sábado, marzo 30, 2013

Reseña # 499: En compañía de lobos (1984)

Honestamente no me explico cómo es que En compañía de lobos (1984) no está siendo relanzada hoy en día, cuando más que nunca estamos viviendo un auge de la ficción romántica entremezclada con elementos fantásticos, eso que en los anaqueles de la librería cerca de mi casa ha pasado a llamarse "Romantasy" (ojalá me lo estuviese inventando). El caso es que esta película de la que hablamos hoy para conmemorar la tríada de reseñas pentacentenarias es todo lo que historias como Crepúsculo han querido ser pero que no han conseguido plasmar bien: una metáfora acerca del despertar sexual de una jovencita aderezada con elementos fantásticos, en esta ocasión usando la figura del hombre-lobo y al cuento de Caperucita roja como principal eje argumental. Lo cierto además es que este segundo largometraje del siempre interesante director irlandés Neil Jordan es una de las películas de licántropos más conocidas que se han hecho nunca, y una sorprendentemente atesorada por varios de los fanáticos del cine de horror. 

Digo sorprendentemente porque la verdad es que no termina de ser del todo una película de miedo sino más bien una fantasía oscura que habla de la pérdida de la inocencia, vista a través de una pesadilla en la que la protagonista se ve a sí misma en una retorcida versión de Caperucita a la que se van sumando otros relatos secundarios que exploran varias historias de licantropía en la cultura popular europea, lo que hace de esta una película muy interesante a nivel argumental y sobre todo más inteligente de lo que cabría suponer a juzgar por su preciosista envoltorio. Pero lo cierto es que es también una cinta difícil de recomendar no sólo porque los elementos de terror sean escasos, sino también porque el auténtico énfasis de la película no está en el argumento sino en el tema y sobre todo en la estética, dotada de una belleza singular que ha sido imitada en otras muestras recientes con intenciones similares aunque mucho peor llevadas a cabo. Esta estética de cuento de hadas de la que hablo choca con algunos elementos bastante grotescos, sobre todo una de las transformaciones licantrópicas más espectaculares que jamás haya visto y que se puede ver en el cartel promocional, sin duda una imagen que sirvió de reclamo a más de uno (incluyéndome en este caso) que pudo haber pensado que vería una película muy distinta a aquello con lo que luego se encontró.

El hecho de que la película deje claro desde el principio que todo se trata de un sueño no hace sino resaltar esa atmósfera surrealista de la que hablábamos anteriormente y que es la que acerca la cinta a los terrenos de la fantasía. Este es uno de los motivos por los cuales no la había reseñado antes a pesar de que es una de las que más me han pedido en los casi ocho años que lleva abierto este blog. Otra razón que tenía para evitarla es que no tenía un buen recuerdo de ella y de hecho no la había visto desde que era mucho más joven, con lo que no había sabido apreciar varias de sus fortalezas que ahora se me hacen evidentes. Ahora pienso incluso que todo fanático del cine de terror debería verla, aunque para ello se haga necesario un cambio de mentalidad que vea en el cine de miedo no únicamente la búsqueda por parte del público de la reacción emocional del terror (algo meramente subjetivo) sino también el reconocimiento de ciertos arquetipos culturales basados en lo desconocido y que son explotados en una pieza narrativa tal como la idea del licántropo es explotada aquí.

En definitiva, una excelente película que trasciende la idea del género que toca y construye un relato fascinantemente freudiano acerca de lo que vendría siendo la verdadera moraleja del cuento de Caperucita, que no es otra que la de advertir a las jovencitas guapas del peligro de los apuestos y viriles desconocidos que puedan encontrarse por el camino. Hablando de jovencitas guapas, la verdad es que volviendo a ver la cinta he vuelto a quedar perdidamente enamorado de su protagonista, Sarah Patterson, la cual misteriosamente desapareció de la actuación poco tiempo después y no ha vuelto a salir en nada salvo un par de producciones independientes. En toco caso, y para aquellos que quieran echar un vistazo a cine de terror basado en cuentos infantiles pero con cierta carga de ambición, En compañía de lobos es una de las mejores opciones a tener en cuenta, y al menos una película de licántropos muy singular que huye de las clasificaciones fáciles. Muy recomendable.

