Para el momento en que se publique esta entrada, muy probablemente ya sepamos quienes son los diez nominados al Oscar de Mejor Película del 2010. Y aunque es cierto que tengo muchos años sin ver la ceremonia (la última vez que la ví, y no completa, fue cuando ganó
Titanic), me llama la atención algo que se mencionó
aquí (tendréis que perdonarme; por desgracia no tengo el enlace específico) sobre dichos premios, y es lo siguiente: si bien estos galardones no son indicadores de "calidad", sí funcionan como una guía muy estimable para lo que el
mainstream considera han de ser las líneas a seguir. Esto hace también que, la mayoría de las veces, las virtudes de la Ganadora resulten obsoletas al cabo de muy poco tiempo.
En interés de esta idea aquí están los últimos diez largometrajes que han ganado el Oscar a la Mejor Película, junto con una impresión personal (y por lo tanto subjetiva) de por qué muchas de ellas ya han perdido para mí gran parte de su interés:
2000: American Beauty. Recuerdo cuando esta película se estrenó, salí bastante satisfecho con lo que había visto, pero mantengo mi opinión de entonces en cuanto a que, sinceramente, no dice nada que no haya dicho mil veces (y mejor) la serie Matrimonio con hijos. Hoy en día reconozco que pasa bastante desapercibida. Ese mismo año, por cierto, estuvo nominada El sexto sentido (1999), de M. Night Shyamalan, la cual, independientemente de que merezca o no ser catalogada como "Mejor película", sí ha tenido una influencia mucho más fuerte en el cine mainstream que la ganadora.
2001: Gladiator. Representante de aquella época en la que Russel Crowe estaba de moda. Todavía me parece una película divertida, aunque sus muchos detractores nos lancen la pregunta de si realmente queremos que vuelva el peplum como género cinematográfico de evasión. Yo mientras tanto me sigo preguntando por qué la Academia dio su mayor premio a una película que en el fondo es un blockbuster de verano de esos que por lo general desprecian.
2002: Una mente maravillosa. Una biopic dirigido por Ron Howard en el que no hay elementos disfrutables como enanos hechiceros ni dragones de dos cabezas. Ya eso debería decirlo todo.
2003: Chicago. Os juro que esta película la había olvidado por completo. De verdad. Por más que lo intento no puedo encontrar en ella virtudes que no hayan estado ya presentes en el musical de Broadway que adapta. Y viendo la lista de las nominadas, veo que ese mismo año compitió contra Gangs of New York (1999), Las horas (1999) y El pianista (1999). Personalmente le hubiese dado el Oscar a cualquiera de esas tres antes que al musical de Rob Marshall.
2004: El señor de los anillos: El retorno del rey. A pesar de que se ha vuelto una postura bastante impopular, soy de los que defienden la trilogía de Peter Jackson, y de hecho considero que el género de fantasía necesitaba en aquel momento una película con el alcance de la saga de El señor de los anillos. Sin embargo, no deja de ser cierto que las virtudes de la epopeya de Jackson han quedado opacadas en gran medida por una avalancha de imitadores que, si bien no son directamente responsabilidad del creador de Braindead, sí que han terminado por oscurecer su legado ante gran parte de la crítica por medio de la creación de un estilo de cine de fantasía clónico y desganado que encuentra su clímax en la saga cinematográfica de Harry Potter. Encima, se nota demasiado que la Academia simplemente estaba esperando el final de la trilogía para volcar todos los premios sobre Peter Jackson y su equipo. Con todo y eso, El retorno del rey es una película que todavía puedo ver una y otra vez.
2005: Million Dollar Baby. Otra que me parece ha envejecido un poco mejor, pero que por desgracia también queda opacada por una extraña concepción que se tiene del cine de Clint Eastwood, que lleva a muchos a entronizar cada película que estrena por encima de todas las demás. ¿Alguien se acuerda todavía de esta? No lo sé.
2006: Crash. Sinceramente creo que este es el Oscar menos merecido de esta lista. En vez de una historia sobre el racismo tenemos un monumento a la corrección política que da vergüenza ajena. Mucho mejor hubiese sido entregar el Oscar de ese año a Brokeback Mountain (2005) o Capote (2005).
2007: The Departed. No fueron pocos los que indicaron que el hecho de que Martin Scorsese recibiera un Oscar por un remake de una famosa película oriental que para colmo de males era relativamente reciente mostraba signos de innegable decadencia en el criterio de los responsables de los Oscar. Yo sólo puedo decir que el noventa por ciento de las personas que me dicen algo de esta película lo hacen sólo para decir que la original es mejor.
2008: No es país para viejos. Esta es otra que me gustó en su momento, incluso teniendo en cuenta que mi apuesta para el galardón era There Will Be Blood, que me impresionó mucho más. Con todo y eso me pareció entonces una buena opción. Aunque claro, para mí los Coen todavía no han vuelto a alcanzar los picos de películas como Barton Fink (1991), El gran Lebowski (1998) o El hombre que nunca estuvo (2001).
2009: Slumdog Millionare. Iba a decir algo sobre esta pero honestamente lo he olvidado. Eso os puede dar una idea de lo destacable que considero esta película. Alguien por ahí más sabio que yo la catalogó en un nuevo sub-género llamado "cine ONG", y la verdad es que no puedo pensar nada mejor.
Mientras tanto, y para entretenernos un poco, podéis dejarme vuestra impresión sobre este listado en los comentarios o en
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