miércoles, mayo 28, 2014

Reseña: Grave Encounters 2 (2012)

Un año después de la primera parte nos encontramos con esta secuela de Grave Encounters (2011), una película que en lo personal me gustó mucho, sobre todo teniendo en cuenta mi predisposición negativa hacia el género de metraje hallado y sus ya muy vistos recursos. Para esta segunda parte, en la que los directores de la original han escrito el guión pero dejado las labores de dirección en otras manos, mis expectativas no estaban lo que se dice muy altas, pero aún así me ha podido la curiosidad acerca de cuál era el ángulo que sus responsables le darían después de no solamente haber eliminado el factor sorpresa, sino también después de habernos dado un final bastante cerrado del que no parecía haber mucho por sacar. El resultado final es una secuela claramente inferior que por desgracia basa todas sus fortalezas en repetir aquellas cosas que funcionaron de la primera parte extendiendo la película de forma innecesaria, como si simplemente hubiesen tenido un par de ideas que complementaran la original pero que no fueran lo suficiente para rellenar noventa minutos.

De hecho, ya de por sí la idea de la que parte no es nada original, y aquellos no tan jóvenes se darán cuenta de que Grave Encounters 2 (2012) recicla de forma casi idéntica la premisa base de la ya casi olvidada Blair Witch 2: Book of Shadows (2000): un grupo de jóvenes que conoce la película de Grave Encounters viaja hasta las locaciones de esta en el pleno convencimiento de que los eventos mostrados en la cinta son reales, y por supuesto se encuentran con que, para su desgracia, tienen razón. El elemento meta, como decimos, ya está muy visto, y de entrada ya parte con un problema de corte argumental; si los protagonistas piensan que aquellos eventos ocurridos en la película ocurrieron realmente, ¿cómo es que aún así corren el riesgo de que les ocurra lo mismo a ellos? 

Al igual que la primera parte, esta secuela echa mano del formato de metraje hallado al hacer del protagonista un joven estudiante de cine que decide montarse su propio documental. El principal problema que le veo aquí es que todo el trozo inicial de por qué el personaje decide ir hasta el manicomio abandonado se hace eterno a pesar de que dura sólo media hora, tanto que juro que cuando finalmente los protagonistas estaban llegando al sitio embrujado aquello se sintió como un clímax y fue toda una sorpresa darme cuenta de que todavía faltaban dos tercios de película por tragarme. Es sólo entonces cuando comienza realmente la parte de terror, y esta por desgracia no es más que una repetición del mismo esquema de la primera parte con sus fantasmas de grandes bocas, su mitología de manicomio embrujado y unos efectos CGI bastante pobres. Es en muchas cosas exactamente la misma película de la vez anterior, sólo que sin el factor sorpresa.

El único punto a destacar llegado este momento es la aparición (sorprendente, por lo demás) de uno de los personajes de la primera parte, que da un giro radical a la trama y la lleva por sus únicos derroteros nuevos aún a costa de un trabajo de actuación un tanto risible. Pero esta aparición con todo y sus problemas es lo único que aporta al argumento una continuidad más allá de lo establecido por la primera película y, por lo menos para mí, la hizo ganar unos cuantos puntos. Evidentemente no me pareció tan destacable como la original, pero si os gustó aquella, en esta podréis encontrar algunas cosas rescatables aunque el conjunto se haya quedado muy atrás.

martes, mayo 27, 2014

Reseña: Anatomie 2 (2003)

Esta secuela de Anatomie (2000) realizada escasos años después intenta repetir el éxito de su antecesora con una historia muy similar pero que al mismo tiempo se presenta como un relato mayormente independiente; de hecho no es necesario haber visto la primera película para entender de qué va ya que Anatomie 2 (2003) se encarga muy pronto de establecer de forma clara su trasfondo de thriller universitario del que ya hizo gala en la anterior ocasión. 

Esta vez, sin embargo, y a pesar de que la película abre con un extraño suicidio y un asesinato posterior, la historia no se construye en base a misterio alguno sino que ya de entrada está bastante claro qué es lo que ocurre: un joven e idealista estudiante de medicina comienza a trabajar de residente en una prestigiosa clínica de Berlín, donde sus talentos son rápidamente notados por la logia de los Antihipocráticos, la elitista secta de médicos inescrupulosos que ya había sido presentada en la película anterior y que aquí está realizando una serie de terribles experimentos con una nueva tecnología de músculos artificiales. Esto último es importante y es el principal punto de diferencia con la primera película, ya que en esta ocasión sus responsables han decidido aumentar las dosis de cine de género al dotar a la trama de una premisa claramente sci-fi que hace todo el argumento un tanto inverosímil, descabellado y dado a unas hipérboles más dignas de la serie B. 

