Vi Go Goa Gone (2013) en un festival sin saber nada de ella, sin haber escuchado nada ni visto ningún trailer, y pensé al principio que sería una comedia de zombis más de las que tanto abundan hoy en día. Al final resultó ser más interesante de lo que creía y hasta puedo decir que tiene un par de detalles que la hacen destacar un poco por encima de sus congéneres, aunque no nos engañemos: gran parte de su atractivo tiene que ver con el disfrute del exotismo de una propuesta realizada en un ambiente que no nos es familiar, algo que la película sabe y con lo que juega intencionalmente. En ese sentido, esta primera producción de zombis del Bollywood mainstream tiene menos en común con piezas de culto como Shaun of the Dead (2004) y más en cambio con Juan de los muertos (2011), aunque no alcance el nivel de estas dos. Lo interesante, eso sí, es que esta producción también sabe hacer una sátira de varios de los lugares comunes que normalmente asociamos con el cine indio, llegando incluso a hacer mofa evidente del en ocasiones absurdo grado de censura que hay en dicha industria.
Lo hace ya desde su premisa inicial: un grupo de amigos acude a una fiesta secreta en una isla cerca de la costa de Goa, donde gran parte de los asistentes han consumido una droga experimental que los convierte en zombis antropófagos. Esta premisa, que por cierto ya se había explotado de forma casi idéntica en la mucho menos destacable Return of the Living Dead: Rave to the Grave (2005), se convierte en un discurso de sátira recurrente sobre las drogas que impregna prácticamente todo el metraje incluso antes de que comience la película en sí: no más comenzar la cinta, asistimos a un momento en que uno de los actores, Sajid Ali Khan, lanza un discurso contra el cigarrillo y habla de su experiencia como fumador, presagiando el momento en que aparecerá un cartel en pantalla advirtiendo sobre los peligros de la adicción cada vez que alguno de los personajes salga bebiendo o fumando. Esta práctica termina obviamente convirtiéndose en un chiste e ironizando sobre el supuesto tono pedagógico de una película llena de tiros, falsos acentos rusos, y por supuesto cadáveres ambulantes que devoran carne humana.
Al final la principal baza que tiene a su favor Go Goa Gone es que con todo y su ligereza es una película muy divertida que tiene algunos momentos muy buenos, como por ejemplo todo lo concerniente a la manera en cómo los zombis son derrotados. Aunque el estilo de comedia que maneja es muy convencional, tiene la ventaja de contar con un elenco muy carismático, no sólo los chicos protagonistas sino también el propio Sajid Ali Khan, quien tiene el que sin duda es el personaje más memorable de la cinta. Esta es una de esas que muy probablemente no va a cambiar la vida de nadie, pero que es sin duda superior a la mayoría de las repetitivas comedias zombífilas que nos hemos tenido que tragar en los últimos años.
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