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jueves, enero 29, 2009

Reseña: Pesadilla en Elm Street 3 (1987)

En la última reseña publicada aquí aprovechamos para hablar de Pesadilla en Elm Street 2 (1985), la más ninguneada de las secuelas de Freddy Krueger, y asimismo la que más se alejaba de las marcas de la casa en cuanto a la saga se refiere. Pues bien, su secuela inmediata, Pesadilla en Elm Street 3 (1987), parece decidida a retomar el camino perdido. La película, en esta ocasión, es una auténtica secuela que continúa los planteamientos de la primera parte, y si bien no le llega ni de lejos en cuanto a calidad, sí que hace un buen intento y es una muy digna prolongación de la mitología del personaje, e incluso se sostiene en el tiempo mejor de lo que recordaba.

El primer acierto del guión (firmado entre otros por Frank Darabont) es que su argumento ignora por completo la segunda película y vuelve a centrarse en los chicos de la calle Elm, descendientes de aquellos que ajusticiaron al asesino de Springwood y que ahora están todos internados en un hospital psiquiátrico, donde sufren el acoso de Freddy en sus sueños. El "gancho" de la película, sin embargo, está en la revelación de que cada uno de estos chicos tiene una especie de super-poder cuando está en el mundo de los sueños, y es precisamente el dominio de esta habilidad lo que les permite enfrentarse a Freddy (de allí el título de la película, The Dream Warriors). Este elemento, que parece sacado directamente de un cómic de superhéroes, está muy bien planteado, y se centra tanto en el personaje de Nancy Thompson (la "final girl" de la primera entrega) y una chica que posee la extraña facultad de meter a otras personas en sus sueños, esta última interpretada por una jovencísima Patricia Arquette en lo que fue su debut cinematográfico.

Pesadilla en Elm Street 3 fue también la película que comenzó la tendencia de Freddy a convertirse en un payaso siniestro, y así lo demuestran las increíbles metamorfosis de las que hace gala en cada una de sus apariciones, a menudo acompañadas de uno que otro one-liner. A pesar de que el abuso de este recurso sería el que terminara por hundir la saga, en esta película a veces funciona (la primera muerte es muy buena a nivel visual y todavía resulta una imagen difícil para mí). Con todo y eso, no se salva de ciertos problemas: el recurso de los poderes de los jóvenes al final resulta menos espectacular de lo que promete (ninguno de ellos es realmente rival para Freddy) y la subtrama en el mundo real, aquella en la que un personaje busca los restos insepultos de Krueger, tiene momentos un poco estrafalarios que parecen sacados de una película completamente distinta.

Por cierto, hay un detalle ya comentado (de momento no encuentro el enlace, pero sé que lo leí en algún sitio) que no puedo dejar de repetir, y es el tremendo parecido que hay entre esta película y la segunda parte de Hellraiser, estrenada justo al año siguiente; ambas cintas están ambientadas en un hospital psiquiátrico, en ambas regresa la protagonista de la primera entrega, y en ambas hay una rubia desquiciada con "poderes" que resultan centrales para la trama. Ignoro, sin embargo, si fue casualidad, plagio o un poco de las dos cosas.

Pero esto no es más que anecdótico: Pesadilla en Elm Street 3 es en realidad una secuela bastante respetable, mejor de lo que recordaba y bastante respetuosa con el concepto original de Pesadilla..., y aunque como película de terror no sea demasiado destacable, sí que es un punto de luz en cuanto a ese cine juvenil de monstruos que tanto proliferó durante esta década en particular. La imagen final, a pesar de lo que muchos puedan creer, es positiva y encierra una conclusión de la trama que hubiese sido muy buena como final si no hubiesen decidido extenderla durante más secuelas, que por supuesto serán comentadas aquí en otro momento.

