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sábado, agosto 31, 2013
Reseña: Jugface (2013)
viernes, agosto 30, 2013
Reseña: Byzantium (2013)
jueves, agosto 29, 2013
Reseña: Haunter (2013)
viernes, agosto 23, 2013
Estoy en el Fantasy Filmfest, no me paséis llamadas
jueves, agosto 22, 2013
Reseña: Hatchet 3 (2013)
miércoles, agosto 21, 2013
Reseña: Vanishing on 7th Street (2011)
Uno de los puntos a destacar es que la película está inspirada en la misteriosa desaparición de la colonia perdida de Roanoke, influencia que la cinta admite abiertamente y a la cual se hace referencia en más de una ocasión. Hay también momentos que remiten a otras famosas historias de cine apocalíptico como La noche del cometa (1984) o la más reciente Pulse (2001), pero su mayor inspiración está sin duda en su tratamiento alegórico de numerosos pasajes bíblicos que la película hace muy evidentes, con lo que la historia, si bien nunca es explicada en detalle, tiene unas connotaciones místicas muy obvias que dejan claro el ángulo puramente sobrenatural de la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas. De todas formas el argumento importa muy poco aquí; a pesar de que la historia está muy vista y que no es nada original, algo que se le da muy bien a Brad Anderson son las atmósferas, y esta no es la excepción. Increíbles imágenes de soledad y un uso muy eficaz del silencio y la penumbra (sobre todo en la secuencia del cine o el clímax de la iglesia) son el alma de la película y muestran cómo el director hace un intento loable por volver a rescatar el ambiente de terror de Session 9 (2001), su primera y hasta la fecha más destacable película.
En realidad debo reconocer que esta película ha terminado por gustarme más de lo que esperaba. Aparte de que la ambientación está muy lograda, me gusta el tono intimista reducido a muy pocos personajes y el ambiente cada vez más reducido de la película, alejado de las proporciones épicas que normalmente tienen este tipo de historias. También me gusta el hecho de que con todo y las obvias referencias bíblicas, la mayor parte de los misterios se dejan sin resolver y los personajes son simplemente piezas menores en medio de una catástrofe que les supera y de la que ellos sólo intentan huir. Los defectos de la cinta muy probablemente vengan de la mano de algunos efectos especiales digitales que en ocasiones rompen la ilusión de la película cuando los actores no reaccionan de forma creíble ante hechos que presencian como la caída de un avión cercano, que apenas causa sorpresa en el protagonista por el motivo evidente de que no la está "viendo" en realidad.
No se puede decir mucho más. Si queréis acercaros a una historia apocalíptica interesante con una atmósfera muy lograda esta película de Brad Anderson es para vosotros. Sus giros narrativos, su manejo de elementos trillados del cine de horror y su pesimismo existencialista no impresionarán a nadie, lo confieso, pero con todo y eso es lo suficientemente interesante para echarle un vistazo, y guarda en su interior algún que otro momento sorprendente en cuanto al destino de sus personajes principales. No esperéis, eso sí, mucho más; está claro que Anderson tiene trabajos mejores.
martes, agosto 20, 2013
Reseña: Detention (2011)
Superficialmente Detention presenta el típico triángulo amoroso de las películas de instituto, uno que en este caso se ve interrumpido por la presencia de un misterioso asesino disfrazado del slasher Cinderhella, argumento que por sí solo es un remedo evidente de Scream (1996) y que delata la reiterada fascinación de esta película con los años noventa. Pero eso es sólo el principio; a partir de allí la trama se descalabra en un aparente caos argumental que incluye viajes en el tiempo, mutaciones genéticas y hasta una delirante subtrama de cambio de cuerpo que en lo personal considero uno de los mejores detalles de la película. Todo está contado además en un estilo frenético, con una edición vertiginosa que hace que la película vaya a un ritmo muy acelerado, con escenas muy cortas que lanzan referencias a diestra y siniestra y que reflejan de forma maravillosa no sólo la fragmentada y corta capacidad de atención que normalmente se atribuye a los jóvenes sino también el surrealismo narrativo de varios de los subgéneros del cine adolescente. La ya citada Scream y Donnie Darko (2001) probablemente sean los referentes más obvios, y la estética tomada de otros medios como las redes sociales y la mensajería instantánea, así como el constante rompimiento de la cuarta pared remiten a otras películas recientes como Scott Pilgrim vs the World (2010) y John Dies at the End (2013), a las que en mi opinión no tiene nada que envidiar.
