Confieso que me esperaba lo peor ya desde la premisa, puesto que la idea de una joven escritora (interpretada por la esposa y habitual guionista de Flanagan, Kate Siegel) que vive sola en una cabaña en medio del bosque y es de repente acosada sin mayor explicaciones por un asesino enmascarado es algo que se ha hecho muchas veces y en la mayoría de los casos muy mal. Hay un par de sorpresas, sin embargo, ya que no estamos aquí ante una cinta como I Spit on Your Grave (2010) (probablemente la más obvia referencia que se me viene a la cabeza en este momento) sino a algo por el contrario mucho más sutil y que nada tiene que ver con la venganza sino con la idea de una mujer que se niega a convertirse en víctima y que busca por el contrario imponerse sobre su agresor, algo que acerca más la premisa al estilo de You're Next (2013). Como extra, la cinta introduce en su argumento un grado más de dificultad al hacer de la protagonista una sordomuda, con lo que se plantea una disparidad entre ella y el asesino más allá de su talento para la violencia.
Este último ángulo tampoco es novedoso (creo recordar varias películas cuya trama tiene que ver con el enfrentamiento entre un asesino y alguien con algún tipo de discapacidad), pero a pesar de su escasa originalidad hay muchas cosas a destacar de esta película, siendo la principal de ellas (para mí al menos) la naturalidad que Flanagan da a los personajes, sobre todo al asesino a quien desde los primeros minutos vemos quitarse la máscara, algo que una película más convencional nunca hubiese hecho. A pesar de que en ningún momento se nos revelan o explican las motivaciones de este para cometer el crimen, la verdad es que dichos motivos no importan y aún así la cinta dota al personaje de una gran carga de humanidad al hacerlo falible, dado a perder el control en numerosas ocasiones y a recurrir a su astucia en aquellos momentos en los que se ve clara y temporalmente superado.
Por supuesto que hay también su buena carga de lugares comunes de este tipo de historias, y algunos aspectos del final se ven venir desde mucho antes, pero la atmósfera dada por la supuesta limitación de la protagonista (y digo supuesta por motivos que no voy a revelar pero que quien lea estas líneas muy probablemente podrá intuir), las actuaciones y la genuina tensión generada en varios momentos hacen que Hush destaque como una muy eficiente película de invasión domiciliaria, y aunque sin duda alguna es la más convencional de las tres entregas de terror de Mike Flanagan hasta el momento, se hace muy recomendable.