos en Joe Dante, y tanto fanáticos como detractores (se ganó muchos de ambos con su anterior trabajo) esperaban su próximo episodio con los brazos y las fauces abiertas, respectivamente. Y al igual que como ocurría con Homecoming (2005), en The Screwfly Solution (2006) encontramos una historia de corte apocalíptico que oculta un no tan sutil comentario sobre el destino de la Humanidad, si bien esta vez muy diferente.

Basado en el cuento homónimo de Racoona Sheldon (pseudónimo de la escritora Alice Seldon), muy conocido en los círculos literarios de la ciencia-ficción, The Screwfly Solution cuenta la historia de un virus de procedencia desconocida que ataca súbitamente a los seres humanos, convirtiéndoles en voraces y cruentos asesinos. Los que se ven afectados por el virus, sin embargo, son sólo los hombres, y su violencia va dirigida exclusivamente hacia las mujeres. Los detalles de estos crímenes a menudo se ocultan al ojo público bajo la forma de histeria religiosa ("God told me to") o simple machismo, pero el resultado es el mismo: los hombres están matando a las mujeres en masa, y como el virus se propaga a una velocidad vertiginosa y por medios insospechados, nadie está a salvo. El episodio sigue la pista de una mujer que debe aprender a defenderse por sí misma mientras su marido y un grupo de científicos buscan la manera de detener la plaga, que al principio se ve disfrazada dentro de las aberrantes prácticas de una secta religiosa conocida como los "Hijos de Adán".

Con su episodio, está claro que Dante busca varias cosas, la primera de ellas más que evidente: realizar un reflejo ficcional de la llamada "violencia de género" y de la naturaleza agresiva del hombre sin ningún tipo de control. A un segundo nivel, sin embargo, su relato se construye como una historia apocalíptica vista desde una perspectiva completamente doméstica. Casi nunca abandonamos el punto de vista de nuestra prota, ni siquiera cuando el mundo entero se desmorona a su alrededor. No estamos, sin embargo, ante un apocalipsis histérico y descontrolado como el que veíamos, por ejemplo, en 28 días después (2003), sino ante la gradual destrucción de una sociedad y su sustitución por otra donde el salvajismo, la depredación y la violencia irracional son entronizadas. El fin del mundo llega de forma gradual, y considero que a medida que avanza el metraje la historia se hace cada vez más interesante. Los últimos minutos, en este sentido, me parecen espectaculares, con un espíritu apocalíptico que hace de este episodio una de las muestras más oscuras de su director (al menos en mi memoria).

El final, o mejor dicho, la revelación final, es lo más controvertido de The Screwfly Solution, y puedo entender por qué. Si bien es cierto que Joe Dante ha sido aquí bastante fiel a lo que se narra en el relato original, los eventos de este final son quizás mucho más contundentes en forma escrita y demasiado explícitos para una película. Atención, sin embargo, al último plano, contundente a más no poder a pesar de que su extrema sencillez. La verdad es que, desde que leí sus opiniones sobre el estado del cine actual, no recordaba a un Dante tan pesimista.

En definitiva, est episodio no llega a la maestría de Homecoming, pero sí resulta uno de los más interesantes y recomendables de esta nueva temporada de Masters of Horror. Al menos se trata de un capítulo ambicioso y, además, el primero que no se siente alargado, tanto que de hecho podría perfectamente haber servido de base a un largometraje. Algunos defectos menores sí son evidentes, como un primer acto que cojea un poco y (sobretodo) una estética demasiado similar a la que han mostrado el resto de los capítulos. Aún así, el licántropo que esto escribe lo ha disfrutado mucho, y por eso no dudo en recomendarlo.

viernes, febrero 16, 2007

Reseña: Pulse (2006)

Los fantasmas vienen a por nosotros, y lo hacen a través de Internet. Por mediación de estos espíritus malignos, la que en otro tiempo fuera nuestra fuente inagotable de música, películas y pornografía está acabando con los seres humanos, uno por uno. Ese parece ser, en gran medida, el argumento de Pulse (2006), remake americano de la cinta japonesa Kairo (2001), que (milagrosamente) continúa en los cines de este país.

Como llega con bastante atraso a nuestras carteleras, es muy probable que muchos no conozcan la historia que se teje tras la concepción de esta criatura: al parecer, el guión original no gustó mucho a los hermanos Weinstein al ser prácticamente idéntico al de la película de Kiyoshi Kurosawa. El resultado: el dúo dinámico de productores impuso una serie de alteraciones que destriparon por completo la historia, arrebatándole toda su sutileza y su metáfora sociológica y haciéndola más explícita y obvia, con lo que no es descabellado decir que estamos ante una versión de Kairo que ni requiere una gran inversión de materia gris.

