miércoles, abril 11, 2018
Reseña: The Lodgers (2017)
viernes, marzo 16, 2018
Reseña: Ghostland (2018)
miércoles, marzo 07, 2018
Reseña: Ghost Stories (2017)
viernes, febrero 23, 2018
Reseña: Verónica (2017)
viernes, febrero 16, 2018
Reseña: La piel fría (2017)
miércoles, febrero 14, 2018
Reseña: The Ritual (2017)
miércoles, mayo 24, 2017
Reseña: The Innocents (1961)
Al igual que en la novela de Henry James, una mujer viaja a una enorme mansión donde deberá trabajar de institutriz para dos niños marcados por un padre ausente y una siniestra historia acerca de los antiguos sirvientes de la casa. Ya desde el principio la película funciona gracias a su espectacular atmósfra con esa enorme casa (una locación real) aprovechada de forma muy eficiente por el director de fotografía Freddie Francis, con largos planos sosteidos carentes de todo efectismo Gran parte de este ambiente viene dado también por las actuaciones, no sólo de la protagonista Deborah Kerr sino también de los niños, en especial de joven Martin Stephens, a quien ya conocemos de la versión original de El pueblo de los malditos (1960). La presencia de Kerr (una de las actrices británicas más conocidas de los años cincuenta) le da cierto aire de legitimidad a la película, pero su argumento y ambiente son de auténtico cine de terror, muy en la línea del estilo que el cine británico mantiene incluso hoy en día.
Lo cierto es que la importancia de The Innocents no radica sólo en su muy buen manejo del miedo y lo genuinamente inquietante de su ambiente ya que después de todo, para 1961 ya el género de casas embrujadas y terror gótico estaba más que asentado. Pero fue esta película, junto con la americana The Haunting (1963) una de aquellas obras que ayudó a dar prestigio a las historias de caseríos oscuros habitados por fantasmas, alejando a este tipo de cine de aquellos trabajos más dados a la explotación y al horror explícito. De hecho, uno de los principales objetivos del director Jack Clayton fue hacer todo lo posible para alejar a su película del estilo y la estética de los trabajos de terror gótico de la Hammer Films, que en aquel momento eran muy populares. Como ya mencionaba arriba, los personajes de los niños son probablemente lo mejor, y es sorprendente descubrir que la película no huye de mostrar aquellos temas sensibles que precisamente por el hecho de incluir niños son considerados un tabú cinematográfico: al igual que en la novela en la que se basa, esta adaptación ostenta un subtexto de perversión y de sexualidad malsana que está presente en todo momento tanto en la reprimida institutriz protagonista como en los muy dañados niños que tiene que cuidar.
Así que entre la lista de clásicos del terror que siempre se mencionan a la hora de hablar de cine de miedo fundacional, esta es una cuya fama está más que justificada. Su origen literario y su negativa a rendirse a golpes de efecto que hoy en día son un lugar común puede hacer dudar a algunos, pero vale la pena ya que resulta todavía superior a la mayor parte de historias de casas embrujadas que vinieron después. La novela de Henry James ha sido adaptada en muchas ocasiones, y su influencia se deja ver también en otras historias muy similares como Los otros (2001) de Alejandro Amenábar, pero esta sigue siendo la mejor que se ha hecho y una de esas infaltables que de vez en cuando rescatamos aquí.
viernes, abril 28, 2017
Reseña: Vampyr (1932)
lunes, abril 24, 2017
Reseña: El gabinete del doctor Caligari (1920)
Precisamente por este motivo, por esa influencia que incluso hoy en día se mantiene, sigue siendo una película que se siente muy actual, y que sigue siendo muy atractiva gracias a un argumento que se reconoce hoy fácilmente, la historia de una serie de crímenes ocurridos en una ciudad alemana y que de alguna manera están relacionados con el siniestro mago Caligari y su criatura Cesare, un misterioso hombre que ha permanecido dormido durante toda su vida y que por lo visto tiene la facultad de predecir el futuro. Esta historia está llena de momentos que reconoceremos porque han sido imitados constantemente por muchas obras durante las siguientes décadas, siendo el más reconocible de todos la imagen del "monstruo" (Cesare en su forma de sonambulista) escapando por la ciudad con la chica en apuros al hombro.
De todas formas, aquello por lo que es conocida esta película no es el argumento sino la estética, una escenografía de ángulos imposibles, formas puntiagudas y sombras pintadas directamente sobre el escenario. Todos estos elementos de artificio son importantes porque precisamente esa ambientación de evidente decorado habría sido normalmente considerada una limitación al no ser capaz de reflejar de forma fidedigna la realidad; el público que asiste a ver El gabinete del doctor Caligari sabe perfectamente que está ante una ilusión, y es capaz sin embargo de dejarse tragar por ella y aceptar que está viviendo una fantasía en la que el horror se presenta bajo la forma de un truco de magia. Esta representación fantástica, alejada por completo de la búsqueda de realismo que buscaba la mayor parte del cine de entoces (incluso el fantástico) es el verdadero aporte de esta cinta y el motivo por el que se convirtió en una obra fundacional cuya estética ha sido imitada en tantas ocasiones.