Se mantienen varias de las temáticas de la original como el retrato del frío y elitista mundo de la medicina y (sobre todo) el trasfondo nazi del grupo de villanos, que elude las menciones directamente políticas pero hace claras referencias al lado utilitario de la ciencia y el claro contraste entre el conocimiento aplicado a ayudar a los demás y la ciencia puesta al servicio de la dominación. Es sólo el lado de ciencia-ficción lo que quita a la película cualquier atisbo de seriedad, cosa que por otro lado debe haber sido buscado con toda la intención ya que algunas secuencias y actuaciones son tan exageradas que por momentos parece que estamos viendo una comedia. Creo que fue este contraste lo que al final me atrajo tanto porque la verdad es que esta secuela tiene la suerte de no tomarse demasiado en serio a sí misma y ser lo suficientemente interesante como para no desmerecer a su antecesora.

Confieso que tenía mis dudas al principio y pensé que Anatomie 2 sería una de esas secuelas desganadas en las que ni siquiera está el gancho de contar con actores famosos (Franka Potente apenas hace un cameo), pero por el contrario me encontré con una película que se deja ver y aunque menos seria que la original sabe ganarse su puesto, y como thriller médico ciertamente se deja ver. Teniendo en cuenta que ya la original no pasaba de ser un producto bastante mainstream que bebía de la larga herencia noventera de thrillers juveniles, esta me ha parecido una continuación bastante digna y entretenida.

lunes, mayo 19, 2014

Reseña: Europa Report (2013)

Europa Report (2013) es la enésima encarnación del ya omnipresente subgénero del metraje hallado o falso documental, y también uno de los ejemplos más recientes de horror espacial que hayamos visto por aquí. La película trata de la hipotética primera misión tripulada hasta Júpiter, específicamente a uno de sus satélites, Europa, una gran masa de hielo en la que durante mucho tiempo se ha especulado la posibilidad de hallar formas de vida. Por supuesto al ser una película de terror el principal punto del argumento es aquello que encuentran los astronautas y que pondrá en peligro toda la misión.

Por su temática y argumento la película recuerda un poco a la reciente Apollo 18 (2011), la cual también era una película de metraje hallado acerca de una fatídica misión espacial, pero el tono aquí es diferente; para empezar esta intenta ser una película más "seria", sin aquellas concesiones tan marcadas al cine de monstruos y al horror puro y duro, mostrando mucho menos y haciendo un mayor hincapié en el factor de lo desconocido. De hecho la mayor inspiración aquí parece ser el Lovecraft de En las montañas de la locura, que parece haber dado el modelo a seguir en cuanto a la trama. Esta referencia por desgracia no hace sino resaltar los intentos de Europa Report por parecer más un trabajo de ciencia-ficción dura que sin embargo se hace muy aburrido incluso para los estándares de este cine de metraje hallado, y al final ni siquiera hace un intento por separarse de los lugares comunes asociados a este subgénero. A decir verdad hay pocas sorpresas; se sabe casi desde el principio qué personajes morirán y en qué orden, y la decisión (extraña por lo demás) de intercalar el supuesto metraje hallado con "entrevistas" y testimonios da una idea muy clara de cómo va a terminar todo. El formato de hecho es bastante incoherente en ocasiones, pasando del material sin editar al montaje de un documental (con todo y música de fondo) según lo que convenga a la película en ese momento.

Pero el mayor problema que le he visto a la cinta quizás sea ese final, en el que no sólo se nos revela aquello que durante todo el metraje ha sido mantenido como un misterio, sino que encima se deja bien masticadito y evidenciado para que todo el mundo lo pille. Es alucinante, por ejemplo, como la película literalmente repite y congela para el beneficio del público la imagen más impactante del final, aquella que supuestamente la audiencia debe recordar al acabar la proyección. Una cosa me gustó, sin embargo, y es que precisamente ese final, con todo lo amargo y oscuro que puede llegar a ser, intenta ser abordado por la película desde una perspectiva optimista al ver el viaje a lo desconocido como un desafío que el ser humano está llamado a superar y ante el que vale la pena hacer cualquier sacrificio. Esta actitud, que en realidad viene siendo lo contrario de la idea base del horror cósmico, es el único punto que me ha parecido original aunque no sea suficiente para salvar a esta cinta de la medianía.

