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domingo, octubre 02, 2011

Reseña: Wrong Turn 3 (2009)

Mientras esperamos a ver la cuarta parte lanzada este año, repasamos aquí esta tercera entrega de la saga de Wrong Turn (2003), ese simpático plagio/homenaje de Las colinas tienen ojos (1977) con sus mutantes caníbales de la profunda West Virginia. Como ya habíamos comentado en una ocasión anterior, la primera parte dirigida por Rob Schmidt resultó ser una película de terror más que eficiente que en cierta forma se adelantó a un resurgir del horror físico que habría de demostrar ser muy fructífero en años posteriores, si bien las comparaciones con la obra anteriormente citada de Wes Craven no se hicieron esperar. La segunda parte, dirigida por Joe Lynch y lanzada directamente en formato doméstico, abrazó radicalmente esta nueva ola de cine sangriento y resultó ser (al menos en la opinión de quien esto escribe) una película muy superior a su antecesora que rescataba el auténtico espíritu cafre del material en el que se basaba, con un sentido del humor muy entrañable y una brutalidad que aprovechaba al máximo las posibilidades de su formato en cuanto a censura. Esta tercera entrega, mucho más modesta, parece tomar sin embargo un camino diferente.

Al igual que la secuela inmediatamente anterior, Wrong Turn 3: Left for Dead (2009) parte de una premisa que sólo es una excusa para situar a sus personajes en el bosque, en este caso un autobús lleno de presidiarios que tras intentar un aparatoso escape deben cruzar los parajes de West Virginia para alcanzar la tan ansiada libertad. Hay asimismo una subtrama acerca de unos sacos de dinero encontrados por accidente en medio del bosque pero todo no es más que un pretexto; el verdadero interés está en enfrentar a esta panda de maleantes contra un mutante caníbal que los irá cazando sistemáticamente uno a uno, dificultando su odisea. De entrada esto, que en un principio pareciera ser un enfoque más dedicado al suspense, termina demostrando las carencias de medios de la película, ya que efectivamente esta vez sólo hay un mutante que da caza a los protagonistas, y no la ya acostumbrada familia de caníbales.

Este detalle en apariencia meramente anecdótico es la primera de muchas señas que hablan de un estancamiento de la saga de Wrong Turn y de las prisas en realizar una secuela que carece del sentido del humor de la segunda entrega y en la que tampoco vemos rastros de la genuina falta de restricciones que mostraba en cuanto a violencia y desmembramientos. Tampoco ayuda el subordinar la premisa de terror al drama carcelario que representa el juego de poder de los personajes, así como la inexplicable insistencia en obtener el dinero perdido, como si la lucha por la supervivencia no fuese ya sufiente motivación. Aún no he visto la cuarta entrega, pero por lo poco que he podido leer, parece ser que en esta ocasión sus responsables han decidido reinventar la franquicia cambiando radicalmente el entorno rural de estos paletos asesinos. Wrong Turn 3 representa en todo caso un traspié si se le compara con la muy superior segunda parte, y en general resulta un entretenimiento demasiado ligero comparada con otras muestras similares de un grupo enfrentado rivales terribles en tierras extrañas.

3 comentarios:

  1. No he visto ninguna de la serie, por lo que dices merecen la pena las dos primeras y su criterio suele coincidir con el mio.

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  2. hagan lo que hagan no se atrevan ver wt4... una bosta de lo peor visto en años.

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  3. Sentido del humor de la segunda entrega? Pues ni graciosa ni terrorífica, realmente no coincido contigo esta vez, la segunda parte es pésima, con decirte que no terminé de verla.

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