La primera parte de Saw (2004), a pesar de ser una película altamente referencial, que tomaba aspectos de otras películas como la base de varias de sus mayores virtudes, resultó una sorpresa de lo más aceptable, y por varios motivos: una situación interesante, un villano con personalidad y, sobre todo, un sabio ejemplo de lo que es lograr mucho a partir de poco. Debido a su descomunal e inesperado éxito, una secuela era algo que estaba más que cantado. Y de hecho, menos de un año después ya teníamos en cartelera la segunda parte de las andadas del "Jiggsaw Killer" y sus descabelladas torturas a todos aquellos que no saben gozar de la sal de la vida.
Saw 2 (2005), película que deja por fuera a James Wan (director de la primera parte) toma el camino fácil de las secuelas: coger los mejores elementos de la primera y elevarlos a la décima potencia, el viejo truco de la "taza y media". Lo digo de una forma literal: si en la primera parte teníamos a dos personas enfrentadas a Jiggsaw, en esta ocasión tenemos a toda una pandilla: nueve incautos atrapados (entre ellos está Amanda, la única superviviente de la primera parte) dentro de una casa cerrada a cal y canto por un sistema mecánico que se abrirá al cabo de tres horas. El problema está en que la casa está siendo invadida por un gas que matará a todos los que estén dentro en apenas dos horas, por lo que la obtención de un antídoto es indispensable. Obviamente, las distintas dosis de este menjurge están custodiadas por las trampas patentadas del Jiggsaw de marras, y estas no son precisamente fáciles de sortear.
Semejante premisa hubiese sido suficiente para la película, pero por si no bastara, Saw 2 le busca la quinta pata al gato: paralelamente a la odisea de sus nueve protagonistas (¡nueve!), la película intercala la historia de un detective cuyo hijo es una de las recientes víctimas, y que tras capturar in fraganti a Jiggsaw, debe contemplar impotente como su retoño participa en aquel sádico juego de gato y ratón. Ambas premisas se van hilando rápidamente hasta desembocar, tal como la primera película, en un orgasmo de finales sorpresas que se yuxtaponen hasta los límites de la locura.
Si algo se le puede reconocer a esta secuela es que, en cierta medida, logra mantener gran parte del espíritu de la cinta original. Si bien cuenta con un presupuesto más abultado, Saw 2 posee un look tan sucio y amateur como la primera parte, quizás como parte de la atmósfera deseada. Asimismo, la inclusión de Jiggsaw como uno de los personajes principales (no solamente en voz sino también de cuerpo presente) añade un toque distinto a la historia.
Por desgracia no todo es tan bueno, y el tratamiento de esta segunda parte ahonda más en los puntos negativos que tenía la primera. No importa cómo lo veamos, nueve personajes es demasiado, especialmente cuando te das cuenta de que los que realmente pintan algo son dos o tres. El resto es simple material de relleno, cuerpos que habrán de ser despachados y que sirven únicamente como deleite visual para el espectador que sólo desea ver muertes. Si algo tenía de bueno la primera Saw es que la situación entre sus dos personajes funcionaba de maravilla precisamente gracias a su simplicidad. Aquí en cambio se nota la voluntad de un ¨más difícil todavía¨artificioso, aburrido e inverosímil (característica esta último que muchos ya le atribuían a la primera parte). Para colmo, el twist final deja en clara evidencia a uno de los guiones más tramposos de los últimos tiempos, que para colmo se vuelve redundante con una sesión casi eterna de explicaciones absolutamente innecesarias.
Aquellos que hayan disfrutado de la primera parte harían muy bien en echarle un vistazo a esta. Sin embargo, incluso a ese corte del público no recomendaría algo más que un simple alquiler de fin de semana, porque las ansias de grandeza de esta secuela son directamente proporcionales a su descenso en calidad. La secuelitis, anótenlo, no termina aquí: este año tendremos entre nosotros la tercera parte, y si las sinopsis que he leído son correctas, será aún más descabellada que esta. Lo que empezó como una propuesta más o menos interesante dentro del cine de terror serie B podría muy bien derivar en otro placer culpable más. Lástima.
Pues la tercera parte está en marcha. Esperemos que no siga la tónica de mal en peor, porque si no mejor que no sigan.
ResponderEliminarUn saludo.
Insisto en una cuestión insólita que define a esta película: no hay manera de identificarse con los protagonistas: nos da igual su suerte o destino; no transmiten nada. Es como ver un documental de atrapamoscas, con una salvedad: las moscas son más expresivas...
ResponderEliminarEsta secuela es un desperdicio. La primera esta bastante bien, pero en esta secuela es un nuevo intento de aplicar la fórmula. Me resultó aburrida y predecible. Defectos que no tenía su primera versión.
ResponderEliminarPues a mi si me gusto esta secuela. No esta ni por encima ni por debajo de la original, tan solo se trata de una secuela igual de entretenida, pero mas violenta, como debe ser. Para mi cumple sus pretensiones.
ResponderEliminaren mi opnión Saw está sobrevalorada, es una película con un gran final. Nada más xD
ResponderEliminarPersonalmente creo que dentro de diez años habra conversaciones del tipo... ¿Te acuerdas de Saw? Eh si... ¿era la del tio que mataba por que tenia cancer? Si. ¿Cuantas hicieron? 6 o 7... ¿Tantas? Si, creo que 6... ¿O eran 7?
ResponderEliminarVamos, que no entiendo su exito, pasaran y nos acordaremos de ellas por que hicieron huevomil...