miércoles, enero 27, 2016

Reseña: The Veil (2016)

Uno de los primeros estrenos mainstream del año, The Veil (2016) nos llega además en el mes de enero, que es aquel que normalmente suele ver aquellos proyectos con los que hay pocas esperanzas. El fenómeno es real y hay hasta un artículo de Wikipedia sobre él, por lo que os imaginaréis que no guardaba lo que se dice muchas expectativas. Menos aún teniendo en cuenta algunas de las cosas que se ven ya de entrada como la presencia de Jessica Alba de protagonista, ya que el recuerdo del remake de The Eye (2008) está todavía muy fresco.

Y resulta que no: a pesar de tiene una gran cantidad de problemas y de que se queda corta en muchos de sus aspectos más interesantes, esta cinta de la que hablamos hoy no ha sido tan terrible como esperaba y de hecho me ha sorprendido en más de un punto. Si os estáis preguntando de qué se trata, digamos que es una especie de "secuela por defecto" de The Sacrament (2014), en el que un grupo de jóvenes cineastas ruedan un documental acerca de una secta religiosa, con la diferencia de que esta vez dicho rodaje se lleva a cabo después del suicidio en masa realizado por los acólitos y su líder, con la única superviviente de la masacre haciendo de guía en el lugar de los hechos. Al igual que en la ya citada cinta de Ti West, esta película también hace muy evidente su inspiración en la masacre de Jonestown, así como en otras historias de sectas chungas de los noventa como Heaven's Gate o el sitio de Waco, Texas. Lo interesante, sin embargo, en que en esta ocasión dichas historias son sólo el punto de partida para un relato de terror sobrenatural y no se queda meramente en la truculencia de un hecho ya de por sí bastante horrible. 

Una cosa a destacar es que a pesar de que la trama gira alrededor de un equipo de documentalistas, no estamos ante una película de metraje hallado, algo lógico ya que el elenco cuenta con demasiadas caras conocidas como para dar sensación alguna de realismo: Jessica Alba, Lily Rabe y Thomas Jane, quien se roba cada escena en la que aparece con una actuación histriónica y caricaturesca de un predicador sureño. Esto último es una suerte porque Jane le da a su personaje tanta vitalidad que termina contagiando el tono de una película por otro lado muy sobria y que no tiene ningún otro personaje realmente interesante. Lo que sí me pareció destacable, sin embargo, es el argumento, una historia de un muy marcado estilo lovecraftiano que mezcla ciencia y magia y que sigue muchas de las estructuras, temas y giros narrativos del autor de Providence. Pero es que además la trama es interesante y nos mantiene con expectativas hasta el final a pesar de que la mayoría de sus giros se ven venir a leguas y el desenlace es tan descabellado que se vuelve un poco ridículo. Otra cosa que se le podría criticar es la forma en que emplea el recurso narrativo de las películas antiguas, presentadas como simples flashbacks que rehuyen de la estética de metraje hallado pero que tampoco parecen proponer una alternativa visualmente atractiva. 

Con todo y eso The Veil es una película interesante, ciertamente muy superior a la mayoría de estrenos de terror que suelen llegar en enero, y me atrevería a decir que la mayor parte de sus problemas tienen que ver más bien con las limitaciones obvias de una cinta de terror comercial, porque este mismo argumento en manos de realizadores más arriesgados y menos condescendientes habría dado un resultado tremendo. Por cierto: hace poco leí una noticia en la que se comentaban sus sospechosos parecidos con una famosa novela gráfica de El Torres, y aunque no he leído aún la obra a la que hacen referencia, por la sinopsis me ha parecido que cuenta una historia completamente distinta y es sólo el título en lo que coinciden, pero en cuanto a este punto quizás haya alguien mejor informado que yo. En definitiva, lo que sí está claro es que esta cinta de la que hablamos hoy no cambiará la vida de nadie, pero me ha sorprendido de forma muy positiva teniendo en cuenta el panorama que se suele ver en estos meses.

domingo, enero 24, 2016

Reseña: The ABCs of Death 2 (2014)

