Ahora que lo zombi se ha vuelto casi un género propio, es normal que cada año tengamos uno o dos ejemplos que logran causar cierto revuelto, y aunque parezca mentira no todos son parodias. Lo bueno de esto es que a veces se cuela algún que otro trabajo que vale la pena mencionar. Eso es lo que sucede con What We Become (2015), un eficiente relato de muertos vivientes que llega desde Dinamarca y que parece tener claro qué es lo que ha funcionado en este tipo de historias, y aunque no es lo que se dice muy original y no parece hacer grandes esfuerzos por abrir terrenos inexplorados, resultó mucho mejor de lo que esperaba en su momento.
La película tiene lugar en un pequeño pueblo danés de Sorgenfri (que también pone el poco sugerente título de la cinta en su idioma original), un apacible lugar de clase media-alta donde una familia se ve de repente asediada por una epidemia zombi que los recluye en sus casas. Sin embargo, y tal como se evidencia en imágenes como la que adorna estas líneas, su situación empeora cuando el ejército acordona su otrora idílico suburbio y decide contener la infección a como de lugar, y a medida que los muertos vivientes se van multiplicando, pronto queda claro que las fuerzas del orden son otro enemigo a vencer si nuestros protagonistas desean escapar con vida.
Lo más interesante de este argumento es que la subtrama militar evidencia las intenciones de una película que sigue no sólo los pasos de El amanecer de los muertos (1978) sino también de otra famosa cinta de George Romero: The Crazies (1973), en la que el verdadero peligro no son los cadáveres reanimados sino los personeros de un gobierno que no duda en sacrificar a sus ciudadanos con tal de mantener el orden. Este discurso anti-establishment es de hecho algo que está muy resaltado en el argumento, ya que desde el principio la película pinta un retrato nada positivo de esta familia de burgueses acomodados que ilusoriamente han decidido poner toda su confianza en la supuesta bondad de un gobierno protector que no tarda en volverse dictatorial una vez que las cosas se ponen difíciles. Es muy interesante en este sentido la imagen que del padre de la familia como un buenista disoluto que se muestra absolutamente incapaz de proteger a su familia cuando es necesario y cuyas convicciones éticas van poco a poco viniéndose abajo. La cinta en cambio pone todo el enfoque positivo en el personaje de su hijo rebelde, quien parece tener las cosas mucho más claras.
Este discurso de cuestionamiento de la autoridad, especialmente enmarcado en una sociedad que desde siempre se ha mostrado como el ejemplo de un gobierno bien llevado, es a mi juicio lo más interesante de What We Become, ya que el resto es algo bastante típico que se ha convertido en prácticamente el estándar desde que lo zombi terminó de explotar gracias a series como The Walking Dead. Aquí de hecho vemos los mismos giros argumentales y los mismos elementos de este tipo de ficción, sólo que para variar está bien hecho y por fortuna no llega nunca a convertirse en parodia de sí mismo o en una burda película de acción. Es una película muy eficaz y bien llevada, y si eres de los que gusta del subgénero de muertos vivientes deberías por lo menos darle una oportunidad.
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