domingo, marzo 22, 2009

Reseña: Demons (1985)

A diferencia de la mayor parte de mis conocidos, mi primer visionado de Demons (1985) se realizó bastante tarde, cuando ya había pasado ante mis ojos un gran número de películas deudoras de la que es probablemente una de las más mentadas historias de terror del cine de género italiano. Escribir sobre ella aquí es más consecuencia de una referencialidad obligada que de una necesidad, puesto que ya se han escrito y se seguirán escribiendo miles de reseñas sobre ella, muchas incluso más completas que esta. De todas formas, para los pocos iniciados que pueda seguir habiendo por allí, la película trata sobre un grupo de gente que se reúne en un antiguo teatro de Berlín-Oeste para asistir al pre-estreno de una película de horror por completo desconocida. Durante la proyección de la cinta (que trata de la invasión a nuestro mundo por parte de una horda de seres demoníacos) se produce la entrada de unos auténticos demonios infernales, revelando así que la función no era más que una trampa tendida a las potenciales víctimas.

Demons fue producida por Dario Argento, quien por aquella época deseaba tener su propio éxitazo en la onda de El amanecer de los muertos (1978), con la que esta película comparte su situación de estado de sitio y su estructura dramática de variopintos personajes unidos por una amenaza común. Argento, un hombre que en mi opinión tiene mejor ojo y mayores aciertos como productor que cuando se pone él mismo detrás de la cámara, pone al mando en esta ocasión a Lamberto Bava, quien lleva a la pantalla una película que sabe ponerse a la altura del legado de su padre, obteniendo así uno de sus mejores trabajos. El resultado es una serie B auténtica tanto en espíritu como en formas, una que, al igual que The Evil Dead (1981) (una de sus mayores y más evidentes influencias), resulta todo un triunfo del estilo sobre la lógica, del aprovechamiento de una situación para llevar a buen resultado todo el potencial imaginario de un tema tan gastado como puede ser el de las posesiones. De hecho, y aunque lo que ocurre en la película no tiene mayor explicación que la necesaria, hay diversos guiños a lo largo de varias escenas que dan pistas al espectador para un juego de referencias entre el hecho ficcional y el real, dando paso a una contraposición de planos narrativos al menos interesante.

Ejemplo de esto es el momento en que vemos que uno de los actores de la misteriosa película que se proyecta en el teatro es el mismo joven que repartía las invitaciones en la calle, hecho del que ninguno de los presentes parece darse cuenta pero nosotros como público sí. De la misma forma, el recurso narrativo de la "película maldita" se da únicamente en el juego con el espectador, en el sentido de que no es la película en sí la que abre paso a la masacre del teatro (hecho curioso que no todo el mundo recuerda), sino la "infección" de uno de los espectadores a causa de un artefacto ancestral. El resto no es más que una excusa muy bien tramada para el regodeo en momentos que son el auténtico objetivo de la película, como el héroe intrépido montado sobre una moto y esgrimiendo una katana mientras la chica a proteger se aferra sus espaldas. En mi opinión, el único fallo de la película reside en aquellas escenas que transcurren fuera del teatro y que rompen la unidad argumental de la historia, alargando innecesariamente el metraje con el único objetivo (al parecer) de traer más víctimas para que sean pasto para los demonios.

Se dice muchas veces que el tramo final de Demons carece de lógica alguna, y razón no falta para creer ello. Sin embargo, lo que realmente descoloca de dicho desenlace es el descubrir, como espectadores, que aquel Apocalipsis que se nos presenta poco o nada ha tenido que ver (al menos aparentemente) con la trama desarrollada dentro del teatro, sino que esta no ha sido más que una distracción pasajera del auténtico horror que tomaba lugar en el exterior. La imagen final en este sentido es gloriosa porque abre la puerta a una nueva "realidad" que puede presentarse en forma de secuelas, pero que resulta mucho más efectiva como coda final. Es lo que intentó hacer en su momento Robert Rodríguez, aunque la peripecia de Lamberto Bava resulta a todas luces superior, muy superior.