En el género de terror las secuelas lo suelen tener difícil, y sin embargo The ABCs of Death 2 (2014) tiene todos los elementos necesarios para convertirse en una franquicia de éxito. Después de todo, la propuesta de esta cinta de antología es tan extrema pero a la vez tan variada que se hace reutilizable prácticamente hasta el infinito. La libertad creativa que tienen sus directores hace que las posibilidades sean prácticamente infinitas por lo que en teoría podríamos estar viendo nuevas entregas de esta saga hasta cansarnos. Precisamente con esta idea en mente pude por fin ver esta segunda parte, y si no lo había hecho hasta ahora es por un motivo muy sencillo: quería esperar a poder hacerlo en un formato que me permitiera parar la película cuando quisiera. Finalmente ha sido así, y tal como esperaba he terminado viéndola en dos tandas.

Al igual que su antecesora, The ABCs of Death 2 consta de 26 historias breves, cada una inspirada en una letra del alfabeto y dirigida por un reconocido o sonado realizador que por lo general se asocia al cine de miedo. Los estilos son muy variados precisamente porque sus directores tuvieron absoluta libertad creativa a la hora de llevar a cabo su visión, y por lo tanto hay desde historias clásicas con comienzo, medio y final hasta trabajos más experimentales sin diálogos, aunque debo decir que la mayoría de los relatos esta vez son más accesibles que en la primera parte. La experiencia para muchos de estos directores tuvo que haber sido positiva porque hay varios nombres que repiten tras la primera parte, además de las muchas caras nuevas. Al igual que como ocurría con la anterior, el nombre del director y el título se mencionan al final de cada episodio, por lo que parte del juego es tratar de adivinar quién es el realizador detrás de él, cosa que en muchas ocasiones es posible gracias a detalles como el tipo de historia o el elenco.

En cuanto a la película en sí, es fácil hablar de ella debido a que es muy similar a la primera parte, aunque a mi gusto la propuesta pierde un poco de frescura y no tiene episodios tan memorables como tenía la primera. Con todo y eso hay algunos muy buenos, y el que han escogido para dar cierre a la historia es particularmente destacable. Hay asimismo (o al menos me ha parecido notar) un mayor énfasis en directores europeos, lo que parece ser un esfuerzo por dar algo de variedad a la cinta a pesar de que repiten muchos de los que hicieron las piezas más notables del primer The ABCs of Death (2012). 

Eso es todo lo que puedo decir, en realidad. Sigo pensando que 26 relatos son demasiados para aguantar de una sentada y eso causa que muchos terminen diluyéndose en tu cerebro para dar paso a los segmentos realmente interesantes, pero la propuesta ha calado y puedo asegurar que en formato doméstico la experiencia gana y mucho. Al final de los créditos sus responsables auguran una tercera entrega que supuestamente se iba a estrenar este año pero por lo visto no va a poder ser; hace cerca de un año sus creadores soltaron la noticia de que es escaso rendimiento de esta segunda entrega y el gran número de descargas ilegales que había sufrido hacía poco probable que se volviera a asumir un riesgo de este calibre, así que por lo visto tocará continuar con otras obras de antología quizás más redondas en algunos casos, pero definitivamente menos ambiciosas. 

sábado, enero 23, 2016

Tres tristes trailers 41

Esto me ha pillado por sorpresa, porque realmente llegué a pensar que no iba a ocurrir. Resulta que estaba equivocado, y 2016 será el año del estreno de 10 Cloverfield Lane, secuela de la muy popular Cloverfield (2008), la cual ya reseñamos en esta página en su momento. Fiel al poco convencional marketing de la primera parte, su primer trailer ha llegado de la nada y muestra muy poco, tanto que os juro que el único motivo por el cual sé que estamos ante una secuela de aquella película es porque así lo han confirmado sus propios responsables. El avance, sin embargo, ya perfila algunas cosas como el abandono del formato de metraje hallado y la presencia de actores establecidos como la siempre bienvenida Mary Elizabeth Winstead y el incombustible John Goodman. Esta caerá seguro.

