Páginas

domingo, septiembre 28, 2014

Reseña: La reina de los condenados (2002)

Todo aquel que haya sido adolescente en los noventa sin duda conocerá Entrevista con el vampiro (1994), de Neil Jordan. Esta película no sólo fue un gran éxito sino que revivió el interés por el best-seller de Anne Rice y marcó el inicio de una visión idealizada de los vampiros que hizo pasar a estos de ser monstruos a figuras románticas (siempre defenderé, por ejemplo, que fue Anne Rice y no Stephanie Meyer quien más contribuyó quitar a los vampiros su carácter terrorífico). El caso es que su descomunal éxito ameritaba una secuela que se quedó varios años en el limbo debido en parte a la negativa de sus estrellas principales de regresar a sus papeles. Pero la Warner tenía que darse prisa si no quería perder los derechos de adaptación de la saga de Anne Rice, así que cocinó rápidamente una continuación sin involucrar a nadie del equipo original. El resultado fue La reina de los condenados (2002).

Las prisas a las que nos referimos arriba tuvieron la triste consecuencia de un guión atropellado que mezclaba de forma chapucera el segundo y tercer libro de las Crónicas vampíricas en una única película de poco más de hora y media, una película que inevitablemente se siente incompleta y hecha con los pies, tanto así que incluso se cuida de no hacer ninguna referencia directa a Entrevista con el vampiro pero al mismo tiempo no puede dejar de depender de esta a la hora de establecer un personaje como Lestat, quien ocupa aquí el protagonismo absoluto y de una forma muy poco aprovechada. De hecho, gran parte del motivo por el cual esta película no funciona tiene que ver con el trabajo de sus actores principales, especialmente Stuart Townsed, que interpreta un Lestat completamente distinto al que hiciera en su momento Tom Cruise (es directamente otro personaje) y ya desde el momento en que dice su primera línea sabes que esto va a acabar mal.

Poco queda de aquel vampiro legendario y seductor de la primera entrega; el nuevo Lestat muestra por el contrario una actitud de arrogante niñato "oscuro" que puede que vaya acorde con ciertos estereotipos de principios de los 2000 pero que tira por tierra la película nada más comenzar. Algo muy similar ocurre con la cantante Aaliyah, quien sólo se salva porque su personaje aparece poco durante la película. Sin embargo, cada vez que hablaba tiraba la escena abajo. Supongo que esta desastrosa elección de casting tendrá mucho que ver con los intentos por parte del estudio de hacer una película más comercial dándole un elenco de actores jóvenes (Aaliyah era para entonces una estrella musical en alza y tenía poco más de 21 años cuando la película se rodó).

En cuanto al argumento, poco hay qué decir. Las dos novelas en las que se basa tienen cosas interesantes que conforman un atractivo universo de ficción de la autora Anne Rice, pero todos estos detalles están tremendamente desaprovechados aquí: ese Gran Matriarcado que es el tema principal de la trama, el verdadero origen de Lestat, personajes otrora atractivos como Marius, Pandora o Armand (estos dos últimos sólo identificables gracias a los créditos finales), la agrupación de la Talamasca o incluso el verdadero origen de la propia reina de los vampiros, una historia a la que se le pasa por encima a pesar de que se supone que es de gran importancia.

Muy previsiblemente, La reina de los condenados fue un fracaso total tanto de taquilla como de crítica, y hoy es tristemente recordada sólo por ser la última aparición en cine de su estrella principal Aaliyah, que murió en un accidente de aviación poco después de finalizar el rodaje. Había pasado todo este tiempo sin verla y he podido comprobar que el tiempo no le ha hecho ningún favor a su estética esterotipada y sus muy pobres escenas de acción. Mi consejo es que si queréis ver algo de vampiros, es mucho más recomendable acercarse a Blade 2 (2002), de Guillermo del Toro, una película superior en todos los aspectos y que casualmente se estrenó más o menos por la misma época. Ahora que todo tiene por fuerza que ser rescatado para el cine comercial, he leído que volverán a rodar Entrevista con el vampiro en un intento de llevar al cine toda la saga de Anne Rice. Honestamente, me da mucha pereza.

lunes, septiembre 22, 2014

Las 10 mejores del Fantasy Filmfest 2014

Cada año, en Berlín, tengo la oportunidad de pasarme por el Fantasy Fimfest y así echar un vistazo a varios productos que por lo general nunca vería en salas de una ciudad como esta tan poco dada al género de horror. Este año además tuve la suerte de contar con un pase de temporada que me permitió tragarme 60 largometrajes en 12 días. Con esto quiero decir que finalmente he podido traeros una selección de mis diez películas de horror favoritas de este festival, muchas de las cuales por supuesto jamás veremos en una sala comercial, aunque no por eso dejaremos de reseñarlas llegado el momento.

