domingo, enero 30, 2011

Reseña: Cabin Fever 2 (2009)

La Cabin Fever (2002) original, aparte de ser la película que dio a conocer al director Eli Roth, es una muestra bastante curiosa de extravagancias gore que se aventuraba en los terrenos de la comedia negra. En cierta forma, existe un gran parecido entre esta ópera prima de Roth y la película Destino final (2000), en el sentido de que ambas utilizan las convenciones del subgénero de jóvenes enfrentados a un asesino pero creando una amenaza de tipo impersonal, en este caso una bacteria carnívora que devora veloz y grotescamente a todo aquel que resulta infectado. Debo decir que la idea de una secuela no me interesaba mucho, aunque es cierto que Cabin Fever 2: Spring Fever (2009) tiene logros nada fáciles de desdeñar, atribuibles sobre todo a su director Ti West, un nombre que últimamente ha sonado bastante y que deberíais conocer.

Hay que decir, sin embargo, dos cosas de esta continuación: la primera es que se trató de una producción con numerosos retrasos que estuvo engavetada por casi dos años antes de ser finalmente estrenada en formato casero (aunque personalmente pienso que merecía un mejor destino) y la segunda es que está mucho más inclinada hacia la comedia que la primera parte, específicamente la comedia de corte juvenil llevando el concepto de la bacteria depredadora al ambiente de un instituto americano, cuyo mundo es retratado de forma bastante eficiente con sus propios estereotipos y miserias. De hecho da la impresión en ocasiones de que Ti West está más interesado en retratar esto que las propias apetencias sangrientas de la película, ya que los mejores momentos, cómicos o no, están conseguidos a costa de la humillación de los jovencitos entre ellos mismos, casi siempre de tipo sexual (curiosa la idea de que el sexo es siempre utilizado como venganza emocional). Esto hace, por desgracia, que gran parte del material concerniente a la premisa de la película se desaproveche: al contrario que en la película original, en esta ocasión el "conflicto" tarda mucho en arrancar y a partir de allí todo sucede muy rápidamente, con la mayor parte de las víctimas muriendo fuera de la pantalla y casi a la vez, siendo imperdonable por ejemplo que la mayor secuencia violenta de la cinta (la bacteria desatada en medio de un baile de graduación bajo cuarentena) ocurra durante una elipsis. En cuanto a esto, la película podría haber durado cuarenta minutos y hubiese tenido la misma fuerza.

Por fortuna los aciertos son también bastante evidentes, con geniales secuencias de humor que superan a la de Eli Roth en número aunque no en intensidad (la escena del perro y la moribunda en la primera película supera cualquier cosa que podáis encontrar en esta secuela en cuanto a crudeza). Aún así, es sorprendentemente cruel considerando lo joven de su elenco, casi traspasando los límites que una película de estudio suele tener. A un nivel más anecdótico se nota la reverencia de Ti West ante el cine de terror de los ochenta, evidente en el puntazo que resulta el hecho de incluir durante la secuencia del baile de graduación el tema musical disco de Prom Night (1980), cinta con la que también hay claros pararelismos.

Son estos aciertos de West los que literalmente salvan la película y la convierten en una secuela muy divertida que hace honor a la original aunque no llegue a alcanzar aquello que la hacía especial. Personalmente creo que hubiese resultado mucho mejor si su director hubiese podido llevar hasta el final su particular visión del horror típicamente adolescente sin las ya conocidas intervenciones; al parecer Ti West quedó bastante descontento con el proceso de rodaje y la desaparición de la película por casi dos años, tiempo durante el cual varias escenas fueron rodadas de nuevo y montadas por un equipo distinto que incluyó un epílogo de quince minutos que se siente tremendamente fuera de lugar, haciendo de esta una cinta que por momentos se siente bastante inconexa y caótica. Se sabe que West intentó además quitar su nombre de los créditos sin éxito, aunque los tropiezos de Cabin Fever 2 no logran hacer bastante mella como para que deje de ser una secuela recomendable y bastante digna que simplemente pudo haber sido mucho mejor.

3 comentarios:

  1. Vi la primera hace añares! No sbaía que existía una 2! Si bien no me maravillo la primera, me entretuvo (creo que soy la única de mis amigas que la supo apreciar XD)
    Veré esta.

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  2. La primera es un filme muy interesante y que disfruté bastante y la verdad, aún con los problemas que se enfrentó Ti West, creo que esta secuela terminó siendo mucho mejor de lo que yo esperaba. Gags interesantes, humor negro y mal gusto muy acorde al primer filme. A mi me gustó.

    ¡Saludos!

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  3. Anónimo6:20 p. m.

    la primera resulta interesante..aun me entra la risa con la escena del niño gritando..Panecillo!!!que buen rato pase! no obstante, no se si la dare la oportunidad a esta segunda parte poco prometodara..

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