Esta secuela de Anatomie (2000) realizada escasos años después intenta repetir el éxito de su antecesora con una historia muy similar pero que al mismo tiempo se presenta como un relato mayormente independiente; de hecho no es necesario haber visto la primera película para entender de qué va ya que Anatomie 2 (2003) se encarga muy pronto de establecer de forma clara su trasfondo de thriller universitario del que ya hizo gala en la anterior ocasión.
Esta vez, sin embargo, y a pesar de que la película abre con un extraño suicidio y un asesinato posterior, la historia no se construye en base a misterio alguno sino que ya de entrada está bastante claro qué es lo que ocurre: un joven e idealista estudiante de medicina comienza a trabajar de residente en una prestigiosa clínica de Berlín, donde sus talentos son rápidamente notados por la logia de los Antihipocráticos, la elitista secta de médicos inescrupulosos que ya había sido presentada en la película anterior y que aquí está realizando una serie de terribles experimentos con una nueva tecnología de músculos artificiales. Esto último es importante y es el principal punto de diferencia con la primera película, ya que en esta ocasión sus responsables han decidido aumentar las dosis de cine de género al dotar a la trama de una premisa claramente sci-fi que hace todo el argumento un tanto inverosímil, descabellado y dado a unas hipérboles más dignas de la serie B.
Se mantienen varias de las temáticas de la original como el retrato del frío y elitista mundo de la medicina y (sobre todo) el trasfondo nazi del grupo de villanos, que elude las menciones directamente políticas pero hace claras referencias al lado utilitario de la ciencia y el claro contraste entre el conocimiento aplicado a ayudar a los demás y la ciencia puesta al servicio de la dominación. Es sólo el lado de ciencia-ficción lo que quita a la película cualquier atisbo de seriedad, cosa que por otro lado debe haber sido buscado con toda la intención ya que algunas secuencias y actuaciones son tan exageradas que por momentos parece que estamos viendo una comedia. Creo que fue este contraste lo que al final me atrajo tanto porque la verdad es que esta secuela tiene la suerte de no tomarse demasiado en serio a sí misma y ser lo suficientemente interesante como para no desmerecer a su antecesora.
Confieso que tenía mis dudas al principio y pensé que Anatomie 2 sería una de esas secuelas desganadas en las que ni siquiera está el gancho de contar con actores famosos (Franka Potente apenas hace un cameo), pero por el contrario me encontré con una película que se deja ver y aunque menos seria que la original sabe ganarse su puesto, y como thriller médico ciertamente se deja ver. Teniendo en cuenta que ya la original no pasaba de ser un producto bastante mainstream que bebía de la larga herencia noventera de thrillers juveniles, esta me ha parecido una continuación bastante digna y entretenida.
Recuerdo haberla disfrutado bastante hace algunos años y luego ver, un poco desconcertado, como en la red todo el mundo la despreciaba :P
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