Esta variedad trae la ya inevitable consecuencia que todos conocemos y que no es otra que la desigual calidad de los relatos que componen la película, aunque curiosamente el más flojo de ellos termina siendo dirigido por el cineasta más veterano del conjunto. Lo que sí me sorprendió es que ninguno de los segmentos de Holidays termina siendo una historia cerrada como tal sino que en la mayoría de los casos el enfoque está puesto sobre la atmósfera, la estética o simplemente un concepto que se lleva a cabo y que parece estar por encima de un argumento convencional. Esto hace que la película, contra todo pronóstico, termine siendo un trabajo menos comercial y accesible de lo que originalmente hubiese pensado, y aunque el grado de efectividad de las propuestas varíe de una historia a otra, la singularidad de la que parte cada una de ellas hizo que la cinta cobrara un gran interés ante mis ojos y se convirtiera en algo distinto que en mi opinión ha valido mucho la pena.
De todos los segmentos, el más impresionante para mí ha sido el dedicado al Día del Padre, dirigido por Anthony Scott Burns, encargado de efectos especiales quien curiosamente no ha dirigido hasta la fecha ningún largometraje, y cuyo trabajo tiene la atmósfera más conseguida de todas e incluso el argumento más interesante y que más me ha atrapado, además de contar en el papel protagonista con la bellísima Jocelin Donahue, a quien probablemente recordaréis por su participación en La casa del diablo (2009). El suyo es el mejor de todos los relatos sin duda, y me ha hecho sentir una gran curiosidad por los trabajos que este cineasta nos puede traer en el futuro. Como contraparte, el más prescindible de los segmentos termina siendo dirigido por Kevin Smith, el más rodado de todos estos directores y el único que parece no haber tenido ni idea de qué hacer con el material que se le ha dado, desperdiciando así la premisa en un principio más atractiva (Halloween) por partida doble: no solamente el relato en sí es pobre hasta decir basta sino que encima no tiene absolutamente nada que ver con la Noche de Brujas más allá de estar ambientado en la noche del 31 de octubre.
Por las encontradas opiniones que ha despertado, Holidays no parece ser una película para todo el mundo, y ha terminado por ser menos accesible de lo que prometía, pero teniendo en cuenta que la premisa de una antología de historias basadas en diferentes festividades era algo que estaba destinado a ocurrir, me alegra que haya sido una cinta de horror independiente la que haya dado el paso adelante. Hay aquí algunas historias muy buenas, imágenes retorcidas y fuera de lo común, y sobre todo algunos nombres de los que sin duda estaré buscando más cosas para traer a colación aquí.
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