lunes, enero 09, 2006

Reseña: El hombre-lobo de Londres (1935)

Teniendo cuidado de no confundirla con el título similar de John Landis, la película El hombre-lobo de Londres (1935) puede ser vista como un buen plato adicional de lo que fue la época de los monstruos clásicos de Universal Pictures durante los años 30 y 40. Se trata asimismo de la mejor cinta de licántropos hecha en ese entonces por el estudio, hecho curioso si se toma en cuenta que no contaba con ninguna gran estrella que lucir en el reparto. Quizás allí radica su éxito, ya que al no poder ondear la bandera de ningún "nombre", la película podía centrarse más en crear una atmósfera y desarrollar unos personajes, que sin duda se habrían visto eclipsados por la presencia de rostros tan carismáticos como el de Lon Chaney Jr, auténtico acaparador de transformaciones licantrópicas varios años más tarde.

Lo cierto es que esta película ya contaba con varios de los elementos que harían de este tipo de cine algo muy exitoso, si bien los clásicos elementos de la mitología del "hombre-lobo" (mitología que, por cierto, es enteramente cinematográfica, por lo que no es arriesgado decir que el licántropo es una bestia parida por el mundo del cine) aún no están presentes en su totalidad. Sin embargo, se agradece una historia compleja y ambiciosa para los estándares serie B del estudio: Wilfred Glendon, afamado botánico inglés, recorre el Himalaya buscando un ejemplar de una rara planta que sólo florece a la luz de la luna. En el trayecto, es atacado por un hombre-lobo, que le deja de recuerdo una mordida en el brazo. A su regreso a Londres, Wilfred es visitado por el misterioso doctor Yogami, científico como él, que afirma haber sido el responsable de su ataque en los montes del Tibet. Yogami le advierte que la luna llena le convertirá en licántropo y le obligará a matar, a menos que él le ayude a elaborar un antídoto a partir de la planta que guarda celosamente. Por supuesto, Wilfred no presta oídos a su sugerencia, creyendo que se trata de un rival más que ansía robarle su descubrimiento. A partir de allí comienza la transformación de Wilfred en una peligrosa bestia, y su situación empeora cuando Yogami roba la preciada planta, dejando al protagonista inmerso en un problema que no parece tener solución.

El hombre-lobo de Londres fue producida por Carl Laemmle, quien tuvo a su cargo varios de los diferentes productos de terror de la Universal por esa época. También contó con las artes del maquillador Jack Pierce, auténtico pilar de los efectos especiales y creador de prácticamente todos los maquillajes de monstruos del estudio. Pierce, sin embargo, no desarrolla aquí el concepto del hombre-lobo en todo su potencial, manteniendo el maquillaje del protagonista al mínimo, si bien su transformación resulta bastante ingeniosa. En términos actorales, Henry Hull es más que correcto como Wilfred Glendon (aunque su parecido físico con Billy Crystal me distrajo en más de una ocasión). Resulta curioso que la historia de este hombre-lobo londinense parezca una variación de El doctor Jekyll y Mr. Hyde, historia con la que guarda grandes paralelismos. Después de todo, la bestia en la que se convierte Wilfred es un asesino sediento de sangre, pero que no esta exento de racionalidad, ya que al menos es lo bastante inteligente para operar maquinarias complicadas y hasta calzarse capa y gorro antes de salir a matar. Sus crímenes también parecen (en cierta medida) guiados por un esfuerzo consciente: el doctor Yogami, entre sus numerosas revelaciones, le advierte a Wilfred que a menos que logre matar a por lo menos una persona cada vez que se transforme, su cambio se hará permanente.

Pero de la misma forma, esta película introduce conceptos muy interesantes que, curiosamente, no serían explotados hasta muchos años después, como por ejemplo el del hombre-lobo como símbolo de la desbocada sexualidad masculina. No es casualidad que el licántropo prefiera como víctimas a las mujeres, de preferencia (pero no exclusivamente) aquellas de cascos ligeros, a las que no seduce como haría un vampiro, sino a las que toma a la fuerza, generalmente destrozándolas después. Esta naturaleza brutal, que contrasta radicalmente con aquella del frío y racional científico, es la que desencadena la locura de Wilfred, quien progresivamente se siente alejado de aquellos a los que ama, especialmente de la esposa que cada vez más se aparta de sus manos. Como nota curiosa, Wilfred toma la decisión correcta en esta ocasión, y para cuando llega el clímax de la película, el resultado es el único posible. ¿Defectos? Quizás un poco de cursilería final (típica, por otra parte, de una gran muestra del cine de la época) y la ausencia de lo que en todo momento esperaba: una confrontación entre los dos licántropos protagonistas. Por otro lado, El hombre-lobo de Londres es una película fundamental para aquellos seguidores de este particular tipo de monstruo, y no sólo por su valor histórico, sino como muestra de lo que es cine con alma propia.

5 comentarios:

  1. Anónimo2:31 p. m.

    Hombre lobo, quería agradecerte el comentario sobre mi artículo de Nausicaä del valle de los vientos.
    Tu blog me gusta bastante, tus reseñas son interesantes y escribes muy bien. No caes en el blog facilón de poner fotitos y copiar un texto que no te perteneces.
    Saludos.

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  2. http://www.youtube.com/?v=V5izU-pAOlI

    Bendito youtube...

    Lo que no se es si realmente merece la pena verla o no. Yo de momento no me he atrevido.

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  3. Marc Jardi: gracias por los cumplidos. En realidad, debo confesar que este blog nace (como muchos otros) de un sentimiento casi narcisista, y es que las películas de terror me han fascinado tanto que quiero repartir mi perotata a todos aquellos que quieran oirla/leerla. Yo también me paso por la casa del señor Yume a diario, ya que al parecer comparte mi gusto por este tipo de cine (cosa que se aprecia incluso en el logotipo de su página).

    Eki: ¡DIOS MIO! Quizás no me creas, pero había escuchado ya sobre esta película, aunque todavía estoy por verla. Y tienes razón, bendito You Tube. De momento no conocía esa fuente de películas de dominio público. Ten por seguro de que pasaré y VERÉ esas películas, para su posterior disfrute y desmembramiento en estas humildes líneas. Gracias por el dato.

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  4. De nada. Todo lo que sea ayudar...

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  5. Anónimo11:42 a. m.

    ¿Cómo se puede descargar el video de youtube?

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