En donde vivo sólo he podido verla en un festival, pero si vivís en España muy probablemente hayáis tenido ya la oportunidad de echar un vistazo a La piel fría (2017), una co-producción española rodada en inglés, dirigida por el francés Xavier Gens y basada en la famosa novela de Alberto Sánchez-Piñol, y un proyecto además que venía gestándose desde hace mucho tiempo y que finalmente se ha hecho realidad obteniendo unos resultados un tanto más modestos de lo que originalmente prometía. Por mi parte puedo decir sólo que leí la novela hace mucho tiempo por lo que hay muchas cosas de ella que no recuerdo, pero sí tengo claro que la sensación que me dejó aquel libro fue muy distinta y que la mayoría de sus elementos más interesantes han sido suavizados o directamente eliminados en esta adaptación que intenta ser una película de monstruos mucho más de andar por casa, combinando algunos momentos muy buenos con secuencias de serie Z más típicas de otros trabajos menos ambiciosos.
Si no conocéis la novela os adelanto que el argumento es muy sencillo y minimalista, con apenas dos hombres que vigilan un faro en una isla desierta y que deben hacer frente cada noche a hordas de monstruos mitad humano mitad reptil dispuestos a devorarles por la osadía de invadir su territorio. En lo que sin duda es uno de los mayores aciertos del guión, la película mantiene la ambientación de época de la novela, lo cual no sólo hace más creíble el argumento sino que al mismo tiempo le dota de cierto tinte lovecraftiano muy en concordancia con las influencias de la propia novela, en un escenario que por momentos parece situar a sus protagonistas en el fin del mundo.
Donde la película falla para mí es precisamente en sus aspiraciones comerciales que han terminado por eliminar casi por completo el subtexto de malsano erotismo inter-especie y la tensión sexual existente entre el protagonista y una criatura anfibia hembra (interpretada aquí por una magistral Aura Garrido absolutamente irreconocible bajo todo el maquillaje de monstruo). Este lado erótico era probablemente la parte más interesante de la novela y ha sido completamente dejada de lado en beneficio de la lucha entre los dos personajes humanos y las criaturas, que pasa a un primer plano y que convierte la cinta en una película de monstruos un tanto casposa en ocasiones y sobre todo muy repetitiva. Ha sido una lástima porque siento que en gran medida ha desaprovechado el potencial no sólo de la novela sino también de un director como Xavier Gens, quien había demostrado ya su valía con películas como las muy superiores Frontière(s) (2007) y The Divide (2011).
Con todo esto no quisiera daros la impresión de que no me ha gustado La piel fría porque no es así. Pero sí es cierto que es una pena que estemos hablando de una serie B eficiente cuando el material en el que se basa daba para mucho más, sobre todo porque al centrarse tanto en el aspecto de cine de monstruos han abandonado gran parte de los ángulos existenciales de su argumento y que hacían más comprensible, por otro lado, un final de carácter cíclico que aquí se vuelve un tanto inexplicable y caprichoso. A pesar de todo, la he disfrutado, pero no creo que vuelva a verla en mucho tiempo.
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