Aparte de todas estas ideas, la película fue un gran éxito con la crítica de su época y llevaría a varios de sus responsables a tener una importante carrera al otro lado del Atlántico, sobre todo a Conrad Veidt, a cuyo rol de Cesare le siguió su actuación en El hombre que ríe (1928). Hay muchas historias y leyendas acerca de su paso por la cartelera y la recepción que tuvo con el público, pero ya desde entonces se sentía como algo nuevo que desafiaba las ideas preconcebidas acerca de lo que el cine debía ser. Es por eso que el marco narrativo de su argumento y (sobre todo) la revelación final destruyen un tanto el efecto al intentar justificar de forma racional esa estética y estilo que ha mostrado durante todo el metraje. Pero aun así, es también otro recurso poco habitual para entonces y otra prueba de que esta era una cinta mucho más compleja que la mayoría de sus contemporáneos más conocidos.
lunes, abril 10, 2017
Reseña: El golem (1920)
miércoles, marzo 29, 2017
Reseña: The Human Centipede 2 (2011)
El componente meta-narrativo al que me refería arriba es ya conocido para los que la han visto pero para los demás lo comento aquí: esta película tiene lugar en un mundo en el que la primera Human Centipede (2009) no sólo existe sino que es el objeto de adoración de nuestro personaje principal, un empleado de garita obeso, asmático y con retraso mental que vive obsesionado con la película de Tom Six usándola para escapar de su gris existencia. En la que probablemente sea la mayor puya posible a la recepción que dicha película tuvo, el protagonista decide un buen día construir su propio ciempiés humano superando incluso a la ficción, enlazado esta vez a doce individuos, uno de ellos Ashlynn Yennie, la actriz protagonista de su película favorita. Sólo hay un detalle: este personaje no es un experto cirujano como el de la primera cinta, por lo que su trabajo tiene toda la finura y precisión de un desquiciado que realiza una delicada cirugía con artefactos caseros y sin ninguna estrategia.
Esto da como resultado una secuela que en muchos sentidos es lo contrario a la primera parte: si bien la primera Human Centipede era muy contenida en cuanto a violencia y dejaba sus aspectos más truculentos a la imaginación del espectador, esta segunda parte es casquería de principio a fin, totalmente explícita en su muestra de sangre, mutilaciones y vejaciones a las que el personaje principal somete a sus víctimas, rompiendo además tabúes como daño a bebés y a mujeres embarazadas de una forma que muy previsiblemente le ganaron a Tom Six la ira de gran parte de la crítica y el público. En una decisión que puede ser interpretada como una pequeña concesión a estos, lo único que parece suavizar el gore un poco es la estética: la fotografía es casi toda en blanco y negro, y lo único que mantiene su color es la mierda.
Es ya cerca de su tramo final, cuando el ciempiés está completo y la lucha de sus integrantes por la supervivencia se lleva al extremo, cuando The Human Centipede 2 se convierte en algo francamente difícil de ver. Pero aún así es una película fascinante por el nivel de desagrado que puede llegar a causar, no sólo en cuanto a la violencia sino por el villano principal absolutamente carente de glamour y por la negativa de Tom Six a embellecer el horror que estamos presenciando aquí. Sé que estoy en minoría en mi apreciación por ella, pero aunque no haya dejado la misma impronta en el cine de terror que dejó la primera entrega, esta me parece artísticamente superior, y además mucho más terrorífica y desagradable, una película tras la cual sientes que necesitas una ducha.
miércoles, marzo 01, 2017
Reseña: Howl (2015)
martes, febrero 28, 2017
Reseña: What We Become (2015)
sábado, febrero 25, 2017
Reseña: The Hallow (2015)
jueves, febrero 23, 2017
Reseña: La mujer de negro 2 (2014)
martes, febrero 21, 2017
Reseña: Desde la oscuridad (2014)
domingo, enero 22, 2017
Reseña: Bajo la sombra (2016)
miércoles, octubre 19, 2016
Reseña: Shelley (2016)
En esta película vemos a una pareja de adinerados burgueses que contratan a una chica rumana para que trabaje de criada en su cabaña perdida en medio del bosque. Desde el principio la cinta nos plantea a la pareja protagonista como personas privilegiadas que han decidido voluntariamente privarse de todos los lujos de la civilización como la electricidad, teléfono y agua corriente en favor de una vida sencilla, pero que requieren de ayuda debido a que la mujer está recuperándose de un aborto involuntario. Prácticamente todo el primer tercio del metraje se va en construir la relación entre estos tres personajes, sobre todo las dos mujeres, que desarrollan una auténtica amistad que llega a su punto máximo cuando la pareja pide a la joven criada, Elena, que acceda a llevar en su vientre al hijo de ambos. Es a partir de aquí cuando comienzan los elementos de terror, ya que durante sus meses de aislamiento en el bosque Elena comenzará a sufrir alucinaciones y experiencias que le demostrarán que su embarazo (y por lo tanto el niño dentra de ella) no es del todo normal.
