miércoles, febrero 23, 2011

Reseña: Déjame entrar (2010)

Seguramente ya habréis visto la opinión resumida que dejamos en forma de post de transición hace ya un tiempo (por cierto, curioso el interés desatado por lo que no era más que una línea resumiendo una impresión inicial), así que no viene mal desarrollar un poco la idea y explicar lo que realmente nos ha parecido la nueva versión de Déjame entrar (2010), remake de la muy mentada película de Thomas Alfredson. La existencia de estas nuevas versiones recalentadas es algo que ya comentamos una vez y que responde a una realidad económica acerca de cómo se maneja el cine de masas en Estados Unidos, algo que tiene que ver con un concepto que en publicidad se conoce como "conciencia de marca"; si bien la Déjame entrar (2008) original puede ser considerada en muchos sentidos una película de culto, la verdad es que una película extranjera tiene escasas posibilidades (por no decir ninguna) de ser un éxito en la taquilla estadounidense.

Llegados a este punto se hace necesario hablar de la película en sí, cuyo argumento es casi calcado al de la versión sueca, quizás demasiado. Aquellas palabras del director Matt Reeves en las que aseguraba que su versión no era tanto un remake sino una nueva adaptación de la novela original de John Ajvide Lindqvist finalmente han quedado en nada; Déjame entrar redux sigue prácticamente al pie de la letra el argumento de la primera adaptación e incluso la referencia en varias ocasiones con secuencias y planos específicos que son exactamente los mismos, lo que desmonta uno de los principales argumentos de los defensores de esta versión americana: que (supuestamente) no estamos ante una fotocopia del original escandinavo. Por el contrario, Matt Reeves, artífice de la por nosotros muy alabada Cloverfield (2008), parece haberse limitado a "traducir" culturalmente la película original y dudo mucho que haya tenido algún interés en aportar algo propio a aquello que ya se había contado. De hecho, los escasos cambios que se han realizado al argumento son insustanciales (como la presencia de un detective encarnado por Elias Koteas) o directamente empobrecen el resultado si se le compara con la versión original. Es esto lo que sucede, por ejemplo, con la decisión por parte de los responsables del remake de eliminar casi por completo la subtrama de vampirismo de la pareja atacada por la niña protagonista, lo cual borra también uno de los pocos elementos de auténtica película de horror que la cinta de Alfredson tenía. Algo similar ha ocurrido con la decisión de eliminar la ambigüedad del vampiro y la "verdadera naturaleza" de la niña; es cierto que la ausencia de dicha revelación no altera propiamente el argumento, pero sí es una muestra más de cómo la historia original ha tenido que ser suavizada para alcanzar los estándares de una producción comercial, lo cual es algo sin duda triste.

Tampoco estamos, como se ha comentado en anteriores ocasiones, ante una versión más "de terror" de la novela original sino todo lo contrario: la nueva Déjame entrar sigue siendo más que nunca un drama y una historia de "primer amor" entre jóvenes (al menos de espíritu) en los que el tema del vampirismo se trata en muchas ocasiones de refilón. Poco importa que en esta ocasión se haya buscado hacer del vampiro un ser más "feroz" (en realidad la única diferencia es que salta más rápido, vamos) si ese intento se tira por la borda debido al carácter explícito de la forma como se presenta, con un maquillaje vampírico convencional y aburrido que elimina la interesante manera que tenía la película de Alfredson de dosificar la apariencia del vampiro y su metamorfosis en monstruo, contemplada en vistazos fugaces que se quedaban en nuestra memoria. Nada de eso, por desgracia, se ha trasladado a la película de Reeves.

Ahora, después de haber soltado toda esta parrafada, es probable que muchos puedan pensar que no me ha gustado la película pero no es así. Después de todo, sigue siendo la copia al carbón de una cinta muy buena, tiene uno que otro momento interesante a nivel de estética (como ese accidente de coche visto desde adentro) y algunas actuaciones sobresalientes. El problema es que, por un lado, no puedo simplemente fingir que la original no existe y que se estrenó hace apenas un par de años. Por otro lado, me cuesta mucho pasar por alto lo tremendamente vacía y supérflua que resulta, eso y que el saber exactamente qué va a ocurrir cada segundo hace que al final termine siendo aburrida y casi tan larga como la original (y pensar que detrás de esto está la Hammer Films, que una vez fuera sinónimo de entretenimiento). Por eso me sorprende comprobar qué bajos tienen que estar los estándares si al final esta va a resultar ser una de las cintas más "destacables" del año. Aquí por desgracia me toca ser la nota discordante ya que, por más que lo intento, no puedo encontrar nada positivo de este remake que no haya estado ya presente en la cinta original, ante la cual esta versión sigue siendo completamente innecesaria.

5 comentarios:

  1. A mi me gustó. No obstante, me dolieron algunos "atajos" hacia el espectador, especialmente la tira de fotomatón en blanco y negro, que no es otra cosa que dar bien mascadito una de los aspectos más tristes y hermosos de la original

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  2. Es lo que tiene copiar a las grandes, que como poco te queda algo decente.

    ¡Saludos!

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  3. Por fin leo una reseña de esta película donde se dice lo mismo que yo opino!! La excusa de que no es un remake sino una nueva adaptación del libro se cae por su propio peso. Definitivamente, me quedo con la original.

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  4. Aunque estamos de acuerdo en una cosa, la cinta es innecesaria, opino que no por eso se le deben quitar el resto de sus meritos. Es una cinta excelente que considero incluso mas depurada e interesante que la original.

    Aunque claro, la original es una maravillosa y casi perfecta pelicula. Mi Reseña: http://cinedehorror2.blogspot.com/2011/01/let-me-in.html.

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  5. Anónimo8:47 p. m.

    tuve la oportunidad de ver a medias la original sueca, aunque por razones que no recuerdo no alcanze a terminarla y estoy totalmende de acuerdo.
    Es casi una ley de la vida que toda pelicula europea llevada a gringolandia acaba siendo una pobre imitacion, si no es que definitivamente la desgraciasn, lo que es muy, muy lamentable.

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