Otra sorpresa ha sido El bosque de los suicidios (en inglés The Forest), aunque sea por motivos distintos. El avance y todo lo que le rodea parece augurar una típica producción de terror mainstream de las que normalmente se estrenan en enero, que es cuando los estudios de Hollywood sacan la basura. Y sin embargo, las primeras reseñas que he leído de ella no la ponen mal. El argumento es también algo que me extraña que no haya sido tratado antes: una chica que busca a su hermana perdida en el bosque de Aokigahara, una foresta a los pies del monte Fuji en Japón donde por lo visto ocurren más de cien suicidios al año. La película además viene acompañada de polémica ya que por lo visto su argumento y título parecen haber sido casi calcados de la novela gráfica de Juan Antonio Torres y Gabriel Hernández, quienes por supuesto no han recibido reconocimiento alguno. No he leído la obra así que no puedo hablar de la veracidad de estas afirmaciones, aunque esto honestamente es tema aparte.

Y finalmente, como no podía ser de otra forma, lo más esperado por mí es el regreso de James Wan al terror con The Conjuring 2, secuela de una de mis películas de terror favoritas de los últimos años y que esta vez tiene a los Warren investigando el caso del poltergeist de Enfield, una muy conocida historia "real" de fantasmas que quizás os suene porque ha sido la base de otras obras del género de terror, destacando en lugar especial el telefilme británico Ghostwatch (1992). Honestamente no espero que Wan pueda mantener el mismo nivel que consiguió con su película anterior, pero con que esté a la altura de lo que estamos viendo en el trailer y nos ofrezca terror sobrenatural sin ironía ni ese distanciamiento cínico que es tan común hoy en día, me conformo.

martes, enero 19, 2016

Reseña: Cuernos (2014)

Nada más empezar Cuernos (2014) ya es fácil darse cuenta de que no estamos realmente ante una película de terror. Por más que el imaginario diabólico haya sido su principal carta de presentación, esta cuarta película hollywoodense de Alexandre Aja (y la primera que no es un remake de una obra anterior) muestra una estética colorida y brillante que la asemeja más a un cuento de hadas marcado por un romance trágico, la historia de un joven locutor de radio acusado de haber asesinado a su novia y a quién de la noche a la mañana le empiezan a crecer unos extraños cuernos de macho cabrío que por algún motivo nadie parece encontrar fuera de lo común. Pronto descubre que esta inusual mutación tiene algunos efectos curiosos: de repente puede ver los secretos más oscuros e inconfesables de todo aquel que entra en contacto con él, convirtiéndose así en la encarnación misma del Mal con el que todos lo identifican. 

Cuernos también sonó en su momento por ser otro de los intentos del actor Daniel Radcliffe de dejar atrás su pasado como estrella de la saga de Harry Potter, por mucho que esta película guarde en su trama ciertas similitudes de tono con aquel relato de hechiceros. La magia, de hecho, es un componente esencial de la película de la que hablamos hoy; nunca termina de explicarse del todo la extraña condición del protagonista, y el argumento da por sentado que tanto los personajes como el público deben aceptar su mutación y los poderes que poco a poco va desarrollando. Aunque debo confesar que en mi caso el principal interés que tenía en verla residía en el nombre de su director y en la novela de Joe Hill en la que se basa. No he leído el libro, así que no puedo hablar mucho de las bondades de su adaptación, pero sí me ha sorprendido en cuanto a que no me esperaba para nada el tono que ha demostrado tener.

Esto último lo menciono porque antes de ver la película pensaba que me encontraría ante un trabajo mucho más oscuro de lo que ha terminado siendo: el elemento romántico no es simplemente un agregado, sino el verdadero centro emotivo del argumento, más aún que la idea de la venganza, el Mal o el "misterio" acerca del asesinato de la novia del protagonista. Lo pongo entre comillas porque la respuesta a dicha interrogante está cantadísima prácticamente desde el principio, no porque yo sea muy espabilado sino porque la cinta destaca muchos detalles que lo hacen tremendamente obvio, tanto que para cuando el misterio finalmente se resuelve la película decae un poco porque insiste en explicarnos y hasta mostrarnos cosas que ya sabíamos o que directamente resultan redundantes a estas alturas, como por ejemplo ese innecesario flashback que muestra la terrible muerte de la chica en cuestión y que resulta una de los pocos momentos realmente oscuros de la película.