Mattie (Kristen Bell, de Veronica Mars) ha terminado con su novio Josh, apasionado hacker que últimamente lleva varios días sin aparecer. Cuando finalmente se decide a ir a su piso a averiguar su paradero, Mattie corrobora que su ex lleva encerrado en su vivienda un tiempo considerable, una revelación que sobreviene justo antes de verle ahorcarse en el baño. Traumatizados por este inexplicable suicidio, los amigos de Josh empiezan a flipar cuando este súbitamente "aparece" en el servicio de mensajería instantánea, pidiendo ayuda a pesar de estar muerto desde hace ya un tiempo. Tras averiguar el paradero de su antiguo ordenador, Mattie y sus amigos comienzan a develar el misterio de una fuerza oculta que se propaga a través de Internet, literalmente absorbiendo la fuerza vital de sus víctimas y convirtiendo la ciudad en una tumba, a la vez que una multitud de "fantasmas" con muy mala leche se abre paso hacia nuestra realidad.

El elenco, así como sus ambiciones narrativas y dramáticas evidencian de forma muy clara que Pulse está dirigida al público adolescente, por lo que no es de extrañarse que sus creadores hayan intentado trasladar toda esa metáfora sobre la incomunicación y la soledad aislante traida por la tecnología de una forma bien masticadita para que incluso el menos espabilado de los miembros del público pueda captar de qué se trata. Esto en sí mismo no representaría un problema si al menos estuviésemos hablando de una película con alma propia, pero los mejores elementos de Pulse son, muy previsiblemente, calcados de la original, por lo que no tiene ningún mérito propio. Incluso algunas escenas se repiten de forma idéntica. Aparte de cuestiones meramente anecdóticas, la única diferencia entre este remake y el original es que la historia está ambientada en los Estados Unidos.

Y aquí es donde empieza el problema, porque (personalmente) creo que trasladar la trama a un contexto americano es el primer gran error de esta película; la sensación de aislamiento y alienación producto de la tecnología es algo mucho más creíble en un contexto japonés, pero en America se siente artificial, impuesto, sin la fuerza ni el impacto que tenía la versión original.

El segundo problema, y a la vez el más evidente, es que la película cae en el error de intentar dar una explicación raconal al fenómeno paranormal que da inicio a la historia. Mientras que en Kairo los fantasmas eran realmente lo de menos, en Pulse la trama da explicaciones que, evidentemente, se quedan cortas o al menos decepcionan en gran medida. La explicación que dan al efecto de la cinta roja, por ejemplo, es de risa por lo vaga y escueta que es. De risa es también el clímax de la cinta, en el que nuestros jóvenes héroes (Kristen Bell y el nuevo guaperas que se ha encontrado a lo largo de la trama para inevitablemente sustituir a su novio muerto) intentan enfrentarse a la horda de seres sobrenaturales en un escenario que parece sacado de un videojuego y que incluye, entre otras cosas, hasta una persecución en coche (!).

Una decepción total y una nueva muestra de aquellos "creadores" capaces de elaborar un remake en base a sus aspectos más superficiales. Alguien pensó que Kairo era simplemente una película de monstruos que salían de una página web y decidió llevar eso a la pantalla. Hubiera preferido mil veces que se sinceraran y titularan esta cinta Kairo for Dummies, o mejor aún, con la lapidaria frase que suelta una mujer corriendo histérica en medio del Apocalipsis en la que es sin duda la línea más risible de cuantas se pueden proferir: "¡Salieron del ordenador!". Paso de esta cosa.

martes, febrero 13, 2007

Todos tenemos que comenzar por algún sitio

Hace algún tiempo pensé en abrir una sección en este blog que señalara los a veces sonrojantes inicios de actores que son hoy en día considerados grandes estrellas, muchos de ellos en el cine de terror. Por ejemplo, siempre he pensado que a Jennifer Anniston nunca hay que dejarla olvidar que protagonizó en su día Lepprechaun (1993).

Sin embargo, alguien acaba de pasarme un vídeo en Youtube que hace que dicha sección sea absolutamente innecesaria. Se trata de un montaje que, en definitiva, no tiene desperdicio. Además, pienso que las risas enlatadas que le han puesto le dan un encanto adicional (especialmente cuando sale Martin Sheen). Advierto que es un poco largo (10:24) pero cuando tengan tiempo que gastar échenle un vistazo porque vale la pena.

viernes, febrero 09, 2007

Míticos: Richard Matheson (1926 - )

