Su premisa tiene lugar precisamente años después del Apocalipsis Zombi, cuando la humanidad se ha salvado gracias no sólo a la erradicación de los muertos vivientes, sino al descubrimiento de una droga capaz de mantener a raya la transformación en aquellos víctimas que están todavía en la fase inicial después de haber sido infectados. Pero la droga tiene un inconveniente, y es que debe ser inyectada periódicamente para detener el virus, por lo que nos encontramos ante una sociedad en la que una parte importante de la población es una bomba de relojería. Estos habitantes, conocidos en todas partes como los "retornados", se convierten así en seres temidos por todos y señalados por el gobierno, lo que por supuesto no pintará bien cuando llegue la inevitable crisis producto de la escasez de la milagrosa cura.
La ambientación de sci-fi realista y la mezcla de elementos de horror con una obvia metáfora social empareja a esta película con otras obras que ya hemos reseñado aquí como Daybreakers (2009) o The Purge (2013), aunque Retornados es quizás mucho menos explícita al tener lugar después de la crisis que da inicio a la trama y manejarse por el contrario bajo la amenaza de que dicha situación de horror pueda regresar. Este detalle es muy significativo porque estamos ante una de las pocas muestras de cine zombi en el que dichos cadáveres ambulantes brillan por su ausencia; de hecho, quitando el prólogo, en toda la película sólo hay una escena de violencia zombi, mientras que todo el resto del metraje no hace sino resaltar que el verdadero peligro reside no en los infectados sino en el miedo que poco a poco domina a la sociedad cuando la escasez y la amenaza del Otro se hacen presentes.
Esto último tiene también una interesante consecuencia y es que ninguno de los personajes se libra de momentos de ambigüedad moral; una de las cosas que la película explota (y muy bien) es hasta dónde somos capaces de llegar por proteger aquello que amamos incluso a costa de actos moralmente reprochables. Son estas ideas y la forma inteligente y honesta en la que maneja su premisa lo mejor que tiene y el motivo de que me haya gustado tanto, ya que del resto es una película muy sencilla en cuanto a estética y desarrollo. Con todo y eso, muy recomendable.
A propósito de lo que comentas, decir que Retornados sí gozó de estreno comercial en España. De hecho, tuvo lugar el pasado 15 de noviembre, cortesía de la popular distribuidora Filmax.
ResponderEliminarSin embargo, no puede decirse que fuera un éxito de taquilla, ya que su periplo en pantalla grande se cerró con menos de 250.000 euros, a pesar de sido lanzada inicialmente en más de 100 salas.
En cuanto a la ausencia de muertos vivientes a lo largo del metraje, tampoco puedo decir que me sorprenda. El director catalán Manuel Carballo, realizador también de las cintas de terror El Último Justo (2007) y La Posesión de Emma Adams (2010), se encargó de definir esta propuesta como un híbrido entre drama pasional y thriller contrarreloj, marcándose como reto mantener latente el trasfondo zombie sin hacer hincapié en él.
Aprovecho también la ocasión para felicitarte por este magnífico blog, que consulto asiduamente en busca de pequeñas joyas pertenecientes a mi (nuestro) género cinematográfico favorito.
Un saludo.
Hay una serie inglesa que se llama "In the flesh", en la que la trama se puede asemejar.
ResponderEliminarLa premisa y la primera parte de tu reseña me parece sorprendentemente similar a la novela "Apocalipsis Z: la ira de los justos", entrega final de la trilogia de Manuel Loureiro que en buena medida dio inicio al renacer de la literatura zombie en España. No quiero dar detalles para no arruinar sorpresas pero baste con decir que las similitudes no son pocas.
ResponderEliminarSiendo más críticos, pienso que la trama de la serie In the flesh no tiene tanta semejanza como mencionas, a mi humilde opinión.
ResponderEliminarMuy mala. Narrativa floja, montaje patético. Apesta a amateur.
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