sábado, enero 24, 2009

La inútil lista de la década: el 2000

Y aquí empezamos: la que probablemente sea la lista más inútil de todas cuantos han aparecido aquí tiene su inicio con un repaso año por año a lo que considero (personalmente) lo mejor de esta década. Fiel a la tradición de esta página, lanzaré primero las tres películas que considero mejores del año y luego haré menciones especiales de otras que, a mi parecer, merecen la pena ser vistas por lo menos una vez.
Entre las mejores películas de este año destaco, por encima de todas, la canadiense Ginger Snaps (reseña aquí), de John Fawcett. Los que siguen este blog desde sus inicios saben que dicha cinta es una de mis favoritas, y de entrada una de las mejores historias de licántropos que existen, un cuento sobre la adolescencia escondido tras las formas del cine de terror, heredero indiscutible de Carrie (1976) y otras similares. Los otros estrenos de este año a destacar son también películas que intentaron "decir algo" (sea lo que sea) con su forma de género; hablo por supuesto de La sombra del vampiro (reseña aquí) y American Psycho (reseña aquí). La primera es, como ya saben todos los que se han pasado por aquí, una de mis películas favoritas de chupasangres, un muy buen ejemplo de cómo convertir referentes culturales en un juego narrativo del propio autor (en este caso no tanto de su director como de su guionista) y un duelo interpretativo magistral, además de (esto lo repetimos) un muy sentido homenaje a una película fundacional como el Nosferatu (1922) de Murnau.
El caso de American Psycho, además, tiene méritos adicionales por haber adaptado una de esas novelas que se durante mucho tiempo se han considerado "infilmables", y si bien se toma amplias libertades a nivel de argumento, sí que sabe abordar el estilo de sátira social de la obra de Bret Easton Ellis y un comentario excelente sobre la violencia como válvula de escape de la vanidad.
El 2000 fue también el año de la española La comunidad, en mi opinión la mejor película del director Alex de la Iglesia, o al menos la que conjuga géneros de manera más equilibrada, a un nivel incluso mayor que el de sus trabajos anteriores. Su historia de una perversa comunidad de vecinos con un final a lo Hitchcock presenta sobre todo un sabio equilibrio del thriller y la comedia, lo que hace que esta película se me antoje al menos destacable.
No quisiera terminar tampoco sin mencionar unas tres películas que, por lo general, son bastante ninguneadas pero que me parece que guardan uno que otro detalle interesante en su concepción o ejecución. La primera de ellas es What Lies Beneath (reseña aquí), cinta del director Robert Zemeckis, tan maltratado por aquellos que le acusan de ser el Steven Spielberg de los pobres. Su película es, como todos saben, un homenaje a Hitchcock realizado con tecnología digital, a la que quizás hiere un poco la condición de estrella de sus protagonistas. A pesar de no salirse de ciertos tópicos de historias de fantasmas, me parece sin embargo una buena película que merecía un trato mejor (ciertamente no merecía ese abominable trailer lleno de spoilers por todos lados).
Las otras dos cintas menores a destacar son El hombre sin sombra y Pitch Black, ambas rozando el género de ciencia-ficción. La primera de ellas es una reinvención de la novela El hombre invisible, y a pesar de que su segunda mitad se descalabra en topicazos de acción, tiene una apertura inicial interesante en la que Kevin Bacon rememora de forma eficiente el auténtico subtexto megalomaníaco del relato original de H.G. Wells. En el caso de Pitch Black, esta no debería ser menospreciada por sus más que evidentes intenciones de imitar el éxito de Aliens (1986), ya que su director David Twohy consigue crear un auténtico ambiente digno heredero de las mejores aventuras espaciales, además de unos monstruos bastante logrados. Asimismo, esta fue la película que supuso el auténtico encumbramiento de Vin Diesel como estrella de acción, en un trabajo que hasta la fecha (al menos para mí) no ha podido superar.
De momento estas son todas las películas que quiero destacar. Por supuesto, quien paso por aquí puede sentirse con libertad de añadir las suyas propias, o jerarquizar lo que en su criterio es lo mejor del año. Ya nos veremos en la próxima cita.

miércoles, enero 14, 2009

Reseña: Pesadilla en Elm Street 2 (1985)

Tras el éxito de la primera Pesadilla en Elm Street (1984) estaba más que cantado que lo que se abría ante nosotros era otra muy rentable franquicia de cine de terror. New Line Cinema, a la que Freddy levantó prácticamente sin ayuda por aquellos tiempos, se lanzó al reto y al año siguiente ya teníamos la primera secuela. Dicho esto, Pesadilla en Elm Street 2 (1985) es una película bastante pobre que dilapida gran parte de los aciertos de la original, hasta el punto de que es bastante ninguneada incluso por la mayoría de los fanáticos de la saga. Fue una secuela lamentable hecha a toda prisa y eso se nota en muchos momentos.

