Si dudábais como yo acerca de echar un vistazo a Apollo 18 (2011) es hora de dejar los prejuicios atrás y darle una oportunidad. Si bien es cierto que esta cinta americana dirigida por el español Gonzalo López-Gallego representa el enésimo ejemplo de esta ya fastidiosa tendencia del falso documental o "metraje hallado", no es menos cierto que al menos es de las más eficientes de dicho estilo, sobre todo debido a su gran sencillez argumental y el buen uso que hace de los recursos, siendo el último de ellos (curiosamente) el formato narrativo que se ha escogido. Trataremos de ahondar en esta idea en los siguientes párrafos.
Siguiendo esta premisa, la idea de situar una película de terror de este tipo en el espacio es buena y tanto López-Gallego como los guionistas Brian Miller y Cory Goodman dan en el clavo al retratar de manera muy eficaz el ambiente de soledad y aislamiento absoluto de la misión. Pero ojo: dicha atmósfera es lograda no gracias al recurso narrativo del metraje hallado sino debido al uso de componentes básicos de la ambientación, contraponiendo las imágenes del apretado pero familiar y seguro entorno de la nave y la vastedad inmensa y amenazante de la superficie lunar. Esta idea de la soledad aplastante y del astronauta que se enfrenta a lo desconocido está muy bien lograda y emparenta a la película con la también reciente Moon (2009), de Duncan Jones, la cual si bien es muy diferente sí que comparte similitudes acerca del efecto que crea en el público el paisaje escogido para la trama. Esta idea de la Luna como un paraje enorme y desconocido tiene mucho más peso en sí misma que la estética de registro audivisual; de hecho el recurso del metraje hallado se olvida tras pasar poco tiempo de metraje, y la película está montada de una forma tan dinámica y con tantas "cámaras" y perspectivas diferentes que al final termina pareciéndose mucho a una narración convencional.
Tampoco se trata de la película definitiva del género falso documental ni mucho menos, y tiene el problema que suelen tener muchas de estas producciones al tardar en arrancar y ser bastante aburrida en su tramo inicial, pero una vez que comienza realmente el terror la cosa mejora mucho y logra dar el componente de terror atávico del Alien (1979) de Ridley Scott de una forma muy sutil pero llena de sustos genuinos y momentos francamente siniestros que hacen del viaje espacial una experiencia genuinamente aterradora. Aquellos que estén cansados ya de esta nueva moda narrativa de cintas encontradas harían bien en acercarse a Apollo 18 y dejarse llevar por una cinta particularmente bien hecha, sencilla pero efectiva en la nada difícil tarea de hacer cine de terror de ambientación espacial. Bastante recomendable.
La tengo en mi lista para ver, pero lo cierto es que hace ya un par de meses que no voy al cine y aun no he tenido oportunidad... Siempre me ha parecido que el espacio es una buena ambientación para el terror, como también el fondo del mar, pero lamentablemente no hay muchos ejemplos de ello... Ahora solo recuerdo Alien, Horizonte final y Profundidad 6, para la submarina.
ResponderEliminarY a quién le importa lo que hagas o no. Huevorretas
EliminarAh! Y Pandorum, que tampoco estaba mal del todo.
ResponderEliminarvientos si la quiero ver :D
ResponderEliminarYo he visto esta la semana pasada y me ha descepcionado enormemente. No solo tarda en arrancar y aburre enormemente, sino que aparte el "terror" que persigue a los personajes es terriblemente predecible y poco terrorifico
ResponderEliminarPara mi no valio la pena aguantar la priemra media hora de aburricion
Sinceramente me parece una pelicula patética.
ResponderEliminarNo tiene argumentos sólidos para darle una crítica positiva, al menos desde mi punto de vista.
No coincido contigo en cuanto que es simple, más bien me parece simplona y mal reseulta.
Es malisima.
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