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martes, abril 26, 2005

Reseña: Cursed (2005)

Que bajo ha caído Wes Craven. Poco queda ya de ese gran director de género que nos brindara auténticos clásicos como La última casa a la izquierda (1972), Las colinas tienen ojos (1976) o la excelente primera parte de la saga de Freddy Krueger. De un tiempo para acá, le ha dado por alejarse del auténtico mando, a menudo prestando su nombre a películas mediocres cuando mucho, casi siempre en calidad de productor ejecutivo. El único momento decente que tuvo fue su alianza con el (para entonces) novato guionista Kevin Williamson, y esto también resultó terrible; juntos hicieron Scream (1996), una película que ciertamente no estuvo del todo mal, pero que fue directamente responsable por esa ola incontenible de bodrios que conformaron el teen-horror de finales de los 90, y cuyo único propósito, aparte de sacar pasta a base de conceder algunos brinquitos a la generación MTV, fue el de dar trabajo a la mayor parte de los actores jóvenes del canal WB. Varios de estos chorizos, como I know what you did last summer (1997) y la aún más ofensiva Leyenda Urbana (1998), ambas calificadas como auténticas agresiones a mi hígado con premeditación y alevosía, estuvieron firmadas por el propio Williamson, quien así cogería confianza para terminar de desbancarnos a todos con su producto más terrorífico y espeluznante: la serie de televisión Dawson’s Creek.

Pues bien, los dos, Wes y Kevin, vuelven a unir fuerzas casi una década después de Scream. Lo hacen con otro producto que intenta revivir el éxito de sus anteriores esfuerzos, esta vez entrando de lleno en el plano de lo sobrenatural. Su bebé es un rollo de hombres-lobo titulado Cursed (me niego rotundamente a llamarla por su título español porque no parecen recordar que ya se usó para cierta película japonesa), con Christina Ricci de protagonista en lo que es, básicamente, una copia mala de Ginger Snaps (2000). Creo que en el fondo eso es lo que más me cabrea. Que una película sea mala, pase, pero que además de ser mala lo sea tratando de imitar a una buena es ya una inmoralidad, mucho más si encima se trata de pasar por cool, apelando al gusto adolescente-americano-promedio y metiendo un misterio barato de "¿quién es el asesino?", o en este caso "¿Quién es el licántropo?". Ridículo, francamente ridículo. En la historia, Elle y su hermano menor Jimmy son mordidos por un hombre-lobo en plena luna llena, y durante los siguientes días pasarán por todos los clichés posibles, desde comer carne cruda hasta desarrollar un inesperado atractivo sexual, todo aderezado con pobres intentos de humor que rayan en la caricatura. Es una lástima que el buen nombre de Rick Baker se vea mezclado en todo esto; su criatura parece un oso de peluche gigante.

En fin, hay tantas cosas malas que se podrían decir de esta película, que sería necesario un blog entero. Me parece lamentable que lo que pudo haber sido una interesante vía para explorar la psique adolescente y joven-adulto a través de las convenciones del terror (cosa que Ginger Snaps sí hace muy bien) se convierta en este enlatado de entretenimiento de palomitas y tarde de domingo con (esto es lo realmente malo) altas pretensiones. Olvidable, lamentable, para quemarla.

4 comentarios:

  1. Anónimo3:38 p. m.

    Christina Ricci sigue estando buena, ¿no?

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  2. Pues la verdad es que esta cinta no es ninguna maravilla. Pero, hombre, con los standares actuales aunque sea un 2.5 se merecía.

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  3. jajaja, muy buena la critica. Yo aun no la he visto, pero no me espero gran cosa la verdad.
    A la Ricci ultimamente se le esta yendo la olla, con el buen cine que ha hecho..

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  4. Ya se que es muy, pero que muy mala.... Pero yo me lo pase teta en el cine viendola.

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