Para empezar, esta nueva película rompe con las reglas ya establecidas por la primera parte: Freddy Krueger, quien sólo aparece en 13 de los 88 minutos que dura la cinta (casi todos al final) , ya no mata a los adolescentes en sus sueños, sino que se vale del cuerpo de un joven llamado Jesse Walsh, que ha cometido el error de mudarse a la casa donde ocurrieron los eventos de la primera película. El famoso asesino de Springwood empieza poco a poco a poseer al joven y a manifestarse a través de su forma física, en la esperanza de que la creciente demencia de su víctima le permita regresar al mundo de los vivos. De esta manera la película se aleja de los esquemas trazados por Wes Craven (quien dicho sea de paso siempre se opuso a que su cinta se convirtiera en una franquicia) para ahondar en una trama de posesiones diabólicas mezclada con el arquetipo del Dr. Jekyll/Mr. Hyde, una que inventa sus propias reglas para luego contradecirlas.

Lo que sí es cierto es que la primera escena de la película, en la que Jesse tiene un sueño premonitorio que anuncia el regreso de Freddy Krueger, es grandiosa y perfectamente heredera del estilo de Pesadilla... Es una desgracia que ninguna escena posterior alcance ese grado de calidad. De hecho, la película abandona gran parte del característico surrealismo de la saga y hace las matanzas de Freddy más "realistas" (casi todas las víctimas mueren apuñaladas por su ya icónico guante de cuchillas) y la pereza narrativa del argumento se deja ver en escenas francamente risibles como la esperpéntica secuencia de los periquitos o el momento en que la novia de Jesse lo "anima" para que luche contra la maligna influencia que lo posee (esto resulta harto inverosímil, además, puesto que esta chica no ha visto ninguna manifestación de Krueger y por lo tanto no tiene razón para creer al chaval). Abundan también efectos de sonido tremendamente patéticos como la voz reverberante de Freddy o los cantos de ballena (no, de verdad) que acompañan cada una de sus apariciones. Por cierto, otra cosa que aleja a esta secuela del resto de la saga es que es la única entrega que no hace uso del tema musical compuesto por Charles Berstein.

Ahora, claro que no todo es falto de interés. Con todo y lo insípido de sus elementos terroríficos y lo mucho que se aleja del estilo del resto de las películas, hay algo que destaca de Pesadilla en Elm Street 2 y que siempre sale a relucir, y es el fuerte subtexto homoerótico de varias de sus secuencias. Normalmente no soy muy partidario de este tipo de lecturas, pero al verla recientemente se me ha hecho difícil no reconocerlo. No sería la primera vez ese mismo año que vemos dicho tema en el cine de terror, y eso en un década tan marcadamente conservadora como los ochenta no es poca cosa. Además reconozco otro detalle: esta es la última vez que Freddy estaría destinado a dar miedo, ya que las siguientes secuelas tenderían a convertirlo en el payaso con el que ahora (tristemente) muchos le identifican. Pero claro, ese es un tema que volveremos a tocar en otro momento.

domingo, enero 11, 2009

Reseña: Quarantine (2008)

Así que finalmente, y a pesar de todas mis reticencias iniciales, he ido a ver Quarantine (2008), la versión americana de REC (2007) que finalmente ha llegado a las carteleras de España. Confieso que fui con las expectativas muy bajas, justificadas por una campaña publicitaria abominable que no hacía sino resaltar las semejanzas que tiene esta película con el original de Paco Plaza y Jaume Balagueró. Me esperaba una aburrida repetición plano por plano de la original, pero finalmente he salido gratamente sorprendido. El director John Erick Dowdle, artífice de un trabajo similar llamado The Poughkeepsie Tapes (2007), ha conseguido una película bastante bien hecha, y que con todo y su calco tiene un par de virtudes propias no tan fáciles de desdeñar.

