martes, diciembre 29, 2015
10 de hace 10: The Ring 2 (2005)
domingo, diciembre 27, 2015
10 de hace 10: La tierra de los muertos (2005)
sábado, diciembre 26, 2015
10 de hace 10: The Skeleton Key (2005)
lunes, diciembre 21, 2015
10 de hace 10: Frágiles (2005)
Pero antes que nada, y como de costumbre, hay que dar un poco de contexto: Frágiles fue la tercera película de Jaume Balagueró, y aún teniendo en cuenta que todavía faltaban dos años para que consiguiera el éxito masivo de REC (2007), este cineasta ya era quizás el más reconocido (comercialmente al menos) de los directores de la productora Filmax, gracias sobre todo a las buenas críticas de su primer largometraje Los sin nombre (1999) y al éxito de Darkness (2002), también rodada en inglés y la más exitosa de las cintas de la ya difunta Fantastic Factory. Con esto lo que quiero decir es que si bien sus dos primeras películas nunca me han gustado mucho, no puedo negar la importancia que tuvo (y que sigue teniendo) este director a la hora de cimentar el estilo particular de una productora abocada prácticamente desde el principio a construir una "marca" en cuanto al género de terror, una que se ve reproducida incluso desde una perspectiva superficial: tanto Los sin nombre como Darkness y por supuesto Frágiles comparten una estética y temática muy similar que terminaría por contagiarse a gran parte de la producción de Filmax, sólo que en esta última se reciclan además para montar un trabajo con ambiciones comerciales mucho más evidentes.
Este quizás sea el principal motivo que hace que la película no haya envejecido tan bien como otros ejemplos del cine de terror español y ahora, diez años después de su estreno, se sienta como una película de terror sobrenatural del montón, con un diseño de producción muy cuidado y algunas escenas realmente tenebrosas pero por otro lado muy pobre a nivel de argumento y llena de recursos facilones, no sólo en el ambiente que intenta crear sino también en lo inverosímil de muchas situaciones: la sola idea de un hospital funcionando con una de sus plantas clausurada como si fuese un edificio abandonado es de risa, aparte de que la estética del fantasma (revelada cerca del final) sólo resulta tenebrosa al principio, antes de que te des cuenta de lo exagerada que es y de lo poco coherente que resulta con el resto de la trama creada por Balagueró. El alcance de los poderes de dicho fantasma tampoco queda muy claro y ejerce su temible ataque sobre los personajes de forma un tanto arbitraria.
martes, diciembre 15, 2015
10 de hace 10: Dark Water (2005)
Y es que en realidad lo que estamos viendo aquí no es una historia de fantasmas sino un drama acerca de una madre acosada en todos los frentes y amenazada constantemente por las penurias económicas y la presión de sacar adelante a su pequeña familia. Es un drama además muy sobrio que cuenta con una ambientación magnífica y una magnífica fotografía del también brasileño Affonso Beato, quien curiosamente también es un nombre más frecuente en películas alejadas del canon comercial al que esta producción supuestamente pertenece. La ambientación es también otra manera de resaltar los aspectos más alegóricos del argumento tales como la mancha de humedad, el agua insalubre que beben los personajes, elementos ambos que hablan de un crimen del pasado que, curiosamente, no constituye la trama central de la película, es decir que la protagonista no emplea todo su tiempo en investigar lo que ocurrió en el piso de arriba, como sin duda habría sucedido en una película con intenciones más comerciales que esta.
Con un argumento sobrio, una excelente fotografía y unas destacables actuaciones, Dark Water lo tenía casi todo a su favor, y sin embargo tuvo un recibimiento muy frío en aquel entonces, principalmente por la mala decisión de sus responsables de promocionarla como una película de terror al uso, estrenándola justo antes de Halloween, con lo que su principal público quedó muy confundido al encontrarse con un drama más alejado del terror de lo que había sido original. No fue este el único problema puesto que la película no es del todo perfecta (la resolución del misterio se da de forma muy repentina y casi fortuita) y en definitiva no aporta mucho más allá de lo que ya había logrado Nakata tres años antes, pero si se hubiese intentado vender como una cinta dramática quizás habría sido mucho mejor recibida, aunque claro está que la cercanía temporal con la original no hubiese ayudado a soltar las expectativas propias de una producción de este calibre. Es una lástima porque la he disfrutado más de lo que inicialmente recordaba, y tras diez años creo que simplemente tuvo la desgracia de estrenarse en un muy mal momento.