Y lo mejor de todo esto es que a pesar de la introducción constante de nuevos elementos en la trama y el cambio de tono que la película presenta cada pocos minutos, estamos ante una cinta muy cuidadosa con los detalles, llena de escenas memorables (atención a la corta pero gloriosa secuencia de los torrents) y con un elenco muy apropiado. Definitivamente no es una película para todo el mundo; su propuesta de reivindicación de la adolescencia actual puede resultar muy radical para algunos, y a otros les pasará como a mi y la película les hará sentirse viejos y desfasados. Esto probablemente haya sido la causa de que la película no haya podido triunfar en la taquilla a pesar de que para el momento de su muy postergado estreno uno de sus actores principales, Josh Hutcherson, se había hecho famoso gracias a su papel en la película de Los juegos del hambre (2012). De todas formas, desde aquí la recomendamos con toda la firmeza posible y no sólo la defendemos como un nuevo clásico de las comedias de terror, sino que también nos preguntamos cómo alguien podrá hacer una película de adolescentes después de haber visto esta joya.
sábado, agosto 17, 2013
Tres tristes trailers 39
jueves, agosto 15, 2013
Reseña: The ABCs of Death (2013)
Quiero destacar en primer lugar aquello que me ha impresionado de forma positiva, y es que se nota el grado de absoluta libertad que tuvieron cada uno de estos cineastas a la hora de llevar a cabo su particular visión. Con el tiempo como única limitación, cada uno de los cortos sabe reducir su propuesta al mínimo aunque sea al precio de sacrificar la coherencia global de la película. Algunos de los segmentos, además, consiguen quedarse en la memoria del espectador y dar resultados muy buenos como son en mi caso los de Nacho Vigalondo ("Apocalypse"), Marcel Sarmiento ("Dogfight"), Timo Tjahjanto ("Libido") o Lee Hardcastle ("Toilet", un corto de animación stop-motion cuya imagen acompaña esta reseña). Un dato interesante, sin embargo, es que el director de cada segmento sólo es revelado al final de este, por lo que uno se descubre a sí mismo intentando adivinar por el estilo de la narración quién es el cineasta al mando. En ese sentido yo recomendaría la película sobre todo para aquellos que deseen ver ejemplos de cómo ser lo más conciso posible a la hora de contar una historia con eficiencia.
Pero claro, el problema que tiene es el mismo de todas las cintas de antología: la desigual calidad de las historias que la componen, algo que aquí se agrava al ser un gran número de ellas lo que inevitablemente termina agobiando al espectador. No importa cómo lo veamos, con 26 segmentos la película se convierte en una experiencia excesiva que puede terminar saturando la cabeza de aquellos que se enfrenten a ella, especialmente si tenemos en cuenta que precisamente esa libertad creativa de la que hablábamos hace que los estilos de los relatos sean tremendamente diferentes; en muchos de ellos no hay diálogos, en otros ni siquiera hay argumento; algunos son muy elaborados, otros son tremendamente sencillos; algunos son historias de terror puro, otros son abiertamente comedias surrealistas.