lunes, marzo 25, 2013

Fantasy Filmfest Nights 2013 (día 2)

Citadel: Una interesante producción británica de la que no sabía nada y que me ha dejado positivamente sorprendido. Es similar a muchas producciones actuales de Reino Unido que ambientan historias de horror en el mundo de la pobreza (en este caso el extrarradio urbano), pero al menos es honesta en su faceta de explotación al demonizar la miseria de forma un tanto más radical. Comienza como algo tremendamente realista y luego se va haciendo cada vez más irreal e interesante. Ojo a ese edificio miserable mostrado como un auténtico lugar de terror, y al significativo hecho de que el protagonista es masculino, algo nada despreciable en un género acusado muchas veces de misoginia por su tendencia a mostrar a las mujeres como víctimas. Muy recomendable.

Insensibles: esta producción española no es realmente una película de terror, más bien es un drama ambientado (principalmente) en la Guerra Civil, con tintes fantásticos y algunos pasajes bastante oscuros, pero sin llegar jamás a pasarse al lado del terror puro y duro. Es ambiciosa en el sentido de que el guión presenta una trama enorme que se extiende por varias décadas, aunque a mi juicio no se entiende muchas veces a dónde quiere llegar, sobre todo con el marco narrativo ambientado en el presente. Me parece asimismo que es una de esas cintas que buscan obtener determinadas imágenes dotadas de una particular poesía incluso a costa de la lógica argumental, pero eso puede que sea sólo yo.

John Dies at the End: una de las más esperadas del día y, tal como han dicho ya quienes la han visto en otros festivales, una película que lleva escrita "de culto" por todos lados. Aun estando dirigida por Don Coscarelli, el auténtico jugo está en un guión disparatado pero jodidamente entrañable que mezcla conceptos y géneros de forma a veces demencial, pero con un carisma muy notable sobre todo en sus dos protagonistas, que gozan de varios momentos cómicos envidiables. No es de extrañar que Coscarelli la haya escogido porque la historia calza perfectamente con su visión de un cine de horror menos dado al argumento y más a la muestra surrealista de un imaginario personal coherente en su aparente caos, tal como el director hiciera en su momento con Phantasma. Sinceramente espero que termine teniendo un pase comercial, aunque lo dudo.

Stoker: primera película en inglés del surcoreano Park Chan-wook, y una de las más esperadas del festival a pesar de que es la única de esta lista que tiene asegurado un estreno comercial. No es realmente de terror, sino más bien un thriller psicológico tejido alrededor de la idea de un intruso en la familia (muy en la onda de la cinta de Hitchcock La sombra de una duda, aunque con un subtexto sexual un tanto más marcado). Es también una película preciosa y a nivel estético una jodida obra de arte, cosa nada extraña viniendo de quien viene. Impresionante el trabajo de la joven protagonista Mia Wasikowska, francamente irreconocible en el papel y con una intensidad que no me esperaba en ella. El guión, por cierto, está escrito por Wentworth Miller, actor a quien muchos conocerán por hacer de Michael Scofield en la serie Prison Break.

The Bay: enésima entrada en el subgénero de docu-terror, y curiosamente dirigida por el veteranísimo y polifacético Barry Levinson. Está rodada en forma de falso documental y confieso que captó mi atención únicamente porque toca el tema de los parásitos, que es algo que en lo personal me pone los pelos de punta. En realidad es una cinta con un marcado mensaje político de corte ecologista y crítico con el espíritu capitalista del máximo beneficio, pero en realidad no es demasiado destacable más que por algunas secuencias interesantes. Con todo y eso, es mucho mejor que la mayoría de subproductos que nos llegan de esta nueva moda de películas tan rentables y a la vez tan perezosas. 

domingo, marzo 24, 2013

Fantasy Filmfest Nights 2013 (día 1)

American Mary: esta ha sido la que más me ha gustado de esta primera jornada, y apunta a convertirse en una de las más destacadas cintas de terror de este año. La película toca el tema de las cirugías no convencionales y la modificación del propio cuerpo con unos niveles de grotesco que la emparentan fácilmente con cintas como Excision o The Human Centipede, y además su historia acerca de la terrible venganza de una chica tras ser rechazada por el "mundo normal" es deudora de películas como Carrie o May, con las que tiene mucho en común. Una grata sorpresa que os recomiendo con los ojos cerrados.

