A pesar de que no recibió el debido estreno comercial en la época idónea (es decir, las Navidades pasadas), la producción finlandesa-noruega Rare Exports (2010) sí que ha terminado siendo bastante conocida en los últimos meses no sólo por el reciente surgimiento comercial del cine de terror escandinavo, sino también por la repercusión que tuvo en el último Festival de Sitges. Hay que decir que no la ví en su momento y tras haberlo hecho considero que su fama está más que justificada; estamos ante una cinta interesante por varios motivos, siendo (para mí al menos) el primero de ellos el que sea una fábula anti-navideña que sin embargo sabe valerse no sólo del legado cultural de la mitología finlandesa sino también de toda una tradición de cine infantil dedicado al tema de Papá Noel y los niños que ansiosamente lo esperan cada año.
Esto último lo decimos porque hay que dejar claro en primer lugar que Rare Exports es ante todo una película bastante ligera en cuanto al tratamiento que hace del terror y muy poco dada a la violencia, afincándose más en un sentido del humor bastante retorcido que quizás sea más apreciable para aquellos que en cierta forma conecten con sus principales referencias culturales, desde los aguerridos protagonistas equivalentes a vikingos modernos pertenecientes a un mundo enteramente masculino (no aparece ni una mujer en la película) hasta el pequeño niño retraído que es quien conoce la leyenda del "verdadero" Papá Noel (que nada tiene que ver con aquel amable anciano que reparte sonrisas y regalos en Nochebuena) y que acaba convirtiéndose en un héroe. Sin embargo, la película sale airosa en lo que es su mayor desafío: ser una eficiente comedia de terror con niños de por medio, hasta el punto que no exageramos cuando decimos que Joe Dante se sentiría muy orgulloso de esta película. Tal como se ha mencionado ya, es probablemente Gremlins (1984) la influencia más evidente de esta cinta no sólo en su sátira de la Navidad sino también en su tratamiento del terror, que sin embargo no está exhento de un componente macabro considerable en la tétrica figura de ese prisionero de barba blanca que una excavación arqueológica ha liberado de forma bastante irresponsable (en este sentido el argumento me ha recordado mucho al relato Rawhead Rex, de Clive Barker).
La mezcla de géneros sea quizás lo que pueda echar a algunos para atrás a la hora de valorar correctamente una película como esta, ya que no es un trabajo netamente de terror; es ante todo una oscura fantasía navideña que echa mano de elementos mitológicos puramente nórdicos (de nuevo, esos vikingos modernos enfrentados a terribles demonios) y los aborda desde una perspectiva cómica que puede ser disfrutada especialmente por aquellos nostálgicos de grandes terrores juveniles como The Monster Squad (1987) y The Gate (1987), y aunque carezca del componente pop que caracteriza estos últimos, sí que comparte con ellos el saber convertir a los niños en protagonistas de historias de miedo, cosa nada fácil. Aparte de eso la premisa de la película está bastante bien llevada aunque no sea cien por cien original, y la desmitificación que hace de la Navidad aludiendo a sus orígenes paganos es muy acertada, aparte de que la figura del anciano es genuinamente inquietante y se convierte rápidamente en una de las mejores cosas de la película.
Así que desde ya podéis consideraros avisados: Rare Exports es una película aparentemente ligera y bastante sencilla (80 minutos incluyendo títulos de crédito), pero también es una gran cinta que hace falta revisar aunque su ideal contexto navideño haya sido superado. No os acerquéis a ella esperando una cruel y terrible historia de terror, sino más bien una película simpática en la que los monstruos son reales y los niños son héroes. Puede que su mezcla de géneros no sea la ideal para muchas personas, pero sinceramente no se me ocurren muchos ejemplos de esta nueva ola de cine de terror nórdico que sean tan entretenidos y genuinamente entrañables como este que nos ocupa hoy. Recomendable fuera de toda duda.
Me resulta interesante la mezcla de géneros en un filme "antinavideño". Habrá que verla. Y además, siempre vienen bien los aires frescos (nunca mejor dicho) en el género :)
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