miércoles, noviembre 04, 2015
10 de hace 10: Saw 2 (2005)
Nota explicativa: "10 de hace 10" es el nombre de una nueva sección en la que re-visitamos diez películas estrenadas hace diez años, en la esperanza de ver qué tan bien (o mal) han envejecido. La idea es que consigamos publicar estas diez entradas durante el 2015, año del décimo aniversario de "Horas de oscuridad". La inspiración para este invento la tenéis aquí.
domingo, octubre 25, 2015
10 de hace 10: The Descent (2005)
Incluso si no has estado siguiendo este blog desde sus inicios, lo más probable es que conozcas The Descent (2005). Después de todo, fue esta película la que puso en el mapa al director británico Neil Marshall, componente de un nutrido grupo de jóvenes cineastas de terror que comenzaron a despuntar en la primera mitad de la década pasada. Marshall, cuyo estilo de terror parece estar impregnado de sus preferencias por la acción desenfrenada, ya muestra prácticamente todos sus puntos fuertes en este su segundo largometraje, uno que en su momento fue todo un éxito que cosechó numerosas alabanzas de gran parte de la crítica de terror mainstream de aquellos años. Yo también quedé muy impresionado en aquel entonces, tanto que la cinta coronó el ránking de lo mejor que había visto en el género ese año. Ahora, diez años después, surge de nuevo la pregunta: ¿qué tal le ha sentado esta década desde su estreno? Para resolver la duda he vuelto a ver la película después de algunos años sin hacerlo (tengo más de uno y dos visionados de ella, valga decir) y trataré de poner algunas reflexiones al respecto aquí.
En primer lugar, y para aquellos que no sepan de que va el tema, The Descent es la historia de un grupo de amigas aficionadas al deporte extremo que viajan hasta un remoto bosque en el norte de los Estados Unidos para hacer espeleología en una cueva hasta entonces inexplorada, hasta que un derrumbe las deja aisladas del exterior y perdidas en medio de aquel laberinto. Tan sólo esto ya sería suficiente para hacer de la película una buena muestra de terror, pero Marshall decide ir a por más al hacer que las protagonistas tengan que lidiar no sólo con la búsqueda de una salida sino también con unos terribles monstruos habitantes de la caverna que les harán la vida imposible.
Ha sido precisamente este detalle lo primero que se me ha venido a la mente a la hora de revisionar la cinta: toda la primera media hora, cuando las protagonistas se adentran en la misteriosa caverna y quedan finalmente atrapadas, es tan angustiosa y está hecha de forma tan efectiva que perfectamente podría haber sido toda la premisa y seguiríamos estando ante un trabajo bien hecho. En particular la escena en la que una de ellas se queda atascada en medio de un túnel que debe atravesar arrastrándose con rodillas y codos me causó una sensación considerable de claustrofobia, aunque esto puede que sea una apreciación subjetiva. Lo que sí está claro es que Marshall maneja muy bien todo este tramo, y aunque todas las escenas de cuevas están realizadas en un plató artificial construido en un estudio en Londres, la fotografía minimalista y cerrada con abundantes tinieblas e irregularidades sabe ocultarlo muy bien, al menos en esta primera parte.
Ha sido precisamente esa tendencia lo que moldeó la carrera de este director tanto antes como después de esta cinta. Tanto en The Descent como en su película anterior, la también muy recomendable Dog Soldiers (2002), el cine de Marshall es casi siempre asociado a esa manera despreocupada de afrontar el cine de acción y mezclarlo con otros géneros, y ha sido eso a lo que se ha dedicado después, mezclando este género con la ciencia-ficción apocalíptica en Doomsday (2008) y la épica histórica con Centurion (2010), donde termina de momento su carrera como director de cine en solitario. El que fuera una de las voces más prometedoras del horror a principio de siglo ha terminado siendo absorbido por la televisión en series como Black Sails, Game of Thrones, Hannibal o Constantine, con mayor o menor grado de éxito.
