The Dark (2005) es apenas la segunda película del canadiense John Fawcett, así que me parece tonto el que muchas personas se hayan decepcionado porque esperaban un producto más “serie B”, en la línea de Ginger Snaps (2000). Es demasiado pronto todavía para clasificar a este hombre en cualquier estilo, sea el que sea.
Su nueva película, basada en la novela Sheep, de Simon Maggin (no la conozco, por si acaso se preguntan) es, eso sí, de un estilo muy diferente al de su opera prima. Y lo es desde el primer momento, en el que nos plantea un “escenario” completamente distinto: si Ginger Snaps era un pequeño universo de suburbia en el que se exploraba la relación entre dos personajes, The Dark habla de un mundo descomunal e inabarcable, la conexión de los planos terrenal y espiritual a través de la fina capa que componen las leyendas populares, en este caso las galesas. El mar, en toda su inmensidad, es tratado aquí como lo que era para el hombre celta hace miles de años: el límite, el lugar donde se acaba el mundo, la puerta inmesurable al reino de los muertos. A través de este lei-motiv, la película nos cuenta la historia de una madre cuya hija cae en las profundas aguas, atraída al parecer por los espíritus que allí habitan. Mientras la busca desesperadamente, en la esperanza de que siga viva, encuentra a otra niña de aspecto y comportamiento muy extraño, que resulta ser idéntica a una que desapareció en el mar también… sólo que sesenta años atrás. La madre entonces debe investigar quién (o qué) es esta niña para así conocer el precio que ha de pagar por recuperar a su propia criatura.
A partir de aquí, la película va indagando cada vez más en la historia local, algo típico en estas historias de fantasmas y aparecidos. La resolución de un misterio que afecta a esa pequeña área rural se mezcla con los vericuetos de una antigua leyenda galesa que (cómo no) guarda incluso resonancias medievales y la conexión con una secta de chalados. Son estas elucubraciones de la trama lo más interesante de The Dark, y lo único que (en mi opinión) puede hacer que alguien se sienta tan interesado como para seguir toda la película. Eso sí, no hay que esperar nada más. Como película de terror, la verdad es que deja bastante que desear. Además, algo que no se puede obviar (y que lamentablemente juega en su contra) es el contexto: a pesar de que la novela en la que se basa fue publicada en 1994, existen demasiadas similitudes con otras películas recientes, entre ellas The Ring (2002), como para creer que se trata de una simple coincidencia (no creo que lo sea, por ejemplo, la fotografía borrosa del mundo de los muertos y el hecho de que Maria Bello incluso se parece físicamente a Naomi Watts). Yo no sé ustedes, pero en los últimos tiempos me he ido hartando un poco de la típica trama de fantasmas que incluye niños espeluznantes y secretos del pasado unidos a un reino sobrenatural. Es que ya van muchas, señores, y ésta es otra de ellas. Otra cosa que le resulta desfavorable es el hecho de que se apoya demasiadas veces en el susto fácil, en el típico brinco de silla que te sobresalta pero que inmediatamente después puede llevar a la risa a los sectores con menos privilegios intelectuales de la sala (mi experiencia viendo la película así lo demuestra). Para colmo, la película se hace larga, y tiene un “doble clímax” que no le favorece en nada. Otra cosa: ¿era necesario el típico final sorpresa?
En fin, una historia interesante, aunque un poco insulsa. Las comparaciones con otras películas serán inevitables, pero por lo menos habrá que verla por lo que plantea. Eso sí, para películas de terror, es mejor buscar otra cosa. Ya veremos con qué nos sale Fawcett en la próxima. Por cierto, que entre los productores está el nombre de Paul W.S. Anderson, una de las mentes menos creativas que hay por ahí. Me pregunto cuánto habrá tenido que ver realmente con todo esto.
Yo soy de los que espera (y mucho) de este John Fawcett tras su Ginger Snaps... Veremos como se las gasta en The Dark, por lo que dices e intuyo, una cinta de encargo.
ResponderEliminarA mi me gustó precisamente porque no era de Terror, sino más bien de misterio, y repito que el recurrir a las leyendas galesas es algo que personalmente me atrae. Y lo del doble clímax y final sorpresa, he de decir que durante el clímax primero (si mal no recuerdo...) estaba pensando, no puede ser que acabe así por la coherencia interna de la película, y lo del final sorpresa, no lo es tanto para un espectador avispado que acepta las leyes de esta película, es más como una conclusión lógica de lo que ha sucedido (a nivel del tributo que anuncia la película, uno de los vivos por uno de los muertos POSIBLE SPOILER (y no uno de los muertos por uno de los muertos, o uno de los muertos por uno de los vivos) FIN DE SPOILER
ResponderEliminarEsa coherencia interna es lo que a mi entender le haría subir por encima de la media de las películas a las que estamos acostumbrados ultimamente. No se, pero después de colarle un 3 a Jeepers, yo a esta le hubiese puesto un poquillo más :P
SPOILER:
ResponderEliminarNo sé, Eki... yo creo que la película hace trampa. Y lo hace porque ese final sólo es posible mediante la introducción de una "nueva regla" que no nos había sido presentada con anterioridad. Porque desde el principio nos están diciendo que la gente es capaz de regresar del mundo de los muertos, pero jamás se nos dice que esta niña tenga entre sus poderes el de cambiarse de cuerpo con otra persona). En fin, que el problema de la película a mi parecer es que es demasiado "tramosa" y ella misma se hace un lío.
FIN DE SPOILERS
En todo caso, me parece que una película como "Jeepers Creepers" es mucho más contundente al ser precisamente más sencilla. Pero en fin, supongo que eso dependerá también del contexto en que la vea (otro día explicaré como el sabor que te deja Jeepers Creepers cambia completamente una vez que conoces la historia privada de su director, Victor Salva).
SPOILER
ResponderEliminarA ver, en un momento dado de la película se deja entrever que lo que volvió con la hija del pastor no era precisamente la hija del pastor, sino 'algo', una especie de maldad. Cuando la niña cae al agua y muere, por la regla de uno de los vivos por uno de los muertos, la madre tendría que sacrificarse para que volviera su hija, pero no es así, sino que pretende volver, y por lo tanto NO HAY SACRIFICIO (y allí es donde empecé a sospechar que algo no cuadraba, la niña no podía volver) y lo que vuelve al mundo de los vivos no es su hija, sino esa maldad o como lo queramos llamar, que tampoco es realmente la hija del predicador, es algo que regresa con el cuerpo.
FIN DE SPOILER
SPOILER:
ResponderEliminarNo sé, Eki... lo que dices me parece ya elucubrar demasiado. ¿Por qué suponemos que lo que regresa al final NO ES la hija del predicador? Lo que dice el sobreviviente del culto es que la niña no regresó igual a como se había ido, por lo que podríamos entender que regresó contaminada por alguna entidad sobrenatural, no necesariamente "maligna" pero sí no-perteneciente al mundo de los vivos. Pero definitivamente, lo que regresa SÍ es la hija del predicador (bueno, al menos no encuentro indicios que me permitan creer lo contrario). De ahí mi molestia: el recurso de que ella pueda regresar con otro cuerpo me parece algo hecho únicamente a efectos de conseguir un final sorpresa, pero nada más. Es cierto que, como dices, el hecho de que la madre intente regresar con la hija es saltarse las reglas de la película, pero me parece que el final es parte del mismo problema: las "reglas" se improvisan.
FIN DE SPOILERS
En todo caso, yo también pienso que todo el tema de la mitología galesa es lo más interesante de la película.