Norman Forrestrer, entrañable y atolondrado personaje, acude a una fiesta de cumpleaños en un lujoso y decadente hotel, ocasión que aprovechará para conocer a la familia de su novia, Alisson, y de paso recuperar una relación que corre el peligro de distanciarse. Sin embargo, tras este mundano evento se esconden hechos mucho más siniestros que están ocurriendo en el hotel simultáneamente a lo que en apariencia es una celebración cualquiera. Esto es, básicamente, todo lo que se puede contar a priori del argumento de The Birthday (2004) sin destripar lo que ocurre en la película. Se trata asimismo del primer largometraje de Eugenio Mira y una película que, lo confieso, he tardado demasiado tiempo en ver. A pesar de haber contado con un pase comercial tardío y discreto (¿hubo pase?), la cinta no ha hecho sino recoger grandes elogios que, esta vez, están plenamente justificados: es una película genuinamente rara, extravagante e inclasificable pero sobre todo fascinante, una en la que todos los elementos encajan en la creación de una historia con potencial de culto instantáneo, algo que últimamente sólo recuerdo que me haya pasado con cintas como Donnie Darko (2001) o Hijos de los hombres (2006).
La decisión de Eugenio Mira en cuanto a la técnica de narración es, sin embargo, bastante arriesgada: a lo largo de la película no hay elipsis alguna, todos los hechos que ocurren están narrados en tiempo real, pero este detalle, que en otras manos hubiese sido poco más que un gimmick meramente anecdótico, aquí se convierte en la columna vertebral de la película. A pesar de que la cámara persigue constantemente a Norman (creo que no hay un solo plano en el que no aparezca), muchas de las cosas más importantes ocurren al fondo de la escena y es sólo después que descubrimos su relevancia.
El narrar toda la historia a través de los ojos de un personaje omnipresente es otro riesgo del que esta película sale airosa. De hecho, gran parte de la efectividad del relato reside en la actuación de Corey Feldman, que aquí hace el que sin duda es uno de sus mejores trabajos; en serio, tras verlo aquí me cuesta mucho entender cómo el que otrora fuera uno de los mayores ídolos juveniles de los ochenta haya permanecido debajo del radar todo este tiempo. Es precisamente su actuación, perfectamente equilibrada entre el horror y la comedia, y dotada de manierismos que delatan una aparente azarosidad en cada uno de sus movimientos u ocurrencias, lo que da a The Birthday gran parte de su singular tono. La actriz Erica Prior, vista anteriormente en la también española El segundo nombre (2002) también hace un trabajo memorable teniendo en cuenta que tiene en el personaje de la novia uno de los más difíciles de la película y el que requiere la mayor cantidad de registros. De hecho, he tenido que mirar la ficha de la película en IMDB para darme cuenta de que era la misma actriz de la cinta de Paco Plaza.
El hotel en el que transcurre la acción es otro personaje en sí mismo: un laberinto lleno de recovecos cuyo diseño geométrico recuerda mucho al Overlook de El resplandor (1980), siendo este tan sólo uno de los muchos detalles que denotan una marcada nostalgia por los ochenta (década en la que, por cierto, está ambientada la película), pero es una nostalgia comedida que no agobia al espectador con referencias y que, por el contrario, ayuda a introducirnos en un ambiente desquiciado que aumenta la sensación de desconcierto absoluto que identifica al espectador con Norman. Todo el desarrollo del argumento se da de forma tremendamente gradual, hasta el punto de que muchas veces podemos incluso olvidarnos del género de la película que estamos viendo. Sin embargo, cualquier pega que podamos ponerle a The Birthday se disipa cuando llegan los últimos veinte minutos, uno de los mejores clímax que podemos presenciar, en el que la desquiciada premisa de la película llega a su punto máximo y en el que Norman ha hecho su inadvertida metamorfosis de pelele a héroe, así como un muy valiente final. Son demasiados los detalles que se podrían mencionar y que evidencian la técnica del director y el dominio absoluto de todos y cada uno de los elementos de escena, así que sólo puedo repetirme y recomendar esta que, sin duda, es una de las películas más destacables de los últimos años en lo que a las comedias de horror se refiere. Por mi parte puedo decir que desde ya estoy esperando lo próximo de Eugenio Mira ansiosamente.
Es uno de esos raros casos en los que una película está demasiado bien hecha como para ser bien recibida: es una película, que, de venir de un director veterano y reconocido, y no ser la ópera prima de casi un desconocido (¡y encima español, horror!) habría sido analizada con la profundidad de un Brian de Palma, un Tarantino o un Kubrick. Es quizás una película demasiado "pensada" (si es que eso puede considerarse un defecto) y a medida que avanza se aleja tanto y tanto del espectador, que este no puede más que sentirse contrariado.
ResponderEliminarTodos sus detractores tienen razón y todos sus fans (me incluyo) también. Es lo fascinante de la película.
No la conocía ni de nombre. Ya la estoy buscando.
ResponderEliminarCierto. Joder, todo es tan milimétrico y preciso que asusta. No hay nada que esté dejado al azar y nada que no tenga algún significado. Me ha dejado sin palabras.
ResponderEliminarEternal Outsider, búsquela, por lo menos no le va a dejar indiferente.
Hace días que no paso por aquí, voy a ponerme al día con todo lo que has subido.
ResponderEliminarUn saludo!!
Si que conocia la existencia de la peli, pero la imágen que me habia formado de ella era completamente erronea. En su dia hicieron algún reportajillo en tv que poco más o menos la vendian como un homenaje español a las comedias americanas ochenteras("con el protagonista de tal y cual..."), y nada más lejos.
ResponderEliminarEspoleado por tu reseña, la he encontrado en el videoclub del barrio(!) y la he visto hoy.
El crescendo constante y (SPOILER) como la peli acaba convirtiendose en un apocalipsis casi Lovecraftiano me han sorprendido muy gratamente. Desde luego, merecia más suerte en taquilla que la que tuvo.
Eso sí, al hilo de lo que dice Henrique sobre los detractores de la peli, en casa me han organizado una rebelión a la media hora de peli. Imagino que no es para todos los paladares.