Más una historia de amor fantástico que de terror al uso, Cuernos tiene algunas cosas interesantes, sobre todo al principio cuando vemos los efectos que la transformación del prota tiene sobre el resto de personajes. Por desgracia sus dos horas de duración se me hicieron un poco largas, los personajes están tratados de forma muy desigual en cuanto a interés, el final se hace muy predecible, y la actuación del propio Daniel Radcliffe muestra muchos de esos habituales manierismos suyos que hacen que no termine de convencerme como actor. Es una cinta que demuestra entre otras cosas la inmensa capacidad de adaptación de Alexandre Aja, que no ha parado de hacer trabajos muy distintos entre sí, pero a mi juicio se me ha quedado algo corta. 

domingo, enero 10, 2016

Reseña: February (2015)

A pesar de que ocupó el segundo lugar en nuestro podio de terror del año pasado, es muy probable que la mayoría de los que leen estas líneas no hayan tenido todavía la oportunidad de ver February (2015). En tal caso, sirva este texto para poneros sobre aviso y que no dejéis pasar uno de los trabajos de horror más interesantes (al menos para mí) de tiempos recientes, una película minimalista y nada convencional que esconde bajo su apariencia de thriller psicológico varios temas que hemos tocado en el blog en más de una ocasión. Los lugares comunes que puede presentar se refieren más a los ya conocidos arquetipos de producción y estética del horror indie que a cualquier cliché que pueda presentar su argumento.

En su debut como director, el guionista Osgood Perkins (hijo por cierto del actor de Psicosis (1960), Anthony Perkins) construye un relato íntimo de dos jovencitas en un internado femenino que, por motivos distintos, se quedan solas en el inmenso colegio durante las vacaciones de invierno. Una de ellas buscará aprovechar ese raro momento de libertad mientras la otra, mucho más tímida y retraída, comienza a sospechar de una siniestra presencia en las paredes de la institución, algo relacionado con un misterioso crimen del pasado ocurrido en esos mismos pasillos. Dicho así el argumento parece algo sumamente común y ciertamente pudo haberse abordado de esa manera, pero Perkins monta por el contrario una historia nada condescendiente hacia el público y muy sutil en su tratamiento del horror, dando prioridad a una atmósfera cargada de silencios, pasillos oscuros y una tenebrosa caldera donde se esconde aquello de lo que la protagonista intenta escapar y no puede. 

Si me convenció tanto February ha sido no sólo por este tratamiento inusual del horror sino también por ciertos temas recurrentes en este tipo de cine y que por lo general me atraen mucho: el siniestro ambiente colegial, la soledad como preámbulo de la locura y un subtexto de satanismo urbano que está tratado de forma más inteligente de lo normal. Sobresaliente además la actuación de sus protagonistas, aunque estoy seguro de que la inclusión de estrellas televisivas en su elenco como Emma Roberts (American Horror Story) y Kiernan Shipka (Mad Men) obedece al inevitable reclamo comercial de una película que definitivamente no está dirigida a un público mayoritario.

Hablando de Emma Roberts, esta aparece como una tercera chica que viaja por carretera en una especie de huída hacia adelante cuyo propósito no se nos revela casi hasta el final y que constituye el principal juego argumental de la historia de la que hablamos hoy. Dicha revelación nos muestra además el verdadero tema de la película a pesar de que contiene una resolución un tanto efectista. En todo caso, y reconociendo además mi subjetividad ante los arquetipos que se muestran aquí, February ha sido un descubrimiento que no esperaba, y una que recomiendo ampliamente. 

jueves, enero 07, 2016

Reseña: REC 4: Apocalipsis (2014)

