lunes, octubre 16, 2017

Reseña: It (2017)

Convertida en el buque insignia del terror mainstream de este año, la nueva versión de It (2017) ha sido un éxito de taquilla fenomenal, algo que no debería sorprender a nadie no sólo porque se ha estrenado en el contexto más apropiado sino porque esta es una película especialmente diseñada y ejecutada para agradar no al aficionado medio de terror sino al público general, con todos y cada uno de los ingredientes que hacen exitosa una película de miedo en nuestros días, para bien y para mal. Con todo y eso, es probablemente una de las mejores y más interesantes adaptaciones de la obra de Stephen King de los últimos años, aunque sea porque en esta ocasión se nota el intenso trabajo que hay detrás y la auténtica voluntad de hacer de esta una película importante, al contrario de lo que tradicionalmente ha ocurrido.

Al igual que su predecesora de 1990, It cuenta la historia del pueblo maldito de Derry, Maine, que es asolado cada 27 años por la presencia de un mal ancestral que devora a los niños locales, y que se presenta ante ellos bajo la apariencia de un macabro payaso llamado Pennywise. Contrariamente a lo que hizo la versión televisiva, esta adaptación comienza de entrada con una decisión muy buena que es centrar la historia única y exclusivamente en la parte del argumento en que los protagonistas son niños y se enfrentan al monstruo por primera vez. Esta decisión no sólo otorga a la trama un único y más manejable arco argumental, sino que le permite jugar con unos referentes de miedo muy básicos que serán fácilmente reconocibles para cualquier público, tanto en lo referente al payaso (un impresionante Bill Skarsgård haciendo un trabajo muy distinto al de Tim Curry y convirtiéndose por derecho propio en una de las mejores cosas de la película) como a ciertos arquetipos más manejados: una muy típica casa del terror, monstruos salidos de pinturas y pesadillas que cobran vida.

Más arriba, cuando mencionaba que esta película se estrenaba en un inmejorable contexto me refería a que justo ahora, en 2017 (curiosamente, 27 años después de la última aparición de Pennywise en pantalla) el hambre de nostalgia por parte del público general y la edad del público objetivo de la primera versión de It aseguraban ya un éxito por otro lado predecible dada la popularidad de series de televisión como Stranger Things, con la que esta cinta se retroalimenta en más de una forma: aparte de contar con uno de los niños del elenco, se podría decir que dicha serie allanó el camino para el regreso triunfal del King clásico a la pantalla, y de no haber existido quizás esta película no habría tenido esta monumental acogida. Tal éxito, sin embargo, ha tenido un precio, que no es otro que el ostentar muchos de los vicios del terror sobrenatural destinado a los grandes públicos: sustos baratos, un uso excesivo de la música, una casi inexistente sutileza en cuanto a sus elementos de miedo, y en general una trama bien masticadita. Eso sí, debo decir que aunque sus responsables hayan eliminado gran parte del trasfondo de los personajes con el objetivo de hacer la trama más comercial y que hayan resaltado la historia de amor entre Bill y Beverly (llegando a convertir a esta en una versión algo molesta de una damisela en apuros), al menos me ha gustado el hecho de que no rompieran el misterio acerca de los orígenes del monstruo, quizás dejando esto para la inevitable secuela.

En definitiva, esta nueva versión de It quizás no llegue a convertirse en un clásico del terror de aquí a unos años, pero está muy bien hecha y tiene algunos momentos brillantes que ciertamente la hacen destacar en el panorama por lo general desolador que suele traer el cine de terror hecho por el Hollywood comercial. Resulta agradable ver, además, una adaptación de King hecha desde el respeto, y me pregunto si su éxito tendrá como resultado alguna especie de revival de otras de sus historias de miedo más populares. Es bien sabido por todos que el autor de Maine se encuentra en este momento enfocado en recuperar los derechos cinematográficos de varias de sus obras clásicas, con lo que esta opción no la descarto del todo. En cuanto a esta, a pesar de todas las quejas que pueda tener por su falta de sutileza y sus sustos fáciles, es una película demasiado bien hecha como para despreciarla; King se merece esto y más.

2 comentarios:

  1. Lo mejor:
    -La interacción de los niños.
    -No salen cosas raras como la tortuga (más allá de una mención casual), el rito de Chud y el sexo entre menores, que me echaron fuera del libro cuando lo leía.
    Lo peor:
    -Las apariciones del payaso, que casi nunca pasa de inquietante. ¿Y qué niño se acercaría a ese engendro de calva agrietada?
    -Algún detalle anacrónico, como el cartel del Batman de Burton, que se estrenó en el 89.

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  2. Pet Sematery necesita una nueva versión. Pero ahora me has hecho pensar que quizás no se salve de todo lo que detectaste en IT, irremediablemente por los momentos King es un autor bastante popular, así que películas basadas en su trabajo apuntadas al gran público, siempre van a tener concesiones.

    A mi me gustó bastante, quizás precisamente por eso, porque King no ha tenido suerte con sus historias en gran pantalla en términos de homogeneizar al público. Con la excepción quizás de películas como Shawshank Redemption o The Green Mile.

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