Probablemente no me crean pero juro que fue muy recientemente que supe que había no una sina dos secuelas de I Spit on Your Grave (2010), aquel remake del clásico de explotación de los setenta que ya una vez comenté por aquí y que me había causado una impresión mejor de lo que cabía esperar. Pues resulta que sí, tres años después de aquello el mismo director, Steven R. Monroe, se sacó de la manga esta segunda parte estrenada directamente en formato doméstico y rodada en Bulgaria, aunque esta vez los resultados no son lo que se dice muy cercanos a lo que lo lograra con la anterior película. En esta ocasión sus responsables intentan aumentar el sadismo general del concepto rape & revenge y al mismo tiempo asomar una especie de diatriba moral muy superficial que nunca se llega a explorar del todo.
Tal como sospechaba en un principio, I Spit on Your Grave 2 tiene otra historia completamente independiente de la primera con otros personajes distintos, por lo que no es tanto una secuela sino un nuevo remake inconfeso de aquel concepto del 2010. Esta vez seguimos a una joven aspirante a modelo en Nueva York que tras ser ultrajada y secuestrada por un trío de despreciables personajes, decide por supuesto tomar venganza de una manera brutal y despiadada. Hasta aquí el argumento es muy similar al de la primera entrega, sólo que esta vez las vejaciones por las que pasa la joven Katie se alargan en el tiempo y hay un énfasis en la brutalidad de sus abusos que la primera parte no tenía. Esto hace de la película algo inicialmente difícil de aguantar porque como público sabes que la protagonista va a ser violada y dejada por muerta y el innecesario alargamiento de este suplicio me hizo preguntarme en varias ocasiones por qué estaba viendo esto.
El problema que yo en lo particular tengo con esta película, aparte de lo previsible y manipuladora que es en cuanto a su violencia, es que una vez que se produce el ataque a la chica el argumento pierde todo atisbo de conflicto. Lo que quiero decir con esto es que Katie nunca enfrenta ningún tipo de dificultad a la hora de llevar a cabo su venganza, por lo que toda la segunda mitad de la película no es más que la puesta en escena de una fantasía de poder totalmente vacía y muy poco interesante. Es verdad que la anterior película (y hasta cierto punto la original) también pecaban un tanto de lo mismo, pero al menos eran estéticamente más elaboradas e incluso se adentraban un poco en los terrenos de otros géneros, sobre todo la del 2010 que era una auténtica película de terror. Aquí no hay nada de eso, y de hecho hay un vano intento por dar algo más de profundidad al argumento al incluir los atisbos de una subtrama de investigación por parte de un policía y un sacerdote que buscan a la protagonista, subtrama que no tiene absolutamente ninguna consecuencia y que perfectamente podría no haber existido. Tampoco ayuda el hecho de que las actuaciones sean tan pobres, sobre todo la de la chica principal, que por sí sola le baja varios enteros a la película.
Hay un único momento de I Spit on Your Grave 2 que me pareció realmente bueno, y es una revelación que ocurre más o menos a un tercio del metraje y que tiene que ver con la ubicación de la trama. No diré cual es porque esa sorpresa fue la única de una película por lo demás bastante olvidable y cuya truculencia hace tiempo dejó de ser revelante en el panorama de terror actual. Existen dos versiones, por cierto, una "unrated" y una edición británica a la que la censura eliminó casi todas las tomas explícitas de violencia de una forma muy evidente, con lo que el resultado quedó incluso peor. La tercera entrega de la saga, sin embargo, parece ser algo muy distinto ya que retoma al personaje de la primera parte, lo cual puede estar interesante. Caerá seguro.
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