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domingo, enero 22, 2017

Reseña: Bajo la sombra (2016)

Si estás leyendo esto muy probablemente hayas visto Bajo la sombra (2016) incluida en numerosas listas de lo mejor del año pasado en materia de cine de terror. Si aquí no hicimos lo mismo fue en parte porque cuando la vimos allá por el verano pasado no nos dejó tan impresionados, al menos no inicialmente. De hecho, ha sido la insistencia de gran parte de la crítica mainstream la que nos ha animado a revisitarla y ver si efectivamente nos habíamos perdido una obra maestra. Aunque es cierto que este segundo visionado me ha revelado cosas que había pasado inicialmente por alto, sigo pensando que gran parte de la complacencia de la crítica ante esta película tiene que ver con su condición de producto foráneo alejado del círculo comercial tradicional, aunque la cinta en sí misma no sea muy innovadora.

Ambientada en el Teherán de finales de los ochenta, en pleno clímax de la guerra Irán/Irak (la película, sin embargo, no es iraní, sino una coproducción británica rodada en Jordania y con diálogos en farsi), en Bajo la sombra asistimos a la historia de una mujer que se refugia en un edificio junto a sus vecinos y su hija pequeña mientras su esposo es llamado al frente. A la amenaza constante de la guerra y el miedo a los misiles que aleatoriamente caen por la ciudad, se suma el peligro de una presencia demoníaca que parece haber llegado al edificio y fijado su objetivo en la niña, ante la mirada inicialmente incrédula de la madre quien poco a poco se va quedando sola a medida que el edificio se vacía y sus inquilinos huyen de la ciudad en ruinas.

La idea es muy buena, y a su favor tengo que decir que lo mejor que tiene la película es su guión, redondo y prácticamente perfecto en cuanto a estructura, sin momentos de relleno y con una genuinamente interesante progresión del hecho terrorífico. La idea de la guerra que poco a poco va cercando la ciudad es maravillosa porque realmente existe la sensación de que hay un peligro inminente que se acerca y que hace más urgente la huida de los personajes. Pero al mismo tiempo, el progresivo deterioro del edificio y la manera como se va quedando despoblado dan la sensación de otro peligro que acecha dentro de la vivienda y al cual no es tan fácil eludir. Al igual que como ocurría en Paranormal Activity (2009), el paso del tiempo se manifiesta en la repetición cíclica de ciertos elementos, en este caso la alerta de bombardeos que obliga a los inquilinos a refugiarse en el sótano durante unas horas, escena en la que cada vez que se repite hay menos gente. Esta imagen por sí sola ya contiene toda la información que necesitamos saber acerca de la situación por la que pasan los protagonistas, y está muy bien llevada en una película que en general está casi desprovista de datos inútiles: no hay ningún misterio del pasado por resolver y las "reglas" que gobiernan a la presencia demoníaca son muy básicas y están muy bien delimitadas.

Con todo y eso no es una película que yo pondría entre las mejores del año, ya que a pesar de que me ha gustado tampoco es que ofrezca nada que no hayamos visto antes en materia de cine de terror. En muchos aspectos, me recordó mucho a la japonesa Dark Water (2002), con la que tiene en común muchas cosas a nivel de ambientación y de historia, tales como su premisa de madre coraje, la idea del padre ausente y el deterioro progresivo del edificio como símbolo de lo sobrenatural (en Dark Water era una mancha de humedad en el techo y aquí una grieta en el techo). Aparte de eso, hay algunos momentos CGI un tanto pobres y el final es bastante apresurado y dejará a mucha gente con una sensación anticlimática algo molesta. Pero es sin duda una película muy buena y merece la pena por más que su reciente elevación crítica se deba (probablemente) a la tendencia que tienen algunas personas a sobreanalizar ciertas obras con el propósito de darles una intelectualidad que no necesitan. Un ejemplo de esto último es que algunas reseñas han destacado un supuesto subtexto político sobre las condiciones de la mujer en la sociedad iraní, cosa que honestamente pienso se trata sólo de un agregado superficial, sobredimensionado únicamente por el hecho de que el demonio parece ser un ente femenino. Pero sí, recomendada sin duda alguna.

1 comentario:

  1. Vi esta película a finales de diciembre, precisamente porque todo el mundo la estaba incluyendo en sus listas de lo mejor del año y yo que estaba elaborando la mía, no quería dejarla fuera.

    La realidad fue que no me impresionó mucho. La ambientación en Teheran, en plena guerra durante los años 80 es estupenda, pero la historia te va creando unas expectativas que, a mi parecer, no se ven recompensadas. El final me pareció un tanto anticlimático.

    La ambientación es atractiva y novedosa pero no tanto su temática, que no creo que aporte nada nuevo al género.Finalmente, Under the Shadows no apareció en mi Top de año porque no la consideré tan destacable.

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