No One Lives: lo último del japonés Ryuhei Kitamura. No tanto de terror sino más bien una curiosa reinvención de historias de psicópatas de carretera tipo The Hitcher, con la que tiene más de un paralelismo. Al ser una cinta de la WWE Studios (buscadlo en Wikipedia), parece que hubiese sido hecha en los años noventa con sus concesiones a la acción (en ocasiones disparatada), su metraje repleto de one-liners y su general desparpajo. Eso sí, me ha parecido sorprendentemente entretenida y al menos la sangre NO está hecha por ordenador, a diferencia de otros trabajos de Kitamura que hemos reseñado aquí.

The Collection: La que más estaba esperando de las películas mostradas en la primera jornada, y también una ligera decepción. Esta secuela de la fantástica The Collector vuelve a estar dirigida por Marcus Dunstan, quien toma el camino fácil de las continuaciones al intentar hacer de la segunda parte la misma película sólo que llevando todo a más, como por ejemplo una primera secuencia que se salda con una cantidad brutal de cadáveres. Más que nunca tomando el estilo de Saw, su premisa del asesino enfrentado a un equipo de mercenarios hace que se termina sacrificando el realismo y minimalismo de la original en beneficio de la acción, cosa que le quita bastante. Además la estética ha cambiado, siendo sustituida esta vez por un look digital demasiado nítido y artificioso. Entretenida, y sin duda mejor que tantas de estas continuaciones que suelen pasar directamente a formato casero, pero poco más.

The Seasoning House: Primera película como director del creador de efectos especiales británico Paul Hyett, quien además estuvo presente para una sesión de preguntas con el público. Sorprendentemente, escoge para su debut no una cinta de corte fantástico sino una historia sobre la esclavitud sexual en la guerra de los Balcanes, sólo que este tema de entrada tan serio es enfocado desde una perspectiva de explotación típicamente survival horror. En este sentido, resulta muy similar a lo que en su momento fue Eden Lake, con una fotografía sucia y feísta que entronca con toda una tradición de horrores rurales. Se queda, eso sí, a medio camino entre una cinta de denuncia y un mero entretenimiento gore de rape & revenge. Ojo a la excelente actriz protagonista, Rosie Day, que lleva toda la película en sus hombros.

The ABCs of Death: fue la última película que vi, así que podéis considerar lo cansado que estaba mi cerebro para ese momento. En todo caso, esta cinta que ya muchos de vosotros habréis visto en otros festivales, tiene el problema que suelen tener todas las películas de antología: algunas historias son buenas, otras no tanto. Aquí este problema se ve agravado por el hecho de que son 26 segmentos, y al ser todos tan diferentes la propuesta se hace francamente excesiva, por mucha buena voluntad que uno le acabe poniendo. Muchas de las historias no tienen diálogos, otras casi ni tienen argumento. Es sin duda encomiable e interesante, pero mucho me temo que esto es lo que llama una "película de festival": es casi seguro que nunca la veremos estrenada comercialmente en carteleras.

sábado, marzo 16, 2013

Una de noticias breves

Uno de los peores tipos de entradas que hay en un blog son aquellas en las que el autor se justifica por la escasa regularidad de las entradas, y aunque en esta página ya hemos tenido varios momentos en los que hemos tenido que caer igual de bajo, todo tiene una justificación bastante válida que no puedo dejar de mencionar.

Como bien saben algunos ya, en estos momentos estoy escribiendo una novela, especificamente la segunda parte de aquella que ya publiqué en el 2010 y que desde aquí os invito nuevamente a revisar. En esta ocasión, y por motivos de logística personal que no vienen al caso, me está siendo mucho más fácil concentrarme para realizar este titánico esfuerzo, por lo que el primer borrador ya ha acumulado la nada despreciable cantidad de 300 páginas (306 desde anoche) en menos de tres meses, un ritmo que no está mal para la mayoría de los que nos dedicamos a esto de la escritura. El proceso de escritura de esta novela será documentado en mi otro blog durante los siguientes días. Así que si quieren pasarse por allí, serán todos bienvenidos como siempre.

