domingo, diciembre 17, 2006

Reseña: En la boca de la locura (1994)

Para el que esto escribe, John Carpenter y Brian de Palma tienen una cosa en común: al igual que el director de Carrie (1976), el genio de JC parece irse siempre a los extremos. Cuando se va por el camino fácil en modalidad de piloto automático, el resultado es por lo general desastroso. En cambio, cuando aplica todo su genio e inspiración, John Carpenter es capaz de realizar auténticas obras maestras que nos recuerdan otra vez por qué es uno de los autores de terror más importantes del cine. Por fortuna para nosotros, En la boca de la locura (1995) pertenece a esta segunda categoría. Parte final de su "Trilogía del Apocalipsis", se trata no sólo de un producto inquietante, inteligente y efectivo, sino que es considerado por muchos uno de sus mejores trabajos, junto con Halloween (1978) y La cosa (1982). Para mí es, además, el último gran largometraje de Carpenter, de quien todavía espero un regreso triunfal a la gran pantalla.

Conocida en España con el título de En la boca del miedo (una vez más, he decidido titular la reseña con el nombre puesto en Hispanoamérica), la película cuenta la historia de John Trent, un cínico y hábil investigador de seguros que es contratado para localizar el paradero del escritor Sutter Cane, el mayor best-seller de novelas de terror de todos los tiempos, y que ha desaparecido misteriosamente en la víspera de la entrega de su nuevo libro, que muchos califican desde ya como su obra maestra. Trent, que al principio cree que toda la misión no es más que un truco publicitario por parte de la editorial, se compromete a encontrar a Cane y al manuscrito a cualquier precio. Es así como, revisando la obra escrita del autor (que es capaz, al parecer, de provocar arrebatos de locura entre sus fans), Trent siga su pista hasta el remoto pueblo de Hobb's End, donde se topa de bruces con un mundo de horrores que demuestran que la obra de Cane, ese universo poblado de maníacos asesinos, sectas demoníacas y monstruos de otras esferas, es más que letra muerta sobre papel.

La mayor virtud de En la boca de la locura es el juego mental que ofrece con el espectador. Desde el principio de la película (Trent cuenta la historia desde un manicomio) se nos ofrece el panorama de un escritor cuyo talento es capaz de cambiar la realidad. Este concepto, plasmado a través de un número de situaciones en las que Trent se ve envuelto, hace que dudemos en todo momento de aquello que estamos viendo. ¿Es real la experiencia que el protagonista está viviendo o se trata simplemente de los desvaríos de un loco? ¿Es casual lo que le ocurre a John Trent, o toda su vida forma parte del plan maestro de un autor con una conección especial con otras dimensiones? ¿Es real aquello que ve o sólo parte de la ficción hábilmente construída por un demiurgo demente?

Aparte de esto, resulta obvio que Carpenter ha bebido de numerosas fuentes a la hora de elaborar su relato. Lugares, situaciones y personajes son más que evidentes guiños de un gran número de piezas referenciales del terror (el mismo personaje de Sutter Cane está, según comenta el propio Carpenter, ligeramente basado en su amigo Stephen King), pero hay una que destaca por encima de todas: el oscuro mundo del escritor norteamericano H.P. Lovecraft. Con sus constantes referencias a los Antiguos, sus monstruos indescriptibles, y su atmósfera de decadente pueblo maldito, no es exagerado decir que En la boca de la locura es una de las cintas más "lovecraftianas" que existen, si bien no está realmente basada en ninguna de las obras del febril autor de Providence. Además, el recurso meta-ficcional del libro maldito que sirve como puerta a un mundo desconocido era una de las temáticas favoritas de Lovecraft, sólo que en esta película Carpenter lo extrapola hasta convertirlo en un juego formal magnífico que introduce al espectador directamente en la ficción y convierte a ambos, película y público, en un par de espejos confrontados, concepto que retomaría con su primera aportación para Masters of Horror, Cigarette Burns (2005).

En lo que se refiere a las actuaciones, Sam Neill se encuentra cómodo en el papel principal de John Trent, ya que el carisma del actor irlandés resulta idóneo para un personaje calculador y frío como este. Julie Carmen, su compañera de investigación, resulta bastante sosa (ya sabemos que a JC no se le dan muy bien los personajes femeninos), pero quien realmente se lleva el gato al agua es el actor alemán Jürgen Prochnow, que encarna a Sutter Cane a la perfección. Su tiempo en pantalla es mínimo comparado con el resto del elenco, pero en lo que Prochnow aparece acapara la atención de todos, Su escritor/demiurgo es a la vez fascinante y terrorífico, y su participación y revelación última da cabida a uno de los finales más soberbios de toda la filmografía de John Carpenter.

Lo único que, en mi opinión, la falta para ser perfecta es otra banda sonora, ya que las melodías de heavy-metal me parecen un tanto forzadas y anacrónicas. Mucho mejor hubiese sido que Carpenter se decantara por una música de su propia autoría, sin duda mucho más apropiada. Del resto, no queda más que recomendar hasta la saciedad una de las mejores piezas de uno de los grandes de nuestro tiempo.