La estructura de la película es igual a la del original. Las sutiles diferencias que se encuentran no son a nivel de trama ya que esta es casi idéntica, pero aún así Quarantine hace lo posible por corregir los fallos de la cinta española en la que se basa, aún a costa de quitarle ciertos detalles curiosos en una búsqueda de hacerla más "digerible" como película (ya no está, por ejemplo, el tan comentado momento en el que se retrocede la cinta). Decíamos en su momento que los aspectos formales/técnicos de REC no se podían mejorar por ser una película extremadamente sencilla, y es así: aspectos como fotografía o movimiento de cámara siguen siendo iguales, pero este remake sí que mejora algunos aspectos puramente narrativos; toda la parte inicial en la jefatura de bomberos, por ejemplo, es más corta, mejor hecha (si hasta aprendí un par de cosas sobre los bomberos que no sabía) y mucho más amena, quizás porque la Angela Vidal de Jennifer Carpenter resulta mucho más simpática. También se acorta mucho la parte de las "entrevistas" en la mitad de la película, reduciendo así a casi nada el componente humorístico. El final también corrige uno de los puntos más criticados de la original al ser mucho menos explícito en cuanto a los orígenes de la plaga (¡la cinta de audio no suena!).

El señor Dowdle también parece darse cuenta de la principal virtud de la cinta en la que se basa al incluir escenas intensas de enfrentamientos con los zombis. A pesar de que el primer encuentro con ellos no es tan bueno como el de REC, esta versión prácticamente no deja descanso alguno, e incluso la cámara se convierte en un arma llegado el momento.

Con todo y sus virtudes, el principal problema de Quarantine, en todo caso, es el momento en el que llega, que le ha hecho perder frescura y ha terminado por relegarla a una película más. REC funcionaba porque en su momento no había muchos trabajos con lo cuales compararla, y esta versión sacrifica un tanto su ansias de "realismo" para ser más "película", algo que se nota no sólo en cuanto a su estructura narrativa sino también en cuanto al empleo de varios actores conocidos y otras tantas nacientes estrellas de la tele, además del siempre confiable Doug Jones. En fin, una versión pulida de la original destinada prinicipalmente a un público al cual por un motivo u otro no llegó la de Balagueró y Plaza. Aquellos que sí la hayan visto quizás no tengan necesidad alguna de comprobarlo, pues no encontrarán nada que les sorprenda.

Por cierto, casi olvido mencionar que Julio Fernández, productor de la original, también lo es de esta versión, así que igual todo se queda en casa.

jueves, enero 08, 2009

Reseña: Viernes 13 parte 3 (1982)

El mejor ejemplo posible de una secuela realizada a toda prisa por motivos puramente lucrativos, Viernes 13 parte 3 (1982) continúa justo en el punto en que finalizó la segunda parte, con Jason recuperándose de sus heridas y huyendo a tiempo para escapar de la policía y comenzar una nueva masacre. Una vez más, las víctimas son una nueva pandilla de jovencitos que se han refugiado para pasar un fin de semana en una casa de campo en los alrededores de Crystal Lake, por lo que el esquema se repite nuevamente.