Así que en definitiva es poco lo que se puede sacar de aquí. Si quien lee esto gusta de este tipo de películas de metraje hallado y supuesto realismo podrá sacar cosas positivas de Europa Report como su reticencia a al melodrama o a los aspectos más truculentos del horror espacial. Para todos los demás, esta es una película que da exactamente lo que promete y ante la cual no hay muchas sorpresas más allá de lo que se espera de un subgénero que espero que estalle de una buena vez.

domingo, mayo 18, 2014

Reseña: Rigor Mortis (2013)

Si bien no fue originalmente mostrada en 3D, Rigor Mortis (2013) podría ser perfectamente un reverso de The Shock Labyrinth (2009), ya que tienen más de un punto en común. Dirigida esta vez a un público más adulto, esta curiosa cinta china producida por el Takashi Shimizu muestra varios de sus temas recurrentes: su obsesión con los espacios físicos cerrados, esa línea difusa entre lo fantástico y lo real, y sus fetiches estéticos entre los que destaca, tal como podéis ver en la foto que acompaña esta reseña, su constante mirada a clásicos de casas embrujadas como El resplandor (1980). Shimizu parece canalizar todos estos temas a través de su director, el primerizo Yuno Mak, creando una cinta que mezcla varios géneros como el terror, la fantasía o el cine de artes marciales, ambientando toda la historia en un ruinoso y descomunal edificio de apartamentos en Hong Kong que funciona como microcosmos. 

El edificio en cuestiones es el punto central del argumento, una gigantesca colmena urbana donde va a parar el personaje principal, una antigua estrella de cine en horas bajas que desciende a los infiernos de la pobreza y que pasa a ocupar un apartamento donde se ha cometido un crimen y que de repente se ve envuelto en un lío de ultratumba que incluye vampiros, hechiceros, fantasmas, magia negra y un largo etcétera de horrores entrelazados con dosis de comedia y artes marciales. Tal mezcla de géneros se me ha hecho menos rara tras indagar un poco en el rodaje de esta película y "descubrir" que toda la cinta es en realidad un homenaje grandilocuente al cine hongkonés de artes marciales de los años ochenta y sobre todo a la saga de películas de Mr. Vampire, de las que recicla a varios de los componentes de su elenco y de las que por lo visto toma gran parte de su estilo y énfasis en distintas figuras de la mitología china. En mi gran ignorancia de todo lo que tiene que ver con el cine asiático no conseguí pillar todas estas referencias y de hecho desconocía todo ese trasfondo del que la película goza, pero ahora que lo sé es algo que definitivamente me he puesto como tarea revisar.

La pregunta en todo caso es si la película guarda algún interés aparte de esto. Ciertamente no es para todo el mundo; su mezcla de géneros y su estética puede resultar demasiado alocada para aquellos que esperen una historia de terror, y no ayuda el hecho de que Yuno Mak no parece decidirse por ningún tono en particular saltando de la comedia de situaciones al horror puro y duro (con escenas y conceptos más fuertes de lo que inicialmente uno se puede esperar) sin previo aviso y de forma un tanto caótica. Además los efectos especiales cantan mucho en aquellas escenas que recurren a los trucos informáticos. 

Pero aparte de todo esto hay sin duda grandes aciertos estéticos (que en ocasiones se pierden por distanciamiento cultural), escenas de acción muy buenas y un clímax en forma de batalla final contra el monstruo que parece un anime con actores de carne y hueso. La influencia de Shimizu se deja notar además en los momentos de terror surrealista en el que las leyes de la física parecen no tener mucha validez. Pero sobre todo una cosa que me ha gustado mucho es ese tema central del cine como hilo conductor del argumento, como forma de evasión y de reconstrucción de la realidad. Este homenaje al que me refiero cobra una especial importancia durante el desenlace y es independiente de las referencias a las películas originales a las que hacía mención más arriba, pero cuando finalmente llega cierra la película con un tono agridulce que para mí es la forma perfecta de cerrar un relato como este. Con todo y eso la cinta no ha tenido una muy buena recepción, en parte quizás porque el cine de terror asiático hace tiempo dejó de ser un tema de interés masivo en Occidente, pero sobre todo porque esta propuesta en general quizás sea demasiado alocada como para tener algo más allá de un cierto tipo de público muy específico. 

