Prácticamente no hay nada original en Night of the Demons (1988): se trata de la típica película de terror ochentera llena con todos los lugares comunes de este tipo de producciones, desde un gore complaciente hasta una buena dosis de tetasyculos, sin olvidar por supuesto la clásica música de sintetizador. La trama tampoco es nada original, ya que la mitad es una copia de The Evil Dead (1981) y el resto un plagio descarado de Demons (1985) de Lamberto Bava. Para colmo, la gama de personajes que ofrece no podría ser más tópica, ya que está poblada de los más manidos estereotipos del cine adolescente ochentero: el gorila bruto, la chica gótica, la jovencita virginal, el niño pijo, el chico-malo-que-descubre-su-lado-sensible y la putilla de instituto. Pero a pesar de esto, no hay que confudirse: estamos ante una de las más simpáticas y disfrutables muestras de terror de esta particular y fructífera década.
La situación inicial es en sí misma un canto al desgano de crear una historia: en la noche de Halloween, la chica gótica Angela decide hacer una fiesta exclusiva en "Hull House", una antigua sede de pompas fúnebres famosa por sus leyendas de espantos y aparecidos. Una vez allí, un juego de invocación espiritista sale terriblemente mal, y los chicos se ven asediados por una legión de demonios que poseen sus cuerpos uno a uno para divertirse a expensas de sus carnes (¿mencioné que la trama no brillaba precisamente por su originalidad?).
Imagino que debe haber sido difícil ser un crítico de cine muy quisquilloso durante la década de los ochenta, con toda la cantidad de películas que optaban por una marcada autoreferencialidad y un desprecio absoluto por cualquier atisbo de hacer algo "serio" (tendencia que no termina de cuajar hoy en día). Pero a pesar de esto, Night of the Demons está muy lejos de ser un divertimento light; la suya es una propuesta que aunque tópica no está exenta de un alma propia, y en ningún momento se siente subeditada a las constantes exposiciones de violencia y chicas despampanantes (entre las que destaca la reina de serie B Linnea Quigley, que no solamente muestra sus encantos físicos sino que además nos muestra maneras alternativas de darle uso a un lápiz labial) sino que incluso dedica su tiempo a la construcción de una atmósfera y una marca diferencial con respecto a otras películas, principalmente a través de la alternancia entre la violencia explícita (desmembramientos hay hasta para regalar) con escenas que sólo se pueden calificar de surrealistas, como el baile de Angela, la chica gótica, una vez transfigurada en la líder suprema de los demonios. Se trata, en todo caso, de una cinta típica de Halloween, de esas que yo, siendo niño, descubría en la televisión por cable a unas horas en las que ciertamente no debería haber estado viendo televisión.
Durante la era dorada del vídeo, Night of the Demons se convirtió en un film de culto cuya popularidad llevó al lanzamiento de dos secuelas, en las que sólo repitió su protagonista, Amelia Kinkade. Por cierto, la que en otra época fuera la sacerdotisa infernal más querida del cine de terror ochentero, hoy en día es una famosa psíquica con la supuesta facultad de comunicarse con los animales domésticos, a cuyos dueños ofrece sus servicios por los desorbitados precios de Beverly Hills, prueba de cómo, una vez más, la realidad puede ser tan descabellada como la más osada de las ficciones.
a mi esta pelicula me gusto , no es uan obra maestra pero esta pasables . Y pienso que hoy en dia en el cine no hay nada original :)
ResponderEliminarBueno, la originalidad esta altamente sobrevalorada.
ResponderEliminar"Psicosis", "El Resplandor" o "Dracula de Bram Stoker", por poner ejemplos del Must Have del Hombre Lobo, pueden ser obras maestra (no por mi, pero esa es otra historia) y en ningun caso son originales.
Y siendo sincero, tras miles de años en los que el hombre lleva ejerciendo de narrador de historias, es muy dificil, por no decir imposible, encontrar una obra original. Puede que su envoltorio nos resulte novedoso o que presente un giro de tuerca que la haga ir un poco mas alla de lo acostumbrado, pero seguira sin ser original.
Y dicho esto, a mi Night of Demons me parece simpatica pero perfectamente olvidable, jamas la he considerado una pelicula de culto.
Estoy de acuerdo con que es dificil contar historias originales. Pero eso no quita para que cintas como ésta sean una delicia, y es que muchas veces los tópicos me gustan más que las apuesas novedosas :-P
ResponderEliminarPor cierto, gran blog.
Título que en su día me pasó completamente desapercibido. Lo del lápiz labial ha logrado picarme la curiosidad.
ResponderEliminarIntentaré recuperarla por la mula...
AMELIA KINKADE ES HERMOSA!
ResponderEliminarSi, efectivamente es de esa ola de peliculas ochentosas de terror, pero que hoy en dia se extrañan y mucho. Vi las 2 primeras de chico; siempre fui un cachondo con las minas de estas peliculas (como con Cristi Harris en la 2). Eran peliculas para pasar un buen rato y mirar buenas perras en la pantalla, nada mas que eso. No se si llamarla de "culto", pero si muy popular para la epoca dentro del genero.
ResponderEliminarpost: todabia hacemos chistes sobre la escena del lapiz labial en el baño jaja