Entretanto, y para no dejaros con la frustración de ver cómo las actualizaciones de Horas de oscuridad escasean mientras dura este impulso creativo, he decidido rendirme a las presiones de lo social y abrirme una cuenta de Letterboxd, donde desde el 1 de marzo he estado subiendo diariamente micro-reseñas (no más de un pequeño párrafo cada uno) de películas que he visto, y no limitadas únicamente al género de terror. Si alguno de vosotros tiene una cuenta en esta por lo demás muy adictiva plataforma puede visitarme allí, sobre todo porque en ella irán apareciendo micro versiones de las reseñas que ya han caído en Horas de oscuridad salvo una diferencia: si aparece una película que ya he reseñado quiere decir que la he vuelto a ver, por lo que dependiendo del tiempo que haya pasado desde el visionado original es posible que mi opinión haya cambiado ligeramente. O no.

Y recuerden que pueden obtener noticias tanto de mi novela Dragún como de mi antología de relatos Damas, bestias y otras en sus correspondientes web de Facebook. Que un poco de autobombo nunca está de más en mi caso.

viernes, marzo 15, 2013

Reseña: La matanza de Texas: La nueva generación (1994)

Dependiendo del prisma a través del cual se observe, La matanza de Texas: La nueva generación (1994) puede ser una de las películas más brillantes de la historia o una de las peores cosas que os podéis echar encima. Ciertamente es una de las más singulares entregas de la saga, y una prueba irrefutable de cómo la cinta original de Tobe Hooper se resiste a ser mercadeada como una franquicia rentable, motivo por el cual cada pocos años alguien siente la necesidad de reinventarla desde cero. Pues bien, eso es exactamente lo que esta cuarta entrega (escrita y dirigida por Kim Hekel, guionista de la cinta original del 74) parece querer hacer al evitar toda posible referencia o vínculo con las cintas anteriores más allá de un muy escueto prólogo narrado. Esta vez tenemos ante nosotros a otros chicos protagonistas y a otra familia de psicópatas caníbales, aunque la base argumental se repite previsiblemente una vez más.

Los problemas comienzan con una primera mitad terriblemente monótona y aburrida que repite casi por completo toda la historia de la original, incluso con escenas calcadas y guiños más que evidentes, pero banalizando el contenido de violencia al hacer las muertes intrascendentes y los personajes intercambiables. Al igual que en la película original, la mayoría de estos chicos son despachados desde bastante temprano, haciendo de la mayor parte de la cinta el sádico tormento por parte de los psicópatas de la familia a la chica protagonista. Toda la cinta está además plagada por una dirección caótica y unas actuaciones bastante desconcertantes, como si la mayor parte del elenco hubiese estado drogado durante el rodaje. En realidad todo desprende una atmósfera bastante desganada en la que incluso las reacciones de los personajes son inexplicables, como por ejemplo la de uno de ellos que hace una pausa para ir al baño en medio de una persecución (¡!).

De todas formas, lo más interesante de esta película, en el caso de que haya algo que destacar, está en la presentación de la familia de psicópatas de turno, cuyo canibalismo por cierto no está ni siquiera sugerido. La cinta no aclara si el Leatherface que vemos aquí es el mismo que el de la tercera entrega (o vamos, cualquiera de las anteriores) pero no lo creo porque es bastante distinto, menos dado a la corpulencia slasher y más al de una especie de mongoloide tan desquiciado que es prácticamente inhumano. El asesino de la máscara de piel es aquí un personaje secundario en todo momento, pero es curioso notar cómo esta película al menos recupera el carácter sexualmente ambiguo que mostraba en la primera parte, aunque aquí está exagerado hasta más no poder para subir el carácter grotesco de la familia, visible en otros aspectos como la pierna robótica de Matthew McConaughey, quien de todos los personajes es el uno que está representado con algo de intensidad. Es precisamente él el único actor del elenco que lo da todo y desborda con su exagerada interpretación de psicópata una película por lo demás bastante endeble. 

