Emelie (2015) es, superficialmente al menos, otra entrada más en el extenso universo de thrillers acerca de invasores del ambiente familiar. Aquí en este blog ya hemos reseñado varias de ellas, con El padrastro (1987) y La huérfana (2009) como los dos referentes más obvios y aquellos a los que inevitablemente volvemos una y otra vez. Algo de eso hay en esta película de la que hablamos hoy, en la que vemos el enfrentamiento entre una niñera con muy malas intenciones y uno de los niños que no tarda en ver venir el desastre que incluso el público puede intuir.
A pesar de que no tiene nada realmente destacable, debo reconocer que comienza muy bien, y al menos tiene el valor de dejar bien clara la identidad de la niñera desde el primer minuto, ya que incluso desde el momento en que la vemos por primera vez ya nos queda muy claro que algo no está bien. De hecho, toda la primera mitad es muy interesante ya que durante ella se ve a la chica intentando corromper moralmente a los niños en secuencias genuinamente desagradables y que dudo mucho que quiera volver a ver. Algunas de estas escenas son demasiado obvias (siempre me ha parecido un recurso muy barato, por ejemplo, utilizar escenas en las que el villano tortura a un animal para hacerle ver al público lo malo/a que es), pero no se puede negar que funcionan y que "Emelie" es sin duda alguna alguien peligroso. El hecho de que la película esté narrada desde el punto de vista de los críos ciertamente ayuda.
Por desgracia, el desenlace ya no es tan interesante y una vez que se revela el verdadero plan de la niñera la cinta se vuelve mucho más predecible gracias a un clímax de persecución un tanto chapucero y fácil, con una carnicería mucho menos atractiva. Si algo salva a la cinta, tanto en este final como en el resto del metraje, es el muy buen trabajo de la joven actriz Sarah Bolger en el papel de Emelie, quien logra canalizar gran parte del mal rollo visto en personajes similares y que es, con toda seguridad, la única actuación memorable del conjunto a pesar de que su interpretación está por encima de la calidad del guión. Pero insisto: los mejores momentos están en la primera mitad, mucho más lenta, cuidadosa y sobre todo más intrigante al hacer que la villana muestre incluso algo de (fingida) vulnerabilidad ante sus potenciales víctimas.
Emelie quizás no sea una de las entradas más sólidas en el mundo de los thrillers familiares, pero el ambiente que consigue en un modelo tan trillado como es del cine de terror con niños de por medio es algo nada fácil de conseguir. Si eres alguien a quien, como yo, le gustaron esas dos cintas que mencionaba al principio de esta reseña, entonces tienes que echarle un vistazo.