Por sexta vez, el director japonés Takashi Shimizu aborda el tema de su saga de cabreados fantasmas nipones con The Grudge 2 (2006), última bastardización del japo-terror que lleva un par de semanas en cartelera. La insistencia de Shimizu en este tema hace tiempo que ha dejado de molestarme, no sólo porque soy un admirador irredento de esta película, sino porque he terminado de reconocer que no es algo que no hayamos visto antes (porque, siendo sinceros, ¿alguien puede decirme que las enésimas partes de Viernes 13 o Pesadilla en la calle Elm no eran, en el fondo, la misma película?). En todo caso, es de admitir que, por esta vez, Shimizu parece haber girado al menos un poco el volante, ya que esta película no es, ni mucho menos, un remake de Ju-On 2 (2003), sino una historia "nueva" que continúa la trama esbozada por The Grudge (2004) casi desde el momento en que esta termina.
Mucho más que la parte anterior, The Grudge 2 se guía por el esquema formal de presentar varias historias intercaladas en un desorden temporal, de la cual la más importante es la de Aubrey Davis (Amber Tablyn), quien viaja a Tokio para traer de vuelta a su hermana Karen (una Sarah Michelle Gellar retomando brevemente su papel de la primera parte), sólo para encontrarse de bruces con la leyenda de una de las casas más embrujadas de todo Japón, habitanda por los espíritus de Toshio y Kayako, irrefrenables en su sempiterna furia. Esta trama se entrelaza con la de un trío de chicas de instituto que cometen el error de poner pie dentro de la casa donde fueran asesinados estos espíritus vengadores, así como la historia de una familia americana (en Estados Unidos, no más) que poco a poco comienza a notar la presencia de una fuerza maligna que se apodera de su viejo edificio de apartamentos. Por medio de Aubrey, sin embargo, terminamos averiguando más sobre los orígenes de Kayako y la razón verdadera de la maldición que acosa a todos los que pongan pie en su antigua morada.
Si el que lee estas escuetas líneas es uno de esos que se sintieron fascinados con las encarnaciones anteriores de esta saga, entonces no hay desperdicio posible, ya que The Grudge 2 prácticamente agota las salidas más surrealistas al horror producido por sus fantasmas, incluso en las situaciones más inesperadas. La sensación de no estar salvo en ningún lugar y en ningún momento es llevada hasta el paroxismo, aunque es evidente que la fórmula empieza ya a agotarse después de haberlo visto tantas veces. Sin embargo, algo que jamás le he podido negar a Shimizu es la capacidad que para mí tiene de producir un terror puramente orgánico y sensorial, aún cuando su propuesta rompa todos los cánones de la lógica. Esto no me molesta, sino todo lo contrario, ya que el de terror es (para mí) un género de sensaciones, no de intelecto. Aunque claro, teniendo esto en cuenta, es lógico que esta sensación sea completamente subjetiva; si piensas que la imagen del niño abriendo la boca y maullando como un gato es cosa de risa, entonces simplemente no eres el público al que esta cinta está intentando llegar. Por mi parte, Shimizu las tiene ganadas conmigo no sólo gracias a esta saga, sino también con otras películas que por desgracia no han tenido tanta repercusión en nuestro lado del mundo, como Marebito (2004) o Reincarnation (2006), cuyo desconocimiento hace creer al espectador promedio que el director japonés es un perro de un solo truco.
Ciertamente, The Grudge 2 no está realizada con la maestría de su homónima japonesa, y no faltarán voces que se quejen de la evidente explotación que hace su director del tema, pero aún así pienso que no es una película que merezca pasar desapercibida. Tiene lo que su antecesora americana no tuvo: la valentía de despegarse del original, pero al mismo tiempo consigue lo que este ya nos había mostrado en su climático desenlance: la certeza ineludible de que el Mal que se ha desatado en aquella casa es indetenible e inexorable, y que la furia de Kayako no conoce límites ni fin. Si la ficción imita a la realidad, entonces estos fantasmas seguirán viniendo a por nosotros una y otra vez, y nunca podremos deshacernos de ellos. Si esto es una buena o una mala noticia, eso es algo que tendrá que decidir cada quien. Mi respuesta ya la conocen.
Estooo...
ResponderEliminar[..]The Grudge 2 no está realizada con la maestría de su homónima japonesa[..]
No es por ser puntilloso, pero "La Maldicion 2" (Japan Version para que nos entendamos) pegaba un bajon fortisimo respecto a la primera en la mayoria de los apartados tecnicos, empezando por la fotografia (yo llegue a pensar que se trataba de un 'direct to video'), asi que yo esperaba como agua de mayo la version americana para ver si se corregia este defecto, pero si ya me dices que no es asi, no se si llegare a pisar las salas del cine...
Por cierto, la mayoria de las partes de "Pesadilla en Elm Street", a diferencia de otros Slasher, si que tienen identidad propia y algunas, por lo surrealistas, rayan el sobresaliente (como "The Dream Master")
La culpa es mia, ya que no quise referirme a una cuestión meramente técnica; la verdad es que tanto la primera como la segunda de las versiones americanas superan en "pulcritud" a las originales, pero en mi opinión, no tienen tanta fuerza. De todas maneras, yo diría que si las anteriores te gustaron, le dieras una oportunidad a esta, ya que está al menos más lograda que aquella que tenía de prota a Sarah Michelle Gellar.
ResponderEliminarAh, y en cuanto a la saga de "Pesadilla en Elm Street", yo destacaría "New Nightmare". Las demás, por desgracia, eran un eterno exploit del personaje. Y ojo, no me quejo: tanto esta saga como la de "Viernes 13" son piezas de culto para mi.
Un gran saludo.
"New Nightmare" fue una pelicula incomprendida en su dia y supuso un fracaso comercial (en principio), aunque injustamente, porque es una pequeña joyita articulada alrededor del solipsimo (tema que trataria JC un año mas tarde, y con mayor fortuna, en "la boca del miedo") al mismo tiempo que, estructuralmente, una revision de la primera (que retomaria posteriormente en "Scream" de una manera bastante mas ambiciosa, porque se atrevio, no solo con una pelicula, sino con todo el subgenero).
ResponderEliminarPor cierto, que tras el estreno de Scream, empezo a funcionar tremendamente bien en el circuito de video, convirtiendose en una de las secuelas mas lucrativas.
Dejando a un lado el tema de los slashers (que me encantan), quiero decir que la saga de [b]"Ju-On"[/b] son las unicas peliculas que han logrado asustarme de verdad (a veces recuerdo los filmes en la noche y no puedo dormir) y esto incluye al irregular remake. Por lo tanto espero ansioso que esta pelicula llegue a Colombia (Donde se estrenara "Ju-On 2" a finales de mes) para reseñarla en mi blog tambien.
ResponderEliminarMe resultaron curiosamente parecidas ambas películas, la asiática y la americana, pues en las dos una multitud chillona le quitaba todo el efectismo al invento.
ResponderEliminarAparte de eso, esta versión me resultó más clara argumentalmente y tiene un buen par de escenas de esas que no te dejan dormir luego bien del todo. Pero se pierde el sentido onírico y confuso de la original, que para mí era el mayor atractivo de la cinta: no entenderlo todo crea más angustia.
"si piensas que la imagen del niño abriendo la boca y maullando como un gato es cosa de risa, entonces simplemente no eres el público al que esta cinta está intentando llegar"
ResponderEliminarAhí le has dado en el clavo.
En la sesión a la que asistí la gente se descojonaba con el viejo que le hace muecas al niño...
Uno de los momentos más terroríficos, al menos en la versión original.