Cerca del final de la cinta es cuando se notan realmente las intenciones del director y guionista de hacer borrón y cuenta nueva y descartar todas las secuelas de La matanza de Texas, al dar un giro meta-narrativo al argumento bastante curioso y que la enlaza con otros horrores auto-conscientes como La nueva pesadilla (1994) o la reciente The Cabin in the Woods (2011). La idea no está del todo mal, lástima que venga empaquetada en una película tan caótica y desastrosa que parece más preocupada en adquirir las formas de un slasher convencional que en rescatar el realismo de aquella en la que se basa. Como ya muchos sabéis, La matanza de Texas: La nueva generación se quedó estancada en post-producción y no consiguió distribución comercial hasta un par de años después, cuando sus dos estrellas principales, Matthew McConaughey y Renée Zellwehger, se hicieron famosos con Tiempo de matar (1996) y Jerry Maguire (1996), respectivamente. Incluso corre el rumor de que los responsables del thriller de John Grisham intentaron parar el estreno de este desastre para que no dañara la reputación de su naciente estrella, cosa que tras ver esta película no me extraña para nada.

viernes, marzo 08, 2013

Reseña: Evil Dead 2 (1987)

Ante la inminencia de su remake, es necesario recordar una cosa de la saga de Evil Dead, y es que prácticamente todas las virtudes que la gente le atribuye comenzaron realmente con esta secuela de 1987, desde la alocada mezcla de horror y comedia hasta la entronización de Bruce Campbell como ídolo del cine serie B. Es por eso que temiendo caer aquí en una generalización arriesgada, Evil Dead 2 (1987) es la auténtica obra maestra que hay que atesorar y tener en cuenta a la hora de hablar de esta saga tan querida por todos. En lo personal debo decir que me parece no sólo la mejor entrega de dicha saga sino también la mejor película de Sam Raimi, con Darkman (1990) ocupando un muy cercano segundo lugar. 

Las similitudes argumentales han llevado a mucha gente a creer de forma errónea que esta película en realidad es un remake inconfeso de la primera parte, pero no es así. Lo que sucede, tal como muchos saben ya, es que Sam Raimi y compañía no tenían los derechos de la primera película y por lo tanto no podían usar metraje de esta para enlazar con la secuela, por lo que los primeros diez minutos son una especie de resumen simplificado de la primera parte con el personaje de Ash llegando a la cabaña con su novia y perdiéndola debido a una fuerza maligna que se desata luego de leer el famoso Libro de los Muertos. A partir de este momento es cuando comienza realmente Evil Dead 2 y con ello un festival de violencia gratuita y surrealista que se hace posible no sólo gracias a un presupuesto más holgado sino también a una mayor pericia de Raimi y su equipo como realizadores, aprovechando al máximo sus nuevos recursos y llevando la locura de la película hasta sus últimas consecuencias, visible en escenas tan fantásticas como aquella en la que todos los objetos de la habitación parecen reírse de Ash o en el torrente de sangre que sale de la pared y que va cambiando de color.

Este último elemento trae a colación algo curioso, y es que debido a sus mayores concesiones a la comedia, esta cinta sacrifica gran parte de su violencia pero no a través del fácil método de no mostrarla sino por el contrario de exagerarla hasta el punto de hacerla irreal, con chorros imposibles de sangre de todos los colores posibles, cadáveres que van cambiando de forma y por supuesto la ya antológica secuencia donde la mano de Ash cobra vida propia. Gran parte del contenido cómico viene también de la actuación de Bruce Campbell en el papel protagónico. El caso de Bruce Campbell es realmente destacable porque es en verdad el centro de la película y lo da absolutamente todo en un rol muy exigente tanto a nivel físico como actoral. Al ver su trabajo en esta película resulta fácil entender por qué se convirtió en un actor de culto, pero al mismo tiempo siempre me hace preguntarme cómo es que este hombre no llegó a convertirse nunca en una estrella del mainstream.

No hay realmente mucho que decir porque las virtudes de Evil Dead 2 son bastante conocidas por quienes han pasado por esta página. Insisto que aunque la primera película tiene la ventaja cronológica y es justamente recordada como una pieza de culto por su indiscutible energía e imaginación, todos sus aspectos positivos se ven exacerbados en esta secuela que exagera el horror hasta convertirlo en comedia, pero de una forma tan eficiente y singular que ha terminado por contagiar incluso a la película original, que paradójicamente (y pese a ser más famosa) muchos recuerdan erradamente como una comedia de terror cuando realmente lo es la que tenemos hoy aquí. Aquellos que no conozcan la saga original, tienen la obligación de echarle un vistazo antes de que la nueva versión aterrice en las carteleras.