En medio de todo este caos hay trabajos muy memorables, pero la mayoría terminan confundiéndose y a día de hoy me cuesta recordar más que algunas imágenes muy puntuales que consiguieron impactarme en su momento. Con todo, me parece una película arriesgada que merece la pena ser vista aunque sea por atreverse a ser tan diferente de todo lo demás. Es sólo lo exagerado de su premisa y sus expectativas en cuanto a la capacidad de atención del público lo que me hace dudar si es algo que pueda ser visto de una sola sentada. De todas formas, su salida en formato doméstico remedia esta dificultad y hace que quiera darle un segundo visionado.
martes, agosto 13, 2013
Reseña: Livide (2011)
Y lo más increíble de todo es que estos elementos fantásticos van entrando de forma muy gradual: al principio Livide parece una película de casas embrujadas de toda la vida, una en la que tres jovencitos entran a robar a una enorme y tenebrosa mansión en la que sólo habita una anciana que lleva varios años en coma y de quien se rumorea esconde un invaluable tesoro en su casa. La naturaleza de este tesoro, así como el terrible secreto de la anciana y la casa en sí misma es lo que adentra la película en el lado de terror para luego ir pasando poco a poco a otros derroteros bastante inesperados. Debo decir que toda esta primera parte está tratada de una forma muy efectiva, en la que Maury y Burstillo huyen de los lugares comunes y los sustos fáciles y construyen en cambio un ambiente muy siniestro a pesar de que los personajes de los jóvenes no son lo que se dice muy atractivos. Toda esta primera parte con su fuerte énfasis en lo sobrenatural me pareció por momentos una decisión muy valiente por parte de los directores al ser radicalmente distinta de su película anterior, y encima la estructura de la casa embrujada con sus cuartos secretos y sus misterios es algo que en lo particular me atrae mucho, por lo que no me esperaba para nada el giro que toma luego la historia.
Este giro se da una vez que el "secreto" de la anciana es revelado. Siendo sinceros, parte de la sorpresa ya se intuye desde mucho antes, cuando vemos a la anciana por primera vez, pero lo que uno no se espera es la desviación de la película hacia una anécdota en la que los protagonistas ya no son tanto los propios chicos del principio como el "monstruo" que la trama descubre y cuyo punto de vista incluso se nos ofrece en una serie de flashbacks llenos de una belleza poética que nos predispone a su favor. Todos estos elementos, así como la estética preciosista y decadente, convierten la historia en una especie de cuento de hadas oscuro en la que los monstruos, aparte de horribles, inspiran cierto grado de tristeza y conmiseración, con lo que las comparaciones con aquellas películas de terror producidas por Del Toro se hacen bastante pertinentes.
Pero con todo y sus escasos elementos de terror, es una cinta muy interesante que gana con el tiempo y que al menos se atreve a dar a los espectadores algo diferente a aquello que esperaban. Eso sí, quizás es mejor que si os acercáis a ella tengáis claro que veréis una película en la que el elemento fantástico impera sobre todos los demás (incluso en su representación de lo sobrenatural) y en la que no todo queda explicado y masticadito, amén de ese extrañísimo final que dejará a más de uno rascándose la cabeza. Por mi parte, me ha parecido una cinta muy recomendable y digna de sus dos directores, quienes luego de haber sido vinculados en su momento a aquel (eternamente) postergado remake de Hellraiser (1987) están trabajando en su nuevo proyecto Among the Living (2014), mientras que por lo visto se prepara un remake americano de esta película de la que hablamos hoy. Entretanto, echadle un vistazo a esta porque lo merece.
lunes, agosto 12, 2013
Reseña: Slumber Party Massacre 3 (1990)
domingo, agosto 11, 2013
Punto de no retorno de una novela por entregas
viernes, agosto 09, 2013
Reseña: The Conjuring (2013)
jueves, agosto 08, 2013
Reseña: El día de la madre (2010)
Ante todo hay que decir que esta fue una película rodada en el 2009 que sufrió innumerables retrasos en su estreno por culpa de haber quedado engavetada en el estudio durante años. De hecho, 2010 fue sólo el año de su estreno en festivales, el inicio de un periplo que se extendería hasta el 2012 cuando finalmente llegó a tener un estreno limitado en los cines de su país de origen. Esto parecía entonces ser la norma para el pobre Darren Lynn Bousman, quien ya venía de sufrir un ninguneo similar con Repo! The Genetic Opera (2008). Para colmo de males, este remake coincidió con el estreno de la española Secuestrados (2010), una película muy superior que trataba el tema de las invasiones domésticas de una forma mucho más efectiva. De hecho, uno de los principales problemas que tenemos en la película de hoy es que se hace muy larga y monótona, con poco qué ofrecer una vez revelada la premisa inicial y muy poco creíble en cuanto a las insólitas decisiones que toman varios personajes, puestas allí sólo para que la trama no se acabe.