Todo en la cinta apunta a que el embarazo de Elena no es sino la puerta de entrada a un horror oculto e inexplicable que, curiosamente, nunca se llega a explicar del todo más allá de las muy sutiles referencias a un Mal presente en el bosque y que ha terminado por apoderarse de la joven. Es un tema que está muy bien planteado ya que al igual que como ocurría en otras obras como El bebé de Rosemary (1968), la protagonista se encuentra realmente indefensa, acosada no sólo por la amenaza sobrenatural sino también por la mujer de la pareja anfitriona, que de repente empieza a ver a la joven como si fuese de su propiedad hasta el punto de querer dictaminar todos los detalles de su vida. Todo este conflicto va creciendo hasta su desenlace centrándose principalmente en el horror que todos intuyen que se acerca. Basta con tener en cuenta que el título de la película no se refiere a ninguna de las dos mujeres sino a la pequeña niña que está por nacer.
En el poco probable caso de que os encontréis Shelley en un cine, no la dejéis pasar. Probablemente no sea para todo el mundo y por momentos no parece una película de terror, pero a pesar de todo esto es sumamente inquietante y hacia su tercer acto se vuelve perturbadora como pocas historias que he visto este año. Me ha encantado sin duda.
jueves, enero 07, 2016
Reseña: REC 4: Apocalipsis (2014)
Al final nada de eso ha parecido tener mucha importancia, y lo cierto es que más allá del retraso de una secuela que (honestamente) llega a destiempo, REC 4 ha terminado por ser una gran decepción muy alejada de todas las especulaciones que me había hecho sobre ella. Pero es una decepción no porque Balagueró haya decidido no darnos una continuación de la trama de posesiones diabólicas que ya perfilaba en la segunda REC y abordar en cambio una historia distinta, sino porque el resultado es una cinta tremendamente convencional que desprecia prácticamente todo el legado de sus antecesoras y construye en cambio un remedo barato de una peli de zombis en un barco, con sus personajes en un muy predecible estado de sitio y un tratamiento cutre de sus posibilidades al rendirse a una superficial película de acción en alta mar. Es básicamente una producción de The Asylum rodada en España, perezosa y casi en piloto automático hasta su final.
Mientras la veía lo único que conseguía preguntarme era qué intención existía realmente al hacer esta película, si había alguien que efectivamente quería abordar esta secuela tal como lo han hecho. Después de todo, la segunda entrega ya dejaba asomar en su final un conflicto muy específico que se auguraba como algo grande, con el demonio habitante de la niña Medeiros escapando a la ciudad y Ángela Vidal convertida en villana. Nada de eso ocurre aquí: por el contrario el argumento vuelve en cierto modo a la casilla uno al situar la acción en el espacio reducido de un barco en alta mar. Aparte de eso, el guión hace grandes piruetas para (inexplicablemente) volver a hacer de Manuela Velasco la heroína a pesar de que se pasa gran parte del metraje sin hacer nada y es sólo en los últimos minutos cuando su personaje toma realmente la iniciativa de algo. Por supuesto el formato de metraje hallado y la perspectiva cámara en mano ha sido completamente abandonada en favor de una estructura de película de acción muy básica y sobre todo muy predecible, con giros narrativos imposibles y varias escenas que buscan emular cintas mucho mejores, desde La cosa (1982) de John Carpenter hasta la propia REC original.
En realidad el problema de la cinta se resume muy fácilmente: lo que prometía ser una gran franquicia se ha cerrado con su entrega más convencional, con un nivel de calidad muy inferior a todas sus predecesoras, y hasta el punto de que muy probablemente estemos hablando también del trabajo más pobre en la carrera de Jaume Balagueró, cuyo estilo no encuentro aquí por ningún lado. El abandono de los elementos más interesantes de la saga y la rendición a un género fácil y a una historia simplona con efectos especiales baratos y acción confusa es algo que sólo me puedo explicar si considero que esta fue una secuela que llegó demasiado tarde cuando el interés por la saga ya había decaído. Es una lástima porque había un gran potencial que se ha dejado perder aparentemente sin motivo alguno.