La curiosidad fue lo único que me animó a ver finalmente esta película que pasó casi desapercibida en su momento, una de esas continuaciones salidas de la nada en las que uno inevitablemente termina oliéndose una estrategia publicitaria que poco tiene que ver con las verdaderas posibilidades de continuar una línea argumental. Porque hay que tenerlo claro: a pesar de venderse como una secuela, esta película no tiene absolutamente nada que ver con la primera American Psycho (2000) y su conexión con ella es meramente anecdótica y superficial. No es el único engaño que lleva a cabo; incluso su cartel ya ofrece una imagen que al final no da: una hipersexualida Mila Kunis esgrimiendo lo que parece ser una hoz afilada. De sobra está decir que ni el arma ni los atributos de la chica hacen aparición alguna.
De hecho, si algo se puede decir de American Psycho 2: All American Girl (2002) es que estamos ante un remedo bastante light de lo que promete al ostentar el título de continuación de una película que se ha ganado un merecido culto con el paso del tiempo. La cinta de la que hablamos hoy, a decir verdad, es otro tipo de película completamente distinto, una comedia negra de corte juvenil con muy pocas pretensiones de trascendencia, algo que queda claro desde el momento en que vemos que los miembros más famosos del elenco son William Shatner y Mila Kunis, esta última de aquella época en la que sólo era conocida por la serie That 70's Show. El argumento, que se podría resumir en los crímenes de una ambiciosa estudiante criminalística que decide eliminar a su competencia para un codiciado puesto de becaria, tiene más en común con los inofensivos slashers de los noventa que con un trabajo realmente transgresor e incómodo.
Y es que la falta de originalidad o de relación con la American Psycho original no serían de por sí ningún problema; el verdadero fallo está en que la propia película es aburrida, reacia a mostrar cualquier atisbo de sexo o violencia más allá de su muy engañoso material publicitario, excesivamente descabellada en cuanto a argumento y con una última media hora que se hace francamente interminable. Honestamente no se me ocurre ningún motivo por el cual recomendar esta película aparte de esa curiosidad que me llevó frente a ella en primer lugar. Incluso en el mundo de las cutre-secuelas está hoy en día bastante olvidada, y me extraña que no se le haya buscado más filón al tener de protagonista a una estrella en sus inicios. A decir verdad, los seguidores incondicionales de Mila Kunis son el único público objetivo que se me viene ahora en mente. Todos los demás harían mejor en ver ya no la original, sino incluso aquellas películas de asesinos enmascarados noventeros a las que hacía referencia antes y que os dejarán mucho más satisfechos.
Ozú, tiene una pinta realmente chunga. ¡Que entierren todas las copias de la peli en algún desierto, como el videojuego de ET!
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