La película intenta suplir estas carencias entregándose al gore y a la crueldad perpetrada sobre un número insólito de personajes (nueve víctimas, a decir verdad), apilando subtramas de desconfianza y traiciones entre ellos de forma aleatoria y sin nada de la sencillez argumental de la película original. Además, a diferencia de la cinta de la Troma, esta intenta ser seria, oscura y deliberadamente sádica, pero tiene algunas escenas tan exageradas que la convierten en una comedia involuntaria. Pero probablemente sea injusto seguirla comparando con la película de Kauffman porque es tan diferente que si la consideramos un remake es sólo porque así se ha anunciado.
Pero a pesar de su carácter insustancial, hay una cosa que redime al menos parcialmente a esta versión, y es la elección de Rebecca de Mornay en el papel de la madre. Una vez que irrumpe en escena, De Mornay acapara toda la atención, y hay que decir que está muy convincente en su rol de villana serie B en lo que es básicamente una explotación de su famoso rol de psicópata en La mano que mece la cuna (1992). Recuperarla del olvido para esta película es una gran decisión de casting que, al menos en mi caso particular, fue lo que me hizo llegar hasta el final y lo único que realmente vale la pena ver. En general, esta nueva versión de El día de la madre es una película bastante intrascendente a la que la actuación de su villana principal da cierto nivel de calidad quizás mayor del que normalmente tendría, y para colmo rematada con un epílogo absurdo puesto allí sólo para explotar un cliché más del cine de terror actual. Lo más triste es que con todo y que esta tiene un mayor número de muertes, sangre y escenas violentas, la original me sigue pareciendo mucho más perturbadora y recomendable.
miércoles, agosto 07, 2013
Reseña: El día de la madre (1980)
Una de las principales diferencias que tiene con la mayor parte de sus congéneres es su muy eficiente guión, uno que pone énfasis en desarrollar a los personajes, a los cuales conocemos a través de flashbacks y cuya relación se va construyendo a lo largo de la película, por lo que en público en cierta forma se encariña con ellas. También las actuaciones son mejores de lo que normalmente se suele ofrecer en estos productos, destacando para mí la madre y el hijo mayor, que ofrece una gran cantidad de registros más allá de la brutalidad homicida. A pesar de que hace uso ocasional de un muy macabro sentido del humor, la película se toma en serio a sí misma y nunca llega a caer en la caricatura. Por el contrario, el contraste colorista se usa como una herramienta más de lo grotesco que resulta el ambiente donde viven los asesinos, una chabola sucia y caótica donde hay una televisión permanentemente encendida y donde los hijos comen de un cubo.
Hay además en El día de la madre un interesantísimo comentario que el director y guionista Charles Kaufman hace sobre la violencia perpetuada por una madre sádica que imparte a sus hijos lecciones sobre la realidad a través de la recreación de la ficción usando a sus víctimas como involuntarias actrices, eso y el hecho muy significativo de que ella y esa tele permanentemente encendida como ruido de fondo son el único contacto que los chicos tienen con el mundo exterior. Todos estos son detalles muy sutiles que en una película actual hubiesen sido resaltados hasta hacerlos obvios pero que aquí están muy bien integrados al argumento.