7 comentarios:

  1. Anónimo4:33 p. m.

    Pues estoy de acuerdo en varias cositas ... y en otras no.

    Lo que dices de la distracción de lo que "pasa afuera" es muy cierto pero es obvio puente para que al final ocurra lo que ocurra - Aunque me parece maravilloso sobre lo que dices de la "Nueva Realidad".

    Ahora, no etoy seguro si en realidad la intención de Bava Jr. (Y de los escritores Argento, Ferrini y Sachetti) era que Soavi interpretara a un mismo personaje (El muchacho que se infecta de primeras en la película dentro de la película -El hombre misterioso de la mascara), pero creo que hacen parte de ese misterio surrealista que tiene toda la historia: Nunca se explica para nad quien putas es el personaje de Soavi (Lo cual me parece maravilloso), la empleada de verde no resulta ser complice, sabe lo mismo que nosotros, NADA ... y por supuesto, hay un helicoptero. Pero creo que eso es en parte la magia del film, que pasen cosas tan ilogicas como un film de Buñuel (El compañero bloggero Iveldie - quien ahce rato no escucho nada de él - lo compara con EL ANGEL EXTERMINADOR) y que esa magia resida en esa duda que yacera en una sorpresa apocaliptica.

    Creo sin embargo que el puntaje es un poquito alto, pero no me disgusta para nada que haya gente (Mucha egente que la adore - a mi me gusta mucho) ... Pero eso si, Argento tambien es una maravilla detras de la camara.

    Ahora ... la escena de la moto, la chica aferrada, los demonios atacando y el FAST AS A SHARK de Accept ... ES UNA PUTERIA! ME ENCANTA!

    Criss Cross

    ResponderEliminar
  2. No la he visto. Pero tu analisis es excelente y un referente cuando compro peliculas o las veo. La puntuación me sorprende por lo que pronto la conseguiré y la comentaré más a fondo. Lo que si se es que Argento en la producción y Brava en la diercción es calidad y propuesta interesante.

    ¡Saludos, como siempre desde México!

    ResponderEliminar
  3. Una peli mítica, sin duda. Y esa banda sonora con Accept es de las que hacen época!

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. El problema es que el Apocalipsis final no se da en las escenas exteriores al teatro, sino que simplemente "aparece" con la irrupción del helicóptero. Hubiese sido mucho más efectivo que toda la acción hasta entonces se desarrollara dentro del cine.

    Lo que no quita que la película siga teniendo una fuerza que ya quisieran muchos exponentes similares hoy en día.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo4:59 a. m.

    Por lo que recuerdo, me parece que el ciego cornudo es el que lleva la infección "demoñaca" al exterior (ataca a los policías en el callejón). A partir de ahí, se supone que comienza la expansión along the city.

    ResponderEliminar
  6. Anónimo4:00 p. m.

    Los pijos que coparon los asientos del paso de Demons en Madrid.
    http://pablobartolome.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  7. Anónimo12:30 p. m.

    La película tiene su encanto, que tiene a la máscara demoníaca cogida de la mano del caballero en la moto como punto de partida del horror, empezando por la chica que se la puso y que al quitársela se arañó y que más tarde ella misma, ya convertida en monstruo, extiende el terror a los demás espectadores.El argumento de la segunda parte ya no es tan verosímil ni de lejos, el demonio saliendo de un televisor,ése es sin duda el mayor error garrafal de la segunda parte.

    ResponderEliminar

Información básica sobre Protección de Datos

Los datos que proporciones en este formulario son recopilados y almacenados por el administrador de este blog con el único fin de moderar los comentarios a los artículos publicados. No se comunicarán datos a persona u organización alguna. Tienes derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos en cualquier momento.

Al comentar en este blog aceptas nuestra Política de privacidad

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.