Iniciando el año con una que tenía pendiente desde hace ya mucho tiempo: REC 4: Apocalipsis (2014) es la entrega final de la que probablemente sea una de las sagas más populares del cine de terror español de los últimos tiempos. De entrada saben todos los que se pasan por aquí que la primera REC (2007), dirigida por el duo Jaume Balagueró/Paco Plaza es además una de mis cintas de horror favoritas, y un proyecto muy exitoso que salió prácticamente de la nada. La segunda entrega, REC 2 (2009) fue muy similar en cuanto a estilo y como secuela debo decir que funcionó bastante bien. REC 3: Génesis (2012) rompió con la tradición no sólo abandonando el formato de metraje hallado de las dos entregas anteriores sino además separando a la pareja de directores de sus predecesoras (sólo Paco Plaza dirigió en aquella ocasión) y al mismo tiempo haciendo de su película una precuela y dándole un muy agradecido toque de comedia que la convirtió en una rareza muy destacable. Para esta cuarta cinta, dirigida esta vez por Balagueró en solitario, el regreso de su protagonista Ángela Vidal prometía una vuelta al horror de la original, un cierre de la historia que había quedado abierta en la segunda entrega y un tono épico que se intuía por la palabra Apocalipsis en el título.

Al final nada de eso ha parecido tener mucha importancia, y lo cierto es que más allá del retraso de una secuela que (honestamente) llega a destiempo, REC 4 ha terminado por ser una gran decepción muy alejada de todas las especulaciones que me había hecho sobre ella. Pero es una decepción no porque Balagueró haya decidido no darnos una continuación de la trama de posesiones diabólicas que ya perfilaba en la segunda REC y abordar en cambio una historia distinta, sino porque el resultado es una cinta tremendamente convencional que desprecia prácticamente todo el legado de sus antecesoras y construye en cambio un remedo barato de una peli de zombis en un barco, con sus personajes en un muy predecible estado de sitio y un tratamiento cutre de sus posibilidades al rendirse a una superficial película de acción en alta mar. Es básicamente una producción de The Asylum rodada en España, perezosa y casi en piloto automático hasta su final.

Mientras la veía lo único que conseguía preguntarme era qué intención existía realmente al hacer esta película, si había alguien que efectivamente quería abordar esta secuela tal como lo han hecho. Después de todo, la segunda entrega ya dejaba asomar en su final un conflicto muy específico que se auguraba como algo grande, con el demonio habitante de la niña Medeiros escapando a la ciudad y Ángela Vidal convertida en villana. Nada de eso ocurre aquí: por el contrario el argumento vuelve en cierto modo a la casilla uno al situar la acción en el espacio reducido de un barco en alta mar. Aparte de eso, el guión hace grandes piruetas para (inexplicablemente) volver a hacer de Manuela Velasco la heroína a pesar de que se pasa gran parte del metraje sin hacer nada y es sólo en los últimos minutos cuando su personaje toma realmente la iniciativa de algo. Por supuesto el formato de metraje hallado y la perspectiva cámara en mano ha sido completamente abandonada en favor de una estructura de película de acción muy básica y sobre todo muy predecible, con giros narrativos imposibles y varias escenas que buscan emular cintas mucho mejores, desde La cosa (1982) de John Carpenter hasta la propia REC original.

En realidad el problema de la cinta se resume muy fácilmente: lo que prometía ser una gran franquicia se ha cerrado con su entrega más convencional, con un nivel de calidad muy inferior a todas sus predecesoras, y hasta el punto de que muy probablemente estemos hablando también del trabajo más pobre en la carrera de Jaume Balagueró, cuyo estilo no encuentro aquí por ningún lado. El abandono de los elementos más interesantes de la saga y la rendición a un género fácil y a una historia simplona con efectos especiales baratos y acción confusa es algo que sólo me puedo explicar si considero que esta fue una secuela que llegó demasiado tarde cuando el interés por la saga ya había decaído. Es una lástima porque había un gran potencial que se ha dejado perder aparentemente sin motivo alguno.