Todavía sin arrancar del todo, estamos ante una de las secuelas más pobres de la saga, al menos desde mi punto de vista. A pesar de que Steve Miner repite como director (siendo hasta la fecha el único que lo ha hecho), la cinta parece confeccionada por otras manos. Cosa curiosa es que, a pesar de ser la tercera parte de la saga, la película tiene una pinta mucho más barata que la segunda entrega, y las jóvenes vícitimas no son tan simpáticas ni (lastimosamente) tan atractivas. El personaje de Shelly, por ejemplo, es probablemente el más patético de cuantos han pasado por Viernes 13, si bien paradójicamente es uno de los más desarrollados. Ni siquiera los estereotipos de los jovencitos están tan bien definidos, a excepción de una ultra-típica pandilla de moteros que se cruza con nuestros protagonistas y deciden hacerles pasar un mal rato sin saber que están siendo acosados por el carnicero que ya todos conocemos. Asimismo, el guión en ocasiones resulta confuso, ya que uno de los personajes parece tener una historia anterior con Jason que al final resulta totalmente intrascendente, lo cual deja en evidencia que la protagonista de la anterior película decidió no repetir papel en esta secuela. La razón por la cual este detalle permaneció inalterado en el guión final se me escapa excepto que sea como relleno.

En cuanto a Jason, sabemos que es en esta película donde consigue su icónica máscara de hockey, pero lo que no recordaba es que es también la última entrega en la que pareció realmente humano; en varias ocasiones vemos a Jason esquivar golpes y hasta gemir de dolor, algo que nunca más volveríamos a presenciar en las películas siguientes.

Por supuesto una de las novedades de esta tercera entrega es el hecho de que está rodada en 3-D, pero a juzgar por este reciente visionado me parece que dicha tecnología no está bien aprovechada; con la excepción de una muerte causada por un arpón, el empleo de las tres dimensiones es por lo general bastante aleatorio y pueril, y dudo mucho que sea suficiente para compensar los tremendos fallos de la película a nivel narrativo, en especial un "susto final" totalmente absurdo que no tiene el más mínimo sentido más que como barata e injustificada referencia a la película original, continuando así con una franquicia explorativa destinada a proseguir como un serial de videoclub en necesidad de un cambio de dirección, uno que llegaría con la cuarta entrega y que ya reseñaremos en su debido momento.

martes, enero 06, 2009

Nuevo año, nueva propuesta

Comienza el 2009, y en esta ocasión, para dar el pistoletazo de salida al nuevo año, hay algo que me gustaría intentar, algo que seguramente otros estarán preparando pero que no podemos dejar pasar así como así.
Como os habréis dado cuenta, el último texto fue el ya habitual podio de cada año con lo que considero más destacable de la cartelera española en cuanto a cine de terror. En diciembre del 2009, como no, habrá otro, pero tendrá una carga distinta: el 2009 es el último año de una década, una que no sé cómo nombrar pero que sabéis cual es.
Eso me ha hecho pensar una cosa: contrariamente a lo que tanto yo como muchos de los que aquí comentáis hemos sostenido en más de una ocasión, la década que va desde el 2000 hasta el 2009 no ha sido mala para el cine de terror, sino todo lo contrario. Es verdad que el de miedo es un género que se presta mucho para la creación de bodrios, mucho más desde que el dírecto-a-vídeo (la auténtica serie B de nuestra época) ha creado una especie de colchón en el que caen un montón de productos zetosos y muchas veces innecesarios, y es verdad que el hecho de que nunca como hoy se hagan tantas películas facilita la aparición de mediocridades, pero si hacemos un recuento notaremos que cada año hemos tenido al menos media docena de buenas cintas, y al menos dos o tres grandes películas. ¿Realmente se puede pedir más que eso? Sinceramente creo que no.
Así que tengo una propuesta que nos servirá, entre otras cosas, para ver si estoy equivocado: durante este año, eventualmente, haremos un repaso muy breve a lo más destacado (siempre bajo un criterio muy personal) de cada año entre el 2000 y el 2009, a razón de un post dedicado a cada uno de ellos. Por supuesto, yo pondré los que considere más destacables y vosotros incluiréis vuestras sugerencias, y veremos si para diciembre podemos sacar una lista en condiciones (o dos, quien sabe).
Por esta vez podemos olvidarnos de si se ha estrenado en España o no: la única condición es que se haya estrenado en un año entre el 2000 y el 2009. Podéis esperar el primer post (el del año 2000) dentro de muy poco. Entretanto, esto por aquí seguirá como de costumbre.
Oh, y feliz año nuevo.