Así que diez años después, y cuando el género de terror parece haber tomado un camino completamente distinto, es interesante descubrir que The Descent continúa siendo un ejemplo muy sólido de terror visceral salpicado de acción, con unos monstruos muy bien hechos y una dirección de primera con Neil Marshall tras el volante. Por supuesto cuatro años después nos llegó una secuela con otro director y que, tal como comentaba por aquí, resultó ser un trabajo muy inferior. La buena, sin embargo, es esta, todavía una de mis películas de terror favoritas y una que combina elementos que siempre he disfrutado como el terror de subsuelo, el poderío femenino y un final muy hijodeputa que podéis ver siempre que no cometáis el error de poner la censurada versión americana (que por cierto, fue la que dio paso a una continuación). Esta película ha aguantado muy bien el paso del tiempo y supera el tribunal de su primera década con solvencia.
sábado, septiembre 19, 2015
10 de hace 10: La casa de cera (2005)
Nota explicativa: "10 de hace 10" es el nombre de una nueva sección en la que re-visitamos diez películas estrenadas hace diez años, en la esperanza de ver qué tan bien (o mal) han envejecido. La idea es que consigamos publicar estas diez entradas durante el 2015, año del décimo aniversario de "Horas de oscuridad". La inspiración para este invento la tenéis aquí.
Para esta nueva entrega de la serie 10 de hace 10 la elegida ha sido La casa de cera (2005), largometraje debut del director Jaume Collet-Serra y además una película que ha tenido una evolución interesante tanto en mi recuerdo como en mi apreciación. Esto último no es poca cosa, ya que un vistazo superficial a la premisa, elenco y época en la que fue estrenada hace que sea fácil descartarla como uno más de los olvidables intentos del horror mainstream de rentabilizar su propio pasado, parte de ese fenómeno/fiebre por los remakes que invadió la pantalla durante los primeros años de la década del 2000 y que todavía estamos viviendo, aunque quizás no con la misma intensidad que entonces. Y eso que en el caso de la película de la que hablamos hoy, estamos ante un remake sólo nominal.
Esto último viene al caso por algo que ya hemos comentado muchas veces, pero que repito aquí para aquellos que se lo hayan perdido: La casa de cera es oficialmente un remake de Los crímenes del museo de cera (1953), la cual a su vez era un remake de la menos famosa Los crímenes del museo (1933), pero si bien las versiones de los años treinta y cincuenta son muy similares, esta nueva adaptación de mediados de los dos mil es un trabajo completamente distinto que casi nada tiene que ver con sus predecesoras; ambientación, argumento y personajes son totalmente diferentes, y tan sólo se mantiene la premisa de un asesino que fabrica muñecos de cera con los cuerpos de sus víctimas. Hasta el subgénero que tocan es algo aparte: mientras que las versiones anteriores eran thrillers policiales de época con un alto componente de teatralidad en su puesta en escena, esta nueva encarnación era por el contrario un slasher rural en el que un grupo de amigos llega por una fatídica casualidad a un misterioso pueblo fuera del GPS en el que un asesino enmascarado los va despachando uno a uno con un gran despliegue de violencia. El referente, por supuesto, es La matanza de Texas (1974) pero sobre todo (y eso es algo que otros han mencionado antes que yo) hay claros préstamos de una cinta un tanto menos conocida por el público mayoritario: Trampa para turistas (1979), de la que toma sin pudor muchos de sus elementos estéticos y de atmósfera, sólo que en aquella eran maniquíes y aquí se trata (obvio) de figuras de cera.
viernes, julio 24, 2015
10 de hace 10: Los renegados del diablo (2005)
domingo, mayo 24, 2015
10 de hace 10: El exorcismo de Emily Rose (2005)
Hoy en día Scott Derrickson es conocido principalmente como el director de Sinister (2012) pero hace diez años, cuando este blog estaba dando sus primeros pasos, sólo tenía un par de créditos como guionista tales como Leyenda urbana 2 (2000) o Hellraiser: Inferno (2000), la cual también dirigió. Eso y El exorcismo de Emily Rose (2005), una película que en aquel entonces confieso me dejó muy impresionado y que en cierta forma se adelantó a lo que sería un renacer del cine de posesiones diabólicas, pero a diferencia de lo que vendría después, en esta cinta nos encontramos con un trabajo distinto a lo que se había entendido hasta entonces por este tipo de historias. Tan positiva fue mi reacción que incluso llegué a incluirla en el primer brevísimo ránking de horror de ese año como una de las piezas más destacables que había tenido oportunidad de ver. Ahora, diez años después, hay que preguntarse qué tan bien se mantiene y si algunas de sus virtudes todavía pueden ser señaladas hoy en día.