En 1954, el escritor norteamericano Richard Matheson publicó su novela Soy leyenda, que en apariencia era otra novela pulp de terror poblada de vampiros, mutantes y situaciones escabrosas. La historia trataba del único superviviente de una guerra que había dejado la Tierra desolada y a merced de una raza de criaturas de la noche que eran los nuevos dueños del planeta. De día, nuestro protagonista recorre las ruinas de la civilización para dar muerte a las criaturas mientras estas duermen en sus escondrijos. De noche, es él quien debe atrincherarse en su refugio mientras las hordas de no-muertos buscan acabar con su vida. Creo que ni siquiera el propio Matheson sabía aquello a lo que se enfrentaba, porque da la casualidad que con su trama y sus arquetipos narrativos, Soy leyenda es quizás una de las novelas más influyentes en toda la historia del cine de terror, superada (en mi opinión) únicamente por Drácula, la inmortal obra de Bram Stoker.
Asimismo, Matheson es sin duda uno de los autores clave para el cine de miedo. Este escritor, nacido el 20 de febrero de 1926 en Nueva Jersey (Estados Unidos), es una de las primeras grandes lumbreras de la era de la televisión, ya que fue precisamente la "caja tonta" la que le dio a conocer, gracias a sus numerosas colaboraciones como guionista para series de culto. Eso sí, de tonta su obra no tiene nada, ya que el nombre de Richard Matheson empezó a verse en los créditos de seriales que todavía hoy son atesorados por sus fanáticos, como es el caso de Have Gun, Will Travel (1958-1961), The Lawman (1958-1962) o incluso Thriller (1960-1962), la efímeria serie de terror presentada por Boris Karloff. También firmaría algunos episodios de otras series como The Alfred Hitchcock Hour (1962-1965) o la primera encarnación de Star Trek (1966-1969). Sin embargo, todos sabemos que lo que realmente le transformó en un ídolo televisivo fueron los dieciséis episodios que escribió para la mítica serie The Twilight Zone (1959-1964), auténtico ejemplo de lo que es televisión de culto. Tanto es así, que si se pregunta a cualquier fanático de dicha serie cuáles son sus capítulos preferidos, lo más probable es que varios hayan salido de la mente de este escritor. Incluso, de los cuatro segmentos en que se divide la famosa película de 1983, tres son de Matheson, con lo que dicha preferencia estaría más que justificada.

Pero aquí hablamos de cine, y en la gran pantalla el hombre no se queda atrás. Las adaptaciones de la obra de Matheson son innumerables, hasta el punto de que muchos sin duda habremos visto más de una aún sin conocer la obra original. Clásicos de la ciencia-ficción como El increíble hombre menguante (1957) son conocidos por todos, pero también están obras de terror como The Legend of Hell House (1973) o la eficiente Stir of Echoes (1999), incluso películas fantásticas de corte romántico como Somewhere in Time (1980) o What Dreams May Come (1998). En cuanto a la novela que le lanzó a la fama, Soy Leyenda, esta ya ha sido adaptada en dos ocasiones: la primera con el nombre El último hombre sobre la Tierra (1964), con Vicent Price en el papel principal, y la segunda bajo el título The Omega Man (1971), con un Charlton Heston haciendo de impagable héroe de acción. Durante mucho tiempo se habló de la posibilidad de hacer una tercera adaptación con Arnold Schwarznegger a la cabeza del reparto, pero dicho proyecto (por desgracia) nunca llegó a realizarse. Este año nos llegará una nueva versión con Will Smith, y por primera vez llevará el nombre original de la novela (1). De todas formas, la novela ha inspirado gran parte del cine de terror actual. George Romero no ha tenido problemas en confesar, por ejemplo, que dicho libro fue la principal fuente de inspiración de La noche de los muertos vivientes (1968), por lo que no es exagerado decir que con Matheson nace uno de los arquetipos narrativos básicos del cine de terror moderno: ese estado de sitio declarado entre el hombre y su reverso tenebroso.
También es necesario dar una repasada a los guiones que Matheson elaborara. Entre los primeros de importancia habría que mencionar las dos "Poe Movies" que dirigió el gran Roger Corman: La caída de la casa de Usher (1960) y El pozo y el péndulo (1961), así como The Devil Rides Out (1968), la cinta de Terence Fisher que muchos críticos consideran lo mejor de la Hammer Films. Y claro está: muchos reconocerán en la foto que encabeza estas líneas la figura del terrible camión protagonista de la primera película de Steven Spielberg, Duel (1971), que Matheson escribió basada en su propio cuento corto. Tras este éxito vendrían otros telefilmes de género como The Night Stalker (1972) y el clásico Trilogy of Terror (1975), del cual se realizaría una secuela en 1996.
Pero a pesar de su éxito cinematográfico, el prolífico Matheson no abandonó la tele, y para probarlo está su trabajo en series como Amazing Stories (1985-1987) o The Outer Limits (1995-2002). En la actualidad, a pesar de estar semi-retirado, su obra sigue siendo adaptada, ya que su hijo, el también guionista Richard Christian Matheson, versionó un relato suyo para Dance of the Dead (2005), de Tobe Hooper. Son varias las películas que se nos vienen encima que adaptan la obra de este escritor, quien es, para mí, uno de los tres nombres más influyentes de la literatura de terror del siglo XX (2). Este escueto texto en un escueto blog no puede hacerle justicia, pero por fortuna, la lectura de su obra sí, y eso es en definitiva lo que importa.

(1) Vale, esto no es del todo cierto. Por medio de la IMDB me entero de que existe una versión cinematográfica de Soy Leyenda estrenada en 1967, ¡y española! Sin embargo, como no tengo información sobre ella, he optado por la vía fácil de obviarla.
(2) ¿Los otros dos? Muy sencillo: H.P. Lovecraft y Stephen King. Pero repito: esto es algo muy personal.