Resident Evil: Retribution (2012), la quinta entrega de una de las franquicias de terror más exitosas del mainstream actual, es bastante difícil de reseñar dado que la mayoría de quienes lean estas líneas muy probablemente se hayan formado una idea de la película incluso antes de verla. En el fondo es bastante evidente lo que se puede esperar: un ejercicio de autoindulgencia por parte del director Paul W.S. Anderson, quien ha llevado la saga hasta sus últimas consecuencias en el desprecio por el argumento, la exaltación de la acción como fin en sí misma y el lucimiento de la incombustible heroína interpretada por Milla Jovovich, que regresa con nuevas armas y nuevas poses que hacer luego de destrozar zombis a diestra y siniestra.
Los que me conocen saben de sobra que soy un seguidor bastante fiel de una saga a la que considero uno de mis mayores placeres culpables, en parte porque nunca ha dejado de ofrecer lo que en el fondo se espera de ella: acción, tiparracas armadas hasta los dientes y zombis, aunque el elemento de los muertos vivientes haya sido dejado de lado durante mucho tiempo. Sin embargo, también sé reconocer que la saga en su totalidad supone una ligera decepción en cuanto al tremendo potencial que tiene a nivel de historia y que no ha sido nunca realmente aprovechado. No hablo aquí, evidentemente, de su falta de fidelidad a los videojuegos de Capcom en los que se basa (si acaso, este distanciamiento es una de sus mayores virtudes) sino de la poca ambición de sus argumentos y el hecho incontestable de que la saga ha sido "reiniciada" prácticamente en cada entrega a partir de la tercera. Esta no es la excepción, puesto que Resident Evil: Retribution comienza barriendo de un plumazo lo ocurrido en la cuarta parte e iniciando con la misma premisa de siempre: Alice atrapada en un complejo de la corporación Umbrella y teniendo que escapar con la ayuda de unos inesperados aliados (entre los que se cuenta el villano de Resident Evil: Afterlife (2010), que ahora está de su lado por motivos que se me escapan).
Al ser la quinta entrega una que coincide con los diez años del estreno de la primera parte (la única verdaderamente destacable, en mi opinión) el director Paul W.S. Anderson ha decidido traer de regreso por medio de piruetas argumentales bastante discutibles a varios de los personajes de entregas anteriores, entre ellas la Rain de Michelle Rodríguez y la Jill Valentine de Sienna Gillory (esta última con un nivel actoral que da auténtica vergüenza ajena), aunque sospecho que todo no haya sido más que guiños al fan promedio de la saga porque tampoco es que esto añada mucho al ya de por sí escaso argumento, uno que además toma descaradamente la estructura y elementos dramáticos de Aliens (1986) con todo y una niña en peligro. Esto último, sin embargo, tiene un aspecto positivo: es la primera oportunidad que ha tenido Milla Jovovich de dar algo de humanidad a un personaje que es sin duda lo menos interesante de la saga.
Del resto la verdad no hay mucho que decir que no os podáis esperar ya: aquellos que como yo disfruten de la saga de Resident Evil tienen razones para ver esta con todo y el sinsentido de su argumento, el vacío de sus personajes y en general las escasas ganas de sacar una historia real que en algunos momentos incluso se atisba pero que nunca se desarrolla (después de que el mundo ha sido destruído, Umbrella por lo visto continúa haciendo experimentos simplemente porque sí). Los aciertos son meramente superficiales pero bastante efectivos como para mantener el interés de los conversos: acción por un tubo, unos efectos especiales mejores que la media y algunas secuencias interesantes aunque plagiadas de otras películas como ese opening calcado a El amanecer de los muertos (2004). Algo, sin embargo, debe estar funcionando: con la excepción de la segunda parte, cada entrega de Resident Evil ha tenido más éxito que la anterior, un éxito que viene sobre todo desde fuera del público americano. Y tal como nos habían prometido, y a juzgar por el desenlace, habrá una sexta parte que promete ser una explosión épica y el punto final a una saga que no engaña a nadie. Personalmente, ahí me verán.
A mí también me resulta un placer culpable esta saga, y más a partir de la tercera donde se pasaron al tema postapocalíptico. Esta me pareció bastante floja porque volvía a ofrecer más de lo mismo, y peor contado (la saga no es el colmo de la coherencia, pero aquí lo de hacer experimentos sin motivo no funciona bien), pero con el cliffhanger habitual quedó claro que yo también caeré en la sexta.
ResponderEliminarVolviste :D Espero que publiques seguido y no tenga que leer tu proxima reseña en 1 siglo.
ResponderEliminarA mi personalmente despues de la primera es la que mas me a gustado, obviando ya eso lo doy por descartado, el nivel argumental, que es de verguenza ajena.
ResponderEliminarEntretener entretiene, los efectos son los mejores de la saga y milla jovovich en el papel de alice es para mi la heroina por excelencia.
Eso si, cuantas veces ha muerto la alice original?. Pq visto el inicio trampa donde se muestran escenas de la cuarta y luego....sueño? otra alice?, la encierran?. En esta saga han cogido retales de todos los resident evil anteriores, clara muestra de homenaje y sinceramente parece continuar ya no despues de la tercera, ni de la segunda, parece mas bien que esta fuera la segunda parte de la saga,y el final...
En fin, espero que la siguiente entrega no nos engañe anderson de nuevo y resulte ser todo un recuerdo implantado y blablablba, pq una cosa es jugar con la historia y otra muy distinta tomarle el pelo descaradamente a la gente.
Si siendo la quinta parte os digo que con ver solo la primera y incluso si me apurais sin haber visto ninguna se puede seguir perfectamente esta quinta parte, eso habla todo del hilo argumental de la saga.