Evidentemente, y como ya deben saber aquellos seguidores de la famosa productora, la película tiene un acabado muy amateur en cuanto a estética que puede hacer que algunos se echen para atrás, pero aunque sus valores de producción sean bajos, la técnica que emplea es muy profesional y se nota el talento de quienes están detrás en varias secuencias y tomas específicas que demuestra que Kaufman y su equipo son auténticos cineastas. Es en realidad una película muy buena y sólida incluso teniendo en cuenta que yo nunca he sido un fan de los trabajos de la Troma. Pero sobre todo lo que me encanta es el contraste que consigue entre lo festivo de su estilo y lo cruel de su contenido, algo que hoy en nuestros días de slashers sombríos no se suele hacer pero que aquí está presente y por lo visto hizo escuela, como podemos apreciar en cintas posteriores como La matanza de Texas 2 (1986) o La casa de los 1000 cadáveres (2003). No dejéis que sus limitados medios os priven de verla, porque es muy recomendable.
sábado, agosto 03, 2013
Chucky vuelve
viernes, agosto 02, 2013
Reseña: Guerra mundial Z (2013)
Para aquellos que no conozcan la historia, la película Guerra mundial Z habla sobre el advenimiento del Apocalipsis zombi y la misión de un investigador de las Naciones Unidas que viaja por el mundo intentando dar con una cura a la vez que escapa de la devastación que se va apoderando de la civilización humana. De entrada la premisa es interesante y hay que destacar que la película realmente intenta innovar al abordar la historia de los no-muertos desde una perspectiva global, cosa que nunca antes se había hecho, al menos no en cine. La adaptación recoge así uno de los aspectos más interesantes del libro al intentar mostrar cómo varias culturas distintas lidian cada a una a su manera contra las hordas de cadáveres que se acumulan a sus puertas. Por desgracia, al intentar reducir toda esta información a una sola película, termina convirtiéndose en una muy superficial acumulación de secuencias de acción en las que se repite siempre la misma estructura: Brad Pitt llegando a una zona en peligro en la que algo (por lo general su propia llegada) descalabra el orden conseguido causando que deba salir por patas.
Esto nos trae a otro problema en particular que tiene que ver con el director de la película, Marc Forster, y la forma que tiene de rodar las escenas de acción. Forster, a quien seguramente recordaréis por Quantum of Solace (2008), satura la imagen de movimientos hasta el punto en que muchas veces no tienes idea de lo que está pasando en pantalla, lo cual no sólo te desconecta de la acción sino que encima muchas veces evita de forma consciente imágenes de impacto en lo que a mí por lo menos me ha parecido una forma velada de censura de la violencia; es muy significativo y a la vez lamentable ver cómo en el primer ataque de la película, cuando los zombis irrumpen en un atasco de tráfico, prácticamente no se ven los zombis. La cosa no mejora mucho después, y secuencias como la de Israel dejan claro que lo que entiende la película por acción es mostrarnos hordas indiscernibles de zombis CGI que no sólo corren sino que se apilan unos sobre otros hasta formar masas que se mueven al unísono. La idea imagino que habrá sonado muy bien en papel, pero está hecha de forma tan frenética y caótica que no me ha producido ninguna emoción.
Esta ligereza general es el aspecto más preocupante de Guerra mundial Z, más incluso que su repetitiva estructura de acción, su hipertrillado ángulo de la familia en peligro o la disparatada resolución que ofrece. Nunca pensé que vería una historia de zombis tan poco gráfica y con un tan escaso componente de violencia, hasta el punto en que, como ya dijo alguien muy acertadamente, esta es la primera película de este género que se puede ver con toda la familia. Siendo sinceros, es lógico que el resultado final haya sido este desastre teniendo en cuenta que fue una producción muy accidentada que sufrió muchos retrasos y que en gran medida tuvo que ser rodada de nuevo. Con todo y eso, por lo visto ha resultado ser un éxito y ya se habla de una secuela. Veremos si esa hipotética segunda parte consigue algo mejor. Del resto, creo que hay mucho más y mejor material zombi en cualquier capítulo de la serie The Walking Dead que en esta película de la que hablamos hoy.