martes, mayo 13, 2014

Reseña: American Psycho 2 (2002)

La curiosidad fue lo único que me animó a ver finalmente esta película que pasó casi desapercibida en su momento, una de esas continuaciones salidas de la nada en las que uno inevitablemente termina oliéndose una estrategia publicitaria que poco tiene que ver con las verdaderas posibilidades de continuar una línea argumental. Porque hay que tenerlo claro: a pesar de venderse como una secuela, esta película no tiene absolutamente nada que ver con la primera American Psycho (2000) y su conexión con ella es meramente anecdótica y superficial. No es el único engaño que lleva a cabo; incluso su cartel ya ofrece una imagen que al final no da: una hipersexualida Mila Kunis esgrimiendo lo que parece ser una hoz afilada. De sobra está decir que ni el arma ni los atributos de la chica hacen aparición alguna.

De hecho, si algo se puede decir de American Psycho 2: All American Girl (2002) es que estamos ante un remedo bastante light de lo que promete al ostentar el título de continuación de una película que se ha ganado un merecido culto con el paso del tiempo. La cinta de la que hablamos hoy, a decir verdad, es otro tipo de película completamente distinto, una comedia negra de corte juvenil con muy pocas pretensiones de trascendencia, algo que queda claro desde el momento en que vemos que los miembros más famosos del elenco son William Shatner y Mila Kunis, esta última de aquella época en la que sólo era conocida por la serie That 70's Show. El argumento, que se podría resumir en los crímenes de una ambiciosa estudiante criminalística que decide eliminar a su competencia para un codiciado puesto de becaria, tiene más en común con los inofensivos slashers de los noventa que con un trabajo realmente transgresor e incómodo.

Y es que la falta de originalidad o de relación con la American Psycho original no serían de por sí ningún problema; el verdadero fallo está en que la propia película es aburrida, reacia a mostrar cualquier atisbo de sexo o violencia más allá de su muy engañoso material publicitario, excesivamente descabellada en cuanto a argumento y con una última media hora que se hace francamente interminable. Honestamente no se me ocurre ningún motivo por el cual recomendar esta película aparte de esa curiosidad que me llevó frente a ella en primer lugar. Incluso en el mundo de las cutre-secuelas está hoy en día bastante olvidada, y me extraña que no se le haya buscado más filón al tener de protagonista a una estrella en sus inicios. A decir verdad, los seguidores incondicionales de Mila Kunis son el único público objetivo que se me viene ahora en mente. Todos los demás harían mejor en ver ya no la original, sino incluso aquellas películas de asesinos enmascarados noventeros a las que hacía referencia antes y que os dejarán mucho más satisfechos.  

lunes, mayo 12, 2014

Intermedio

Como hace tiempo me prometí que no escribiría más posts de transición entre cada trío de reseñas, vamos a fingir que estas líneas no existen.

viernes, mayo 09, 2014

Reseña: In Fear (2013)

En el camino hacia un festival de música, una pareja decide hacer un desvío en medio de la brumosa campiña inglesa para pasar la noche en un misterioso hotel escondido en el medio de un frondoso bosque. Lo que parece ser poco más que una breve escapada rural toma un giro mucho más macabro cuando son incapaces de encontrar el camino en medio de la laberíntica (y solitaria) foresta y la desesperación se va apoderando de ellos. Esta es básicamente la premisa de In Fear (2013), una curiosa producción británica que me sorprendió por su propuesta minimalista y por un inicio mucho más dado a un terror psicológico del bueno. La película termina convirtiéndose en algo mucho más convencional, pero este arranque es un gran acierto que llamará la atención de todo aquel que se acerque a ella.

In Fear es también una de esas películas de las que no sabía absolutamente nada antes de entrar a verla, y por un momento he llegado a pensar que sería por ello una sorpresa muy positiva. Como ya comentábamos en la micro reseña de Letterboxd, comienza muy bien, y la atmósfera que crea con ese bosque laberíntico en el que los protagonistas dan vueltas es fantástica. Toda esa primera mitad, de hecho, es genuinamente desconcertante y el manejo que se hace del escenario de horror en el que la trama tiene lugar es envidiable. En este apartado la película me ha recordado mucho a la también británica Triangle (2009), no en cuanto a la premisa sino a la sensación que provoca un escenario cíclico que más que un lugar real parece una versión del Purgatorio.

