Cambiando radicalmente el discurso de su anterior capítulo, Carpenter se va esta vez por los derroteros de un horror más convencional al narrar el acoso que sufre una joven dentro de una clínica de abortos asediada por su desquiciado padre y sus no más equilibrados hermanos, todos ellos armados hasta los dientes y con ganas de montar un barullo. Y es que el padre cree que Dios mismo es quien se ha encargado de impregnar a su pequeña, y está dispuesto a todo para que el retoño nazca sin problemas. La verdad es que la hija ha sido embarazada por fuerzas mucho más oscuras, hecho que se evidencia en la asombrosa velocidad con la que se desarrolla su gestación.
Prácticamente todos los elementos que hacían de Cigarette Burns una obra maestra se han ido al traste en Pro-Life. De entre todos sus despropósitos, sólo la presencia del siempre grande Ron Perlman logra levantarlo un poco del suelo, pero del resto prácticamente nada se salva. La historia es de una dispersión narrativa impresionante (al principio creemos que los jóvenes médicos de la clínica de abortos son los protagonistas, cuando en realidad apenas tienen importancia), una dirección nula y, sobre todo, una estética que le da una pinta barata en el peor sentido posible. El toque de Carpenter no se ve por ningún lado, y por el contrario, el episodio trata de impactar por el camino fácil de un gore tan desproporcionado que resulta inverosímil y ridículo. Para el momento en el que llega el clímax de la historia, la presencia del demonio responsable de la trama y su pequeño retoño infernal es cutre hasta más no poder, y salvo una ligera referencia a La cosa (1982), no hay absolutamente nada que destacar. El monstruo en cuestión, además, está muy por debajo de los estándares a los que nos tienen acostumbrados Berger y Nicotero, ya que su criatura es literalmente un hombre enfundado en un traje de látex que canta por todos lados, y para colmo, sus apariciones están ralentizadas, lo que lo convierte en algo casi ridículo e infantil.
Asimismo, aquellos que pensaran que verían acá una sátira sobre el tema del aborto (y sus correspondientes legiones de fanáticos a un lado y otro de la valla de la polémica) quedarán aún más defraudados. En Pro-Life sólo hay un exploit superficial, un Carpenter en modalidad de piloto automático, una decepción en toda regla. Y eso, viniendo de quien viene, es lo más grave. Vaya lástima comenzar el año así.
Vaya... Se te echaba de menos y cuando contentos vemos que vuelves, lo haces con malas noticias...
ResponderEliminarPues es una pena. El otro día veía Starman en algún canal de estos de televisión digital y recordé los buenos ratos que me ha hecho pasar Carpenter y su cine, y la verdad es que han sido muchos.
ResponderEliminarNo he tenido todavía la suerte de ver Cigarrette Burns (a ver si algún canal, aunque sea de pago, tiene a bien estrenar la serie de una vez) y menos esta nueva entrega, pero por lo que argumentas en tu reseña creo que no tendré mucha prisa en verla. Lo que decía, es una pena que grandes como Carpenter terminen haciendo películas prescindibles como esta para poder seguir rodando. Esperemos que se recupere.
Pd: por cierto, y ya que estamos, parece que por fin se va a estrenar la serie de Películas para no dormir oficialmente. Será en telecinco ésta temporada)
Un saludo,
Barry Collins
Yo la ví con cierta expectativa, puesto que había leído una reseña favorable(!) y esperaba logicamente algo muy distinto. Curiosamente esa reseña decía que estaba al nivel de Pro Life.Realmente mis ojos no daban crédito a la porquería que resultó el episodio, con un guión absolutamente delirante e infantil. Los personajes parecen sacados de una serie B de los 80, pero de las malísimas, como R.O.T.O.R.Nada tiene sentido, ni las cabezas que estallan (¿eran armas de fuego o bazookas?), ni los motivos de los personajes. Y con una de las escenas de peor mal gusto (la del "aborto" al médico) que he visto en mucho tiempo, no por asquerosa sino por ridícula. Es realmente extraño como una misma persona (lo mismo le pasa a Hooper) puede hacer una cosa brillante o la porquería mas infecta.
ResponderEliminarFeliz reencuentro después de las navidades!
ResponderEliminarUna cosa Hombre Lobo, a pesar de blogger beta tus actualizaciones salen ya en Bizácoras??
Es que nos acaban de añadir a la lista pero nuestros post no aparecen.
Saludos!
Pues yo aun ni he visto el anterior de la serie dirigido por Carpenter. Es de los pocos que no he visto de la primera temporada puesto que la copia que consegui no se veia. Ahora que la temporada esta en DVD lo tendre mas facil para echarle un vistazo.
ResponderEliminarEl argumento de esta Pro life no pinta mal, aunque todo sera verla para ver si es tan decepcionante como comentas.
Martin Buber escribió un libro que se llama “Eclipse de Dios”. Uno de sus capítulos se titula “sobre la suspensión de lo ético” y hace referencia, Kierkegaard mediante, al momento en que Abraham escucha la voz de Dios pidiéndole el sacrificio de su hijo. La suspensión teológica de lo ético.
ResponderEliminarCarpenter, creo, nos sugiere una reflexión sobre el mismo tema propuesto por Buber utilizando el personaje de un fanático que cree escuchar la voz de Dios... ¿y si no fuese la voz de Dios sino la del diablo la que creemos escuchar a menudo?.