Uno de los primeros estrenos importantes que estaba esperando fue precisamente The Ritual (2017), lanzada a nivel mundial a través de Netflix tras su paso por algunos festivales el año pasado. El motivo de mi entusiasmo tenía que ver sin embargo con su director, David Bruckner, quien acomete por primera vez un largometraje en solitario tras haber dejado huella en cintas corales como The Signal (2007), V/H/S (2012) y Southbound (2015), siendo el suyo el mejor trabajo de cada una de estas películas. En esta ocasión, Bruckner se atreve con la adaptación de una famosa novela de terror de Adam Nevill ambientada en los bosques nórdicos donde un grupo de amigos británicos se pierden y terminan siendo perseguidos por una presencia misteriosa entre los árboles.
Tras verla me doy cuenta de que gran parte de mis expectativas se han cumplido, y la dirección de Bruckner es quizás lo más destacable de una película que consigue una ambientación brillante gracias a la belleza opresiva de ese paisaje enorme, frío y silencioso en el que los personajes se mueven, algo sin duda alguna mucho más interesante que el poco desarrollado drama humano que se esconde tras el complejo de culpa del protagonista. Digo poco desarrollado porque, afortunadamente, la película no trata sobre eso: al igual que como ocurría en The Descent (2005) (con la cual tiene más de un punto en común en cuanto a estilo y estructura) la tragedia personal del prota queda relegada a un segundo plano una vez que comienza el horror, uno en este caso tremendamente sutil (al menos al principio) y que consigue momentos en verdad escalofriantes una vez que nos vamos adentrando en el misterio del bosque y sus huellas de brujería, paganismo y marcada otredad que van haciendo mella en los personajes poco a poco.
Todo este desarrollo lento y ambiguo es sin duda lo más interesante, ya que cerca del final, cuando se revela más acerca de la amenaza a la que los protagonistas se enfrentan, la película abandona gran parte de ese misterio que tanto atractivo tenía para pasar a mostrar y explicar demasiado, y aunque todavía consigue imágenes poderosas a nivel visual, pierde gran parte del mal rollo que había logrado anteriormente para convertirse en una cinta de terror mucho más normal y digerible de lo que cabría esperarse. Este tramo final ha sido precisamente lo más criticado de la cinta, y debo decir que dichas críticas son en gran parte acertadas, aunque en mi opinión no terminan de dañar del todo la experiencia.
Lo cierto es que a pesar de este ligero traspié de su desenlace, The Ritual es una película muy interesante que demuestra que a David Bruckner hay que continuar siguiéndole la pista. Es un trabajo que juega con tus expectivas, ya que comienza como un thriller psicológico/sobrenatural para irse adentrando en el terreno de lo fantástico y el horror cósmico de una forma un tanto abrupta y demasiado explícita, pero está entre lo mejor que podemos ver ahora mismo, y el hecho de haberse saltado su distribución en cines ha ayudado a que tenga una mayor difusión. Recomendable.
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