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miércoles, septiembre 17, 2008

Apuntes para una breve historia de la explotación (6)

A principios de los años cuarenta, un productor y guionista de origen ucraniano llamado Vladimir Ivan Leventon (conocido en Hollywood como Val Lewton) consiguió el trabajo de su vida al ser contratado por los estudios RKO para entrar de lleno en el mundo del terror de serie B. La RKO para entonces deseaba competir fieramente con los monstruos clásicos de la Universal, que tenían acaparado el mercado. Lewton, que ya había demostrado su valía en numerosas ocasiones, produciría una serie de películas con un presupuesto mucho menor que el que se gastaban las producciones de su rival (150.000 dólares) y estaría obligado a trabajar con una restricción harto curiosa: podía escribir el guión que quisiera siempre y cuando trabajara con los títulos que le facilitara el estudio.
La anécdota es cierta; así fue como Lewton creó las que son hoy consideradas sus mejores piezas, trabajando con títulos tan estrafalarios como Cat People (1942), conocida en España como La mujer pantera, I Walked With a Zombie (1943), The Leopard Man (1943), The Seventh Victim (1943), The Ghost Ship (1943) o Isle of the Dead (1945). Sin embargo, la ironía del asunto está en que si bien el ritmo de producción de Lewton y sus casposos nombres hacen pensar en churros producidos en serie, la verdad es que con ellos su productor y guionista creó películas en el fondo muy alejadas de la repetición de un esquema de género. La mayoría de estas piezas que nombramos aquí son cintas con un sentido de atmósfera envidiable y que, en ocasiones, esconden estudios de la naturaleza humana mucho más inteligentes de lo que cabría suponer. Al final, lo que la RKO veía como una de sus aventuras más comerciales terminó siendo la auténtica marca de un autor.
Pero lo importante aquí es el punto de partida de las película: la explotación descarada de un título que de por sí solo generaba unas expectativas muy claras.
Es una costumbre que continuó muy viva; a mediados de los ochenta otro hombre "de encargo" como el cineasta Joel Schumacher descubriría un guión titulado The Lost Boys que narraba la historia de una pandilla de niños vampiros en clave de comedia familiar. La sugerencia del espíritu melancólico de Peter Pan unido a la idea del vampirismo fascinó al director, quien sin embargo se sentía escandalizado ante el concepto que se llevaba a cabo en el guión. Schumacher cambió todo de principio a fin y dejó únicamente el título, obteniendo como resultado lo que todos conocemos. Y lo mejor de todo es que, tal como comentábamos en su momento, Jóvenes ocultos (1987) tiene el honor de ser una de las pocas (poquísimas) películas de monstruos vs. niños que no dan verguenza ajena.
El más reciente caso que tenemos de esto es la película Snakes on a Plane (2006), cuya intensa campaña de hype se basó única y exclusivamente en el carácter "molón" de un título al que encima se le agregaba la presencia de Samuel L. Jackson. Las expectativas por ver hasta donde podía llegar la explotación de un nombre fueron tales que el estreno de la película tuvo que ser retrasado para aumentar el contenido casposo y la presencia de muchas, muchas serpientes más para que se enfrentaran a nuestro héroe (todas ellas, por supuesto, creadas mediante la tecnología digital).
Y este ha sido otro breve, muy escueto e innecesario apunte para una eventual historia de la explotación.

5 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con lo que expones en tu estupendo artículo. Y es increible como de la "explotation" han salido verdaderas joyas que superaban a sus modelos.

    Saludos!!

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  2. "Snakes on a Plane" que mencionas aquí, en mi opinión fue totalmente una víctima de su propia jugarreta, el over-hype que la película tuvo por ser un intento de ícono de culto/filme de explotación elevo demasiado las expectativas. El filme terminó siendo una película que parece hecha para la televisión, con horrendos efectos especiales CGI, y ni siquiera la mitad de lo entretenida que se esperaba. Para un producto exploitation efectvo hecho a propósito, yo considero "Grindhouse" de la dupla Tarantino/Rodriguez un muy buen ejemplo.

    Muchos Saludos

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  3. Toda la razón. Sin embargo, de lo que se trata aquí es ver aquellos casos en los que una película se construye a partir de un título en vez de a la inversa, como es el caso natural del acto creativo. En el caso de las dos películas de Grindhouse es más bien un émulo de copia de un estilo determinado de hacer cine (quizás más literal y menos reflexivo en el caso de Robert Rodríguez, pero en fin...), aquí no; tanto las películas de Val Lewton como "Jóvenes ocultos" o "Serpientes en el avión" fueron películas hechas a partir de un título "que molaba" y ya está. Lo demás vino después, fuera cual fuera el resultado.

    Saludos.

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  4. ¿Y las traducciones de títulos al español?

    Eso es explotación.

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  5. Muy buen articulo. Interesante de principio a fin.

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