Y ahora, sin perder más tiempo, pasemos a enumerar las diez películas de terror (o terror/comedia) que más llamaron mi atención durante el festival. Por supuesto de sobra sabéis que podéis revisar mis comentarios sobre todas las películas del Fantasy Filmfest 2014 en esta lista de Letterboxd.

10. La casa del fin de los tiempos (2013, Alejandro Hidalgo)

Publicitada como la primera película de terror del cine venezolano, una afirmación un tanto arriesgada no sólo por la posible existencia de obras anteriores sino porque en el fondo (mejor decirlo de antemano) esta no es exactamente una película de terror sino un thriller fantástico en el que la sensación de miedo sirve de tapadera a un discurso más acorde con ejemplos que hemos visto del universo cinéfilo de Guillermo del Toro. Los paralelismos con otras obras son inevitables pero sus influencias están muy bien integradas a una película mucho más inteligente y medida de lo que en un principio parece. Dentro del esquema de cine hecho en Venezuela, me sorprendió además la naturalidad de las actuaciones, sobre todo Rudy Rodríguez, de quien no me esperaba un trabajo así. Muy recomendable, y desde ya deseando que haya muchas más como esta.

9. Life After Beth (2014, Jeff Baena)

Ningún festival por lo visto está completo sin una comedia zombi, y Life After Beth es la que llena el cupo este año. No tenía muchas esperanzas antes de entrar pero al final me encontré con una historia muy divertida que por momentos se vuelve muy macabra. Dos cosas a destacar: la primera de ellas el casi nulo énfasis que la película hace en el Apocalipsis zombi en favor del "drama" entre los dos protagonistas, y por otro lado la nada sutil metáfora que construye acerca de lo difícil que resulta no sólo asumir la pérdida del ser amado sino también salir del círculo vicioso de una relación autodestructiva. El elenco además está muy bien, sobre todo John C. Reilly en el papel del padre de Beth.

8. Suburban Gothic (2014, Richard Bates Jr.)

El mismo director de Excision (2012) se aventura en un trabajo situado en las antípodas de su anterior película, pero no importa porque estamos ante una de esas comedias de terror destinadas a encontrar un público devoto debido a sus diálogos y sobre todo por un elenco en estado de gracia, destacando especialmente el protagonista  Matthew Gray Gubler y un Ray Wise que ilumina la pantalla cada vez que aparece. Es bastante parca en componentes de terror, pero su manejo de los clichés de casas embrujadas mezclados con su comentario acerca de la supuesta falta de dirección de la generación del nuevo milenio me la terminaron de vender. 

7. Faults (2014, Riley Stearns)

Lo máximo que puedo decir sobre Faults es que es una película acerca del poder de las sectas en las que misteriosamente nunca vemos a la secta en cuestión. Es también una película poco común que en Wikipedia aparece clasificada como "drama" a pesar de sus evidentes concesiones al horror metafísico. Lo curioso, además, es que la cinta comienza como una comedia y se va haciendo progresivamente más siniestra a medida que nos adentramos en la vida de su personaje central, una bellísima Mary Elizabeth Winstead que aguanta el tipo en una historia hecha principalmente a base de diálogos entre dos personajes. Muy recomendable sin duda.

6. The Babadook (2014, Jennifer Kent)

La principal referencia de esta cinta australiana es evidente: hay un intento marcado por seguir los pasos de Insidious (2010), a la que se asemeja en su tratamiento de los miedos infantiles, su estética y su desenlace descabellado. Pero por encima de todo dejo constancia de que el argumento es muy bueno y la desesperación de la madre cuidando de su hijo poblemático es creíble. De verdad entré a ella pensando que vería la típica cinta de horror con niños y salí impresionado por algunos momentos de gran crueldad impensables en un trabajo mainstream.

5. Honeymoon (2014, Leigh Janiak)

Al principio engaña por su premisa típica y por su elenco televisivo, y a pesar de que se toma un buen rato para empezar su trama de horror, todo el giro que da me ha dejado genuinamente perturbado y con una sensación de la que autores como David Cronenberg estarían orgullosos. Tampoco me deja de sorprender el que la película consiga sostenerse con un elenco tan pequeño en el que apenas dos personajes tengan la casi totalidad de los diálogos. Aunque la historia en sí es algo que hemos visto muchas veces, la forma tan poco convencional en la que está contada hace de esta una de las indispensables del año.

4. Under the Skin (2013, Jonathan Glazer)

Engaña por momentos puesto que a pesar de la presencia de Scarlet Johansson y su premisa de serie B calenturienta, se trata quizás de la película menos comercial de Jonathan Glazer hasta la fecha. Pero lo que la hace quizás menos accesible son cosas como la estética y el ritmo, porque el argumento es muy sencillo y fácil de seguir. Posee algunas imágenes que se quedan en tu cabeza mucho después de que la proyección acaba, y es refrescante encontrarse con una película que no intenta explicarlo todo sino que te deja intuir aquello que está pasando. Es una que tengo pendiente volver a ver apenas tenga la oportunidad.