17 comentarios:

  1. Anónimo11:05 p. m.

    Uno de los motivos por los que me había hecho asiduo lector (que no comentador) de esta página era que aquí a las películas se les llamaba películas, y no filmes ni chorradas varias. Por favor, corre a vacunarte y no permitas que llege hasta ti la epidemia.
    Por cierto, ¿qué pasa con Masters Of Horror, que ya van por el séptimo episodio y sólo has comentado cuatro? Mi bajo nivel de inglés hace que tu comentario me ayude a seguir mejor el episodio y empiezo a retrasarme.
    Sólo una cosa más para despedirme: ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

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  2. Tienes razón, Black Queen. ¿Cómo pude haber caído tan bajo, especialmente después de todas las conversaciones que tuvimos al respecto? En todo caso, desterrada la palabra filme (o film). Sin embargo, otras serán usadas para evitar repeticiones innecesarias.

    En cuanto a Masters of Horror, los tengo vistos hasta el séptimo de momento, pero no he encontrado la manera de plasmar mis opiniones a la pantalla con celeridad. Eso se irá corrigiendo solo.

    Y Feliz Navidad. Ya le comentaré con mi propia voz como van de momento estas primeras navides familiares en cuatro años.

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  3. Para mi gusto, la pelicula de Carpenter mas compleja, puro discurso metalingusitico para aquel que este dispuesto a escucharlo.

    Y los juegos con la literatura de Lovecraft son una delicia: estructura, personajes, localizaciones, fobias y filias... incluso el propio titulo, que hace referencia a "At The Mountain Of Madness".

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  4. Anónimo9:57 a. m.

    ¿Que puedo decir?. Desde que Sutter Cane empezara con las novelas no pude volver a ser el mismo. Ese pueblo maldito fue adueñandose de mi hasta que hizo salir mi locura. Lo mas curioso es que es mi pelicula favorita de terror, que coincido con casi todo lo que aqui expone hombre lobo y que, como he dicho "casi", lo unico en lo que no estoy de
    acuerdo es en lo de la banda sonora, que en mi opinion si queda bien.

    Ah! ¿un 4,5? NO! un 5!

    Firmado: John Trent (que sigue sin poder firmar como tiene que ser...)

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  5. Ya lo he comentado alguna vez. Vi casi seguidas "En la Boca de la Locura" (estoy de acuerdo con vd. en eso de las traducciones hispánicas) y "Event Horizont", y durante mucho tiempo me fascinó la capacidad de Neil para el horror. Luego se perdió en cintas (le gusta el sinónimo) para la tv de baja estofa...

    En fin...

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  6. Anónimo5:06 p. m.

    Una excelente y compleja película que aprovecha muy bien el metalenguaje y que se emparenta con el imprescindible capítulo "Cigarette Burns" de Masters of Horror. De lo mejor del tito Carpenter.

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  7. Muy de acuerdo en lo de la banda sonora. En su día me pareció uno de los puntos a favor, pero en un revisionado me chirrió bastante.

    Por cierto, que le pasa a la palabra 'filme'?? Maldita sea yo la uso a menudo :-P

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  8. Lo de la palabra filme es un chiste privado (de gracia) entre el señor Black Queen y yo. Debe entender, señor Mario, que entre los que hemos padecido eso que llaman estudios de Filología, se puede desarrollar una aversión a todo lo que medio suene "intelectual".

    Por supuesto, ese no es su caso ;)

    Saludos.

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  9. Filme es una buena palabra. Tambien se puede decir cinta, obra o, en un caso supino de pretenciosidad, muestra de celuloide.

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  10. Anónimo12:57 p. m.

    Jeje, menos mal. Asustadísimo que estaba.
    Lo más lejos del gafapasta, vade retro!!

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  11. Totalmente de acuerdo. Una de las mejores y menos conocidas obras del grandísimo Carpenter, y prácticamente una de sus últimas obras maestras. Extraña, compleja y llena de detalles cinéfilos (como el resto de la obra del director, por cierto) es una película que vi un día de esos aburridos que todos tenemos en algún momento (cuanto tiempo hace que no tengo tiempo ni para aburrirme...) y que resulto toda una soberana sorpresa.
    Muy buenas. La película y la reseña.

    Un saludo,
    Barry Collins

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  12. Por cierto, la peli, estupendosa.

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  13. Aquí pasan cosas raras.... Se ha comido mi primer mensaje en el que disertaba sobre los gafapasta y mi apoyo de la palabra film frente a otros sinónimos de película como cinta.... Maldito blogger.

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  14. Totalmente maligna y chtulhiana. Me encantó.

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  15. La vi hace unos años, y me resultó entretenida pero se me hizo algo pesada.
    Yo le daría un 3/5.

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  16. Anónimo1:07 a. m.

    Joder!!!!

    Puto peliculón!!! Licántropo... Estoy completamente de acuerdo en que la música es muy anacrónica y tal... Pero macho, por el resto se le excusa y se le concede la perfección, ¿no?
    Yo es de lo mejorcito que he visto en el género, a la altura del exorcista(y ya es decir).
    Pa mí que tiene el 5 y con matrícula...

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  17. Una Gran Película, lo de la banda sonora a mí me parece que le cae a pelo, es sin duda alguna genial al igual que la cinta, un delirio total, que ya no sabes que es real y que no...

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