En un tiempo en el que no han abundado los estrenos interesantes, Los extraños (2008) llega como un modesto pero reconfortante descubrimiento. Y a pesar de que, contrariamente a lo que algunos llegamos a pensar, no se trata de un remake encubierto de la francesa Ellos (2006), ambas películas sí que guardan muchos puntos en común, especialmente su premisa de invasión domiciliaria y el carácter absolutamente injustificado de su violencia. Dicho esto, se trata de una cinta bastante sencilla y para nada intelectual, una revisión de varios tópicos que, si bien está ambientada en el presente, tiene la mirada fuertemente puesta en los setenta y los postulados formales de cintas como La matanza de Texas (1974) o Halloween (1978), con la que comparten una ambientación y recursos estéticos muy similares, incluyendo una sempiterna cámara en mano que, si bien muy sutilmente, no para de moverse en toda la película.
Pero, como bien sabemos, dichas similitudes son fáciles de perdonar si la conexión emotiva se logra, y el primerizo Bryan Bertino consigue momentos de genuina tensión que, curiosamente, tienen menos que ver con sus demostraciones gratuitas de violencia y más con la expectativa de dichos horrores, para los cuales sus protagonistas Scott Speedman y Liv Tyler no son más que meros vehículos. Como los mejores ejemplos de personajes en estado de sitio, Los extraños sabe aprovechar al máximo su única locación (una casa de verano apartada de todo y de todos) y el carácter genuinamente siniestro de sus psychokillers, cuya mayor gloria es que no tienen ninguna explicación más allá de la referencia a determinados arquetipos que ya están grabados a fuego en la mente de todo aficionado al género de terror: los asesinos enmascarados sumidos en una ambientación deprimentemente paleta y que se mueven sigilosamente con cursis temas musicales de antaño de fondo.
Para variar, la muletilla de "basada en hechos reales" es la mayor mentira de la película, ya que incluso al final de los créditos hay un disclaimer que afirma que los eventos y personajes de la cinta son enteramente ficticios. Aun así no quita que estemos ante una historia de terror de lo más efectiva, que bien puede no estar a los niveles de A l'interiur (2007) o la ya citada Ellos, pero que aún así sigue siendo uno de los ejemplor de terror visceral y real más contundentes de estos meses plagados de aburridos remakes y repetitivas muestras banales de casquería gratuita. Recomendable.