Gran parte de mi opinión de aquel entonces se mantiene; con todos sus problemas y sus medianías típicas del cine de terror comercial de los últimos años, El exorcismo de Emily Rose sigue siendo una de las más interesantes películas de posesiones demoníacas que he visto desde El exorcista (1973), por otro lado inevitable referencia de este tipo de historias. Con toda seguridad se encuentra entre las escasas realmente destacables que se han hecho en los últimos años, cosa nada fácil puesto que fue precisamente el éxito de esta cinta de la que hablamos hoy la que propició el renacer de una serie de lugares comunes estéticos y temáticos que se repetirían una y otra vez y que todavía no parecen dejarnos del todo.
Y sin embargo, parte del motivo por el cual hoy en día no se habla tanto de ella puede que tenga que ver con lo contradictorio de sus expectativas; el público que se acerque a esta película esperando una pieza de terror puede sentirse defraudado ya que la cinta es, por encima de todo, un thriller judicial de temática religiosa en el que los componentes de terror ocupan un lugar secundario. Esto se agrava teniendo en cuenta que el material publicitario de entonces intentó venderla principalmente como una película de miedo a pesar de que en el fondo no lo era. En lugar de eso la historia se dedica a un subgénero que fue muy prolífico en los tardíos noventa pero que ya en el 2005 estaba en pleno retroceso comercial, lo que probablemente sea lo único que da cierto aire desfasado a la propuesta de Derrickson. Quizás por esto sus responsables insistieron en que el público general la entendiera como una heredera del legado de William Friedkin, y así lo hicieron saber en ambos de los carteles oficiales.
Dicho esto, y vuelta a ver diez años después, reconozco que la temática religiosa de la película puede echar a muchos para atrás, ya que la trama abre un debate acerca de la validez de la Fe frente a la ciencia y toma partido claramente a favor de la primera. Sin embargo, hay sobre esto algo que en su momento no supe apreciar y sólo ahora, con la apropiada distancia, soy capaz de comprender: el supuesto mensaje pro-religioso de la película es mucho más complejo de lo que la gente en su momento le dio y no es simplemente propaganda religiosa. Si algo me queda claro tras ver nuevamente El exorcismo de Emily Rose es que lo que se defiende en la película no es la existencia del Mal o el poder curativo de Dios, sino el reconocimiento de una realidad espiritual en el ser humano y el llamado a no despreciar esa experiencia. La existencia o no de Dios, el origen de lo que le sucede a Emily en la película no es lo principal; lo importante en el juicio es que el sacerdote acusado intentó realmente ayudarla validando las creencias de la joven.
Es por eso que me sorprende de buena manera que la cinta haya tomado decisiones arriesgadas teniendo en cuenta su carácter comercial. La mayor y más significativa de estas decisiones es que la abogada protagonista en ningún momento tiene un encuentro directo con lo sobrenatural; a pesar de que en determinados momentos se insinúa que el juicio está dejando algún tipo de efecto en ella, nunca llega a ver demonios o a tener ningún tipo de experiencia más allá de la realidad. Esto es algo que parece una tontería pero que, de haberse hecho la película hoy, con toda seguridad habría sido hecho de forma muy diferente, especialmente si querían vender la cinta como una historia de terror; de haberse hecho este año, la trama habría terminado por repetir en la abogada las experiencias de la propia Emily y habría tenido inevitablemente un clímax explícito de confrontación con los demonios. Nada de eso ocurre aquí, y en parte no ocurre por la decisión irrenunciable de la película de dejar el personaje de Emily Rose en un plano puramente referencial: al inicio de la cinta la joven ya está muerta (la película incluso abre con una imagen de un alambre de espino que gotea sangre, cosa que luego contradice el carácter sobrenatural de la experiencia de Emily) y todo lo que sabemos de ella es contado y referido por otros personajes durante el juicio.
