El último hombre vivo (1971), o The Omega Man, como se le conoce en su idioma original, fue el segundo intento de llevar a la pantalla la novela Soy Leyenda, y una vez más se optó por tomar grandes libertades con respecto a la obra original. Lo curioso es que, a pesar de sus evidentes fallos y de su condición de caspa setentera, esta es la versión que ha terminado por calar más profundo en el imaginario colectivo (lo evidencia el hecho de que es esta película, y no aquella con Vincent Price, la que han parodiado en Los Simpson), algo que quizás se deba a sus aspiraciones de película de acción o a la presencia de Charlton Heston en el papel principal.
Las primeras diferencias vienen en cuanto al personaje protagonista; lejos ha quedado aquel Robert Morgan vulnerable que interpretara Vincent Price. En esta película ha sido sustituido por un Charlton Heston en el novamás de ese héroe cínico y aguerrido que tan buenos dividendos le dió. De hecho, esta película, junto con El planeta de los simios (1968) y Cuando el destino nos alcance (1973) forman una trilogía apocalíptica en la que el antiguo presidente de la Asociación Nacional del Rifle (y, no olvidemos, del Hair Club for Men) hace gala de la chulería heróica que tanto asociamos a su persona. De hecho, la primera escena de la película ya nos lo muestra con gafas de sol y conduciendo un deportivo de lujo a través de una ciudad desierta, disparando con su rifle de asalto a todo lo que se mueve. El otrora falible y frágil hombre de ciencia da paso a una historia cargada de testosterona y protagonizada por un recluso reaccionario.
Los cambios del personaje se justifican de cierta forma al revelar esta versión el pasado militar del protagonista. Asimismo, el subtexto de la Guerra Fría se deja intuir en las causad del Apocalipsis del mundo de Robert, destruido tras una guerra bacteriológica que causó la aparición de un virus mortal con desastres a nivel planetario. Ahora el protagonista, tras abandonar toda esperanza de hallar una cura, se pasa los días buscando a los supervivientes infectados, que han armado una colonia de condenados que le hacen la vida imposible todas las noches, montando un estado de sitio en su casa/fortaleza con la esperanza de hacerle pagar sus tropelías.
Son precisamente estos infectados el principal punto de diferencia con la novela original. Más humanos que los de cualquier otra versión, la imagen de los villanos de piel blanca, gafas de sol y hábitos monacales puede llegar a hacerse un tanto risible, ya que en ningún momento parecen algo más que albinos de actitud agresiva. Además, ciertos pasajes de la película pueden resultar bastante casposos hoy en día (algo bastante común en aquellas cintas muy representativas de una época específica), sobre todo la banda sonora de las escenas de acción, que parece más apropiada para una blaxploitation que para una historia apocalíptica seria.
Pero la verdad, si se logra pasar por alto su algo caduca estética, se trata de una película bastante disfrutable, entre otras cosas porque Charlton Heston hace el que probablemente sea el mejor Neville que he visto hasta la fecha (al menos el que mejor calza con la idea que yo tenía de él tras ver el libro). El factor discursivo de la historia se pierde un poco en medio de la trama de acción, y el tono oscuro que impregnaba la versión del 64 brilla por su ausencia. Al igual que en aquella, volvemos a tener un clímax con marcadas connotaciones cristianas (aún más evidentes en esta película), pero sin ese marcado pesimismo con el que cerraba la versión de Vincent Price.
Lejos de ser una película perfecta, El último hombre vivo funciona como divertimento de acción y como vehículo de lucimiento de Charlton Heston. Asimismo, para bien o para mal, es una película icónica dentro del fantástico de las últimas décadas, y sólo por eso vale la pena. La nueva versión, estrenada este mismo año, sigue el camino trazado por esta cinta en más de un detalle, pero eso es algo sobre lo que tendremos que hablar otro día.
Es mi primer comentario a tu blog creo, pero llevo lellendote muuucho tiempo es mas por tu blog me aficione tanto a leer blogs como a hacer el mio ( http://undergrounz.blogspot.com )
ResponderEliminarLlendo al tema de la pelicula, para mi fue un decepcion total ya que me vi la pelicula al leer que era la mejor adaptacion del libro y la vi y no queda apenas nada de la historia de Matheson y encima como bien dices es irrisorio ver a esos pseudo vampiros de secta del ku klux klan y como peli fuera de contesto no estaba mal del todo pero el final es lo que me hizo odiarla bastante. ¿Cuando haran una adaptacion fiel e interesante de este grandioso libro que a inspirado a medio mundo, tanto en el cine como literatura y comic?
A mi me pareció un compendio de clichés de mucho cuidado... el prota caucásico que se acuesta con la chica afroamericana, el niño enfermo al que tiene que curar, etc...
ResponderEliminarMuy cutre y no sólo por la estética.
Por cierto, estoy de nuevo en BCN, aunque le domingo a la noche me voy a francia por navidades y vuelvo 1 par de dias antes de fin de año.
EKI
Es evidente su condición de clásico y de buena película, a todas luces, pero hay algo que le impide alcanzar un mayor nivel de trascendencia e importancia en el contexto del fantástico, y es que ha envejecido un poco mal, con cierto tono de película pasada de moda. Curiosamente, me gusta más la de Vincent Price.
ResponderEliminarSaludos!
Muy apropiados estos comentarios en conmemoración del estreno de "Soy Leynda" porque nos dan una interesante visión de las posibles adaptaciones. La de Vincent Price es una de mis preferidas. Felices Fiestas!
ResponderEliminarA mí siempre me habría gustado ver el proyecto de "I Am Legend" que nunca se realizó alrededor de 1994 que tenía a Ridley Scott como director, y Arnold Schwarzenegger como protagonista. Se supone que el presupuesto del filme se fue haciendo mas y mas grande y por eso se canceló el proyecto, pero siempre me quedará esa duda de como podría haber sido.
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