Por desgracia todo esto se viene abajo en la segunda mitad, cuando la introducción de un tercer personaje convierte la cinta en un trabajo mucho más vulgar en el que la atmósfera inicial es sustituida por un juego de gato y ratón que parece sacado de una historia distinta. Toda la sutileza del inicio y la desesperación que causaba el no conocer la naturaleza de la amenaza que se cebaba sobre la pareja se pierde al ser reemplazada por la ya muy trillada figura del psicópata omnipotente y cuasi-invencible, que desentona con el tono más o menos realista que la película ha tenido hasta entonces. La confrontación con este rival no sólo es bastante predecible sino que da pie a momentos francamente idiotas que dan pena ajena y que desaprovechan por completo el escenario en el que la trama tiene lugar. Es una lástima porque, como decíamos arriba, la cosa comienza muy bien, lo que visto en perspectiva quizás explique que la decepción final sea mayor.

Pero de todas formas, la primera mitad de In Fear es lo bastante sólida como para que los aficionados al terror psicológico y a la idea de personajes urbanitas enfrentados a lo desconocido se lo pasen muy bien. Es probable que incluso esto sea suficiente para perdonar el muy trillado desenlace y sobre todo la abrupta y risible escena final, aunque esa es una decisión que tendrá que tomar cada uno.

martes, mayo 06, 2014

Reseña: Excision (2012)

Siempre la he visto catalogada como una cinta de terror, pero el carácter híbrido de Excision (2012) me parece más que evidente y el horror no es ni de lejos su componente principal. En realidad, esta ampliación de un corto de su director, Richard Bates Jr, es un drama juvenil muy en la línea de películas como May (2002), cinta que me vino a la mente en más de una ocasión. Al igual que la película de McKee, es principalmente el desenlace de la trama lo que vincula a esta producción con el género gore, eso y las recurrentes fantasías de su protagonista, sueños de corte surrealista casi siempre basados en la sangre y en la obsesión con procedimientos quirúrgicos.

Ni siquiera es una película centrada en un argumento; precisamente por tratarse de un corto alargado, la trama es bastante sencilla y en ocasiones repetitiva, causando que la mayor parte del tiempo se vaya en ahondar en la mordaz visión del mundo del personaje protagonista y su interacción sociópata con el resto de su entorno, y sobre todo con su asfixiante y autoritaria madre. Esto causa además algunas actuaciones realmente interesantes como la de Traci Lors, quien interpreta a la madre en lo que es probablemente el rol más exagerado de todos pero con una sobriedad que francamente no me esperaba en ella. Pero quien realmente se luce aquí es la protagonista AnnaLynne McCord, quien borda su personaje de joven atormentada principalmente gracias a un trabajo de caracterización que la hace genuinamente desagradable.

Como decíamos más arriba, esta no es realmente una película de terror sino un drama en el que lo más importante es el desarrollo del personaje principal a través de su misantropía, sus momentos de humor negro y su angustia general por complacer a su imponente madre y salvar la vida de su hermana enferma. Todas sus acciones en la película parecen dirigidas a un hecho final que se va presagiando a través de las imágenes oníricas de sangre y mutilación hasta desembocar en un clímax que constituye el verdadero punto de horror de la historia. Este final me ha dejado, lo confieso, con sentimientos encontrados; por un lado me pareció tremendamente previsible (sin haber visto jamás el corto, el desenlace se ve venir más o menos desde la mitad) pero por otro lado no me parece que esté plenamente justificado porque la película en ningún momento ha mostrado al personaje como alguien capaz de cometer un acto de ese calibre. Quizás esto me haya hecho sentir un tanto desconectado de ese final y me haya dado la impresión de que no le hace justicia al resto de la cinta.

De todas maneras, Excision me parece una película muy recomendable y ciertamente de lo mejorcito que nos llegó en el año 2012, y sobre todo un trabajo que merecía una distribución un tanto mayor. Las comparaciones con May y el resto de la obra de McKee son inevitables, y como en ellas, esta es una cinta para sentirse mal. Pero dentro de ese panorama de terror indie, el cual ya sabemos tiene sus propios clichés y lugares comunes ya bastante asentados, es una de esas que hay que destacar sin duda.