Los traductores españoles de títulos se han apuntado una victoria al dar nombre a esta segunda parte de Exorcismo en Connecticut (2009), aunque por desgracia puede que este sea el único punto a destacar. Ya en su momento comentábamos que la primera parte no era demasiado destacable más allá de un par de momentos y que en el fondo era poco más que una muy típica historia de casas embrujadas con el gancho de estar basado en un supuesto caso real. Y sin embargo, con todas sus carencias, esa primera parte parece una obra maestra si se le compara con este Exorcismo en Georgia (2013), una película en la que una vez más la palabra "exorcismo" es usada de forma bastante aleatoria (quizás por la falta de un término apropiado para haunting) cuando en realidad es una historia de fantasmas en ambiente rural de esas que ya conocemos.
El esquema de hecho no puede ser más obvio: familia que se muda a una casa en medio de la nada para reponerse de una crisis, aparición de fantasmas e investigación que pone de manifiesto un crimen del pasado sin resolver que por supuesto es clave para acabar con la maldición. Aparte de esa falta de originalidad, la película intenta compensar con cutres efectos visuales de filtros y montaje rápido su carencia de sustos o de momentos de genuina tensión. Eso y su elenco de actores televisivos en momentos bajos es lo que la identifica como una de esas secuelas tardías sacadas únicamente para tratar de aprovechar el tirón ya establecido de una franquicia.
Pero lo más vergonzoso de esta cutre-secuela quizás sea el hecho de que en ella hay al menos atisbos de un argumento interesante acerca del pasado esclavista del sur de los Estados Unidos, un tema que en lo personal siempre me ha fascinado y que podría dar juego a varios ángulos de terror muy fructíferos incluso en películas medianas, pero está tratado de forma tan anodina que la dichosa investigación se hace interminable. En este sentido, encuentro mucho más recomendable el documental para TV de 2002 A Haunting in Georgia, que trata sobre este mismo caso y emplea aquello de "basado en una historia real" de una forma mucho más digna. Curiosamente, el caso mostrado en Exorcismo en Connecticut también proviene de la misma serie documental, por lo que está claro de dónde venían las intenciones de saga de esta cinta de terror. De todas formas el resultado de esta de la que hablamos hoy es tan pobre que he tenido que escribir la reseña a toda prisa antes de olvidarla por completo.
Gracias por la reseña. Ya con esto que cuentas no creo que la vea. Es que las películas con títulos que no soy capaz de retener aunque lo intente ya no superan el filtro...
ResponderEliminarUn saludo!
La empecé a ver y a los cinco minutos (justo después de esos efectos penosos de video-clip, sin el mas minimo aire sobrenatural)la borré y me dispuse a olvidarla, hasta el día de hoy que me la has recordado. Saludos.
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