Aparte de todo esto la película tuvo una gran suerte en lo que respecta a su elenco, no tanto en cuanto a su protagonista, Laura Linney, quien hace aquí prácticamente el mismo personaje que hacía en Las dos caras de la verdad (1996), sino con la joven Jennifer Carpenter, quien para entonces era prácticamente desconocida y que tuvo con su actuación como Emily su entrada en el cine mainstream por medio de un trabajo lleno de un histrionismo físico sobresaliente que por desgracia tuvo como consecuencia la repetición incesante de jóvenes poseídas que se retuercen enfundadas en un camisón de dormir blanco.
Así que, en definitiva, ¿qué tal se sostiene El exorcismo de Emily Rose diez años después? Es difícil decirlo; por otro lado los aspectos de terror de la película se siguen viendo muy bien gracias a una sobresaliente actuación y a pesar de los ocasiones efectos digitales (por fortuna escasos) pero si la cinta se mantiene dentro de lo positivo es por ser una aproximación distinta al fenómeno de las posesiones diabólicas y por acometer algunos riesgos impensables en una película de terror de hoy en día. Para algunos puede resultar difícil ya que es, tal como decíamos arriba, un drama judicial antes de todo, y su tendencia a apoyar el lado religioso del conflicto puede que se le atragante a más de uno. Muy probablemente esto último tuvo mucho que ver en la atención que llamó la cinta alemana Requiem: el exorcismo de Micaela (2006), una película estrenada casualmente justo al año después y que también estaba inspirada en el caso Anneliese Michel, abordándolo esta vez sí como un drama desprovisto de componentes de terror y con la balanza claramente inclinada en favor de la explicación racional, mostrando el verdadero efecto que dicho caso tuvo en la relación del Estado con la religión. Aún así, esta de la que hablamos hoy sigue siendo un muy buen trabajo al que ha valido la pena volver.
lunes, abril 06, 2015
10 de hace 10 (presentación)
Esperad un momento mientras asimilo esto.
Una vez repuesto de la sorpresa, he estado pensando un buen rato acerca de la mejor manera de conmemorar esta primera década de una página que he ido actualizando a ritmos diferentes y no siempre con el mismo ahínco. De entrada algo que puedo decir es que la estructura oficial de tres reseñas seguidas de dos entradas de transición no siempre funcionó, algunas secciones que me entusiasmaron en su momento han quedado en el olvido, y algunas decisiones por mi parte tuvieron algo de polémica y aún así me aferro a ellas a pesar de que terminaron perjudicándome a nivel de visitas, como por ejemplo la decisión de dejar de poner notas a las reseñas. Esta es una idea que sigo defendiendo, valga decir, por una sencilla razón: está demostrado empíricamente que cuando le pones notas a las películas, la mayor parte de los lectores tiene a fijarse en esta nota y pasar completamente del texto que has preparado.
Con todo y eso, ha llegado la hora de hacer algo especial, algo con perspectiva, y para ello se me ha ocurrido algo que no sólo me sacará del apuro sino que además me permitirá hacer un homenaje al que fue uno de mis blogs favoritos de cine y uno que por desgracia duró muy poco tiempo: hablo del absolutamente genial blog de Tumblr 10-year-old movies, que analizaba con gran detalle y un envidiable criterio una serie de películas que sólo tenían en común el haber sido estrenadas diez años antes.
Aquí en Horas de oscuridad haremos lo mismo, lo que nos permitirá dejar constancia de esa perspectiva de la que hablo al re-visitar una selección de diez películas que vi allá por el lejano 2005, películas que en su momento me gustaron (o no) y que ahora pondré nuevamente bajo escrutinio para comprobar de primera mano qué tan bien (o mal) las ha tratado el tiempo. Ojo: no serán nuevas reseñas, sino un intento de ver lo que esas películas significaron en su momento y la influencia que han tenido en el cine de terror posterior. Esta sección se llamará, como no podía ser de otra forma, 10 de hace 10, y si sale bien, muy probablemente la repita el año que viene.
¿Cuánto aguantará este invento antes de que todo desaparezca y esta página (como todo) se una al Nirvana digital? Imposible saberlo de momento. Esperad entonces muy pronto la primera aportación, esperando que sea de vuestro agrado una vez más. Y a aquellos que me hayan estado acompañando durante los últimos diez años: gracias, aunque sinceramente no sé cómo me aguantáis.