El camp (intraducible término anglosajón que define a aquellas formas narrativas que se regodean intencionalmente en su risible absurdo) es algo en lo que, por lo general, desconfío. La mayoría de las veces me parece un pobre recurso empleado por pobres creadores que buscan de alguna manera justificar su mediocridad o su falta de fe en el material con que trabajan. Demasiados casos se han visto de estos, pero existen excepciones, auténticos talentos que saben emplear el ridículo a gusto y lo convierten en un arma demoledora, como Joe Dante, Sam Raimi o Peter Jackson. Otro que cae en esa categoría es el director John Landis.
Injustamente maltratado por un gran sector del público que no le perdona por el trágico accidente del rodaje de Twilight Zone: The Movie (1983), Landis es un hombre que ha tenido que ganarse el respeto de la crítica prácticamente a golpes. Es más famoso como director de comedias ochenteras, y de hecho apenas se ha adentrado en el mundo del horror en un par de ocasiones. Sin embargo, califica inmediatamente como un "maestro" cuando resaltamos en su currículo el título de Un hombre-lobo americano en Londres (1981), una de las más famosas películas de licántropos de la historia y, asimismo, una prueba de lo que hace este hombre cuando mezcla (como pocos) el humor y el terror. No es extraño entonces que su aportación para el séptimo episodio de Masters of Horror, Deer Woman (2005), vaya por esta misma línea.
A diferencia de lo que lograron los episodios de Joe Dante y Takashi Miike, quienes emplearon materiales complejos de los cuales se podía sacar mucho, el capítulo de Landis brilla por su simplicidad: un sencillo guión co-escrito con su hijo en el cual se da vida a una antigua leyenda indígena acerca de una criatura mitad mujer y mitad ciervo que seduce hombres lujuriosos y los golpea hasta reducirlos a pulpas sanguinolentas. Al decidir no tomarse la historia demasiado en serio (vamos, que se trata de una mujer-ciervo) John Landis consigue crear el que sin duda es el menos terrorífico de todos los episodios de Masters of Horror, pero que al mismo tiempo es uno de los más agradables y entretenidos de ver. La trama se construye como un policial alrededor de la figura de Dwight Faraday, antigua gloria del departamento de policía que se ha visto degradado al vergonozoso departamento de "Ataques de animales" y que se topa de repente con un caso que podría demostrar que todavía da el pego como detective: una serie de extraños asesinatos a hombres lujuriosos, para cuya solución está dispuesto a lanzar hipótesis que van desde la zoofilia hasta la intervención de monstruos mutantes.
Las virtudes de Deer Woman no se reducen, sin embargo, a su descabellado argumento; en el reparto hay auténtico oro (y no me refiero únicamente al feliz descubrimiento para la pantalla de la modelo brasileña Cynthia Moura). Brian Benben está absolutamente genial en el papel protagónico. Su personaje es un tipo tan real que te cae bien de entrada. Recordando, además, su trabajo en la tristemente desaparecida serie Dream On (producida, por cierto, por Landis) llego a la conclusión de que este es un actor que necesita ser rescatado del oscurantismo mediático, pero ya. Benben le mete todo a su personaje dotándolo de una simpatía que en gran parte se debe a su cómico heroismo. Faraday es un detective inteligente pero tremendamente despistado y torpe, algo que queda evidenciado no sólo en su aparatosa confrotación final con la mujer-ciervo, sino en el curioso hecho de que la mayor pista que obtiene para resolver su caso llega hasta él de forma accidental. Lo juro, pueden verlo ustedes mismos. Su compañero, quien acuña la frase "eh, tú eres Sherlock, yo soy sólo Watson" tampoco lo hace nada mal, y la investigación que llevan a cabo mezcla los detalles escabrosos del gore con un absurdo caricaturesco que, sinceramente, no había visto desde los tiempos en que Bruce Campbell se enfrentaba a los deadites de Sam Raimi.
En este sentido, el formato de una hora no es suficiente para Deer Woman. La historia de los asesinatos transcurre demasiado rápido, y la llegada casual de los dos detectives al misterio indígena que rodea a su misteriosa asesina parece hacer más evidente el hecho de que esta película se hubiese beneficiado mucho de unos veinte minutos extra de metraje que hubiesen podido dar una buena dimensión de profundidad al relato. Al igual que en Un hombre-lobo americano en Londres, el final es acelerado y repentino, dejando al espectador queriendo llegar un poco más allá en la resolución del conflicto. No sé si Landis nos está haciendo esto a propósito, pero sinceramente espero que no. Al menos, los 55 minutos que sí existen de su episodio le hacen una nada desdeñable adición al ya de por sí difícil panorama de las comedias de horror.
excelente.
ResponderEliminartrabajadísimo e instructivo post.
en algunos tramos de mi blog, encontrarás algunas escenas que creo que podrán gustarte.
un atento y cordial saludo,
art_alegoria
Acabo de ver el episodio. Es buenisimo. Como partiendo de un absurdo puede enganchar hasta el final ¿? Mezcla humor y suspense de forma fantastica.Gracias hombre lobo por darnos a conocer films como este.
ResponderEliminarPor cierto, la chica impresionante. Se que es absurdo buscar contradicciones jaja, pero el hecho que la chica no hable dervirtua la posibilidad de ir mas alla de un encuentro en un lugar público. ¿no? jajaja. No se si te molestará que deje aqui el enlace para verlo. Si eso lo borras y pido disculpas. Saludos.
ResponderEliminarhttp://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=1UQGC1R4&confirmed=1