3. Starry Eyes (2014, Kevin Kölsch/Dennis Widmyer)

Para mí una de las mayores sorpresas del festival al no venir precedida de comentarios de ningún tipo, y desde ya una de las mejores del año. Una historia de ambición ambientada en el poco glamuroso Hollywood actual con unas connotaciones polanskianas muy evidentes pero también muy bien integradas, y con un final tan retorcido que hizo de esta otra de esas que tengo que visitar nuevamente. Por lo visto ha tenido una muy buena recepción en todos los festivales donde se ha presentado, así que no descarto que la veamos en salas algún día.

2. It Follows (2014, David Robert Mitchell)

A pesar de que no la he puesto en la primera posición, esta es probablemente la única película de terror que me ha dado realmente miedo este año. Se trata de una de esas historias de terror viral, de una maldición que se propaga de persona a persona y que gira alrededor del arquetipo del Perseguidor de una forma muy sutil pero perturbadora de verdad. Puesta en papel la premisa es absurda, pero la película la lleva a cabo de forma muy efectiva y a pesar de que sus imágenes publicitarias parecen mostrar lo contrario, la cinta está rodada de una forma muy poco convencional, con una banda sonora digna de John Carpenter y una atmósfera que recuerda al Shyamalan de antaño. Todavía no tiene fecha de estreno y ni siquiera han sacado un trailer, pero si tienen la oportunidad de hacerlo véanla porque me ha dejado muy jodido.

1. What We Do In The Shadows (2014, Jemaine Clement/Taika Waititi)

Mi favorita del festival, esta comedia de horror neozelandesa de los creadores de Flight of the Concords está llamada a convertirse en un exitazo gracias a su divertida premisa de falso documental acerca de cuatro vampiros que comparten un piso en el Wellington moderno. Muy rica en detalles y con una precisión cómica en la que cada miembro del elenco brilla en sus respectivos personajes, la película sabe además jugar con la mitología no sólo de los vampiros sino también de otras criaturas del imaginario de horror. Está por lo visto arrasando allí donde va, así que muy probablemente la tengamos en salas comerciales, y si es así hay que ir de cabeza porque vale la pena.

martes, septiembre 16, 2014

Reseña: Dead Snow 2 (2014)

Tras una no muy destacable entrada hollywoodense, Tommy Wirkola vuelve a Noruega a revisitar sus orígenes y lanza la que para mí ha sido una de las mejores comedias de horror de este año. Esto es un logro nada desdeñable teniendo en cuenta que a mí, en lo personal, nunca me entusiasmó tanto la Dead Snow (2009) original, pero esta secuela hecha a lo bestia me ha parecido no solamente superior sino directamente una muy buena película que encantará no sólo a aquellos que hayan disfrutado de la original sino también a un público más escéptico.

El motivo por el cual funciona es muy sencillo: como sin duda recordaréis, la primera película basaba todo su éxito en su premisa de zombis nazis y en su secuencia final completamente desatada en la que la violencia se mezclaba con un sentido del humor muy negro. Esta segunda parte es por completo así; de hecho transcurre inmediatamente después de la primera, con nuestro héroe y único superviviente siendo trasladado a urgencias, donde accidentalmente terminan injertándole una mano zombi con superpoderes que será clave a la hora de derrotar nuevamente a las huestes de cadáveres nacional-socialistas. De entrada se puede ver que la premisa no sólo es completamente cómica sino que además juega con estructuras más típicas del cómic de superhéroes, incluyendo un némesis: el líder de los zombis nazis que a su vez se ha injertado la mano humana del protagonista y se dispone a terminar su misión de conquista y masacre.

Todos estos elementos le dan a la película un aire más fantástico y la despojan de los pocos elementos de terror que tenía la original. Lo bueno es que el propio Wirkola se encarga de compensar esto aumentando las dosis de humor hasta lo imposible ya desde el principio, así como superando el gore de la primera parte y llegando a hacer gala de una comedia muy grotesca que en mi opinión deja en pañales a la original. Quizás todo esto hace que a su director se le termine pasando la mano y abandone la película a una muy caótica escena final con el enfrentamiento entre dos ejércitos zombi y un tanque fuera de control, pero aún así resulta muy revelador comparar este trabajo con su reciente entrada en Hollywood para darse cuenta de la enorme distancia entre ambos trabajos.

Llegados a este punto ignoro si tendremos la oportunidad de ver Dead Snow 2: Red vs Dead (2014) en la cartelera comercial, pero de hacerlo sería un exitazo seguro. Fácilmente de las que más me han gustado este año, y una seria competidora para mis favoritas del 2014.