viernes, enero 13, 2006

Reseña: Jeepers Creepers 2 (2003)

La historia del director Victor Salva es, en gran medida, un cuento bastante triste. Al parecer, el hombre siempre fue un personaje bastante peculiar con una pasión desmedida por cierto tipo de cine, hasta el punto de haber aparecido en los periódicos de su pueblo siendo todavía un niño, ostentando el desmesurado récord de haber visto Tiburón (1975) en el cine 55 veces (!). Cuando finalmente entró en la industria cinematográfica, se convirtió en una modesta pero prometedora presencia en el mundo de serie B, del cual estuvo a punto de trascender con la que de momento ha sido su película más "respetada": Powder (1995), relato en cierta forma autobiográfico que obtuvo el suficiente éxito para que los estudios se fijaran en él. Entonces llegó el desastre: Victor Salva fue acusado por un joven que alegaba haber sufrido abusos sexuales por parte del director cuando era menor de edad. Salva, que había tratado de mantener oculta su homosexualidad durante mucho tiempo, se vio enfrentado a unos cargos de pederastia que para colmo resultaron estar fundados. El que una vez fuera ese famoso director apasionado de los monstruos, dio con sus huesos en la cárcel por varios años, condenado por sexo consensuado con un menor. Cuando finalmente salió, estaba claro que las ofertas no le llovían. Pero de toda la experiencia nació el que puede ser considerado su film más "personal": Jeepers Creepers (2001), la historia de un repugnante monstruo que devora niños (especialmente jóvenes mancebos).

La película obtuvo, sin embargo, un respetable éxito comercial, así que una secuela era cosa cantada. En ella, sabiendo que ya no puede haber sorpresas una vez que el monstruo ha sido oficialmente presentado, Salva desarrolla el mismo concepto colocándolo en una situación límite en la que la historia es reducida al mínimo: el "creeper" esta vez ataca un autobús escolar lleno de jóvenes jugadores de fútbol y las respectivas animadoras, después de haber inutilizado el vehículo dejándolo en medio de una carretera desierta, rodeado por un auténtico mar de plantaciones de maíz. Los chicos estarían perdidos de no ser por la presencia de un justiciero redneck que ha perseguido al monstruo decidido a plantarle cara, obsesionado como está por la muerte de su pequeño hijo a manos del engendro.

Jeepers Creepers 2 (2003) es, lo que se dice, pura acción. Se trata probablemente de una de las cintas más típicas del sub-género creature-feature, un alarde de auto-complacencia en la que Salva da taza y media a todos los que en su momento disfrutamos con la vista de su ya icónica creación. Pero aunque sea más bien baja en cuanto a su originalidad, se trata de una secuela bastante digna que se torna aún más inquietante en cuanto vemos la depravada preferencia que siente el monstruo hacia los jóvenes de sexo masculino, a los que despacha con una violencia descarnada que tiene mucho de homo-erotismo. Al igual que en la cinta original, los orígenes del monstruo nunca son explicados, y su apetito desmesurado por partes humanas tampoco recibe razonamiento alguno. Pero al igual que en la primera película, asistimos a la que es la esencia de su naturaleza: la recolección de partes con las que enmedar su propio cuerpo. El acoso y desmembramiento de sus víctimas es algo que transmite la pasión de su director por todos aquellos productos que seguramente marcaron su estilo cinematográfico. Casi parece que estuviésemos viendo una película de otra época.

En esta ocasión no tenemos aquellos primeros minutos magistrales que enganchaban al espectador en la primera entrega, pero se agradece la mayor presencia de la criatura y una factura técnica más que correcta, especialmente en lo que se refiere a esa calurosa fotografía que nos acompaña toda la película. La escena inicial, en la que el "creeper" se esconde entre unos espantapájaros que parodian la escena de la cruccificción (o al menos eso parece) tiene la ventaja de dejarnos ver el tono de la obra desde el principio.

Aquellos que odiaron la primera parte seguro no encontrarán motivos para ver esta, pero sinceramente pienso que aquellos que supieron apreciar las bondades de una película tan honesta como la que vio nacer al monstruo interior de Victor Salva (quien deja intuir que ha construido aquella criatura con la que todos le han identificado) no saldrán decepcionados. Ya existen los rumores de una precuela, en la que se intuye se explicarán los orígenes de este engendro. Esperemos que para ese momento el señor Salva nos proporcione un poco más de sustancia para esta sopa tan curiosamente prometedora.

6 comentarios:

  1. a mi me encantan ambas. No sabia nada de esta historia tras las peliculas, redimensiona todo un poco.

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  2. Anónimo8:07 p. m.

    Me quedo con la primera, que me pareció un acierto. Aparte de tener los primeros 40 minutos más acojonantes del cine de terror desde hace tiempo...

    La segunda, buff aburrida para mi gusto.

    Saludos...

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  3. La primera parte me tuvo atrapado hasta el final, bueno, hasta que ya se ha presentado oficialmente la imagen del monstruo.
    A partir de ahí se convierte en algo más convencional (aunque bastante más salvaje, he de reconocerlo).

    Si la segunda parte es sólo monstruo... pues igual me lo pienso (de hecho ya lo intuía y por eso no la he visto aún).


    Por cierto, el primer capítulo de "Masters of Horror" es una cosa bastante parecida a JC, pero con twist final.

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  4. Siempre he defendido Jeeper Creepers, una pelicula que se encuentra entre lo mejor del terror de los ultimos años y ha sido infravalorada por muchos...aun no entiendo porque.
    A mi me gusta la pelicula enterita, no veo que baje el interes cuando se ve al monstruo...en todo caso pierde un poco de interes cuando estan en la comisaria. El final es magnifico, con toque Tales from the crypt.

    Esta secuela no esta mal, se puede ver pero esta por debajo de la primera.

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  5. A mi me encantan tambien, creoque esta es menos interesante (cosa habitual en las secuelas), pero tiene mejor factura y es más compacta que la primera, que para mi si tiene un bajon de interes hacia el final del segundo acto que queda compensado con ese final que deberia ser apreciado por todos los amantes del genero...

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  6. Anónimo3:17 a. m.

    J.C II es una película bastante mística, tiene escenas claves donde lo muestra, como la del afilado cuchillo con su inscripción solar, también escenas sobre los sembrados de trigo, el taller de forjas y las
    armas del verdugo.

    En general es muy buena, solo que al final se pierde un poco el misterio.

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